Hace unos días quedé en el Iruña para tomar un café con Kepa Bilbao. Hacía tiempo que no nos veíamos y tras ponernos al día sobre la salud , el dinero y el amor- y todo sin «dolorismo recreativo» alguno que diría Josep Pla- me pasó su último libro: La revolución cubana ( 1952-1976) Una mirada crítica .
Yo ya me había imaginado que estaría trabajando en algo, porque Kepa es un ensayista de piñón fijo como lo ha demostrado cumplidamente en obras anteriores como La modernidada en la encrucijada. La crisis del pensamiento utópico en el siglo XX ( Tercera prensa , 1998) o Capitalismo ( Talasa, 2013). Y tampoco me ha extrañado que , en esta ocasión, su mirada se haya dirigido hacia Cuba, pues Cuba, la Cuba de la segunda mitad del siglo XX para ser más exactos, ha sido uno de los referentes de discusión más importantes dentro del mundo de la izquierda mundial y local – a la que los dos, por cierto, hemos pertenecido.
Partiendo, pues, de esta última posición- que a mi me gusta tildar de post-maoísta para crujir de dientes de algunos desdentados chaqueteros o puretas de toda la vida- he leído el libro en dos tirones, pues el estilo suave , claro y animoso de Kepa permite hacerlo sin gran esfuerzo a pesar de que su contenido tenga enjundia y de la buena. Pues Kepa, valiéndose , sin agobiar ,de la nueva historiografía surgida tras la desintegración de la URSS , y de la abundante literatura testimonial de varios protagonistas de la Revolución así como de sus opositores, ofrece una nueva visión de aquellos años procurando, y se nota mucho, no actualizar visiones simplistas ni hacer apologías ya obsoletas . Por mi parte , he de decir que uno de los apartados que más me han interesado ha sido el relativo a las sucesivas discusiones sobre el modelo económico del tildado socialismo caribeño.
En fin, un libro muy agradable de leer, que evoca tantos ángeles como demonios intentando ubicarlos con datos colaterales y , en algunos casos, desconocidos. Pero un libro , en todo caso, particularmente dirigido a quienes como yo , piensan – como ya lo dije en el prólogo de otra de sus obras- que fue más lo que la Revolución hizo por nosotros que lo que nosotros hicimos por la Revolución…