LA ISLA ( cuando me desperté seguía allí)

Animado por la contradictoria propaganda electoral que llega con rítmico rigor a mi buzón, me acerqué ayer por la tarde a la futura Isla del Conocimiento que, sita en la anterior y capada penísula de Zorroza, es motivo de físicos y metafísicos debates.

En cuanto a los físicos, que argumentan que uno de esos aguaduchos tan vernáculos se puede llevar a la mar salada las bases empíricas del conocimiento, osease viejos y novedosos edificios, y de paso profesores y estudiantes y acaso aguerridos vecinos venidos cual pioneers, pude comprobar de primer mano – sumergiéndola fácilmente en el agua – que temores y temblores son justificados y que no estaría de más, en efecto, y como consideran algunos agudos proyectistas, elevar la isla, en su conjunto y totalidad, un par de metros.

Respecto de los metafísicos, divídense estos en metafísicos puros y metafísicos aplicados.

Entre los primeros y sobre la discusión de si la Isla-en-cuanto-isla puede o no en su Sustancia serlo del Conocimiento o más bien si podría llegar a serlo en su Accidente -metafísico, no se olvide ni confunda- todo está por ver , pues dependerá de la sustancialidad de las Instituciones del Conocimiento que en ella se asienten en cuanto que Causa Formal, osease, si verdaderamente – y no sólo realmente- las llamadas «universidades» lo son o tan sólo se trata de denominaciones de un falso nominalismo mercantil a fuer de anglosajón, y ,consecuentemente, derivable en un a modo de turístico «Little Manhattan».

Los debates metafísicos aplicados presentan mayor enjudia al paseante- pensador y afrontan fundamentalmente la cuestión de si ante la Causa Final que también lo es la Isla del Conocimiento, deben las Instituciones Públicas fomentar el asentamiento de sólo Instituciones Privadas. Es cuestión esta que plantea dimensiones tanto éticas como morales, sin que deban confundirse entre ellas como en charla de café , sino más bien diferenciarse con la claridad y distinción que exigía El Cartesio.

La versión ética respondería en principio que no , que Lo Público como Forma no lo puede ser de la Materia de lo Privado, pero en esto, como en cualquier PDCPLODLQO (Programa De Calidad Para La Obtención De La Q De Oro) , el expediente se puede haber «aprobado con recomendaciones». Si fuere así, luz y taquígrafos ( o taquígrafas, of course.

Por cuanto se corresponde a Lo Moral, en siendo su origen etimológico mos, moris , osease, La Costumbre vinculante por hábito – en palabras de don David Hume- no pareciera que objetara la práctica consuetudinaria. Y, por lo tanto, la respuesta sería sí, pues en este caso, Lo Público sería Subsidiario de Lo Privado, como en su periclitado tiempo fuera sin discusión La Nación una Unidad de Destino en lo Universal

Tras estas , lo sé, peregrinas disgresiones que me llevaron varias vueltas al perímetro de seguridad insular, volví de nuevo a Tierra Firme con gran alivio mientras resonaba en mis meninges calenturientas – ¡ Vaya! ¡Cómo ando últimamente- aquello de «no por mucho tempranar, amanece más madruga…¿O no era así? …Voy, que me voy…

N.B. Cuando me desperté, Digipen seguía allí.

TURISTADA (y despistada)

Como en un muelle próximo han desembarcado tres mil ( 3.000, por si hay algún cuantitativista) anglosajones coloraos, como el del chiste de las Ramblas – ¡ Y a ti te parió una gamba!- le he preguntado a Ignatius que lleva lo que antes se llamaba un colmado, si ha hecho más negocio.

Me ha dicho que no. Que quizás haya vendido alguna botella más de agua, pero que, según le han dicho, a cada colorao les dan un vale que vale diez (10, por si hay algún cuantitativista) euros para que vayan a determinadas «tabernas baskas» y obtengan a cambio dos vinos y un pintxo para compartir. Todo ello, añade mi consultado, tras una charla introductoria por tandas, celebrada en uno de los salones del baile del crucero, en la que se les advierte severamente a los coloraos que pueden ser timados a la vuelta de cada esquina si no se hacen con uno de los preciados vales.

