Sería recomendable enviar a la consulta ortofonista a la mayoría de estos actores y actrices, mayormente hijos e hijas cuando no nietos y nietas del mundo de la farándula, para que se les enseñe a pronunciar con claridad y distinción, tal que lo hacían sus ancestros.
Ya he mencionado alguna vez que uno de mis amigos de la Junta Extraterritorial del Desayuno de los Lunes, el autointitulado realizador Patxi, clasifica las series en malas y muy malas.Entre estas últimas el mentado incluye las series españolas sin que al efecto exhiba ninguna condición identitaria o nacionalista.
Y el que suscribe, un poco por llevarle la contraria y animar las tertulias correspondientes y otro poco por conjurar algunas horas caniculares más allá de lecturas al sol y escriturillas a la sombra, se ha visto unas cuantas durante este pasado mes de julio tan políticamente incorrecto.
Y , malamente, he de decir que no he podido llegar a ninguna conclusión que pueda comunicarte, querido lector, querida lectora, mi hermano, mi hermana, y por una razón que ni tú ni yo hubiéramos sospechado.
La tal es la incomprensión general básica de los diálogos de los actores y atrices de las series hispánicas que más que decirse se podría afirmar que se perpetran y hasta tal punto que quien intenta seguir la trama – y algunas son largas, tópicas y retorcidas- debe estar en disposición adivinatoria, llegando al paroxismo en el caso de que se manifiesten en dejes galáicos o andalúcidos.
Y ansí, y aunque puedo constatar algunas series de cierto interés – como La Caza (2019) o Sequía (2022) – supongo que sería recomendable enviar a la consulta ortofonista a la mayoría de estas gentes, mayormente hijos e hijas cuando no nietos y nietas del mundo de la farándula, para que se les enseñe a pronunciar con claridad y distinción, tal que lo hacían sus ancestros , incluso hasta la hipérbole tan bien caracterizada por don Arturo, aquel simpático personaje de El viaje a ninguna parte, del siempre reivindicable Fernando Fernán- Gómez.
Si tal fuere, y con éxito, quizás en unos años mi compañero juntero pudiera reconsiderar su clasificación y ubicar las series españolas en otros parámetros al menos en relación a la dilucidación de lo que en ellas ocurre y que por ahora precisa del dificultoso concurso proactivo – ¿postmoderno?- de quien se atreve a solazarse con ellas…
(c) by Vicente Huici Urmeneta
Efectivamente, Vicente. en series de tv, como en futbol o en política es importante ser » estas gentes, mayormente hijos e hijas cuando no nietos y nietas» de la farándula o de la política.
Vivo en un pueblo cuya alcaldesa, en segunda legislatura es «nieta de…» y es su único mérito. Es que ya se sabe, en farándula y en política, como decía Ramón Gómez de la Serna, cuando se olvidaba de su misoginia, «los niños del gran industrial gozan de la niñez jubilada con todo el sueldo»… pero después crecen y creen que han hecho méritos.
Un saludo
Así es J.L.M.No hay más que revisar los apellidos y hacer las genealogías correspondientes, bien sean los Bardem, los Borbón o los Ruiz Gallardón . Gracias por el comentario.
Me ha levantado el ánimo leer algo que yo pensaba desde hace mucho pero no comentaba con nadie para que no me tildaran de antiespañol o algo peor. Mientras que los actores de doblaje en general hacen un excelente trabajo, los susurrantes cómicos y cómicas asi como el histrionismo de actuaciones y guiones convierten a muchas series españolas en bodrios insufribles. Bastantes problemas plantea la vida diaria como para gastar tiempo en ver una.
Hélas ! Que decimos los franceses cuando no podemos más.
Es copiado creo que de Carlo Monte en montecarlo de Linares Rivas.