Visita breve, de las que antes se decían » de médico» , a la vieja Iruña natal.
Paseo entre la niebla matutina recorriendo calles y plazuelas. Me detengo frente a la calle Salsipuedes al lado de la Catedral y me doy la vuelta. Y luego me dejó llevar por la bajada de Javier – ¡Una de las dos Navarras va a helarte el corazón!
La plaza del Castillo está vacía y en el balcón de la casa de un inveterado carlista ondea una bandera preconstitucional.
En cuanto abren , entro en el Palacio del Condestable donde expone Pedro Salaberri. Su pintura ha evolucionado según una pauta muy personal desde que le hice uno de sus primeros catálogos, hace más de cuarenta años, cuando colaboraba en la Sala de la CAN dirigida por Javier Morrás ( y sita en la entonces calle Mártires de la Patria, hoy Castillo de Maya. Además, cada treinta años publicamos un libro de haikus ( míos) con unos dibujos ( suyos ) de los que siempre le estoy muy agradecido.
Salaberri dibuja pintando grandes masas de color y , para mí, lo mejor continúa siendo su vertiente paisajística , y ahora ya más la urbana que la rural.
Me tomo lentamente un café con leche muy caliente y un pintxo de txistorra .Subo al coche y salgo de la ciudad… Pronto me perderé entre las curvas de Lizarrusti que tanto me gustan …Entre tanto iré contemplando las vistas de la Cuenca recordando los cuadros de Salaberri…