MAREA HORIA

El sábado día 17 de agosto a partir de las doce del mediodía se celebra entre Gorliz y Plentzia un nueva edición de Marea Horia, una marcha reivindicativa del acogimiento de los colectivos migrantes a menudo tan olvidados, cuando no fácilmente estigmatizados.

Se viene hablando mucho a lo largo de este verano de los pros y los contras del turismo masivo y masificado que se ha convertido ya en muchos lugares en una base económica fundamental alterando la vida cotidiana de los residentes habituales.

Pero se habla poco, y cuando se hace casi siempre de manera tan ocasional como dramática , de ese otro flujo incesante constituido por personas que se desplazan por causas inmediatas como las guerras o mediatas como la extrema pobreza.

Impulsado por Ongi etorri Errefuxiatuak – plataforma en defensa del derecho a migrar y de los derechos de las personas que se desplazan por causas forzadas- este sábado día 17 de agosto a partir de las doce del mediodía se celebra entre Gorliz y Plentzia un nueva edición de Marea Horia, una marcha reivindicativa del acogimiento de estos colectivos a menudo tan olvidados, cuando no fácilmente estigmatizados.

En esta ocasión la reivindicación está vinculada al empadronamiento pues es una clave fundamental en el reconocimiento civil de quienes se encuentran en tal situación de alegalidad o ilegalidad.

Es de esperar que esta marcha coordinada por Ongi etorri Errefuxiatuak, que tiene el apoyo de la mayoría de los sindicatos y partidos políticos, así como de asociaciones tan diversas como CEAR Euskadi, Acción Católica, Médicos del Mundo o Mugarik gabe, sirva para sensibilizar a la opinión pública y favorezca la apertura de un debate en profundidad sobre esta presencia migrante cada vez más habitual en nuestros pueblos y ciudades.

(c) by Vicente Huici Urmeneta

¿ESPAÑA POSTIMPERIAL? (según Joseba Gabilondo)

La hipótesis fundamental de la obra es que el actual «Reino de España» no es, como se ha venido defendiendo desde hace largo tiempo por la historiografía, una nación frustrada sino un imperio frustrado.

La elección pírrica de Salvador Illa como President de la Generalitat de Catalunya y el advenimiento bíblico de Carles Puidemont en una de esas jornadas que se suelen denominar «históricas», ha coincidido con la llegada a mis manos de España postimperial- Ideologías del imperio restaurativo, de Joseba Gabilondo (Urretxu, 1963)

Partidario como soy de los tratamientos homeopáticos, me he sumergido en la lectura de este libro en plena ola de calor con un resultado terapéutico excelente a juzgar por el despertar neuronal que me ha proporcionado en medio de la canícula.

La hipótesis fundamental de la obra es que el actual «Reino de España» no es, como se ha venido defendiendo desde hace largo tiempo por la historiografía, una nación frustrada sino un imperio frustrado cuyas clases dirigentes han intentado una y otra vez aplicar una perspectiva restaurativa haciendo del Estado y sus instituciones una ineficaz máquina a la hora de aplicar el esquema colonial a los diversos territorios de la pell de brau.

Dicho así, la hipótesis podría parecer sorprendente, pero Gabilondo desmenuza detenidamente tanto la dimensión política como cultural de este planteamiento aportando ejemplos insospechados en ambos casos así como correspondencias insólitas que fundamentan si no una tesis , sí al menos una larga retahíla de dudas acerca de la perspectiva nacional(ista) española habitual y sus variantes tanto conservadoras como progresistas.

Una buena muestra de ello , desde el mundo de la cultura- que es el que más me toca – es la interpretación que se hace, por ejemplo, de As bestas o de Ocho apellidos vascos, que, según el autor, entroncan con la tradición de la «españolada» más recalcitrante y que, bien en un registro trágico o cómico, recuperan subliminalmente , el proyecto de una nueva «restauración»…Algo, por cierto, que algunos ya veíamos venir.

