Cuéntame una historia

Asunta

La única expectativa que tiene la realidad, física o imaginaria, de no malograrse en el olvido es convertirse en una historia, en historias. ¿Cuál fue tu historia de ayer? En eso consiste la resistencia de la vida verdadera frente a la rendición de la mera existencia sin sentido ni pasión. La cumbre narrativa de la información es transformar la noticia en historia; pero para lograrlo es necesario que contenga elementos humanamente relevantes: amor, odio, fracaso, ambiciones, secretos, tragedia, heroísmo… El asesinato de la niña Asunta, por el que se juzga estos días a la pareja Basterra-Porto, es una de esas historias auténticas y no un suceso de la brumosa Galicia. El problema con una historia tan sobrecogedora es si la televisión tiene capacidad estética para relatarla como es debido. Y no me refiero a los factores morbosos y simplificadores, que anulan la profundidad de las cosas, sino a sus perfectos puntos de interés.

Telecinco y Antena3 se obstinan cada mañana, por la estrechez profesional de Ana Rosa y Griso, en enfocar la historia hacia el señalamiento de la culpabilidad. No quieren contarnos una historia: quieren sangre. Su relato adopta la posición de fiscal, la de la horca, en vez de abrirlo a las extrañas negaciones del amor paternal y demás contradicciones de nuestra naturaleza. ¿Es que acaso no estamos ante la frustración de la violencia contra la superioridad de una niña mágica? No se pueden narrar los hechos desprovistos de sus misterios. Esa es la injusticia de los tribunales y la insignificancia de la televisión. Tal y como están describiendo la historia no solo es aburrida, se aproxima al delito del embuste social. Si están seguros de quiénes son los culpables, se trataría de conocer cómo se degrada una mujer inteligente y cómo la inferioridad convierte a un mentecato en asesino. Hay historia.

Y así es cómo se pierde la vida, en este juicio y en la rutina, a manos de nuestra torpeza de ver y contar las historias. Prueba de vida: que tu historia personal esté a la altura de la mejor novela.

Un comentario en «Cuéntame una historia»

  1. Muy buen comentario en un suceso tan delicado. La televisión, , es decir las diferentes cadenas televisivas han juzgado a los padres de la niña asesinada. Una autentica vergüenza, el tratamiento mediatico. como les guta el «morbo2, ya ls historias trajicas. No consideran el dolor de los familiares y de esos padres, que si no son culpables. No lo se, es tremendo lo que están pasando. Han construido una historia con indicios y se enarbolan las televisiones en jurado popular y mediatico. Que vrguenza de condición humana.
    Muchas felicidades por su comentarios y la delicadeza en su tramiento.

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