Desde hace casi un siglo, iniciado por el sociólogo Maurice Halbwachs, hay un debate permanente sobre la relación entre la Historia y la Memoria Colectiva que se ha resuelto en algunos casos bajo una nueva terminología como «Memoria Histórica» o «Memoria Democrática».
Independientemente de la conceptualización que sustente estas nuevas denominaciones, incluso aun cuando estén excelentemente articuladas y documentadas- como en la obra de Sabin Egilior titulada La memoria traumática ( 2022)- cada caso específico genera la correspondiente polémica.
Así fue lo que ocurrió en su momento con el llamado Valle de los Caídos madrileño- Valle de Cuelgamuros desde 2022- y lo que viene ocurriendo en Navarra, concretamente en Pamplona, en relación al destino del Monumento a los Caídos. Un edificio diseñado por Víctor Eusa y José Yarnoz, inaugurado en 1942 bajo el lema de «Navarra a sus Muertos en la Cruzada» en memoria de los 4500 navarros del bando sublevado muertos «por Dios y por España» durante la guerra civil de 1936-39.
Pues por mucho que se hayan expurgado los restos de los algunos conocidos dirigentes fascistas, como Mola y Sanjurjo, y aunque fuera revertido provisionalmente en una pequeña sala de exposiciones de titularidad municipal- por cierto bajo el nombre de Conde de Rodezno, ministro de Justicia del primer gobierno del dictador Francisco Franco – la polémica ha terminado por adquirir un tinte en el que se ha planteado incluso su derribo definitivo.
Y es más que posible que esta sea la única solución clara y distinta, pues como ha venido planteando reiteradamente el historiador Fernando Mikelarena, la reconversión del significado original – rememoración de las fuerzas golpistas que se alzaron con la victoria y la rubricaron con una represión salvaje- en un nuevo significado – centro de interpretación y de denuncia del fascismo – no alteran en modo alguno el significante en su pétrea consistencia.
De manera que la aceptación de su mera existencia, de su misma fisicidad en el entorno urbano, quizá no deje de ser un brindis permanente a la impunidad y a la desmemoria. Y en la terminología actual, una muestra de des-memoria histórica…
(c) by Vicente Huici Urmeneta
La verdad es que como visitante asiduo de Pamplona muchas veces me he hecho la pregunta de qué hacía aquello allí cuando pasaba por sus alrededores. En fin, casi 100 años después la cosa sigue dando coletazos. No terminamos de superar esa etapa por las razones que fuere.