Una obra, en fin, que quizás ayude a aclarar un poco más lo que (nos) pasa…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

LAS PAELLAS ( de nuevo)

Bajo un sol de justicia que casi nos ajusticia a las cinco de la tarde -gracias y muchas Maricarmen por tu pamela multicolor de altos vuelos- ayer fue de nuevo día festivo en las campas que rodean la ermita AndraMari de Gorliz.

Refugiados bajo las acogedoras ramas de una frondosa haya ,también de nuevo pude -pudimos- disfrutar de la hospitalidad de Santi y Adelaida que como buenos – buenísimos- anfitriones ofrecieron dos paellas exquisitas, precedidas por un largo vermú y culminadas por pastas navarras- ¡gracias Estrella y Chato !- ,café y un gin-tónic cada vez opcionalmente más infantil por mor de la edad.

Y otro sí de nuevo, la comida y la bebida fue ocasión de charletas de a dos, de a tres, de a cuatro y de a muchos, saliendo y entrando temas varios, como si se estuviera preparando por comisiones un pleno del comité central de a saber qué peculiar organización.

Curiosamente aunque no en ese orden, se habló de la familia, del municipio y del sindicato en clasificación de aquella llamada democracia orgánica de nuestra pubertad franquista.

Sobresalieron así durante un rato los asuntos familiares, toda vez que la preocupación por los descendientes – hubo un precioso bebé cuya custodia se disputaron las chicas- resulta cada vez más coordinada con la debida a los debilitados ascendientes que, por otro lado, van señalando un camino ineluctable.

Y de la familia se pasó al municipio en sentido amplio, señalándose la insistencia con que el mando en plaza marítimo reclama el pabellón español en todas y cada una de las embarcaciones que se deslizan por la bahía de Plentzia- Gorliz, así sea con vocación de una navegación mínima y ociosa.

Y, por fin, ya en el ámbito del sindicato resultó un cumplido repaso acerca de cierta incapacidad de las administraciones que nos administran para llevar a acabo sus misiones sin privatizar los medios dedicados al efecto, ya sea en sanidad, en educación o hasta en transportes u ocio deportivo.

Tan solo sería preciso añadir, en plan Borges -el argentino- que también salieron a colación los siguientes aspectos sin llegar a perfilarse mayormente: 1) De si la tabarra musical colindante era más atroz que la del año pasado; 2) De si este verano hay más moscas; 3) De si es aceptable el amamantamiento a demanda del amamantado (o amamantada, of course); 4) De dónde está Europa en el lío internacional de Oriente Medio ; 5) De si la boxeadora argelina Imane Khelif es o no una mujer ; 6) y si lo es, qué es eso de la hiperandrogenia; 6) De otros aspectos que no caben en esta clasificación.

Pero lo más importante de todo es, fue y será el «de nuevo», esa ocasión de juntarse y disfrutar de los demás en conjunto y de cada uno y de cada una en particular… Milesker!

(c) by Vicente Huici Urmeneta

SIMULACROS (¿olímpicos?)

» El simulacro de orden universal olímpico no puede coexistir con la ONU como simulacro de Orden Internacional»

La frase – frasecita- pertenece a Sabotaje olímpico (1993) uno de los libros que escribió Manuel Vázquez Montalbán protagonizado por el detective Pepe Carvalho -que tanto iluminó a Andrea Camilleri a la hora de pergeñar su saga dedicada al inspector siciliano Salvo Montalbano.

Atento, como siempre, a enhebrar la actualidad del momento- Las olimpiadas de Barcelona- con una trama sorpresiva sazonada de ironía y unas cuantas cargas de profundidad, estas palabras parecen tener una vigencia insólita pues apuntan a dos simulacros que están acaparando la atención mundial en este verano singular.

Así, el simulacro olímpico- Paris 2024– como supuesto hermamiento universal de pueblos, naciones, estados y etnias diversas que representados por atletas heróicos resplandecerán por unas horas como dioses y diosas y desaparecerán dentro de muy poco como aquellos «seres de un día» que cantaba Píndaro.

Y otro sí, el simulacro de concordia política internacional – ONU 2024– presenciando el último genocidio, incapaz de hacer cumplir sus propias resoluciones , dejando aplicar la ley del más fuerte y haciendo llamamientos a una paz inverosímil.

