Lo que parecía imposible, unir en el mismo espacio artístico la obra de Oteiza y Chillida, lo ha conseguido el profesor de Historia del Arte Javier González de Durana que ha comisariado la exposición titulada Jorge Oteiza y Eduardo Chillida. Diálogo en los años 50 y 60 , bajo el patrocinio de la Fundación Bancaja de Valencia.
Para ello González de Durana se ha empleado a fondo con los depositarios de la obra de estas dos figuras fundamentales de la escultura internacional durante la segunda mitad del siglo XX – significativamente la Fundación-Museo Jorge Oteiza y Chillida Leku- y ha enmarcado la muestra en la producción de ambos artistas a lo largo de dos décadas, concretamente entre los años 1948 y 1969, fechas determinantes en sus vidas y en las que llegaron a coincidir en el proyecto polivalente del Santuario de Arantzazu.
Así, sumando sinergias y evidenciando complicidades, y no atendiendo tanto a las disputas posteriores tanto de orden te´órico, ideológico o plástico que oscurecieron los últimos años de la vida de estos dos grandes artistas y propiciaron una reconciliación de última hora, la exposición da cuenta de la creatividad de estas décadas.
Décadas , en las que , como se dice en la Presentaci´ón de la muestra, «Sus fuertes y muy diferentes personalidades empezaron a manifestarse con lenguajes singulares a partir de los primeros años 50.Chillida miró a la tradición representada por Julio González, trabajando la forja de hierro para desplegar un universo de imágenes de naturaleza surrealizante a partir de materiales evocadores de utensilios agrícolas. Oteiza indagó en las investigaciones de Henry Moore acerca del espacio, el hueco y la masa,formalizando un poderoso y dramático repertorio de figuras en las que el vaciamiento expresivo, no el vacío inerte, iba ganando presencia»
Una muestra, en fin, que bien merece la pena una visita y que permanecerá abierta hasta el 6 de marzo del 2022. Una muestra que, desde luego, sería sin ninguna duda de gran interés que circulara internacionalmente, y particularmente en el País Vasco…
ADJUNTO: Una crónica de Fernando Golvano en el Suplemento EL CULTURAL
ADJUNTO: Una entrevista con Javier González de Durana, comisario de la exposición:
«Propiciaron la reconciliación de última hora». Suelo tomar algún vinito que otro con alguien de mi barrio que trató a ambos y parece ser que ese abrazo de hermanos en el que Oteiza aparecía con la txapela ladeada era más una imagen que una realidad. Hable una vez con Oteiza y me llamó la atención su mirada zumbona e irónica. Su mirada trasmitía un no sé qué muy por encima de su pequeño y escuálido cuerpo.
En efecto, querido don Antonio, pudo ser más un gesto, una imagen que una verdadera «reconciliación».Pero en este país (vasco) hacen falta muchos gestos para suturar heridas una y otra vez abiertas. Y todos los gestos ayudan. Gracias, como siempre ,por el comentario.