LA GUERRA (repensada por Kepa Bilbao)

Una obra enciclopédica en su sentido más profundo que, además, incluye una amplia serie de referencias, muy útil para reflexionar sobre el uso ineludible de la fuerza , siempre que sea justificado y regulado.

Mientras repasaba algunas secciones de El arte de la guerra de Sunzi para exponer sus características en el curso de postgrado que actualmente estoy desarrollando , me ha llegado el nuevo libro del prolífico ensayista bermeano Kepa Bilbao Ariztimuño, que en esta ocasión trata precisamente de este «drama sangriento que produce destrucción física y espiritual».

La obra lleva por título Repensar la Guerra y por subtítulo Tradición moral, realismo bélico y pacifismo jurídico y está publicada por la editorial Catarata en este mismo año de 2024.

Bilbao lleva a cabo a lo largo de sus trescientas páginas un recorrido singular y muy sugerente sobre este fenómeno humano de apariencia tan inhumana tal y como se puede comprobar en los conflictos armados actuales y particularmente en la guerra que el gobierno de Israel está desarrollando en Palestina y Líbano.

Dividido en tres partes, Repensar la guerra aborda en primer lugar «La naturaleza de la guerra» ,exponiendo fundamentalmente la teoría bélica de Carl von Clausewitz y sus interpretaciones en el ámbito del pensamiento marxista; en una segunda parte – «La tradición de la guerra justa»- ofrece una síntesis de la temática desde la tradición grecorromana hasta la modernidad, pasando por el cristianismo, Maquiavelo o Hugo Grocio; y para finalizar introduce una glosa- «El realismo y el pacifismo jurídico»- que actualiza el debate de la mano de pensadores contemporáneos como Hans Morgenthau, Norberto Bobbio o Luigi Ferrajoli.

Una obra, por lo tanto, enciclopédica en su sentido más profundo que, además, incluye una amplia serie de referencias, y muy útil para reflexionar sobre el uso ineludible de la fuerza , siempre que sea justificado y regulado, teniendo en cuenta que , como ya decía Sunzi en el siglo IV a.d.n.e., «Lo más deseable es vencer sin luchar».

(c) by Vicente Huici Urmeneta

ENARAK ( o los comienzos de la música pop en euskera)

Ayer tuve la oportunidad de asistir a la proyección de ENARAK en la sala BBK, dentro del ciclo dedicado a las producciones vascas en el contexto de ZINEBI, el Festival de cortometraje y cine documental que se celebra en Bilbao desde hace ya unas cuantas décadas.

El film recoge la historia de un grupo de seminaristas adscritos a la diócesis de San Sebastián -Juanjo Iturrioz, Jose Iñurrita, Antton Lopez-Abu Hureira y Jesus Calvete- que, influidos por las corrientes musicales internacionales del momento, fundaron en 1967 el grupo Enarak y ,tras una larga serie de actuaciones, desaparecieron en 1971 tras un último concierto en Larraitz , en el que al pie del Txindoki se reunieron varios miles de jóvenes.

Aquel grupo, en el que llegó a tocar ocasionalmente Eduardo Moreno Bergaretxe «Pertur», se dedicó a versionar y componer piezas de pop, rock y psicodelia, destacando la utilización del euskera en sus letras.

Bien armado y realizado, Enarak lleva a cabo una reconstrucción del nacimiento y evolución del grupo hasta su disolución, alternando las entrevistas, los paneles y la música, ofreciendo un hábil collage estructurado en torno a una voz en primera persona que corresponde a Beñat Iturrioz, hijo de Juanjo y director de la película.

Un documental, en fin, que hace honor al propio festival ZINEBI y que constituye una referencia obligada para quienes se interesen por los comienzos de la música pop en euskera.

(c) by Vicente Huici Urmeneta

AÑOS (cumpliendo)

Parece ser que, a partir de cierta edad, para muchas gentes eso de cumplir años se convierte no tanto en la ocasión para la felicitación sino más bien para el pésame.

Así lo que en principio parece una broma de un humorista cansado   poco a poco se transforma  en una especie de emergencia ontológico-ectoplasmática (¡perdón!): cumplir un año más es algo terrible.