Hecha la compra diaria y pagada – y no como en esos Grandes Almacenes en los que tienes que suplicar de rodillas que alguien te cobre , descartada la idea de salir sin más con el género entre tantas cámaras ocultas y detectores de lo que sea – me he dirigido a comprar el diario que leo en papel – voy cambiando y lo alterno con los que leo en el ordenador. Inquirido al efecto el quiosquero de guardia, don Antonio, este me ha hecho saber que tampoco ha apreciado mayor incremento de líquido salvo el relativo, una vez más, a la venta de alguna que otra botella más de agua…Ah, y ,eso sí, un montón de chiclés.

Así que agua y chiclés, repetía para mis adentros cuando he llegado a la altura del hostel en el que se alojan todos los fines de semana simpáticas cuadrillas de jovenzuelos ( y jovenzuelas, of course) vestidos de penes y coños en lo que diz que son despedidas de solteros/as.

Y he aquí que me han parado dos coloraos que han debido suponer que por mi pinta de wasp podía entenderles. » The Concha, please?» Les he sonreído amigablemente- más que todo por lo del Brexit…o por lo del Huawei- : » There is no Concha here. This is Bil-ba-o. Here you can go to the Guggenheim…» Se me han quedado mirando como si les estuviera engañando… Y ella ha dicho: » Fine, and Michael Kors?» Y yo : » No idea…»

Me he despedido y he subido a casa. Tras el descoloque ajeno y mentado , y como últimamente hay quien sitúa a Getxo en el corazón del territorio gipuzcoano o anejo a la estación de ferrocarril de Vitoria-Gasteiz, he dudado de mi «posicionamiento» y he abierto mi smartfone-cabe-mano – que diría un discípulo de don Martín Heidegger. Tras mirar en Google-maps , me ha consolado y mucho saber que estaba efectivamente donde pensaba que estaba…

DE GYM´S ( y VPM´s y TAM´s)

«Cross-Met, Balance, Radikal 30´, Body Pump, Streching, Suspensión- Train, Hiit-Skill, Body-Combat…» Mientras voy leyendo lentamente la lista de actividades, la recepcionista, una joven alta y guapa, me sonríe desde la altura que le proporciona su largo cuello tipo Cayetana.

«También tenemos yoga y pilates» me dice inclinándose con voz comprensiva como si hablara con su papi o su abuelito. En ese momento recuerdo una canción de Gigliola Cinquetti de los años de mi infancia – «No tengo edad…»- y niego amablemente con la cabeza. Doy las gracias- soy de los antiguos- y me marcho. Al salir, paso por delante de una sala de Cycling de la que sale un denso tufo a sangre , sudor y lágrimas.

Había acudido a un gimnasio a instancias de mi familia ampliada, dado que mi condición de «hortelano consorte» no era suficiente , por lo visto, para mantenerme en forma.

Ahora, sin embargo, y ya en la calle, creo que con mis katas de Heian matutinos y los largos paseos tengo suficiente, sobre todo teniendo en cuenta las torsiones y saltitos que hay que hacer por las aceras – y no digamos ya por las zonas peatonales – para esquivar bicicletas, patines, monopatines, segways y otras lindezas que , según los expertos del ramo , se clasifican como VMP ( Vehículos de Movilidad Personal) y que circulan a su aire sin que al TAM (Teniente de Alcalde de Movilidad) se le mueva ( de ) la silla.

Y me voy para casa alegre y combativo. Mi mente perturbada, alimentada en los pantanos secos del tardofranquismo, no deja de rular, y me sorprendo pensando que cualquier día de estos sale un decreto prohibiendo el «paseo no productivo» . Un decreto con aviso de detención y multa para todos los flâneurs (y flâneuses, of course) y la obligación consiguiente de acudir a los gimnasios municipales durante una hora tres días a la semana, para practicar alguna de esas especialidades que más que nombrar actividades deportivas parecen clasificar tipos de tortura.

