«Tal y como se plantea esta cuestión creo que va a dar para mucho y para mucho tiempo, pues no hay nada mejor para coartar todo tipo de libertades que señalar a un enemigo interior y además internacionalizado».
Estas palabras las pronunció un reconocido politólogo referidas a lo que en su momento se denominó «lucha anti-terrorista», un cajón de sastre ideológico- militar en el que cabían muchas y diferentes variables.
Curiosamente, tales palabras y los argumentos subsiguientes son perfectamente aplicables a la «lucha» contra la pandemia del COVID-19.
Pues en efecto, este coronavirus singular causa terror por sus dos condiciones inmediatas ya que , por un lado, se ha convertido en un enemigo interior desde el punto de vista social y , por otra parte, se trata de un enemigo internacionalizado, como claramente viene a exponerse cada día en los medios de comunicación.
Y en cuanto a las consecuencias políticas de esta lucha anti-pandémica, está claro que más allá de su bondad sanitaria ,supone un sistemático recorte de libertades ciudadanas en una continua pugna entre los tres poderes del Estado que pretenden defender el garantismo democrático.
A lo anteriormente habría que añadir que la denotación íntima de este nuevo enemigo terrorífico que no conoce fronteras ,puede generar además una aceptación acrítica de normas y sugerencias restableciendo la aceptación de un régimen disciplinario con opción de utilizarse para otros fines y no precisamente sanitarios.
En fin, sin poner en duda la política sanitaria de obligado cumplimiento ni suscribir ningún planteamiento negacionista, hay que concluir que no deja de ser sorprendente este conjunto de analogías entre la lucha anti-terrorista y la lucha anti-pandémica…
Es complicado buscar en el conjunto de analogías.En diversos países europeos las protestas contra las medidas anti pandemia están abanderadas por sectores de ultraderecha. Por ello es muy difícil buscar un criterio claramente objetivo.Como la vida misma.
Muchas gracias por el comentario. En efecto, se trata de un tema difícil por las implicaciones que supone. Tan solo quería iniciar una reflexión…
Creo que no te atreves a decir claramente lo que realmente piensas. Amagas, pero no terminas de rematarlo. Es mi impresión.
Un saludo
Houston, tenemos un problema.
Me gustaría empezar por confesar que no soy negacionista.
Me gustaría seguir confesando que no soy pro-gobierno(s)… de casi ningún tipo.
Me gustaría aclarar, o que me aclararan, las dudas que me han metido en el cuerpo:
– La vacuna era la panacea. Ahora la vacuna no evita contagios, sino que disminuye las consecuencias del bicho (lo que está muy bien).
– Un tribunal dice una cosa, otro tribunal dice otra, y el Supremo lo contrario…. y los ciudadanos «de a pie» dependemos de uno o de otro.
– En unas Comunidades, según quién gobierne, las medidas son unas, en otras, según quién gobierne, son otras…. ¿Porqué podemos hacer unas cosas u otras según donde vivamos?
– ¿Gobierna el poder ejecutivo? ¿gobierna el poder legislativo? ¿gobierna el poder judicial? ¿no gobierna nadie, sino que depende de los lugares y del partido que presida la Comunidad?
– ¿Es legítimo reaccionar con violencia cuando con violencia pretenden imponer unas normas no aclaradas?
Ante todas estas preguntas, algunas retóricas, no quiero que nadie pueda pensar que estoy de acuerdo con aquellos que, de forma violenta, responden a las autoridades que, obedeciendo órdenes sin saber, en muchos casos, de dónde vienen, «cumplen con su obligación» dando igual si hablamos de terroristas o de botelloneros.
Un saludo
Gracias por el comentario. Solo he pretendido abrir una linea de reflexión.
Muchas gracias por el comentario. Como siempre atemperado y sugerente.