Diario de cuarentena. Día 1. Esta cárcel.

¿Estamos en guerra? ¿Nos han invadido los extraterrestres? ¿Hay un golpe de estado militar? Y, sin embargo, estamos confinados en casa sin más permiso para salir que para hacer las cosas imprescindibles: ir a trabajar, al médico, la farmacia, el supermercado, la prensa… Esta mañana ha sido extraña, surrealista. Había muy poca gente por la calle y nos mirábamos unos a otros conscientes de una situación común que nos agobia y no entendemos pero que acatamos. Nos han convencido, y forzado, de que esta cuarentena general es necesaria para evitar la extensión del contagio del coronavirus. La palabra de moda, el enemigo de todos. El maldito coronavirus.

No entiendo esta medida autoritaria. Que ha funcionado en China, dicen. ¿Y quién sabe la verdad de lo que ocurre en China? Es el mayor fabricante industrial del mundo y también la gran factoría mundial de mentiras, una sociedad esquizofrénica. El absurdo es que si salgo a comprar el pan no me contagio ni me contagian; pero si me escapo para pasear o mirar la luna, me contagio o me contagian. ¿El virus entiende la razón por la que salgo y, en función de eso, me atrapa o no? Comentas estas cosas en las redes sociales y te tildan de insolidario e irresponsable. La verdad es que me gustaría rebelarme contra esta parodia internacional y gritar contra su histeria.

Me imagino la cantidad de historias perfectas que van a ocurrir por aquellos que decidan evadirse de este muro de Berlín del confinamiento. ¿Qué van a hacer los novios, los amantes para verse estos días, para abrazarse y hacerse el amor? ¿Acaso amar no es de primera necesidad? ¿Saltarán la alambrada de esta imposición sanitaria, inhumana? Que lo hagan. Que se atrevan los rebeldes, que conspiren de una u otra forma por estar juntos. Que el amor cruce la frontera de la prohibición, como tantas otras veces a lo largo de la historia. Ya están desplegados los militares, armados. Van a disparar. Matarán a gente inocente. 

Se supone que no debería decir estas cosas, precisamente yo. Los médicos, que son los nuevos sacerdotes, dicen que pertenezco a los grupos de riesgo y que el virus podría rematarme. Con un infarto en mi historial soy carne de cañón, me amenazan. Que tenga cuidado. Y siento su amenaza como una provocación para salir sin miedo. El miedo, esas son vuestras armas. Me fío de los médicos menos que de los políticos: tienen respuesta para todo y, si no la tienen, te mienten.

Este primer día de clausura va terminando. Llueve sobre Euskadi. Debería estar paseando bajo la luna y escuchando el rumor del mar a mi paso. Malditos seáis, carceleros.

18 comentarios en «Diario de cuarentena. Día 1. Esta cárcel.»

  1. A veces no he estado de acuerdo con tus opiniones, Jose Ramón, pero, en esta ocasión, debo decir que comparto todo lo que dices y añado que, tengo la sensación de que todo esto ha sido gestado de manera intencionada, para que, con la excusa de las vacunas (que seguro que están semi-preparadas) se forren, aún mas, lo de siempre.

  2. Os ha venido muy bien, para no tener que hablar de lo de Zaldibar, donde probablemente el PNV tenga mucho que decir, pero que no le interesa

  3. Me fío menos de los médicos que de los políticos. Esa afirmación podía ser extensible a los predicadores camuflados de bloqueros.

      1. Hay que respetar a las personas, no a las posiciones. Las posiciones se comparten, se rebaten, se rechazan. Y lo que has dicho es una solemne tontería, una boutade de bloguero cuqui. Eso no quiere decir que no tengas derecho a decirlo, pero otros tienen derecho a no respetar semejante tontería.

  4. Pues podria aplicarse el cuento sobre los medicos «tienen respuesta para todo y si no saben te mienten».Eso es respetar las opiniones ajenas.

  5. Llamar mentiroso es discrepar.Si señor Blazquez como no puede ser de otra manera tiene usted razón.Faltaria más.

    1. Fíjate en el contexto sin malicia ni prejuicios contra mí y verás que solo es discrepancia. Y no he utilizado la palabra mentiroso, señor manipulador.

  6. Ni hay guerra,ni hay invasion de extraterrestres y que yo sepa no hay golpe de estado,lo que pasa que tienen que sacar a la calle a los que dicen nos van a salvar y hacerles heroes.
    Hoy he visto unas escenas del despliegue y parecia inoportuna su actuacion,ya que tienen numero de otras fuerzas policiales mas que suficientes para controlar las calles.Es mi opinion.

  7. Sr.Blazquez es cierto no ha empleado la palabra mentiroso solamente ha dicho que los médicos si no tienen opinión MIENTEN. Creo que el manipulador es usted.Pero insisto seguro que tiene razón. No puede ser de otra manera.

  8. Ciertamente es una verdadera exageracion. Se prohibe el paseo solitario por zonas alejadas al mismo tiempo que te obligan a compartir escuetos espacios en vagones repletos. Si esto es un estado de alarma, no puedo imaginar en que consistiran los de sitio y excepcion. Y quiza todo este sacrificio y titanico esfuerzo no sirva para mucho salvo para ver que quienes son imprescindibles de verdad es la cajera del super que aguanta como una mujer a cientos de compradores a menos de ese que dicen milagroso y salvador metro de distancia. Y tambien, por lo que escucho y leo, para que el chovinismo rancio salga a flor de piel poniendo a caer de un burro a la autonomia de aqui o de alli.
    Tambien para ver que nos hacemos risas con Trump u otros similares, cuando quienes tenemos mas cerca me dan ganas de llorar por su manifiesta incompetencia.
    No hay mal que cien años dure ni tonto que lo aguante.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *