
«Las asociaciones de vecinos consiguieron en su momento que los ayuntamientos alargaran las líneas de autobuses hasta los barrios, que se pusieran semáforos…» dijo entre otras cosas Fernando Martínez, Secretario de Estado de Memoria Democrática del gobierno español, en el largo discurso que culminó el acto institucional de reconocimiento de la lucha vecinal,celebrado ayer en Bilbao en el marco del programa ESPAÑA EN LIBERTAD 50 años.
Hubo, por supuesto, otras intervenciones más o menos oficiales, y música y poemas y también se aprovechó la ocasión para proyectar un nuevo documental de Mikel Toral y Txutxi Paredes, titulado «El barrio, tercer espacio de la lucha antifranquista» que se suma a los anteriores que trataron del mundo fabril y de la singular memoria de las mujeres trabajadoras.
El acto finalizó con una audición coreada del «Txoriak txori» , de Joxean Artze y Mikel Laboa, tan imprescindible últimamente, y del famoso «Canto a la libertad» de José Antonio Labordeta, de tan larga duración.
Pero, a la salida, recordé que dos días antes se habían desmochado dos semáforos de la mano – y nunca mejor dicho – de algunos hinchas desaforados y chancleteros – y otrosí desnudos y orinantes – y que había habido un bloqueo multitudinario de autobuses urbanos en la capital vizcaína como consecuencia de la celebración de la final de la Eurocopa de Fútbol 2025, apologizada con sorpresiva unanimidad por la mayor parte de los medios de comunicación.
Y recordé las palabras de Alaitz Argandoña, Presidenta de la Federación de Asociaciones Vecinales de Bilbao, señalando la verguenza que supone someter la dinámica vital de una ciudad a unos intereses privados y particulares ,poniendo a su disposición recursos públicos pagados por toda la ciudadanía.
Y volviendo hacia mi casa en plan azotacalles que diría Clarín – » flanêur», en francés y más fisno– me preguntaba si estos semáforos rotos no habían sido también semáforos rojos…
(c) by Vicente Huici Urmeneta
Me sumo al cometario de Alaitz Argandoña, Presidenta de la Federación de Asociaciones Vecinales de Bilbao, señalando la vergüenza que supone someter la dinámica vital de una ciudad a unos intereses privados y particulares, poniendo a su disposición recursos públicos pagados por toda la ciudadanía, pero echo de menos esos mismos comentarios respecto a los eventos ¿populares? como Aste Nagusia, Santomasak y resto de jai herrikoiak en las que grupos de nuestros bárbaros educados desde su más tierna infancia en el reciclaje dejan las 7 calles, arenal, etc. convertidas en un basurero.