¿Cuánto dura un ciclo profesional? A veces, una vida entera; y otras, al llegar la fatiga de materiales. A Dani Álvarez, al frente de Boulevard, espacio informativo estrella de Radio Euskadi, le ha ocupado once años. Desde 2009 y hasta hace unos días que, por sorpresa, se despidió sin que aún sepamos cuál será su destino. Dani ha hecho historia y deja huella como conductor de los plurales debates políticos de la mañana. No siempre estuve de acuerdo con él en la oprobiosa época de Patxi López, pero todos le reconocen, y yo también, su honestidad como periodista, el brillo de sus entrevistas y la potencia emocional de su trabajo. Nadie es insustituible, pero las cosas sin Álvarez en el micrófono serán difíciles de mejorar.
Le costó despedirse de sus oyentes. Al final de la hora punta, tragó saliva, se enderezó sobre el asiento y, según establecen nuestros cánones culturales, evitó las lágrimas. Agradeció por doquier, tuvo buenas palabras para todos y ningún reproche y dibujó un largo calderón de notas y recuerdos. A partir de ahí todo es futuro. Si Radio Euskadi fue el vivero de los presentadores de ETB, este puede ser el momento de Álvarez para dar el salto. No todo el mundo vale para este medio. Xabier Lapitz, por ejemplo, nunca será hombre de tele por mucho que se empeñe en negar el repudio de la cámara y por mantener los tics que en la radio eran invisibles, de manera que En Jake se configura como una tertulia radiofónica televisada.
Dani Álvarez ya hizo El lector de huesos con el forense Paco Etxeberria y El sabor del crimen, mezcla de géneros, en ETB2. Celebraríamos su salto definitivo a los platós porque domina la retórica de la imagen y el lenguaje corporal. Esta vez sin especulaciones, quizás en territorio de los teleberris donde también se necesitan cambios. A quien le cuesta cambiar, le cuesta ser.
Es majo¡ pero aquí todos somos majos hasta que se nos da el mango de la sarten. Creo que es un poco trepa. Prefiero a Dani el de Sopuerta.