Aunque, para finalizar con este breve catálogo de simulacros también sería necesario hablar del correspondiente a una Europa 2024, atrapada entre una China emergente y una América (USA) que ya nunca será great again, y boicoteada desde dentro por diferentes quintas columnas del más variado pelaje.

¿Simulacros? Sí, demasiados simulacros y todos con pretensiones olímpicas…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

LA SITUACIÓN EN VENEZUELA (según Edgar Borges)

Mi querido amigo el escritor Edgar Borges (Caracas, 1966), de cuya sugerente obra he dado cuenta en varias ocasiones, me ha enviado una matizada reflexión sobre la situación en Venezuela tras las elecciones del pasado domingo. La transcribo tal cual porque creo que aporta un interesante punto de vista.

«Ante la situación en Venezuela es difícil opinar desde la distancia; por otra parte, el caso es complejo, tiene diversos componentes históricos necesarios para un análisis.

Llevo días intentando un artículo de prensa, sin poder evitar que la sensación de fracaso que me produce la realidad de mi país se lleve por el medio mis reflexiones. El amigo Oscar Acosta se tomó varios cafés antes de compartir unas importantes reflexiones, lúcidas y con un inevitable sabor amargo. Me gusta mucho el café, pero preferí no tomar ninguno antes de reiterar posiciones. Quizá el café circula ya en la sangre, de manera natural. Comparto algunos aspectos de la declaración del también amigo Rubén Blades; no así una de Residente en la cual dice que «somos el Salto Ángel» y no sé qué recurso más. Pienso que ya debemos dejarnos de esas pendejadas, Venezuela será lo que seamos los venezolanos.

Mención aparte para la intermediación y sugerencias de Gustavo Petro, presidente de Colombia. Valioso su seguimiento y aporte.

Tras las elecciones del 28 de julio, el debate se ha centrado en las actas, en defender el triunfo de, en mi opinión, dos candidatos sintomáticos del trauma nacional. Claro, cada quien tiene derecho a defender su voto, eso sin duda. Sin embargo, también sería importante analizar los focos que estamos defendiendo. ¿En qué lugar del tablero nos encontramos para ser defensores de dos rutas que igualmente agudizarían el fracaso?

Maduro fracasó, prácticamente, desde el inicio de su primer gobierno. El fracaso de cualquier gestión se podría medir en los índices crecientes de frustración que genera en los individuos que no dependen de favores políticos, o empresariales. Ayer leí en una red social la opinión de un venezolano que a los 62 años se sentía viejo para luchar; el hombre decía que vivía para esperar la muerte. Si esto no es representativo del fracaso de Maduro, significaría tener la sensibilidad dañada. Maduro no es de izquierda, eso lo he tenido claro desde un inicio. Defender a Maduro tampoco nos hace progresistas, pues sobran ejemplos (o más bien asfixian) de prácticas ajenas a los logros históricos de la izquierda.

Entre muchos otros factores cuestionables, Maduro ha logrado que la oposición venezolana rehaga el argumento de que la izquierda es la responsable del colapso del mundo, como si el planeta lo dirigiera un modelo distinto al capitalismo. Aún así, ningún planteamiento de izquierda debería seguir con la idea de pedir sacrificios eternizados en el tiempo, a nadie se le puede pedir que espere veinte años para mejorar su vida, pues, más allá de la canción de Gardel, veinte años es demasiado tiempo para una vida y tampoco creo que la esperanza deba ser la solución de ningún ser humano aquí en la tierra.

De la dirigencia opositora es mucho lo que podría decir. Me parece patético que, a estas alturas, el liderazgo lo mantengan Machado, López y otros nombres intermediarios de los lobbies internacionales. Por tal razón jamás veremos a esta señora y señores acompañantes alzar la voz contra el genocidio palestino, entre otros tantos silencios que practican cuando se trata de defender toda razón de vida en desventaja, en cualquier punto del planeta. Ya sé que por estos días hay «nuevos teóricos» que dicen que es maniqueísmo sostener el argumento del imperio. Y maniqueísmo nada, simplismo sería negarlo. La dicotomía es la misma, no seré yo (negado siempre al pensamiento binario) quien se alegre de la permanencia de la polarización. Pero es que el asunto de la polarización, sabemos, impide ver el fondo. Y este fondo (a nivel mundial) cada vez es más inhumado gracias a la metamorfosis de un capitalismo que sabe dominar como nadie y también girar la realidad cada vez que su guion lo indica.

