BENITO DEL BARRIO (in memoriam)

En la vieja foto, en blanco y negro, aparece sentado en un pretil charlando distendidamente con varios compañeros de viaje. Era 1974 y estábamos en Paris. Entre largos paseos, detenidas visitas a librerías y la asistencia emocionada a algunos mítines de la oposición anti-franquista, la capital francesa era una fiesta permanente de libertad.

Aun así, las discusiones eran en ocasiones extremas, pues entre nosotros y quienes nos alojaban había consejistas, pro-chinos, trotskistas, y algún que otro refugiado de la izquierda abertzale. Una buena muestra , en fin, de la variedad de sujetos políticos – tan hábilmente descritos por Joseba Zulaika en su Aberriaren inpaseak– que nos conformaron a algunos y algunas durante el tardo-franquismo, sumando a nuestra educación general básica cristiana la «caja de herramientas» (Foucault) del marxismo. Como en varias ocasiones señaló Manuel Vázquez Montalbán, probablemente éramos simplemente anti-fascistas aunque nos pensábamos revolucionarios, y en este punto Benito no dejaba nunca de descartarse, de apurar los debates más allá de lo previsible.

Cuando más tarde asistimos a lo que se ha denominado La Transición, Benito continuó en la misma tónica, combinando sus intervenciones críticas con generosas muestras de una atención personal y personalizada – pues también era muy hábil manualmente .

Fueron pasando los años y cada cierto tiempo me llegaban noticias suyas, de índole más personal, y vinculadas a quehaceres y visitas en su refugio de Zozaia. La última vez que nos vimos fue en la despedida de mi querida amiga Silvia Fernández Viguera- una de las fundadoras del activo Centro de Documentación- Biblioteca de Mujeres de IPES-Navarra-. Me comentó que estaba escribiendo sus memorias y yo le animé a que siguiera, ofreciéndome como lector inter pares si lo consideraba necesario.

No sé, en fin, si Benito habrá dejado algo escrito, pero, sin duda en mi caso y ,creo, en la memoria de quienes le conocimos, ha dejado un poso último de espíritu crítico, tan necesario en la actualidad, así como un ejemplo de generosidad personal que proyecta un modelo de solidaridad no menos necesaria en estos tiempos de extremo narcisismo ambiental…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

HIJAS DEL MIEDO

«Los dos Colegios agrupan a profesionales que tienen un vínculo especial con las palabras».

Esta fue, desde mi punto de vista, la frase clave de la primera parte de la presentación de Hijas del miedo, una obra que recoge diecinueve narraciones escritas por varias juezas que se enfrentan cotidianamente a casos de violencia machista y que se presentó ayer por la tarde en el Colegio de la Abogacía de Bizkaia ( representado por Silvia Gutierrez Vallejo ) en colaboración con el Colegio Vasco de Periodistas ( de la mano de Amaia Goikoetxea).

Las intervenciones que se sucedieron a continuación destacaron varios aspectos de esta labor. Así, Cristina Meré, jueza de la Línea de la Concepción (Cádiz) y una de las autoras del libro señaló la doble dimensión catártica y documental de la obra. Por su parte, la magistrada Julia Sauri insistió en la marca personal y profesional que implica la instrucción de este tipo de casos.

Posteriormente, en el debate moderado por la periodista Andrea Cimadevilla, fueron apareciendo varios temas relacionados destacando la relevancia del respeto hacia la víctima, en ocasiones no muy consciente de su condición, así como la labor educativa siempre pendiente y tanto más en un entorno social articulado en las redes sociales que muestran a veces como normalizadas conductas psicopatológicas muy graves.

En el turno de preguntas, el ex-diputado Emilio Olabarría reclamó una revisión legislativa sobre todo en relación a la actualmente vigente sobre los delitos cometidos por menores y dejando caer que sería interesante debatir sobre los recursos jurídicos disponibles – y entre ellos la famosa Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida como «ley del solo sí es sí» – aunque acaso no era la mejor ocasión para ello.

Por su parte, y entre otras intervenciones, la decana del Colegio de Periodistas Amaia Goikoetxea se preguntó qué podían hacer los medios de comunicación para contribuir a luchar contra la lacra de la violencia machista…Y tras varias matizaciones acerca de lo documentable y lo publicable, se hizo un hincapié particular en el adecuado empleo del lenguaje, siendo un buen ejemplo concreto el desplazamiento del culposo y pasivo «ha sido violada» por el culpable y activo «fue violada».

