La provincia de Agrigento es la penúltima más pobre de Italia. La vieja y durísima minería de extracción del azufre dió paso a numerosos intentos de reindustrialización y buena prueba de ello son las altas chimeneas que todavía se alzan en Porto Empedocle.
También la construcción de casas baratas aquí y allá redondea la sensación de estar ante una población flotante que viene y va al son de los impulsos empresariales, pero que al cabo emigra «al Norte» en busca de una mejor subsistencia – en los últimos años han sido más de dos millones de personas «del Sur».
Otra alternativa ha sido el turismo, poniendo en valor bienes naturales ( como la Scala dei Turchi ) y culturales ( como el Valle dei Templi), pero al cabo parece estar resolviéndose en una oferta complementaria tan cutre como la de algunas playas españolas de la época del desarrollismo – ayer mismo, en un «recomendado» restaurante de una conocida playa, el servicio de toilet costaba , a parte, 0,5€ y resultaba ser un cuchitril …¡sin luz ni agua!
Mucho tendrá que hacer el gobierno regional, presidido por Nello Musumeci para rectificar esta sangría demográfica y económica…Porque una política de » il coccodrillo come fa ?» no acaba funcionando en ningún lugar aunque, eso sí, llena más y más los bolsillos de algunos emprendedores lejanos…