
Viernes de la IV Semana de Cuaresma. Suave aterrizaje al alba en el Aeropuerto Adolfo Suárez- que no fue un rey sucesor de otro rey ( un tal Franco) a pesar de lo que le ha contado un joven padre a su hijo adolescente, según he podido escuchar desde la fila de atrás.
Ya en el finger correspondiente, dos mozalbetes musculosos y tatuados se levantan e intentan avanzar por el pasillo del avión, pero se detienen en seco ante la muralla de pasajeros en proceso de recuperación de sus maletas de cabina. Se irritan y comienzan a murmurar en voz progresivamente más alta. Alguien les dice que tienen que esperar, a lo que uno de ellos responde que por él «pasaba por encima de todo dios» – creo que lo ha dicho en mínuscula.
Visita mañanera a Usera, nuevo barrio chino madrileño, ahora de moda. «Sin más» que dice la juventud- no sé si aplico bien el dicho. Encontramos una taberna de larga duración , y disfrutamos de una cerveza normal normalizada. Por la tarde y una vez habiendo sucumbido al demonium meridianum, recorrido laber´íntico por el espléndido Palacio de Comunicaciones de Cibeles. Después, primera visita de lugares sagrados: Café Gijón, medio vacío. Cerveza, ensaladilla rusa – antes llamada imperial- y larga conversación rememorativa.
Sábado de la IV Semana de Cuaresma. Visita al Real Jardín Botánico donde encuentro un bonsái que acaba de hacer también setenta tacos. A la salida encontramos una sucesión nutrida de pancartas y cortejos en este orden : animalistas que defienden al lobo ibérico, inquilin@s que protestan contra el elevado precio de los alquileres, y, por fin, batas blancas en desacuerdo con la propuesta marco del Ministerio ad hoc. Comida en La Platería ( bien aunque un tanto tumultuosa). Después segunda visita a lugares sagrados: ante la imposibilidad manifiesta del muy turistizado Café Central, café amable y reposado en la Cervecería Alemana. Tras el descanso, una vuelta por la Glorieta de Bilbao- ¡imposible también el Café Comercial!- y una vez comprobada la permanencia del Café de Ruiz , cena aceptable en la Cervecería de Santa Bárbara . Regreso al hotel con los pies asaz doloridos- cosas de la edad que luego pueden documentar lo que Josep Pla llamaba «dolorismo recreativo».
V Domingo de Cuaresma. De bon matin, visita a la Fundación Telefónica donde exponía- y expone- Jaume Plensa: nos quedamos con sus cabezones, pero huimos de las explicaciones contextuales. Visita dominical al Parque del Retiro dominical, Cuesta de Moyano incluida. Sin suscribir el tardeo correspondiente , visita al Museo de Historia de Madrid, donde había – y hay- una interesante exposición sobre los orígenes de la bohemia capitalina, con especial atención a la figura de Alejandro Sawa, marcado también desde su nacimiento por los idus de marzo.
Ya de nuevo en el aeropuerto, y pasados todos los controles, me acerco a un quiosco a comprar la prensa, para entretenernos hasta la hora de salida. Me piden la tarjeta de embarque. Como me parece un absurdo, porque ya estoy dentro de las instalaciones, acaban diciéndome que en realidad no es necesaria su presentación , pero que se hace habitualmente para generar los correspondientes estudios de mercado.
Los papeles- todavía leemos la prensa en papel- son unánimes en sus titulares, editoriales y columnas: Trump, Trump, Trump. Hasta mi viejo colega Joaquín Estefanía Moreira se hace eco del cuadrilátero. Suena la campana, digo la llamada. Somos del Grupo 4…
(c) by Vicente Huici Urmeneta