Una gaviota descarada atrae mi atención con su vuelo rasante y , como si fuera un suave golpecito de kyosaku , me despierta de mis negras elucubraciones y me devuelve la mirada hacia adelante…Sonrío cual angelico…Caminante, no hay camino, sólo VPM´s y TAM´s…

BOLSONARO( y Cia)

He recibido un manifiesto de Global Sociologist en apoyo de los Departamentos de Sociología de las Universidades de Brasil (1) ,al que me he sumado inmediatamente, junto con otros colegas de todo el mundo.

Y lo hecho tras comprobar que el gobierno del nuevo presidente brasileño, el ex-militar y ultraderechista Jair Bolsonaro, ha disminuido un treinta por ciento ( 30%) el presupuesto para las universidades y, particularmente, ha redirigido una gran parte de las partidas correspondientes a los estudios de Filosofía o Sociología hacia los de Ingeniería o Veterinaria con el argumento de que son «más productivos».

Parece que Bolsonaro prefiere potenciar aquello supuestamente menos ideológico por más técnico y dejar de lado todo lo que suponga una reflexión crítica y libre y más si puede llegar a deslegitimar de alguna manera el poder efectivamente vigente.

En realidad, la actitud del nuevo presidente del Brasil, que ha sido duramente contestada en las calles de la mayoría de las ciudades, no viene a ser sino la típica y tópica de todos los regímenes conservadores que en el mundo han sido y que bajo la apariencia de la desideologización pretenden imponer políticas basadas en un a modo de sentido común , eso sí , indiscutible ¿ No se acuerdan de El crepúsculo las ideologías ( 1964) del opudeísta Gonzalo Fernández de la Mora, «libro blanco» de la tecnocracia franquista?

En fin que viendo cómo vienen las cosas ,habrá que estar alerta ante la aparición de pequeños y grandes bolsonaros ( y bolsonaras, of course) y sobre todo de aquellos que puedan sobrevivir a los abortos practicados tras los partos correspondientes – un tal Suárez Illana dixit…

(1)https://sites.google.com/g.harvard.edu/brazil-solidarity/add-your-name

ETA ( otra vez…)

Como ya comenté hace algún tiempo, la humorística propuesta anterógrada de Ocho apellidos vascos, tenía toda la pinta de volver como un severo boomerang retrógrado en el momento políticamente más correcto.

Así ha sido con la filmación de Patria, basada en la tan vendida novela de Fernando Aramburu, que se presume un relato para la «derrota literaria de ETA».

Pues bien, como detrás del proyecto anterior se escondía la multinacional audiovisual HBO, Movistar + no se ha querido quedar a la zaga y ha anunciado su propia serie al respecto: se titulará La línea invisible y la dirigirá Mariano Barroso.

Según la sinopsis , la serie pretende dar cuenta de los orígenes de ETA, partiendo de las muertes sucesivas del guardia civil José Antonio Pardines, del dirigente e ideólogo de ETA Txabi Etxebarrieta y del inspector de policía Melitón Manzanas, acción esta última en la que los etarras «no son conscientes de que están a punto de abrir un camino de dolor y venganza».

Habrá que ver el resultado, pero todo apunta a que los miembros de ETA van a pasar de ser unos malnacidos ( y preferente euskaldunes) a unos locos vengativos…Con lo cual, una vez más, todo se dará por explicado y nada quedará comprendido…

Y la noticia sobre esta nueva y oportuna serie ha llegado a la par de la relativa a la detención de Josu Ternera – el «héroe de la retirada» , según el negociador Jesús Eguiguren – arrestado al bajar de un refugio aislado en los Alpes franceses en el que vivía bajo el nombre de Bruno Martí, escritor venezolano represaliado, cuando acudía a tratarse de un cáncer terminal…¡Atentos, pues, oportunos ( y oportunas, of course) guionistas, porque en esta historia hay tajo!

