El lado mágico

Por alguna sinrazón creemos en la existencia de un lado mágico. La Navidad es el momento propicio para este delirio. Como es inane y algo ayuda, nos dejamos llevar. Es parte de nuestra automedicación emocional. La tele juega un papel propagador y saca beneficio de ello a través de la publicidad. Algunas marcas dejan para esta época sus anuncios mágicos. El objetivo de la Lotería navideña no es vender boletos (se venden solos), sino revestir el azar de una ilusión prodigiosa. Sus nuevos spots de son magníficos, cuatro historias enternecedoras de afecto y solidaridad. El Corte Inglés es de los que más se esmeran. Lleva un par de temporadas haciéndonos creer que somos elfos, seres míticos pero reales que repartimos felicidad en regalos. Es una preciosidad de mensaje, de esos que gusta ver y cantar su canción: “Creo que esta chica es un elfo, sí lo es, sí lo es…”

Mi preferido es el de Casa Tarradellas, la marca catalana de pizzas, relato familiar de una mudanza caótica en la que las dos hijas adolescentes se rebelan contra el cambio de domicilio y una de ellas amenaza con encadenarse a su habitación y tragarse la llave. Pura creatividad de encanto y sonrisas. ¿Ha sido Trump quien ha decretado el fin de las fascinantes campañas de Coca-Cola? ¿Por qué Euskaltel ha renunciado a sus memorables anuncios? ¿Qué fue de los mensajes navideños de ETB que encumbraron un estilo? ¿Qué hizo perder la chispa a los cavas y los perfumes glamurosos? ¿Se han vuelto todos iconoclastas?

Ahora es Campofrío quien ostenta el liderato imaginativo. Le vale un superanuncio para ganar prestigio para un año entero. Esta vez no nos abronca por el uso excesivo de la tecnología digital y hace ironía de las fake news con una producción impresionante. Suya es la audacia por seguir creyendo en los sueños. Pues eso, mágica Navidad para todos.

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