Ayuso y el liderazgo fallido

La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, es un caso fascinante. Lleva en la mirada el dolor de un pasado familiar conflictivo y la fuerza de una resistente capaz de alcanzar la cúpula del poder. Torpe en la oratoria, pero agigantada por su gesto de mujer libre ante los jerarcas saudís. E inestable como líder. En apenas seis meses ha destituido a once cargos que ella misma había nombrado. Fijémonos solo en dos, muy mediáticos. 

A Pedro García Aguado, el famoso Hermano Mayor, experto en rescatar a adolescentes problemáticos, le hizo director general de Juventud, pero ya lo ha depuesto. Puede discutirse la demagogia de incorporar a personajes populares en responsabilidades públicas, pero el fichaje del coach televisivo fue un acierto por su capacidad para hacer relevante el drama de un sector de jóvenes. Entre la valentía y la cobardía de la presidenta hay un carácter movedizo. El segundo caso es el de Elsa Martín Olsen, ex presentadora (La selva de los famososImpacto TV) y acreditada animalista, a quien puso al frente del Comisionado de Bienestar Animal. La ha cesado, según dicen, por un viejo reportaje de Interviú en el que la bella Elsa aparecía ligera de equipaje. Cuesta creer tanta mezquindad.

En este contexto, Díaz Ayuso tiene un follón en su tele. Como otros censores trata de hacer limpieza ideológica entre los profesionales. Telemadrid ocupa el décimo puesto entre los canales regionales, con un 5,1% de audiencia, y es un proyecto fallido. ¿Por qué se empeña en emular a Cayetana Álvarez de Toledo, la antipatía y el extremismo personificados, pudiendo referenciarse en Ángela Merkel y desmarcarse, como la canciller, de la ultraderecha? Su antecesora, la patética Cristina Cifuentes, se consuela como contertulia en Telecinco y Cuatro. ¿Ahí quiere terminar Ayuso, en la frivolidad, con sus vaivenes? 

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