De manera que la conclusión del acto coincidió de alguna manera con su comienzo, ya que más allá y más acá de la cruel empiria criminal, relatos, leyes, sentencias, crónicas y materiales educativos suponen poner en marcha ese vínculo especial con las palabras, ese capacidad del ser humano que puede moderar lo instintivo sobre todo cuando linda con lo patológico individual o social.

(c) by Vicente Huici Urmeneta

PARTICIPACIÓN (¿ciudadana?)

La Asociación Uribitarte Anaitasuna ,que acoge a vecinos y vecinas de los barrios bilbaínos de Uribitarte, Abando e Indautxu, ha enviado al Alcalde de la Villa, a todos los grupos políticos municipales y al Consejo de Distrito de Abando , un duro comunicado en el que manifiesta su voluntad de no asistir en adelante a los Talleres de Seguridad de Abando.

En dicho comunicado, la Asociación  denuncia que tras cinco años de participación activa en el mentado Taller y habiendo aportado varias propuestas concretas para intentar paliar el deterioro convivencial generado por la desmedida actividad hostelera diurna así como por la incontrolada vida nocturna («ocupación del espacio público de manera impropia, orines en los portales, dificultades para entrar en los portales y para transitar por las aceras, algaradas, gritos, botellones, etc. en los alrededores de las discotecas y diversas plazas, aceras y calzadas»), ha podido comprobar la inacción del Consistorio que incluso ha llegado a cuestionar las pertinentes y específicas recomendaciones al respecto del Ararteko.

Sin embargo, lo más preocupante del comunicado en términos políticos es la contundente conclusión de que «los talleres sirven tan solo para crear una apariencia de participación ciudadana«.

Pues si bien la inacción del ejecutivo municipal se ha manifestado en numerosas ocasiones y en diversos ámbitos, absteniéndose de intervenir directamente, o haciéndolo inapropiadamente sin hacer valer siquiera los recursos jurídicos y policiales de que dispone, la percepción de la vinculación de esa inacción con una deliberada opción de política municipal en la que tan solo se pretenden cubrir las apariencias, resulta gravísima al fomentar una degradación democrática, particularmente trascendente, si cabe, en los tiempos que corren.

Es de esperar que el gobierno municipal de Bilbao, tan entusiasmado con la atención a los cada vez más numerosos visitantes de la Villa, tome buena nota de este comunicado que refleja la frustración, en fondo y forma, de un colectivo de sus propios conciudadanos, y recupere el espíritu verdaderamente participativo sin trucos ni tratos del infecundo y contaminante estilo tecnocrático…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

EL PESO DE LA LUZ (de Aurelio Gutiérrez Cid)

Un libro , en fin, que puede ayudar a iluminar el viaje personal de cada cual, si alguno de los relatos logra activar esa fricción que debe generar toda buena ficción…

Bajo este título ciertamente poético se acoge una treintena larga de relatos de Aurelio Gutiérrez Cid ( Bilbao, 1971) a quien conozco desde que participó en la Letra Eskola del Azkuna Zentroa , dirigida por la escritora Mónica Crespo.

Volví a encontrarme con Aurelio en el Taller de Relato Breve del Aula de Cultura de Leioa y ya para entonces había refinado y mucho su estilo, según pude comprobar en las intensas sesiones que compartimos y sobre todo con ocasión de la publicación de su obra Nueve loros y quince colibríes.

Entre estos encuentros, Aurelio me ha ido enviando sus escritos y yo los he comentado en la medida de mis posibilidades, ya que siendo él un narrador muy particular tanto en relación a la temática como al tratamiento literario, casi siempre me he sentido muy limitado desde mi condición general de ensayista. Aun así , la vena poética que asoma en muchos de sus relatos, esa apuesta por dejar decir un tanto libremente a las palabras, me ha resultado más accesible desde mi humilde y limitada vocación haikista.

El libro que ahora presenta, El peso de la luz (UNO editorial, 2025) ,gira sobre dos ejes fundamentales. Así, por un lado, da cuenta del desasosiego vital, que acaba por tener un reverso positivo, y, por el otro, y probablemente muy relacionado con el anterior, sobre un asunto que siempre suscita controversias emocionales como son las fiestas navideñas, unas celebraciones ambivalentes en las que una tristeza subliminal, fruto del recuerdo del paso ritual del tiempo, se combina con la ternura de los encuentros familiares y la ilusión por las aspiraciones del futuro.