Lo peor  de  este terror cronogénico  es que  no se sabe muy bien  por qué está producido, pues la mera constatación  del paso del tiempo no parece motivo suficiente. ¿ Será  porque cada año  nos alejamos más de la infancia? ¿ Porque ya los adolescentes  nos tratan de usted? ¿ Porque disminuye nuestra capacidad sexual? ¿ ¿Porque  no hemos hecho todo lo que esperábamos hacer  para estas alturas de la vie ?  ¿ Porque lo que hemos hecho nos ha salido regularmente mal ? 

Ni siquiera  todos estos parecen motivos suficientes pues  podemos continuar siendo niños a pesar de las canas, podemos  tratar también de usted a los adolescentes , y sobre lo que  todavía queremos hacer tenemos la referencia magnífica– si nos hemos preocupado un poco de tenerla en cuenta — de lo que  ya hemos llevado a cabo. Bueno, y en cuanto a la capacidad sexual . . . ¡ qué se puede decir que no haya dicho ya Woody Allen !. . . Cuando se ha probado la cantidad y la calidad  lo que  se desea es, sin duda , más calidad y emoción — ¡ label , vamos!

No, este terror , en algunas gentes tan dramatizado, parece provenir de  otro sitio, lugar o nivel de realidad. De un lugar en el que ya todos los años están cumplidos , en el que se es  permanentemente adulto cuando no anciano. Un lugar en el que todo está muerto porque todo está matado. Un lugar en el que no hace falta que nadie dé  el pésame  porque quienes están en él se lo dan a sí mismos todas las mañanas.

Un lugar en el que se puede estar con con treinta , con cuarenta o con setenta años. En el mismo lugar. Y para siempre.

(c) by Vicente Huici Urmeneta

PERIODISMO VASCO (Premios 2024)

Cuando estudiaba la carrera de Filosofía y Letras a mediados de los años setenta (del siglo pasado) se podía obtener el carnet de periodista si se cursaba un año más una vez terminada la licenciatura. Así lo hicieron, por ejemplo, muchos colegas de Derecho o de Economía que más adelante se dedicaron al periodismo especializado.

Cursar este año especial era, por otro lado, el consejo que me daba mi querido tío Julio Manegat, a la sazón director de la Escuela de Periodismo de Barcelona , porque pensaba que me vendría muy bien para afinar mis armas como futuro escritor: «Hay que empezar por la crónica y una sabia utilización de los adjetivos»- me decía. No le hice caso y seguí intuitivamente el camino que casi de inmediato me llevó a la docencia universitaria en la que me he desempeñado durante cuarenta años.

Pero también casi de inmediato y más allá de las ediciones académicas, comencé a publicar pequeños artículos y de ellos fueron quedando huellas en revistas como La Estafeta Literaria , Cuatrovientos, Pamiela, Bitarte, Hegats ,posteriormente en las revistas electrónicas Espacio LUKE y Calle-ficción, y finalmente en este blog esquinado- EL PASEANTE- que tiene a bien dejarme publicar DEIA desde hace ya ocho años. Mi vínculo con este mundo ha sido pues largo y cualitativamente muy perfilado pues me he dedicado fundamentalmente a la crónica cultural y a la columna de opinión.

La profesión entre tanto ha ido cambiando y mucho. Formativamente poco a poco fueron apareciendo las Facultades de Ciencias de la Información- en la UPV-EHU en 1981- y agrupaciones como el Colegio Vasco de Periodistas ( 2014), y en estos momentos el periodismo , columna fundamental de la información crítica, debe asumir las nuevas condiciones generadas por la revolución electrónica- y la IA- y deslindarse de la rumorología y las fake-news difundidas por las redes sociales

…Y de todo esto me acordaba ayer, mientras asistía un año más a la Gala de los Premios de Periodismo Vasco 2024, en los que ,entre otros y otras, se premiaron a Txema Soria, y en feliz equidistancia a Alejandro Echevarría y Xabier Sánchez-Erauskin, periodistas de larga trayectoria…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

LA VISPERA ( del 1 de noviembre)

