Ahora que sé que este verano no iré a Sicilia y que sin embargo me espera el frío Atlántico del Alentejo portugués, he abierto de nuevo esa obra maestra que es para mi La creación del mundo de Miguel Torga .
En esta recreación biográfica – que recorre al paso el devenir de Portugal durante el siglo XX – luego tan apuntalada por sus magníficos Diarios , Torga – de nombre civil Adolfo Correia da Rocha – reproduce un diálogo con su padre: » El señor Arnaldo dice que el periódico viene hablando muy mal de tí…». «¿ Y qué?» ¿Para qué escribes libros de esos?¿Qué necesidad tienes tú de andar en las lenguas de la gente?»
Y he levantado la vista del libro y me he quedado mirando al techo preguntándome lo mismo: ¿ Qué necesidad tienes tú de andar en las lenguas de la gente? Y hablar de esto y de aquello como si fueras un tutólogo de tertulia sin tertulia, un Tertuliano tan insomne…
Y no he encontrado respuesta alguna o quizá la de la mera manía de escribir, una locurilla como otra cualquiera para pasar el rato mientras se reconcilian las dos Coreas o se reconstruye el Sacro Imperio Romano Germánico.
Y me he puesto a echar estas líneas sin llegar a aceptar que este agosto no me podré zampar unos arancini en Porto Empédocle con mi amigo Salvo Montalbano…¿Por qué no te echas tú también , querido lector, querida lectora, mon frère, ma soeur, unas líneas y te cuentas cómo se pasa la vida tan callando…?