No puedo finalizar este breve apunte sin señalar que me han gustado particularmente los relatos sobre la experiencia de la Navidad – magníficos en mi opinión, los titulados Caramelos, Christmas en la cabeza, o El último Papá Noel – aunque aquellos de un registro más severo- como, por ejemplo, La Lucha , Vidrieras no abatibles o El verdugo -se han resuelto hábilmente utilizando un humor negro en ocasiones en el límite del surrealismo.

Un libro , en fin, que puede ayudar a iluminar el viaje personal de cada cual, si alguno de los relatos logra activar esa fricción que debe generar toda buena ficción…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

MONEDERO´ s (time)

Le ha tocado ahora a Juan Carlos Monedero, ex alto cargo de Podemos, ser acusado de acoso sexual.

Como no me gusta repetirme, reproduzco ahora dos columnas que escribí en octubre y noviembre del año pasado y tan solo vuelvo a preguntar aquello del Cui prodest?

ERREJÓN ( y John le Carré) ( octubre de 2024)

El episodio Errejón es el rejón de muerte clavado en la médula del toro Podemos tras una larga faena.

No suelo escribir sobre política institucional porque doctores ( y doctoras, of course) tienen los Media al respecto, más allá de la tutología descalabrante que mayor e interesadamente confunde lo estratégico con lo táctico ad maiorem sui gloria.

Así que si ahora lo hago es porque , desde mi perspectiva meramente literaria, lo que dentro de poco se convertirá en «el caso Errejón» me parece un capítulo, acaso el último, de un novelón cuyo material hubiera hecho las delicias del Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán.

Pues, sin entrar en el fondo de la cuestión, que para eso están las leyes – y sobre todo la denominada ley del «solo sí es sí»- y la judicatura, el episodio Errejón es el rejón de muerte clavado en la médula del toro Podemos, ya muy debilitado por una larga faena de sucesivas escisiones y por su abducción final en lo que se ha venido en llamar Sumar, que más bien ha conseguido restar electoralmente lo poco que quedaba de una dinámica ya descendente.

Y en este punto, a caballo – y nunca mejor dicho- de las novelas de espías y servicios secretos , cualquiera de las tramas de John le Carré serviría para articular una narración que pueda describir la destrucción programada , de iure et facto, de un proyecto político que desde que entró en las instituciones no planteaba nada muy diferente a la socialdemocracia más ortodoxa.

Pero, en fin, y a la espera de nuevos matices que encajen oportunamente en esta hipotética trama, no queda sino recordar una frase asaz terrible del protagonista de ¿ el último capítulo? :»No se le puede pedir a la gente que vote distinto de cómo se comporta en su vida cotidiana«… Pues eso, que diría Paco Umbral.

DE «SUMAR» A «ECOLOGISTAS EN ACCIÓN» ( más John le Carré) (noviembre de 2024)

Es de esperar que las siguientes denuncias disparen contra dirigentes de agrupaciones feministas y el Me-Too , miembros del colectivo LGTBI+ o de las asociaciones de ayuda a la inmigración.

Sin que uno lo quiera, esta columnilla va desviándose hacia la crónica política, si bien en la modalidad micro cuyas estructuras tan bien analizó Michel Foucault y cuya narrativa mayor he atribuido a John le Carré.

Pues la denuncia por agresión sexual contra Santiago Martín Barajas, fundador y dirigente de Ecologistas en Acción, prosigue el guion iniciado con el «caso Errejón» que, por cierto, está poco a poco desconfigurándose.

Y el guion consiste en sacar a la luz oportuna y sucesivamente episodios que descalifican a dirigentes de ese mundo woke alternativo hispano, ciertamente tan limitado.

Pues independientemente de que las conductas denunciadas sean susceptibles de las oportunas condenas judiciales si se demuestra su veracidad, el efecto inmediato es la deslegitimación, por extensión, de los partidos políticos, movimientos sociales o plataformas ciudadanas en los que militan los denunciados.

El procedimiento, inédito hasta ahora en estos lares , que destila el puritanismo anglo-sajón bien sazonado con salsa norteamericana, más allá de su efectividad individual ejemplarizante , opera como una una lancha torpedera dispuesta a hundir todo lo que no sea políticamente correcto desde la ortodoxia conservadora.

