El reciente incremento de contagios entre la juventud, más allá de elevar el número de positivos y desregular las estadísticas , ha generado una larga serie de reflexiones- cuando no de condenas o de reproches- acerca su comportamiento.
Yo mismo he apuntado una observación acerca de la influencia que puede tener en su vida cotidiana el nuevo ámbito que se ha abierto desde el mundo electrónico y sus redes sociales.
Una de las interpretaciones más sugerentes ha sido la que ha vinculado la posible inmadurez en el comportamiento con la inmadurez biológica del encéfalo ,que alcanzaría su plenitud hacia los 25 años.
Teniendo en cuenta este punto de vista y sin entrar en polémica alguna, tal interpretación biologicista debería como una más sin pretender ser La Interpretación ,pues desde que la Ciencia desplazó a la Creencia como Criterio de Verdad, ha sido y es frecuente confundir a la primera con el conjunto de Ciencias Físicas o de la Naturaleza.
Y así, si solo nos atuviéramos a lo que la Biología dice, no sería comprensible lo que la Psicología tendría que decir acerca de la exigencia de que la juventud decida su futuro académico con 17 o 18 años, o ,desde la Sociología respecto del vínculo de grupo, o desde la Economía, sobre cómo es posible que se les pueda suponer una madurez profesional a los 22 o 23 años, edad a la que la mayoría de ellos y edad finalizará sus estudios, o, por fin , lo más evidente, desde la Ciencia Política , que el voto sea permitido a los 18… ¡en plena inmadurez!
Sin duda se trata de un fenómeno complejo en el que deben ser bienvenidos todos los puntos de vista para facilitar la comprensión (en sentido weberiano: Verstehen) de este fenómeno que tanto nos está preocupando sin conformarse con explicaciones rápidas y monocausales que recuerdan a los argumentos teológicos .
Y no tanto , que también, por dar cuenta del fenómeno en sí y de sus diversas dimensiones si no porque de las conclusiones que se obtengan surge , o, mejor debería (de) surgir una línea de intervención en política de salud pública que pudiera ser más efectiva en un sentido global y que no solo tuviera en cuenta la saturación del sistema sanitario.
En este sentido, la incorporación de profesionales de las Ciencias Sociales y Humanas, así como de representantes de la juventud, a los órganos consultivos pertinentes es ya una necesidad manifiesta…
Estimado Sr. Huici: cada vez se me hacen más pesadas sus entradas en est blog, parecen más artículos de fondo que otra cosa. Y además, siempre tsn críticos y eruditos. ¿ No le parece excesivo para el verano?
Sr. «Berrozi»: Poco puedo decirle al respecto, con no abrir este blog es suficiente…
Buenos días,
Exacto.
El buenismo actual para con los jóvenes , sus actitudes y acciones, es fruto de nuestra desorientación,
falta de información y de fijar el punto de vista en la atalaya nebulosa de la duda, en una relación cuyo abordaje ignoramos.
Lo referido a Psicología, Economia y Ciencia Política me parece francamente acertado, pero, no falta acaso la Educacion, en sentido estricto: Pedagógico?
Aunque no se si me he salido del campo de la Biologia.
Sin duda, es muy relevante el aspecto pedagógico en el que están implicadas la enseñanza escolar y la familia: parece que ha habido una renuncia de una a favor de la otra, y viceversa, sin que ninguna asuma , al cabo, la transmisión de valores. Aun así, y como he comentado en ocasiones anteriores, creo que el mundo electrónico ha abierto entre la juventud un nuevo ámbito de socialización, más allá de la familia, la escuela o las amistades, que sería necesario tener en cuenta porque genera una dinámica propia. Muchas gracias por el comentario- y por la atención.
Egunon, Buenos días, Vicente:
Dicen por ahí que tus artículos cada vez parecen más artículos de fondo y que son críticos y eruditos. Estoy totalmente de acuerdo, pero, a diferencia del autor de dicho comentario, yo estoy entusiasmado con que sea así. ¡Animo!
