Diario de cuarentena. Día 65. Hacia el Gobierno de reconstrucción

Hoy el lehendakari Urkullu ha convocado elecciones autonómicas para el 12 de julio. A la vez, el presidente gallego Núñez Feijóo ha llamado a los gallegos a las suyas propias para la misma fecha y por idénticas razones. Siendo ambos de muy diferentes ideologías, deja claro que la llamada a las urnas no tiene un impulso partidista. Y es que nos encontramos en una situación extraña: el Parlamento está disuelto después de la convocatoria electoral del 5 de abril, finalmente suspendida por la pandemia. 

A dos meses vista, el confinamiento y el estado de alerta habrán terminado (se prevé que acaben el 30 de junio) y cabe suponer que la evolución de los contagios será baja o nula. Hoy mismo en Euskadi no ha habido ningún fallecido por coronavirus. El lehendakari ha insistido que los comicios se celebrarán bajo plenas garantías sanitarias: los electores entrarán en los colegios con mascarilla y guantes y se mantendrán las distancias de seguridad en las mesas. ¡La de elecciones que me he tragado en 30 años! Y el 12 de julio volveré a ocupar mi silla como interventor. Llevaré, como todos, mascarilla y guantes. Y estaremos físicamente alejados unos de otros. Nada del otro domingo.

Imagino que se desinfectarán las aulas, que habrá gel hidroalcohólico de sobra y que se marcarán líneas de espera en las colas que, a ratos, se suelen formar ante las mesas. La Oficina del Censo Electoral tendrá que reforzar la plantilla de funcionarios para facilitar las tareas y Correos deberá contratar más personal para los trámites del voto por correo, que será la opción de la gente más temerosa. Es una pena, como ya escribí hace días, que no exista el voto telemático. Se puede teletrabajar, telestudiar y telecomprar, pero no se puede televotar. Espero que espabilen los políticos a partir de ahora y lo implanten con rigor técnico.

Urkullu ha previsto que si la cuestión sanitaria empeorara haya un plan B para otra fecha. ¡Madre de Dios, qué difícil se ha puesto ir a votar! La campaña será breve, sin mítines ni actos públicos. A la tele y a los medios a debatir y a explicar los proyectos. No habrá rosas de invernadero, ni caramelos, ni chorradas.

Necesitamos un Gobierno Vasco de perfil histórico, porque las necesidades sociales y económicas son tremendas. El presupuesto tendrá que adaptarse a la prioridad humana. Gastos mínimos en administración, inversión máxima en cobertura social, incentivos a la inversión empresarial, potentes programas de empleo, reforzamiento de la Sanidad pública, apoyo total al comercio, rescate del tejido industrial, impulso de la investigación y medios telemáticos a todos los niveles… todo bajo una formidable Ley de Reconstrucción Nacional de Euskadi. Olvídense de pájaros y flores. Sobriedad e inteligencia. Y, por favor, unidad política. Este es el mensaje de campaña. 

2 comentarios en «Diario de cuarentena. Día 65. Hacia el Gobierno de reconstrucción»

  1. Egun on Jose Ramon:
    Están muy bien las propuestas que presentas al final, hasta ahí yo creo que podríamos llegar a acuerdos entre muchos, pero para cuadrarlo hace falta conocer cómo se financiarían todas ellas, y es en esta fase donde hay que solicitar generosidad y solidaridad, en forma de impuestos/tributos/tasas/, etc, a los que realmente pueden realizar un esfuerzo sin poner en peligro su situación económica, y para esto es la administración quien tiene los datos para adoptar decisiones en este momento tan delicado, donde hay gente a la que le falta comida para llevársela a la boca.
    Besarkada handi bat.

    1. Pues sí, Aurelio, hay que equilibrar ingresos (fiscalidad) con inversiones y políticas públicas. Es la realidad frente a los deseos. Y ahí está la calidad de un país, en qué punto pone más el acento sin romper el difícil equilibrio. No por más social eres mejor, aunque yo lo prefiero. Quiero imaginar que Euskadi, en su pluralidad, tendrá la grandeza suficiente para hacer la reconstrucción más ambiciosa y aprovechar para acometer viejas, viejísimas reformas. Un abrazo.

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