Hasta ahora, los barcos tocados han sido la socialdemocracia organizada y ajena al PSOE y el movimiento ecologista, pero es de esperar que las siguientes denuncias disparen contra representantes de las agrupaciones feministas y el Me-Too ,del colectivo LGTBI+ o dirigentes de asociaciones de ayuda a la inmigración.

Por medio de estas intervenciones sucesivas- algunas impulsadas por gentes sin duda de buena fe- y articuladas por la correspondiente narrativa- desplegada mayormente desde los medios de comunicación ad hoc– , se irá configurando un «pueblo» blanco, sano y trabajador, ajeno a las complicaciones ideológicas ,que tan solo necesitará un líder ( o una lideresa) que le encamine hacia el futuro…

¿A que suena todo esto?

(c) by Vicente Huici Urmeneta

¿Y SI LA ELECCIÓN DE TRUMP FUERA UNA BUENA NOTICIA? (por Joseba Garzón Murua)

Una vez más la coyuntura geopolítica no ha pasado desapercibida en el Taller de Escritura que vengo coordinando desde hace algunos años. Buena prueba de ello es este breve ensayo de Joseba Garzón Murua (Bilbao, 1972) que transcribo a continuación:

«No ha pasado ni un mes de la pseudo-coronación de Trump (no puede ocultar que quiere ser rey, no presidente), pero su atropellado y aparentemente despótico talante parece que lo está cambiando todo, que prácticamente ha nacido un nuevo orden mundial. ¿Cómo puede ser una buena noticia? En el fondo, lo que sus acciones consiguen es acelerar o hacer más evidente muchas de las tendencias que ya estaban desarrollándose, y creo que la falta de disimulo y de caretas (no se puede decir que no esté intentando hacer lo que dijo en los mítines) puede provocar la necesidad de pasar a la acción, cada cual a su modo y manera.

La primera de esas caretas que caen es la de que ‘las grandes multinacionales’ (no las empresas, sino muy pocas de ellas con tamaños desorbitantes) estaban ‘comprometidas’ e incluso lideraban la carrera y la transición hacia un mundo más diverso, inclusivo y sostenible. Frente al primer Trump, ahora la nueva élite tecnológica ha decidido claramente sumarse a su estrategia, peleando por estar en la primera fila. Ha faltado tiempo: en solo días muchas de estas empresas han declarado solemnemente abandonar cualquier empeño en favor de la Diversidad, la Igualdad o la Inclusión. En la elección entre vidas y dinero, claramente han optado por este último, bajo la excusa de la meritocracia, obviando los posibles obstáculos que pueda tener cada persona: que cada cual se arregle como pueda. No sé si empezaremos a ver una ‘Gran Renuncia’, pero claramente es más fácil que suceda, y eso nos coloca en mejor situación que antes del 20 de enero.

La siguiente careta que se cae es la falsa aceptación de la democracia por parte de la élite económica. Ya no son necesarios los esfuerzos de lobby a puerta cerrada. El hombre más rico del mundo convence fuera de las cámaras al presidente para crearse el mega-chiringuito, un ‘ministerio’ sin reglas de control democráticas para básicamente hacer lo que le de la gana con la excusa de ‘matar las ineficiencias’ (que seguro las hay, por eso también tienen gente que les apoya). De paso, aprovecha para robar ilegalmente datos personales y confidenciales de la ciudadanía estadounidense para alimentar su negocio de inteligencia artificial (¿alguien duda todavía de que no lo hará?). En definitiva, servirse de la democracia para destruirla desde dentro. La concentración del poder es cada vez más obscena, y Trump no hace sino acelerar esa sensación, lo que puede ser buena noticia para acelerar el cambio, que en ningún caso será agradable, y seguro que tendrá muchos costes.

Otro punto que empieza a resquebrajarse es el de que la economía es lo principal e incluso lo único. Como generación que ronda la cincuentena, se nos enseñó, tanto a ellos como a ellas, que lo importante, la clave, era el éxito económico, ya que todo lo demás vendría entonces dado, en una tan automática como falsa identificación del dinero y las riquezas materiales con la felicidad. Creo sinceramente que el gran capital empieza a perder la batalla de la opinión pública que empezaron a ganar desde Reagan y Thatcher y con la caída del Muro de Berlín, hace casi 40 años. Ya no funciona la equivalencia automática entre inversión extranjera = bueno y por supuesto mejor que propiedad pública. Cada vez son más visibles los comentarios que, ante noticias de Blackrock, fondos buitre,… reconocen su carácter extractivo y denuncian que son una de las claves del problema, y que se debe si no luchar contra ellos, al menos impedir que sigan funcionando a sus anchas. También creo que es una mejor situación que antes del 20 de enero.

