¿SPOILER? ( o sobre el sentido de un final )

Ahora que me ha llegado la jubilación laboral como un vientecillo imprevisto y suave,  me estoy dedicando, entre otras cosas, a  volver a ver mucho cine.

Mis películas preferidas son antiguas, la mayor parte en blanco y negro y algunas me las sé de memoria, secuencia a secuencia, casi plano a plano,  como   Casablanca , La Taberna del Irlandés o Con faldas y a lo loco . Si mantienen mi interés  no es por lo tanto por lo que  cuentan,  sino por cómo lo cuentan.

Y suelo recordar al respecto  a quienes no acaban de comprender esta fijación,  unas palabras colaterales de  Bruno Zevi , en su delicioso Saber ver la arquitectura: » Antes de representar una tragedia, los griegos escuchaban su argumento resumido en un prólogo, y así seguían luego su desarrollo sin el elemento de curiosidad que es extraño a la serenidad de la contemplación y del juicio estético. Además , poseyendo ya de antemano el tema, el substantivo del drama, podían admirar mejor el modo de realización artística, el valor de cada detalle y de  cada adjetivo «.

O sea, que se hacían , como se dice ahora, «spoiler» a sí mismos ( nota para modelnos: «destripar​​»: descripción de una parte importante de la trama…¡en el DRAE desde 1884!) pues ya  entonces les importaba  más el cómo que el qué.

Y, después de haber ido tan lejos, me surge la pregunta de por qué en nuestros días es tan importante ese qué, la vieja intriga ,  tan habitual en las series televisivas, que según el recientemente fallecido Vicente Verdú, «cuanto más enrevesada resulta, debe considerase un recurso estereotipado e indicio, a la vez, de no aspirar a mucho más que un sudoku»…

¿Se le ocurre algo a alguien? Yo, entre tanto, y siguiendo a aquellos griegos ( ¿ y griegas , of course? ) continuaré haciéndome spoiler viendo viejas películas…