En fin…O tempora, o mores!

EXPERTOS( en generalidades)

En una tertulia radiofónica dirigida por el cineasta Paco Avizanda a principios de los ochenta ( y en la que participaba, por cierto, el hoy vicepresidente del Gobierno de Navarra, Koldo Martínez) siempre me sorprendió un colega que se presentaba como » experto en generalidades «.

Era un tipo muy amable y mayormente silencioso, pero que , cuando andábamos liados fraternalmente en alguna discusión, soltaba una frase de Aristóteles, o corregía una fecha o un apellido.

Con los años le he echado mucho en falta, sobre todo como modelo de erudición práctica y equilibrada, como modelo de verdadero hombre culto.

Y ,todo he de decirlo, lo he echado en falta ante el alumnado que cada año me venía a las aulas de la universidad y cuya incultura era clamorosa salvo excepciones contadas y contables.

No sé a qué se deberá esa incultura general básica , pero se me ocurre que puede ser debido a la falta de interés al respecto de nuestros mandamases ( y mandamasas, of course) abducidos como parecen estar por las doctrinas de la especialización, esas doctrinas que vuelven a nuestros hijos e hijas subsidiarios en todos los ámbitos de la vida -no hay que ver sino las recientes apologías de la Formación Profesional en su versión de sección femenina.

El desinterés por fomentar un nivel cultural de mínimo común denominador, correlativo al interés por el mantenimiento de la estupidez política se manifiesta hasta en la reducción de los presupuestos para la Educacion de Personas Adultas ( EPA) recientemente atisbada…Parece que cuantos más jóvenes tontos y más adultos atontados…¡ mejor!

En fin que , una vez más, parece oírse desde las alturas aquello que su sobrino Falconeri le decía al Príncipe Salina en El Gatopardo, la célebre novela de Tomasi di Lampedusa: » Tío, para que nada cambie, todo tiene que cambiar » , sólo que de nuevo está cambiando y ahora con luz , taquígrafos y votación en ristre…

¡ Ya quisiera yo unos cuantos expertos ( y expertas, of course) en generalidades! Sobre todo para que nadie más pueda preguntar con los ojos muy abiertos aquello de «Pe, pero, ¿qué es un carlista?», o afirme taxativamente que » Franco fue un rey», o que fechas como 1492 , 1841 o 1936 no le suenen a nada…

MICHAEL ROLOFF ( o el amigo americano)

Hace unos días falleció en Seattle Michael Roloff, Mike para los amigos.

Mike nació en Berlín en 1937, en pleno auge nacional-socialista y al término de la Segunda Guerra Mundial, emigró a USA, obteniendo la ciudadanía en 1952. En 1960 finalizó sus estudios en la Stanford University tras pasar por la Universidad Libre de Berlín y la Universidad de Munich.

Desde Seattle desarrolló una intensa y larga labor como editor y traductor de ensayo y literatura en lengua alemana. Más allá de sus versiones de Hermann Hesse ,Max Horkheimer , o Theodor W. Adorno , se dedicó particularmente a divulgar la obra del escritor austriaco Peter Handke que ha formado parte de la vanguardia literaria mundial durante los últimos treinta años.

El gusto y la admiración por la apuesta de Handke unió nuestros intereses a lo largo de varios años. De hecho, me hice cargo de la sección en castellano de su nutrida página web (1) en la que aparecieron varios artículos al respecto y di cuenta del primer ensayo global sobre Peter Handke en euskera (2) que publiqué en 2004 en la revista Hegats.

Demócrata y activista incansable, Mike no dejó de denunciar las grandes injusticias sociales norteamericanas , destacando en los últimos tiempos su profunda desafección por la política de Donald Trump.

Echaré de menos sus notas y recomendaciones, y también la alegría que se escondía bajo aquella txapela que un día se puso y ya no se pudo quitar. Descanse en paz , el amigo americano.