Mi rechazo categórico a toda forma de represión. La sutil y la directa. Mis respetos a todo aquel que se resiste a cualquier poder que pise su dignidad y la de sus semejantes. Si viera una injusticia jamás le preguntaría a la víctima cuál es su ideología antes de hacer algo por ella. Por otra parte, la lucha popular venezolana debería distanciarse de Machado y compañía para legitimar el cambio histórico que urge en Venezuela.

Creo (no lo puedo asegurar) que la izquierda venezolana, en su mayoría, no se siente identificada con el actual gobierno, pero el temor a la llegada de la «bestia» facilita fidelidades difíciles. Sería importante despertar a tiempo, porque la «bestia» tiene paciencia y una finísima inteligencia.

(1 de agosto de 2024)

(c)Edgar Borges

NUEVAS NARRATIVAS (muy viejas)

Ante la avalancha electrónica que ya homologa lo virtual con lo empírico, ha surgido un deseo profundo de verdad del tipo que sea, pues hacerse con una verdad no solo genera identidad sino también y sobre todo seguridad.

No son estas fechas caniculares muy propicias para reflexiones de gran calado a no ser que, como ya comenté en su momento, se tomen en un sentido homeopático.

Algo así, homeop`´atico, me ha ocurrido al volver a leer un nuevo artículo que intenta inscribir en el espacio literario (Bourdieu) eso que se ha dado en llamar edulcoradamente no-ficción.

Pues para comenzar, la tal expresión – que proviene del mundo anglosajón- no deja de ser un a modo de clasificación comercial que diferencia un tanto torpemente esos rankings de ventas de libros que se acogen a lo de «los más leídos».

Por si esto fuera poco, que ya es bastante sospechoso aunque probablemente justo y necesario, el núcleo de la caracterización de la no-ficción que antes se circunscribía al «ensayo» ahora se extiende a esa mixtura tan de moda apalabrada como auto-ficción – que ya ha sido consagrada con una Premio Nobel.

Hasta aquí , nada nuevo bajo el sol. Pero no (me ) deja de resultar irritante (¿neuronalmente?) que se le conceda a esta nueva expansión terminológica un contenido de «verdad más verdadosa», confundiendo ( ¿por ignorancia, por incultura general básica?) otra vez «La Realidad» con «La Verdad».

¿O acaso ficcionarse a sí mismo ( o a sí misma of course) otorga más garantía de verdad? Hasta ahora al menos no había sido así, por mucho que en sus anteriores manifestaciones ( memorias, autobiografías, dietarios…) intentara mediar un pudibundo y moralizante «pacto autobiográfico» ( Lejeune).

Más bien es posible que , ante la avalancha electrónica que ya homologa lo virtual con lo empiríco, haya surgido un deseo profundo de verdad del tipo que sea, pues hacerse con una verdad no solo genera identidad sino también y sobre todo seguridad.

Pero que este deseo se manifieste tan ciego que no tenga en cuenta todo lo que se ha meditado y escrito sobre este asunto, no ya desde Aristóteles, sino a lo largo de los últimos años, entra ya en el ámbito del oportunismo que, como casi siempre es un oportunismo dirigido por unos determinados intereses tan legítimos como discutibles.

Pues, por no ir muy lejos y por ejemplo, El cuaderno gris, de Josep Pla, una obra que hoy podría adjetivarse de auto-ficción por no-ficción, ya fue y ha sido convenientemente ubicada con precisión y sin esas pretensiones tan descaradamente verdadosas…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

DESDE LA TAVERNA PLATANOS (12 years after)

La Taverna Platanos , de la calle Diógenes de Atenas, continúa siendo, doce años después, un restaurante bueno, bonito y barato. Ubicado en una esquina de la Plaka, el trato es familiar, la comida excelente y los precios accesibles. A no perderse los tomates rellenos, el souvlaki de pollo y , por supuesto, un muy matizado tzatziki.