Por último, Trump nos hace muy conscientes de que nos han robado el verdadero significado de la palabra libertad. Drogadictos como son de la acumulación de dinero y poder, en su estrategia se han apropiado de tan sagrado término, la libertad, para asimilarla con la necesidad de poder hacer realmente su voluntad en todo momento, eliminando cualquier obstáculo público o estatal, sin importar nada ni nadie más que ellos mismos, limitando la libertad del resto. A lo largo del camino han convencido a mucha de la cada vez más raquítica clase media que puede disfrutar de una pensión alta a la vez que tiene la casa pagada, pero que empieza a ver cómo su propia descendencia, salvo que pueda heredar, no puede construir un proyecto de vida similar. Y es la juventud la que nos está enseñando que no se puede vivir sin mirar al lado, sin mirar atrás, sin mirar a la naturaleza que nos rodea, sin un propósito alternativo al coche y la casa unifamiliar en una urbanización de las afueras o en el centro de la ciudad. No nos hemos dado cuenta a tiempo como sociedad, pero Trump nos lo recuerda de forma tan zafia que creo conseguirá revelarlo a mucha gente.

Queda en cada uno de nosotros aprender de este error, y transformar el enfado y la rabia en compañerismo con los vecinos, con las personas que nos rodean, con los trabajadores que hacen las tareas más penosas que no queremos los locales, con las trabajadoras de cuidados, tan imprescindibles (y más cuando envejecemos) como penalizadas en la sociedad capitalista. Mucha de la epidemia de falta de salud mental viene por resistirnos al modelo en el que hemos sido educados, por el miedo de parar y mirar, aunque sabemos que en lo profundo es lo que queremos. Trump, si consigues que muchos más nos demos cuenta y empecemos a organizar la alternativa en comunidad, te estaremos agradecidos «.

«LOS EXPULSADOS» DE EDGAR BORGES ( o la hora del lector)

En 1957, el crítico catalán Josep Maria Castellet publicó La hora del lector, una obra fundamental de la crítica literaria española de la época. En ella, el autor proponía una narrativa alternativa a la novela social ‘de argumento’ por entonces imperante , otorgando una importancia definitiva al cambio de actitud del lectorado que, consecuentemente, debería adoptar un tono decididamente proactivo frente a la recepción pasiva y la pereza mental habituales.

He recordado esta propuesta al leer Los expulsados ( 2025), del escritor venezolano afincado en España Edgar Borges, pues formaliza eficazmente las indicaciones de Castellet , por otro lado muy sugerentes ante la nueva invasión de literatura «de argumento» ,mayormente bajo una torpe clave seudo-policial, fácilmente reconvertible en guion de una serie televisiva más.

Además, este nuevo libro de Borges no resulta ser sino la continuación estilística de otros anteriores como La niña del salto ( 2018), Enjambres (2020) o Figuras (2023) y, como en ellos, hay ecos de su literatura de referencia como es el caso evidente de Peter Handke, de quien el escritor venezolano es un gran conocedor y admirador (El hombre no mediático que leía a Peter Handke, 2012).

Y , como en los casos anteriores y acaso particularmente en la lectura de Los expulsados, se requiere una participación activa a la hora de reconstruir , desde los diversos materiales propuestos, la historia de tres niños maltratados, Marta , Sara y Andreu, extraviados en un laberinto tan simbólico como vivencial, gestionado por un extraño sistema panóptico tan kafkiano como foucaultiano.

Una obra , en fin, que supondrá un desafío para cualquiera que la lea y que nuevamente resultará, como dice Enrique Vila-Matas , una manifestación de «la literatura como un complot contra la realidad» o al menos, contra una determinada construcción social de la realidad, en palabras de P.L.Berger y T.Luckmann

(c) by Vicente Huici Urmeneta

AGUAS (revueltas)

Desde la distancia compruebo que las aguas macropolíticas continúan revueltas cuando no encrespadas tanto allende fronteras como en nuestros lares.

Y, hasta cierto punto, la incompresión se suma a la mera comprobación, sobre todo dado el eco colectivo que se alcanza a través de las redes sociales.

