Nos conocimos hace ya muchos años, cuando se incorporó como profesora al Euskal Kultur Departamendua ( E.K.D.) de UNED- Bergara que en aquellos tiempos reunía a un excepcional equipo en el que destacaban , por diversas razones , Jerardo Elortza, Juan Martín Elexpuru y Xabier Pardo.
Desde el primer momento coincidimos en el tono personal que es, según la escritora norteamericana Edith Wharton , lo que articula las amistades de larga duración. Y nos relacionamos desde el primer día en euskera ( yo en mi torpe vizcaíno de Guipúzcoa) toda vez que para mí , el euskera siempre ha sido una lengua vehicular pero nunca de creación literaria ( salvo excepciones contadas y supervisadas.
Como toda sólida amistad, y más allá de la dulce complicidad cotidiana, la nuestra se articuló en proyectos sucesivos, fundamentalmente en torno a la IDAZLE ESKOLA , dirigida al estímulo de nuevas voces y estilos, surgida tras la traumática supresión del E.K.D. en 1995.
Tere ha continuado escribiendo y publicando…y acumulando premios, circulando entre una poesía exquisita e íntima y el ensayo poliédrico.
Ayer le acompañé a Algorta a presentar su última obra – Txoriak dira bederatzi– ante un público culto y adulto, de esos que ya resulta difícil de encontrar.
Antes, dimos un breve paseo por el puerto viejo y estuvimos charlando mientras tomábamos un café como si nos hubiéramos visto el día anterior, tal que suele pasar con los viejos amigos aunque no se los vea más que de año en año…Como de hecho, así ocurría entre nosotros…
«Txoriak dira bederatzi, baina bat ez da ageri, oraindik… »
Beti sentitu izan dut idaztean hurbilago nengoela geure jendartetik, zu bezalako lagunengandik, mundua oraindik ulertzen ez dugunez, ulergarriago eta eramangarriago egin nahi dugunon handik… Mundua liburu luze zabala duela pentsatzen dutenengandik.
Mila esker , noski, denagatik