Su ubicación apartada parece acentuar un caracter excepcional en medio de la turistización drástica de esta zona tan conocida de la capital griega que, por otro lado, se manifiesta como el eje del carro de recuperación de la economía helena.

Pues , en efecto, días antes, en Corfú, la isla de los Durrell , había podido comprobar la urbanización salvaje del noroeste de la isla, saturada de apartamentos hasta el límite de las playas, donde en un viaje anterior, veinte años atrás, solo había grandes y fecundos campos de olivos.

Y es que esta parece ser la alternativa económica global de aquellos lugares que el Financial Times denominó PIGS ( Portugal, Italia, Grecia, eSpaña) que pretenden articular su PIB en el turismo, gentrificando las ciudades, favoreciendo la implantación de las multinaciones hoteleras y hosteleras e imponiendo horarios y modos de vida ajenos.

Lo más curioso es que también en algunos lugares del Reino de España, anteriomente caracterizados por su gran impulso industrial, las autoridades con mando en plaza van adoptando descaradamente esta alternativa , felicitándose ostentoreamente por la llegada de grandes cruceros y de sus correspondientes cruceristas, como si se tratara de algo novedoso y singular, obviando que esa fue precisamente la clave de la dependiente economía franquista.

Una clave que ,como ya se pudo comprobar, desde su dispositivo algorítmico era pan para hoy y hambre para mañana, pues los destinos pueden variar según las modas y sobre todo según las renuncias a las que se esté dispuesto a hacer política y colectivamente.

Y mientras tanto…Más precarización laboral, crisis de las clases medias y profesionales, pensiones insuficientes…Y más impuestos indirectos…De todo lo cual , por cierto, la cinematografía griega reciente ha dado buena cuenta- como, por ejemplo, El albor de la tragedia ( Michalis Konstatatos, 2020).

Así que me pregunto si no sería posible otra alternativa, tomando como modelo…la Taverna Platanos…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

DOS LECTURAS ( y una peli)

«TESTAMENTO» (Denys Arcand, 2023)

Ya que no me veo particularmente inspirado a fuer de sudoroso no ya para dar cuenta de los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa – que son muchos y agrios, por cierto- ni para juntar las diecisiete sílabas de un haiku, creo que debo insistir en las recomendaciones de lectura de los escritos de algunos buenos amigos que permanecen activos, pluma o tecla en ristre.

Así, y en primer lugar, la estupenda recensión que ha llevado a cabo Iñaki Urdanibia sobre del octavo tomo del Journal hédoniste– La foudre gouverne le monde- El rayo gobierna el mundo- de Michel Onfray, en la que , además, se hace un interesante y sugerente recorrido de la obra completa de este polémico pensador francés.

Por otro lado, en otro registro y en un medio asaz diferente, me ha gustado mucho el artículo de Jesús Ferrero titulado «De bosques y emboscados», en el que se recupera la figura del «emboscado» de Ernst Jünger ampliándola hacia otras similares en las que se manifiesta una leve apología de la serenidad.

Y, si se me permite, quiero cerrar esta breve entrada con una recomendación cinematográfica para rebajar la cierta severidad que pudieran ocasionar las menciones ensay´ísticas anteriores: se trata del film Testamento (2023),(M+), del director quebequense Denys Arcand- muy conocido por  El declive del imperio americano   (1986) y su continuación dieciocho años después: Las invasiones bárbaras – que viene a ser un canto optimista en tono menor en un mundo de corrección política máxima, identidades radicalmente contrapuestas, activismo polimorfo y tifones mediáticos…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

CANÍCULA (¿activa?)

He comprobado que entre mis amistades la tecla está rielando sobre la pantalla más que la luna sobre la mar salada.

Soy más de primavera y de otoño que de verano, pues no llevo bien ni el sol ni el calor ni ninguna de las actividades aeróbicas adjuntas, por lo que nada más alejado de mi imaginario paraíso que una playa sin fin festoneada de palmeras y cocoteros.

