Otro de los regalos que he recibido por Navidad ha sido La imagen corpórea del arquitecto finlandés Juhani Pallasmaa, de quien siempre me han interesado sus ensayos por la ambiciosa y sugerente combinación de erudición y reflexión.
Y he aprovechado una tarde fría y oscura de este invierno que acaba de comenzar para abrirlo en el sofá, entre sorbos de un té muy caliente y más azucarado.
Pues bien , en la página 22 , me he encontrado con este párrafo que he subrayado de inmediato; » Desde tiempos inmemoriales, la tarea cultural de la narración oral, la literatura y el arte era producir y conservar ‘ el otro nivel de realidad ‘, el de los sueños, las creencias, los mitos o los ideales, con el fin de crear un contrapunto mental esencial para una experiencia cotidiana de la realidad prosaica y , a menudo , deprimente. Sin embargo, en las últimas décadas la responsabilidad ética de artistas y escritores parece haberse invertido y su tarea es , hoy, la de reforzar nuestra experiencia de la realidad…»
Y he levantado la mirada y he estado recordando la miríada de libros, sobre todo de novelas, de esas que se autodefinen como » realistas» o de esas » en las que se entiende todo » , desde una pugna épica de templarios hasta la vida miserable y sórdida de un barrio perdido que tanto gusta al pijerío intelectual, tan proclive al naturalismo masoquista de papel couché.
Y es que, como decía hace poco en una entrevista el escritor Jesús Ferrero, si tras leer una novela no deja tras de sí un cierto halo de interrogación y la sombra de un misterio , posiblemente no ha valido de mucho su lectura…
La tarea cultural, sí, replantear nuestros sueños, mitos, creencias e ideales, esos que para bien y para mal han permitido construir un relato de nuestra realidad.En alguna otra ocasión ya me he referido a ello- ayer mismo- y ha habido quien se ha quedado mirando el dedo que señalaba la luna…
Nota bene. – Entre tanto el té se me había quedado frío. Me pasa demasiado a menudo.
«con el fin de crear un contrapunto mental esencial para una experiencia cotidiana de la realidad prosaica y , a menudo , deprimente», Sí, por eso la gente se enamora, cree en Dios o en algo parecido, y demás. En definitiva es lo que se suele decir «un vulgar escape»
Bueno, más que un escape, un intento de dar sentido, cualquier sentido…Este ha sido siempre el problema de Occidente porque el ser humano se ha concebido aquí como supra-natural – miraculum in natura– y no como en Oriente, donde, por lo general, no ha sido sino un animal en ocasiones inteligente, y el orden social vigente se ha comprendido como natural..