El miedo también vota

Propagandizar es un vocablo procedente del inglés (propagandize) y se usa en algunos países latinoamericanos, no así en España. Se refiere a hacer propaganda de alguien o de algo. Por favor, no confundir con publicidad, la sección del marketing que se ocupa de la divulgación de productos y servicios con fines comerciales y no de ideologías. Y si publicidad es toda comunicación por cualquier medio “que se percibe como pagada” (J. Walter Thompson), la propaganda sería lo contrario, pues votar es gratis y no se paga precio por creer en la Macarena.

Las elecciones son la temporada alta de propagandizar, con su zozobra y sus excesos. Se desliza en telediarios y tertulias y en esencia se compone de dos elementos: rostros y frases enfáticas que denotan una carencia brutal de retórica cuya misión es persuadir. También se ha infiltrado en los programas de entretenimiento e Iker Jiménez, Pablo Motos y otros aprendices del metaverso se excitan con su poder de influencia. Deben entender que propagandizar no va a alterar las percepciones previas de la gente, que marcan su decisión y determinan la utilidad o eficacia del voto. Además, hay factores emocionales como las ilusiones y el miedo. Sí, los miedos a la tiranía y la pobreza son movilizadores.

Algo de experiencia tengo como para rogar a los partidos que se apiaden de la gente, pues más propaganda es debilidad y la crispación es contraproducente. Hagan hincapié en aquello que les distingue, pequen de sosegados y no caigan en la ansiedad. El electorado es listo como bien sabe la extinta Inés Arrimadas. ¿Los debates? No sirven de casi nada, pues cada vez se asemejan más a lo peor de los realitys. Propagandizar no remediará el cuatrienio a los que llegan al 23-J sin los deberes hechos. Es julio, pero no hay rebajas. Y lo de siempre: la tele es un medio, no un remedio.

JOSÉ RAMÓN BLÁZQUEZ

2 comentarios en «El miedo también vota»

  1. Llegó la hora de recapacitar antes de ir a votar, ya que las derechas recurren siempre a las mentiras…porque saben que repitiendo mil veces, logran poner en duda las auténticas verdades…por ello intentan borrar las realidades del pasado, con el fin de seguir aplicando su magnífica ley de la ecuanimidad…»el de prohibir, tanto al rico como al pobre, dormir bajo los puentes, mendigar por las calles y robar pan»…y en el caso de que regresen al poder, derogarán todo lo logrado hasta el presente, es decir que los sueldos y jubilaciones regresarán a mínimos (otra vez)…e intentarán privatizar los servicios públicos, especialmente el de la sanidad.
    Recurren a las marionetas de los medios de comunicación, que son manejados por los amos y señores que hacen de titiriteros, con el propósito no de informar sino de dar forma a las opiniones públicas para favorecer a los políticos oligarcas con el fin de, una vez logrado el objetivo, recibir sus correspondientes prebendas.
    Tomemos nota: Un pueblo inteligente es aquel que sabe a dónde quiere ir…y más inteligente aún es el que sabe a dónde no quiere regresar…por lo tanto, ¡ NO ACEPTEMOS MENTIRAS !

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