El paseante ha vuelto de nuevo a Sicilia, en esta ocasión tomando Agrigento como punto de referencia.
Y la primera visita, a fuer de la obligada al Valle dei Templi, ha sido a la Scala dei Turchi, impresionante alcantilado blanco de caliza situado en el municipio de Realmonte y muy celebrado en la larga saga del comisario Montalbano del recientemente fallecido Andrea Camilleri.
La belleza del lugar incita tanto a la contemplación como al baño en sus tranquilas aguas, y tras las fotografías documentales de rigor, mis chicas se han acercado al agua quedándome yo en el servicio de la guardia.
Al poco, azuzado por el sol mediterráneo del mediodía ,he abierto la sombrilla y la he colocado sobre mis hombros. No han pasado ni un par de minutos, y se me han presentado dos vigilantas de la playa conminándome a cerrar de inmediato mi modesto ombrellone.
Yo les he mostrado que la sombrilla no estaba clavada en la roca – ¡ ni se me hubiera ocurrido ni era técnicamente posible! -pero han sido terminantes y me han amenazado con una multa de 150 euros. Así que , sin más, la he cerrado.
Después, ya de vuelta, me he entretenido en leer las disposiciones municipales al respecto y he comprobado, para mi sorpresa, que a las prohibiciones lógicas por razonables que cualquiera podría adivinar referidas a un entorno natural tan precioso, recientemente se ha añadido- y colocado en primer lugar- un párrafo que prohibe sombrillas ,toldos y similares «che possano deturbare il decoro della Scala dei Turchi» .
Sin duda, algún avisado experto ( o experta) en «posicionar» este bello paraje estará detrás de esta nueva disposición «decorativa» en la que , una vez más, una imagen vale más que mil palabras , y más que millones en las redes sociales.
O sea, que en el citado y cuidado lugar se puede comer, beber, darse cremas de antes y de después, y bañarse, pero… ¡ay como se pueda hacer una sola foto de las miles que se hacen cada día en la que salga una sombrilla!
En fin, que he abandonado la Scala dei Turchi preguntándome si la larga y disciplinada fila de ciudadanos ( y ciudadanas) de la Cina ya tan vicina con que acabo de cruzarme, dotados todos y todas de lo que en Occidente llamamos paraguas ( abiertos, of course) ,sufrirá también las inclemencias decorativas en estricta aplicacion de la nueva norma de manos de las vigilantas de la playa …