Opinar mata

sexta

La tertulia tiene mala fama. Como la política, la patronal, la Banca y la Iglesia. También el fútbol y la televisión misma. Por manipular o idiotizar, dicen. ¿Quién no ha despotricado contra las tertulias? Que levanten la mano los que no las hayan calificado de gallinero y acusado a los opinantes de sabedores de todo. Todólogos los llamó Jon Sistiaga durante la entrega del premio del Colegio de Periodistas Vascos. Ya. Pero no hay comunicador, profesor, letrado, feminista, tasquero o narcisista sin oficio que no pierda el culo por sentarse en alguno de los debates.

Tras la muerte de Rita Barberá, imputada por corrupción en su ciudad, el PP ha desatado una calculada campaña contra las charlas de opinión por ser responsables del deterioro físico de la senadora que ha conducido a su fallecimiento. ¡La han crucificado!, claman. Contra La Sexta preferentemente, al tiempo que ponen en cuestión la libertad editorial de las cadenas. La corrupción pepera ha encontrado una excusa, un cadáver, para sujetar la lengua de los tertulianos. Porque, a partir de ahora, opinar mata. La estrategia es tan perversa como torpe, bajo la cobertura del católico e hipócrita pudor ante la muerte. Para una mayoría de españoles la muerte redime de toda culpa, y olvidan.

¿Nadie ha considerado que Rita podría haber muerto igualmente aunque no hubiera estado sometida al libre juicio social? La lista de los lideres a los que se fiscaliza en las charlas de la tele es interminable; pero no mueren súbitamente o se desconoce si lo que se dice de ellos quebranta su salud. La crítica es inherente al cargo político. Y no creo que se haya sido más beligerante con la senadora que antes con Zapatero, Ibarretxe o Monedero. El PP tendría que mirar hacia sus cadenas afines -13TV y TVE- y ver que su modelo de debates es idéntico al que criminaliza. La opinión no es el problema. Es la política espectáculo y de trincheras.

La culpabilización a las tertulias de la defunción de Barberá nos muestra que la razón enloquece cuando los efectos tienen más importancia que las causas.

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Un comentario en «Opinar mata»

  1. Es que el sistema es el mismo que utilizan los programas en los que esta Belen Esteban y toda su gente. y es que los debates desde la mañana a la noche, donde se reúnen 8,10 ó equis personas (a diario), tocan de cualquier tema y si no se lo inventan. Lo que a mi juicio se pretendía con los debates, informar y formar, se ha convertido en un aborregamiento de las gentes, y de llenar los bolsillos de todos los que se sientan. Yo no quiero estar en esas tertulias porque seguramente tampoco aportaría nada nuevo,. ahora claro si de lo que se trata es de chupar de la teta, pues todos contentos.
    ondo pasa

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