
Avatares familiares me han llevado a Turín durante la semana de Pascua. Y, en este caso, he tenido la ocasión de presenciar en primera línea la celebración del 25 de abril que en estos pagos se conmemora como Festa della Liberazione del fascismo y el nazismo.
Esta fiesta, por lo que parece, nunca ha sido del gusto de la derecha política y el gobierno de Giorga Meloni ha sugerido una celebración de bajo relieve «para no empañar el luto por la muerte del Papa Francisco».
Ni que decir tiene que desde el centro político hasta la siempre multiple izquierda italiana esta sugerencia ha sido contestada en los medios ( desde La Stampa hasta Il manifesto) y en la calle, produciéndose algunos enfrentamientos.
Aun así, más allá y más acá de este episodio, he podido observar subliminales apologías fascistas en algunas de las visitas turísticas que hemos llevado a cabo.
Así, en el Museo Nazionale dell’Automobile, en el que a cuenta de la producción del topolino y de la construcción de la primera autostrada, se lleva a cabo una larga mención acrítica de Mussolini.
O, por poner otro ejemplo, en el conjunto palacial de Venaria, abandonado en 1798 y reconstruido en la era de Berlusconi como apología monárquica, donde se muestra un reportaje sobre las carrozas reales en el que aparece Vittorio Emanuele III rodeado de camisas negras saludando a la romana.
O, por terminar este breve recuento, la presencia de una placa conmemorativa en la Iglesia de la Madre de Dio, frente al puente de Vittorio Emanuele I en la que se alude a su imperial relevancia…en 1928.
Por supuesto, Turín es algo más,mucho más, cuna que fue del cine , de la radiodifusión y de la industria automovilistica. Y también de un sindicalismo obrero único,por no hablar de la editorial Einaudi,y de Norberto Bobbio o de Cesare Pavese.
Y sin duda, pasear por su centro urbano, circular entre sus galerías y tomarse un buen café salva a la ciudad de sí misma…
Pero, esas micromanifestaciones para- fascistas dan un tanto que pensar a la vista de lo que está pasando y de lo que parece estar viniendo…
(c) by Vicente Huici Urmeneta
Parece que a Italia le salva el tener una sociedad civil fuerte.
Eso espero.Aunque el nivel de incompetencia profesional es severo, según he podido comprobarlo en varias ocasiones y diferentes sectores.Parece que casi todo funciona de chiripa.Gracias por el comentario.
Viajas mucho huici y siempre con mirada de boomer. A lo peor ves más de lo que hay…Pero gracias por el apunte.
Mirada de «boomer»…¿ Y cuál podría tener a mis setenta años? Y , además, me alegro de tenerla por mucho que encuentre lo que ni yo quisiera ver…Gracias, como siempre, por el seguimiento.