(1)

http://handke.scriptmania.com/

(2) Huici Urmeneta,V. 2004 » Peter Handke: Intriga gabeko narraziorako idazketa berria» Hegats , Literatur akdizkaria, 35 zenb. 71- 78 orr.

https://dialnet.unirioja.es/ejemplar/166147

EL MÓVIL ( y el judoka)

Yo le prestaría esta anécdota al maestro Monzó ( don Quim), pues con ella haría una buena columna, pero me sale lo de aquel anuncio que decía …!Me lo quedo!

El caso es que , según informa este medio que tiene a bien reproducirme, el judoka Anri Egutidze, fue descalificado nada más comenzar un combate en el Gran Slam de Judo que se celebra estos días en Bakú ( Azerbaiyán) porque …¡se le cayó el móvil!

El asunto plantea una pregunta: ¿Cómo es posible que alguien lleve a un combate su móvil? La pregunta tiene una dimensión física y otra metafísica.

La física es sencilla y se podría resolver apelando a aquel famoso chiste de la hormiguita y el elefante en un «¿por dónde?». Pues como practicante de artes marciales – bien que karatedoka jubilado- no recuerdo que en aquello que el vulgo llama «kimono» hubiera lugar alguno para algo así como un móvil, de lo que deduzco que el infrascrito Anri lo llevaba entre batientes de ruda tela blanca , bien apretado por su cinturón negro.

La metafísica ya no es tan sencilla aunque derivada , como siempre, de la anterior- a no ser que se sea un platónico irremediable- e inquiere la posible colusión de dos esencias, la del móvil-en-cuanto que -móvil, y la de la acción-en-cuanto-que-acción, pues ambas parecen mostrarse como incompatibles: ¿se imaginan ustedes que en medio del fragor de la pelea sonara el móvil y, para más inri, fuera una llamada de la compañía telefónica de la competencia? En fin, si nuestro Egutidze, deseaba mantenerse on line, ¿ no hubiera sido mejor una resolución dialéctica superior y superadora, y aplicarse al oído uno de esos adminículos blancos tan chulos que, además, le hacen parecer a uno ( y a una, if nececessary) del Servicio Secreto?

Pues parece que no, y de aquí la descalificación ( física por expulsión y metafísica por nulidad del concepto). Aún así, la dimensión poética y poiética de la cuestión me ha salpicado hasta tal punto que se me han ocurrido combinaciones asaz perversas de móviles y cosas /personas/situaciones, mayormente no publicables y que ni la gran teórica Sherry Turkle ( 1 ) hubiera jamás sospechado en su gran delicadeza.

Any way, ánimo , chavalín, que sólo tienes 23 años y toda una vida por delante…

(1) «Conectados, pero solos»: https://www.ted.com/talks/sherry_turkle_alone_together?language=es

ANA FRANK ( ¿ un fake diario?)

Antes de que por estos lares se pusiera de moda la literatura autobiográfica, abducidas, dicen, las intimidades por el rito de la confesión católica, el Diario de Ana Frank, era al respecto la obra de referencia. De hecho, y durante muchos años, ha circulado por todo el mundo y en diversas lenguas una versión de dicho «diario» que ha alcanzado unas ventas de más de treinta millones de ejemplares.

Ana (Anne) Frank murió en 1945 en el campo de concentración de Bergen-Belsen y, al parecer, dejó dos versiones de su diario. La primera, conocida como versión A, la habría comenzado a escribir el día de su cumpleaños , el 12 de junio de 1942 , mientras su familia permanecía escondida de los nazis, que habían invadido Holanda en 1940, en un cubículo que todavía se puede visitar en Ámsterdam, haciendo, eso sí, una larga cola.

Posteriormente, Frank habría reescrito en gran parte su «diario» dándole un toque narrativo más literario con la esperanza de que se publicara después de la guerra : esta sería la llamada versión B, finalizada el 1 de agosto de 1944, tres días antes de que los nazis descubrieran el escondite y detuvieran a la familia Frank.

