La revolución de septiembre

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¿Cómo vas a cambiar el mundo, ingenuo de ti, si el mundo no quiere cambiar? ¿Puedes transformar tu país, si prefiere sucumbir al deterioro de su autoestima? Euskadi eligió el pasado jueves, por abrumadora mayoría, asomarse a un espectacular bodrio, Las Campos, en Telecinco. Es la realidad apabullante. ¿Qué se puede hacer, además de flagelarse? Pues lo que va intentar ETB en septiembre: recuperar el interés de los vascos por el valor superior de lo cercano, su gente y su agenda. La tentativa llega tras erráticas decisiones y la marginación de parte de sus mejores profesionales.

Va a cambiar la tarde. Sin ir más lejos se reinventa en un magazine de cuatro horas, con diversos ingredientes, tres presentadores y un ritmo acelerado. Vuelve a casa Adela González, a quien nunca debió dejar marchar al destierro de Madrid ignorando su talento. Será una de las bazas de ¡Qué me estás contando! que ocupará también el tiempo de las películas de vaqueros. Ya estaba bien de hacer el indio y era hora de hacer televisión total, no prefabricada.

Se espera mucho de Sesenta minutos a solas, el espacio de citas a ciegas que se emplazará antes del Teleberri de la noche. Mutatis mutandis es una versión de First Dates pero con vascos y con psicólogos que poco saben del amor y sus misterios, no más que un cerrajero. Es un acierto otorgar al forense Paco Etxeberria, héroe de la verdad de asesinatos impunes, una oportunidad para que nos cuente lo que dicen los muertos. A El lector de huesos le acompañará un periodista de garantía, Dani Alvarez, a fin de crear un relato interesante de las certezas ocultas. Siempre nos faltó esa osadía.

¿Por qué ETB nunca creó su área de Spotlight? ¿Qué impide que se conozcan los numerosos casos de pederastia de los curas en Euskadi? La televisión catalana asombró con un valiente reportaje, Los internados del miedo, e hizo honor a miles de niños violados por sacerdotes durante décadas. Aquí se recuerda a los torturados y se olvida a aquellos pobres chicos. Cambiaríamos el mundo sencillamente cambiando la tele.

 

 

JOSÉ RAMÓN BLÁZQUEZ

 

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