Con lo que respecta al contenido del artículo de hoy, creo que, efectivamente, casi todos los análisis tienden a ser análisis monocausales basados generalmente en la biología, la ciencia (en el estúpido sentido de «letras o ciencias») olvidando otros aspectos que no interesen tanto, por situarse fuera de la dirección vertical de arriba (los adultos, los que «mandamos», «los que sabemos») y los de abajo (los jóvenes, «niñatos», inconscientes… etc.), pero obviando (por falta de asignación de medios, seguramente) que somos los adultos y las instituciones quienes deberíamos hacer jóvenes «maduros», «responsables» «conscientes», lo que es imposible para la ciencia de «letras o ciencias» son necesarias otras «ciencias»…
Yo creo que no es fácil hacer entender a un chico/a de 17 años, a pesar de los esfuerzos claramente expuestos en el manifiesto de la docente-responsable COVID19 que circula por ahí… que es seguro estar con 20 compañeros/as en un aula durante 5 horas diarias, pero no es seguro estar 5 horas a la semana con 8 amigos en un parque. Que es seguro beber en una terraza pero no lo es beber en una plaza del pueblo, que es seguro ir a un concierto, partido de futbol, representación teatral, cine… pero no lo es ir a un lugar donde se pueda encontrar todo eso pero fuera del lugar de residencia.
Por último, creo que relacionado con el tema. Parece ser que no todos los jóvenes son como los que algunos medios apuntan… y me explico.
Se han publicado (¿mejor publicitado?) unos datos sobre las vacunas propuestas por la consejería de sanidad del Gobierno Vasco para los jóvenes de 16 a 29 años. Nos dicen que el primer día que se abrió el teléfono dieron nosécuántas mil citas y que se organizó una «cola virtual» (¡¡hasta las colas son virtuales!!) de más de 160000 jóvenes. Tomando en consideración estos datos, y teniendo en cuenta que la última pirámide de Edades de Euskadi habla de que en total los habitantes de esos tramos de edad serían alrededor de 300000, si en el primer día se consigue ese número de peticiones:
a) ¿los jóvenes no son tan irresponsables como se quiere vender?
b) ¿la propaganda de la lectura de los datos está hecha por un neo-Fraga Iribarne?
c) Cuando los jóvenes/algunos jóvenes actúan mal la culpa es suya… Cuando los jóvenes/algunos jóvenes actúan bien el mérito es de las instituciones.
Hay cosas que me hacen dudar, y, seguramente equivocarme, pero me reconforta, sólo en ese sentido, el «me equivoco, luego existo».
Un saludo
Sí, creo, y así lo he comentado en varias ocasiones, que está habiendo una gestión muy «política» de esta pandemia y que ello conlleva la promoción y divulgación de interpretaciones generalistas e interesadas. Aquí estoy con Barthes: «En el matiz está la comprensión». Matizemos pues, sin descanso. Muchas gracias, por lo tanto, por todas las matizaciones que haces. Y también por las preguntas…¡ Y por los ánimos, of course !
De nada sirve echar la culpa a los chavales. Los virólogos ya advirtieron que se estaban dando demasiada prisa en relajar las medidas y que, probablemente, vendría otra ola. Es exactamente lo que está ocurriendo. Las medidas se relajaron cediendo a las presiones, entre otros, de los que ahora van a sufrir la caída del turismo por tener, entre España y Portugal, el 41% de todos los contagios de Europa. Ni se puede esperar que la juventud actúe con sabiduría ni que los empresarios vean más allá de sus narices. Para controlar a la chusma y para evitar que los empresarios se hagan un hara-kiri involuntario, deberían estar los políticos. Evidentemente, es mucho pedir y, para colmo, la gente no les pedirá cuentas porque los políticos, con su incompetencia, han creado la sensación de hagas lo que hagas, da todo un poco igual. Precisamente, es mismo que piensan los jóvenes y por eso hacen esto.
En efecto,se precisa también una política de salud pública más efectiva. Gracias por el comentario.