Esta disfunción veraniega solo la he podido sobrellevar hasta hace poco proponiéndome lecturas drásticamente homeopáticas, pasando de Hegel a Heidegger, y llevando un esforzado diario filosófico, a veces hasta moderadamente publicable.

Pero este verano, y supongo que será cosa de la edad, me he dedicado a la relectura reposada de la Odisea, comprobando que mis desdichas caniculares nada son comparadas con las mayores de aquel gran sufridor que Ulises fuera, y escribiendo algún que otro haiku bajo la sombra de algún árbol piadoso y en compañía de un aperol spritz bien preparado.

Sin embargo, he comprobado que entre mis amigos, conocidos y saludados – que decía Josep Pla- la tecla está rielando sobre la pantalla más que la luna sobre la mar salada.

Así, mi viejo amigo el catedrático de la UNED Paco Martínez ha escrito una interesante aproximación sobre los nuevos rumbos de nuestra exterioridad centrándose en las cuentas pendientes con Oriente y particularmente con China.

Por su parte ,el reconocido historiador Fernando Miquelarena ha profundizado en la investigación sobre la conspiración franquista en Navarra aportando nuevos y relevantes datos.

Y finalmente el recientemente nombrado Consejero de Universidades e Investigación del Gobierno Vasco, Juan Ignacio Pérez, nos ha proporcionado una sugerente reflexión sobre la íntima patologización general básica en la que sobrevivimos.

Y supongo que es de agradecer que , a pesar de la canícula, se mantengan firmes gentes como las mencionadas para que nuestras neuronas no se adormezcan más de lo necesario y terminemos por ser víctimas de una galbana absoluta…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

EL TENDEDERO ( un relato de Juana María Castro)

Publico hoy este delicado y sugerente relato de Juana María Castro, participante del Taller Literario que llevo animando desde hace unos años.

EL TENDEDERO

Un comentario radiofónico fue suficiente para que una luz de realidad cotidiana me hiciera reflexionar sobre lo poco que atendemos u observamos lo que nos rodea, trivialidades que ni siquiera percibimos por la velocidad en la que transcurren nuestras vidas. Esto sucede con los tendederos que suelen encontrarse en los patios interiores de las comunidades de vecinos.

Dicho sea de paso, nunca he prestado mucha atención a lo que cuelgan los demás en sus tendederos. Quizá porque lo hago deprisa, para terminar cuanto antes, porque no me parece una actividad muy enriquecedora ni trascendental, más bien lo considero una mera obligación de intendencia. Jamás hubiera creído toda la información que se puede obtener sobre las personas que conviven con nosotros en la comunidad, pero lo que escuché en ese programa hizo que abriera la ventana de mi cocina y mirara para ver, para encontrar vidas ajenas colgando en alambres, sujetadas por pinzas en la seguridad de que no se irán volando lejos. Vidas infantiles y adultas, en algunos casos mezcladas, como flores textiles coloreando los frontales de las ventanas. En unas casas había vidas en evolución, distintas generaciones compartiendo emociones y experiencias.  En otras solo vi ropa de adultos, personas solitarias por elección o solas por imposición vital.

Detuve la observación en unas lentas manos huesudas y arrugadas. Trataban de colgar un vestido bien estirado. Poner las pinzas suponía una hazaña épica para mi vecina. En su tendedero, con el viento bamboleando la solitaria prenda, pude ver su melancolía. Ella, la mujer que hacía diez años llenaba sus alambres con vidas diversas, ahora tiende su soledad. Sus dos hijas se independizaron, se fueron a vivir lejos. Su marido murió cuando paseaban por un parque de la localidad, de repente. Lo peor llega por la noche, cuando la llave de su nostalgia cierra la puerta dejándole con el doloroso silencio del recuerdo y el miedo a morir en soledad. Todo me lo contó ella dos días después, cuando coincidimos en el rellano y, por fin, charlamos. Vivimos aislados en comunidad, indiferentes a nuestro alrededor, en el anonimato del educado saludo diario.

(c) Juana María Castro