El diario , según la tradición, fue conservado en Ámsterdam por dos empleados de Otto Frank, el padre de Ana, a quien se lo entregaron al finalizar la contienda. Pues bien, según algunas investigaciones, habría sido el padre de Ana , Otto, único superviviente de la familia , quien revisando de nuevo el texto de su hija y eliminando algunas partes problemáticas, se habría encargado de publicar lo que luego se ha conocido como El diario de Ana Frank, que la autora hubiera deseado que se titulara La casa de atrás – de hecho hay ediciones con este título.

Este último detalle nos puede poner sobre la pista de que, tras las sucesivas remodelaciones, lo que habría aflorado sería algo así como una novela , una autobiografía novelada o una autoficción, como se dice ahora. Ahora que, a pesar de los sesudos intentos de Philippe Lejeune y su » pacto» de autenticidad (El pacto autobiográfico y otros estudios , 1994), lo que parece quedar son textos sin más por mucho que se vistan de autobiográficos ( Veáse al respecto el delicioso libro de Xavier Pla sobre Josep Pla: Josep Pla: ficció autobiogràfica i veritat literària, 1997)

Pues bien, hay incluso quien ha llegado a afirmar , con pruebas filológicas, estilísticas y hasta técnicas en la mano, que el famoso «diario» de Ana Frank es totalmente falso… a pesar de haber sido declarado por la Unesco , Patrimonio de la Humanidad . Pero, ¡qué más da! Qué más da, si el texto, apoyado en la experiencia personal o no , escrito por Ana Frank o por su padre, o por quien fuera que lo escribiera, da cuenta, buena cuenta, de lo que fue la barbarie nacionalsocialista…

( Espero que mis históricos colegas – ¡ Ah aquellos tiempos de EL CÁRABO!- , Gabriel Albiac y Jon Juaristi, linderos hoy de columna en el ABC, y , todo hay que decirlo, magníficos escritores, no vean en mis parrafillos anteriores atisbo alguno de ese anti-semitismo que persiguen obscuri sola sub nocte per umbram…)

EL (del traje azul marino)

Se queda todas las mañanas, a eso de las ocho menos veinte, parado delante del paso de cebra que hay frente a mi ventana durante un buen rato. Los coches le esperan, y al final pasan al comprobar su estricta inmovilidad. Después, cabecea, cruza la calle y desaparece tras una esquina .

Tendrá veintitantos años avanzados, pero no treinta.Viste traje azul marino de chaqueta corta y suele llevar una corbata tan discreta que no suelo ser capaz de determinar el color en la distancia. Sobre la espalda emerge como una joroba una mochila negra, y en la mano derecha ,una bolsa de comida, también negra.

En muchas ocasiones me ha apetecido echarme algo por encima, bajar de casa y aprovechar esos minutos de detención para preguntarle unas cuantas cosas. Por ejemplo, de dónde viene y a dónde va – por supuesto sin pretensiones metafísicas- , qué ha estudiado, en qué trabaja, si está contento con ese trabajo, si le pagan bien, si tiene pareja o es single, si practica algún deporte o tiene alguna afición particular, a dónde va de vacaciones y a dónde la gustaría ir…En fin, qué planes tiene para el futuro…

Pero siempre me corto. Y es que no sé si todo esto le sonará a intromisión inaceptable, a paternalismo rayano en abuelismo, o a una urgencia más ajena que propia,acaso fruto de una degeneración mía, en la medida en que como former sociologist no puedo dejar de hacer «entrevistas en profundidad», o , como narrator in pectore, dejar de contar esto y aquello … ¡Vaya! ¡que venga Robert Nisbet – el de La Sociología como forma de arte– y lo vea!

Aunque en realidad creo que si no bajo es porque no sé que ponerme encima del pijama, pues mientras él ya está desfilando prietas las filas, yo apenas si he acabado de desayunar.

No sé, igual un día de estos abandono el servicio de guardia y me lanzo…