En deseándome otro sí unas felices fiestas, un fiel seguidor y apuntador me ha indicado que no es una buena idea terminar el año repartiendo mandobles a diestro y siniestro.
Y aunque reconozco que en su momento no se me dio nada mal el arte marcial del karate- do, de aquellos años me ha quedado la costumbre matutina de los katas de Heian , pero sobre todo el principio de «la mano vacía» ( kara 空 limpio /te 手 mano).
Así que nadie debería preocuparse -ni menos ocuparse – ni siquiera de un oi- tsuki verbal de esos que me salen automáticamente por mor del entrenamiento sistemático al que someto a mi pluma ( electrónica ya mayormente).
Pues, any way y por otro lado , mi post-maoísmo crítico – que bien me lo he currado- me ha enseñado que la democracia o es burguesa radicalmente o es otra cosa. Y que por lo tanto obedecer a las autoridades legítimamente elegidas es el primer deber ciudadano, siendo este, en paralelo de un pacto eqüe-principal ,a la crítica oportuna y razonada, pues de lo que se trata es de convencer siendo el vencer si acaso una consecuencia a medio o largo plazo. Y todo ello aun sabiendo que los argumentos expuestos serán integrados en el discurso del sistema de poder realmente existente y reforzándolo, como muy bien explicó en su momento Michel Foucault, ese tipo que tanto me gusta citar.
Por lo tanto y en relación a La Cosa ,que en estos momentos no es otra que el COVID-19 ,todo lo mío no son sino apostillas de franco tirador plumífero : sin más ,como dice ahora la juventud.
Así que olvídense ustedes del kumite en el que de vez en cuando les encierro , disfruten lo que puedan entre mascarillas guardando bien la distancia (mai), y no pierdan la oportunidad de hablar – sin gritar – de lo divino y de lo humano.
Txori onak izan ditzazuela, lagunak!