( Ernst Junger, acompañado de su esposa y de Ian Dallas – o según decían, Shaij Abdalqadir as-Sufi )
El día 17 de febrero se cumple el aniversario de la muerte , a los 102 años, del escritor alemán Ernst Jünger. Autor de una extensa y controvertida obra, el 19 de octubre de 1989, Jünger fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad del País Vasco.El acto fue presentado por Enrique Ojembarrena ,profesor de Literatura Contemporánea y padrino del homenajeado.
La presencia de Jünger fue muy polémica, pues a su valía indudable como pensador y escritor, se contrapuso su trayectoria conservadora y reaccionaria, en opinión de algunos filo-nazi. Sin embargo, y curiosamente, el nombramiento tuvo una buena aceptación entre mis amigos de la izquierda abertzale, sin que yo pudiera llegar a comprender tal extremo.
Pasados los años, y releída su obra por motivos más bien históricos, he encontrado, no obstante ,una filiación ideológica de la cual no me había percatado.En efecto, a lo largo de casi todos los escritos de Jünger hay una continua apología más o menos explícita del Fronterlebnis, de la experiencia de la «guerra», como fundadora de un nuevo tipo de comunidad predominantemente masculina y consecuentemente misógina, etno-lingüística y radicalmente patriótica , militarista y anti-democrática en la medida en que la democracia es liberal , burguesa, » occidental»…y aburrida.
No creo que haya mucho más que añadir . A buen entendedor, pocas palabras bastan…Por lo demás, la mayoría de aquellos que mostraron tales simpatías por el escritor alemán, tras pasar por esoterismos diversos, se han retirado a cuarteles de invierno varios para dedicarse a las acuarelas o a las sinalefas ,intentando acaso, como el mismo Jünger, convertir una derrota militar en una victoria estética…Vae victis! Sí..¡Ay de los vencidos!