Consecuentemente, me surge la pregunta de qué esta ocurriendo globalmente, más allá de condenas rápidas, fáciles y ,por todo ello, mayormente ineficaces.

La antropóloga Ruth Benedict en su estudio El crisantemo y la espada (1946) ,escrito a instancias de la Oficina de Información de Guerra estadounidense para conocer mejor al «enemigo japonés», afirma que su clave metodológica fue ir documentando todo lo que no comprendía para progresivamente ir detectando su lógica interna, en muchas ocasiones ajena al mundo yanki, y por extensión occidental.

Y quizás esta sea una buena pista para poder detectar qué está ocurriendo en un mundo en el que se extiende un nuevo puritanismo, un belicismo exaltado hasta el genocidio , y un granacionalismo imperialista que parecía ya olvidado.

Pues , sin duda, hay y habrá una pugna política, pero como indicaba recientemente el sociólogo Manuel Castells, hay detrás una guerra cultural, una confrontacion de valores que es preciso analizar para que , como dice el refrán, las aguas revueltas no supongan solo ganancia…de pescadores…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

TENKOO ( ¿hispano?)

En la historia contemporánea del Japón se suele denominar tenkoo (転向 – «cambio de dirección») al giro ideológico de numerosos socialistas y comunistas japoneses que ,entre 1925 y 1945, renunciaron a sus ideas de izquierdas y en muchos casos se realinearon en posturas derechistas y gran-nacionalistas cuando no imperialistas.

He recordado este término tras tomar un café con un antiguo «camarada», que de ser un maoísta ortodoxo durante el tardo-franquismo ,ha devenido votante de la extrema derecha, eso sí con la misma intensidad.

Y aun sabiendo que siempre se puede recurrir, en última instancia, a una interpretación psicológica, no dejo de sorprenderme de estos virajes ideológicos que han recolocado en el conservadurismo más recalcitrante y en el centralismo más casposo a antiguos militantes comunistas, trotskistas, pro-chinos o incluso anarquistas.

Por supuesto, cada cual tiene derecho a cambiar de punto de vista político y más en el transcurso de un largo periodo vital. Pero, en la mayoría de los casos, estos cambios, en ocasiones tan radicales, se argumentan culposamente asumiendo las etapas anteriores como demasiado idealistas cuando no descabelladas, mostrando un lloroso arrepentimiento y asegurando que el de hogaño es el punto de vista justo y necesario.

El énfasis en los golpes de pecho combinado con la proclamación de la suma corrección actual, aliñado todo ello con una beligerancia tumultuosa hacia quienes han persistido en alguna variante del antiguo empeño, lleva a preguntarse si, pasados unos años, y si el tiempo y la autoridad lo permiten, no volverán a arrepentirse y a confesar lo equivocados que estaban en estas nuestras actuales fechas…

¡Ah el tenkoo hispano!

(c) by Vicente Huici Urmeneta

HORTELANOS ( O tempora, o mores!)

Ahí está , en el campo, entre flores de plantas de cebolla, con las manos en los bolsillos y la mirada perdida en un horizonte que siempre quedó lejos. Es mi padre, Fernando Huici Viscarret, último representante de la empresa Semillas Huici, asentada en el barrio de la Rochapea de Pamplona, desde que fuera fundada por mi bisabuelo Ignacio Huici a mediados del siglo XIX y continuada por mi abuelo Vicente.

La foto aparece en el libro Haziak, zergatik eta nola egin zureak- Autonomia ereiteko, herria josteko ( Argia ,2024) de Kelo Arribas y Marc Badal, en el que se analiza el trabajo de selección agrícola consciente que se ha ido realizando de generación en generación, ofreciendo explicaciones precisas para la elaboración de hasta sesenta especies de semillas, e incluyendo 211 fotografías de Dani Blanco.

La mención a la empresa familiar es justa y necesaria pues siempre se dedicó al cultivo de especies autóctonas y se resistió a ser abducida por las multinaciones que la pretendieron en más de una ocasión.

Y aquí estoy yo, Vicente Huici Urmeneta, cuatro generaciones después ,en mi estudio, rodeado de libros, con la mirada concentrada en la pantalla , y sin embargo , y siendo tan urbanita, ansiando , para bien y para mal, ese vínculo estrecho con la naturaleza de mis ancestros hortelanos…

O tempora, o mores!

(c) by Vicente Huici Urmeneta