Ha sido tocar el tema por encima y desde la distancia y entrar de lleno en él , pues la columna anterior – «LEÓN ( no quiere ser Castilla)» ha animado a algunos lectores a manifestarse, lo cual que es una de las funciones, sino la principal, de estas letras que voy escribiendo un poco a trancas barrancas entre paseo físico y paseo metafísico.
Para empezar, a más de uno no le ha sorprendido la reivindicación de «León sola», pues debe ser, a lo que se dice, antigua. Y si por ahora no se ha expresado con claridad ha debido ( de) ser porque a fuer de su componente histórico, no añadía otro que suele ser decisivo como lo es un perfil lingüístico meridiano: al respecto, uno de los intervinientes (M.A. )ha recordado que «la variedad lingüística del romance ibero occidental denominada Castúo o lengua estremeña se relaciona con la llingua asturlleonesa, (asturianu, lleonés o mirandés) lenguas en continuidad dialectal».
Pero A. G., siempre atento y buen lector (¡muchas gracias! ) ha recordado que «en el norte de la mismísima provincia de Cáceres hay seis pueblecitos en torno a San Martín de Trevejo que tienen una lengua propia llamada fala, con la que rotulan en bilingüe cartelones de entrada a la población, denominación de calles y demás. Y, como no puede ser menos, también demandan su autonomía«.
Así que no parecen bastar la Historia y la Lengua para fomentar el particularismo que se puede convertir en nacionalismo, y al respecto, de nuevo M.A. recuerda un párrafo del ensayista valenciano Joan Fuster que decía que «els nacionalismes no emergeixen en el buit» y que «cada nacionalisme s’articula com a tal en funció d’un altre nacionalisme conflictiu amb ell». Y es de suponer que, en el caso que nos ha traído hasta aquí ese otro nacionalismo debe (de) ser el español …o el castellano.
Por otro lado, cualquier particularismo no acaba por convertirse en nacionalismo, así que tenga una solución identitaria de Historia, de Lengua o de Cultura. Diz que falta algo más. Ese algo más que remite a una voluntad política persistente, sancionada sucesiva y socialmente, como sugiere Juanjo Álvarez en un reciente artículo (1)
Pero en este punto hago de nuevo tope, y como en un paseo por la playa retorno sobre mis pasos bordeando la orilla…Y de pronto, abducido por mis recuerdos, me veo en la playa de Carnota poco antes del desastre del Prestige, caminando descalzo al atardecer con un colega gallego, y escuchándole decir: «Yo ya sólo puedo concebir la nación como una opera aperta, al modo de Umberto Eco…»
La nación, más que un ente político es socio-político, ya que es la unión de una zona geográfica o social que comparten idioma y cultura propios y comunes entre sus integrantes.
Los vascos somos una nación sin estado, dividido en tres pedazos que están repartidos entre dos estados.
Por mucho que diga cierta gente que el castellano o español es también el idioma de los vascos, va a ser que no. Por eso mismo los vascos del trozo que pertenece al estado francés no tienen dicho idioma (castellano/español), pero si tenemos un idioma común, el euskera. Quien no lo sabe puede ser vasco, pero jamás será euskaldun, y el sabrá si tiene por nación a España o a Euskal Herria, la cual es un país, el país de los vascos, (la nación lo somos los vascos) y en caso de un día convertirse en un estado este debería de llamarse NAVARRA.
No fue Navarra quien se separo de las vascongadas, fueron las vascongadas quienes se separaron de Navarra en el año 1200 e incluso estos, bizkainos y gipuzkoanos, (5000 hombres, aprox) tomaron parte activa entre las tropas de Fadrique Alvarez de Toledo en la toma de lo que quedaba del Reyno de Nabarra en el año 1512 capitaneados por Ruiz de Abendaño.
Eskerrik asko, eta bai, borondateak eta erakundetze politikoak gehitu behar diren faktoreak dira. Hemendik, omenaldi txikia José Ramón Recalde-ren La construcción de las naciones liburuari eta egileari. Beste gauza bat, eta korapilotsuagoa, izango da eraikita dauden estatuen izaera nazionala eta hemen «besteak», gure kasuan kanpoko frantsesak, mauroak, portugesak edo katolikoak ez direnak izan daitezke kasurik onenean, zein barneko liberal, errepublikano eta federalak ere berdin. Baina hori beste ikasgai bat da eta Ángel de la Cruz parafraseatuz «Elementu horiek guztiak modu dialektikoan lotuta daude, baina orain arte aurre egin diegun faseei erreparatzen badiegu, ikusiko dugu horietako bakoitzean ardatzen bat besteen gainetik gailentzen dela.» «Todos estos elementos están relacionados de manera dialéctica, pero si echamos un vistazo a las distintas fases que venimos afrontando, comprobaremos que en cada una de ellas podemos destacar la primacía de algún eje sobre los demás.» Esker mila.
Yo, por lo que pueda pasar, ya he empezado a hacer campaña con los amigos y demás para reclamar el «derecho a decidir» en Donosti. Aspiro, quiero, deseo, a convertirnos en Principado, como Mónaco. Tenemos tradición de casinos, mar, a los barcos del puerto comercial de Pasajes los echamos a Bilbao y la dársena la convertimos en puerto deportivo, estrellas Michelín ¡para qué contar, son incontables!, tenemos hipódromo, festival de cine, lo de las carreras de coche del circuito de Lasarte es cuestión de proponérselo. Lo único lo del Príncipe, habrá que echar una pensada al asunto. Habrá que indagar en algún linaje de los Caballeritos de Azcoitia, algún donostiarra habría por allí.