JUAN GOYTISOLO O UN APOCALÍPTICO INTEGRADO

JG

Ha muerto Juan Goytisolo y ya está enterrado en el cementerio civil de Larache , lugar  que evoca antiguas guerras coloniales. Miembro de una saga de escritores en la que sobresalen su hermano el poeta José Agustín  y el también hermano y  narrador Luis , este Goytisolo no dejó de desacartarse a sí mismo una y otra vez y , acaso por ello, siempre estuvo en la pomada.

Así, cuando alguna crítica somñolienta le había ubicado en el realismo social ( Campos de Nijar, 1957),  al poco dió un giro hermético ( Reivindicación del Conde don Julián, 1970), al calor del nouveau roman y del estructuralismo desestructurador, un giro que prolongó hasta la elipsis en varias obras (Juan sin Tierra, 1975 y Makbara, 1980), cambiando Paris por Marraquesh y comenzando a llevar chilaba.

Entretanto, inició un despliegue autobiográfico y retro-reivindicativo con Señas de identidad ( 1966) que le valió una buena discusión con su hermano Luis a cuenta de la figura de su abuelo. Por fin, muerta su  mujer y escritora Monique Lange- autora de  un libro indispensable, Las casetas de baño – dejó claro lo que ya era de dominio público en otro descarte muy acertado para el momento : su homosexualidad.

Nadie – que se precie y que esté al tanto de la Historia de la Literatura Española- podrá negar la importancia de sus obras, pero aquí se está hablando de la oportunidad de su vida. Y no deja de ser curioso que la traductora al francés de su obra, Alin Schulman, haya comentado, para resumir su última etapa, que» con los años se fue haciendo más humano».

Pues sin duda la de Juan Goytisolo ha sido la vida ( pública) de un dios, siempre presente aún cuando quisiera estar ausente, a diferencia de la su hermano José Agustín, oscura y muy triste ,o a la de Luis, tan recia como discreta. La suya ha sido, sin duda, la de un apocalíptico integrado, uno de esos de los que se hacía eco  Umberto Eco. Y el eco perdurará hasta que se desvanezca. Y, entonces , «solas sus obras», que diría Baltasar Gracián…

 

Publicado por

Vicente Huici

Sociólogo, neuropsicólogo y escritor.

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