«Periodistas y (a pesar de todo) escritoras» es el título del coloquio que se ha celebrado recientemente entre las periodistas y novelistas Txani Rodríguez y Beatriz Manjón, moderado por Alicia San Juan, bajo los auspicios del Colegio y la Asociación Vasca de Periodistas con la colaboración del Colegio de Médicos de Bizkaia.
El título recoge ya una ambigüedad que se mantuvo a lo largo de todas las intervenciones. Una ambigüedad que se manifestó en algunos momentos como contradictoria, en otros como compatible y en la mayoría como culposa , a fuer de adobada con exaltaciones puntuales e hiperbólicos arrepentimientos experienciales.
Por supuesto, en todos los casos se estuvo circulando por el carril del periodismo escrito, si bien se hicieron algunas menciones a la participación creativa en guiones de radio y televisión.
Pero, al cabo, fuera en forma de crónica, de reportaje, de columna, de relato, de novela o de guión, fue difícil eludir que se estaba hablando de creación literaria por mucho que la mentada ambigüedad se escudara en citas bastante conocidas , desde la de Pepe Bergamín mostrando una manifiesta incompatibilidad ,hasta la de Gabriel García Marquez afirmando su excelente y hasta necesaria combinación, pasando por la de un Paco Umbral, genio y figura de lo que se denominó periodismo literario. Faltó una referencia a Josep Pla, pero , como en tantas otras ocasiones, ni estaba ni se le esperaba.
Pues, ciertamente, y como decía Roland Barthes, escribir es un verbo intransitivo, una pulsión que suele proceder de muy oscuros o de muy claros deseos y que se puede desencadenar en múltiples formas y en muy variadas situaciones vitales, sin que sea preciso arrimarse a ninguna teoría de los géneros literarios para conseguir una seguridad ontológica – ¿ qué soy escritor/a o periodista?- que solo la puede dar ese vínculo complejo que se genera entre quien escribe y quien lee – y que tampoco la esforzada «estética de la recepción» ha logrado dilucidar del todo-.
En todo caso quedó en el alero cierta necesidad de encauzar ese scripturire o «manía de escribir» por medio de algún método ya fuere la «hora pinillesca» ( por Ramiro Pinilla) de dedicación al día que mencionó Txani Rodriguez, evocando sin duda aquel consejo de Stendhal que decía «si desea ser escritor escriba durante dos horas todos los días con inspiración o sin ella»…
Pues eso, que diría Umbral…Literatura y periodismo…