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In illo tempore…La noche del 31 de octubre al 1 de noviembre mi padre no dormía. Nada más cenar,  bajaba al barrio de la Rochapea donde estaba el negocio familiar  (SEMILLAS HUICI, Flores y Plantas, Pratenses y Forestales) y comenzaba a hacer centros y coronas que debían estar preparados para venderse  a partir de las nueve de la mañana del día siguiente. Le gustaba mucho hacerlo y era, además, un perfeccionista- algo que, creo, he heredado . Miraba y remiraba cada obra y hasta que no se quedaba convencido no se dedicaba a otra.  Los  empleados (mayormente  empleadas)  preparaban las bases de diversos tamaños así como las flores. Entre las flores, la reina era el crisantemo que se había cultivado en la huerta próxima , en largos bancales de los que , luego, en primavera, se recolectarían las fresas.

El ambiente  era muy animado, y  a eso de las tres y media de la madrugada se hacía  un receso con una buena recena- magras con tomate, huevos con txistorra- y unos cuantos tragos de vino que luego se prolongaba en café, una copita de patxarán  y algún que otro puro: siempre recordaré a una de las empleadas, una señora gruesa y colorada, apurando su faria mientras recogía en un cesto los restos de las flores desechadas.

Al amanecer todo había terminado. Centros y coronas se subían a la tienda de Pamplona en una camioneta y yo acompañaba a mi padre – desde los quince años me fue permitido acudir a este, para mí, pequeño akelarre- que antes de dirigirse a casa pasaba por el obrador de la pastelería de su amigo Unzué donde intercambiaba un espléndido centro por un  buen paquete de «huesos de santo». Luego nos íbamos a la Plaza del Castillo, a desayunar un chocolate con churros en el Iruña. Sabíamos que no podríamos dormir mucho porque a las doce comenzaría la inevitable,  larga y pausada visita al cementerio…

Tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra… 

(c) by Vicente Huici Urmeneta

DAHOMEY (Zinemakumeak 2024)

Estando el debate sobre el colonialismo y sus consecuencias más abierto que nunca, viene bien, muy bien, la mirada particular de una mujer mestiza e ilustrada…

Asistí ayer en Bilbao a la inauguración de la edición número 23 de ZINEMAKUMEAK, MUESTRA DE CINE DIRIGIDO POR MUJERES, que se prolongará hasta el fin de semana.

Tras las presentaciones institucionales de rigor y la entrega del Premio Simone de Beauvoir a Gracia Querejeta, se proyectó el documental Dahomey, de la cineasta franco-senegalesa Mati Diop ( Paris, 1982) galardonado con un Oso de Oro en la Berlinale de este año.

El film recoge la devolución de 26 tesoros reales del Reino de Dahomey, actual República de Benín, que junto con otros miles de objetos fueron llevados a Paris por las tropas coloniales francesas en 1892. Asimismo recoge una larga serie de intervenciones de un debate que se celebró al respecto entre los estudiantes de la Universidad de Abomey-Calavi.

La película resulta sumamente interesante más que nada por el gran desconocimiento que todavía tenemos sobre la colonización africana y el proceso posterior de descolonización, pero algunos aspectos que se muestran resultan tan curiosos como contradictorios.

Pues más allá de que en algunas secuencias del traslado de los tesoros el trabajo físico más duro recae en africanos bien negros, dirigidos por europeos bien blancos, el idioma de los debates es el francés, aunque en ciertos momentos se haga referencia a las perdidas «lenguas originarias».

Y, como es bien sabido, una lengua no es solo un sistema de comunicación sino que con ella se transmite una estructura psico-cultural, lo cual queda de manifiesto en los términos de la discusión entre los estudiantes que, tratando de la identidad, la historia, la religión o la política, siguen con claridad y distinción las premisas conceptuales y argumentativas de la cultura ilustrada europea.

Aspecto este último que no ha de extrañar si se repasa la biografía de Mati Diop, hija de un padre músico, Wasis Diop, y una madre fotógrafa y compradora de arte, y sobrina de Djibril Diop Mambéty, director de la película de culto senegalesa Touki Bouki (1973).

Pero en fin, estando el debate sobre el colonialismo y sus consecuencias más abierto que nunca, viene bien, muy bien, la mirada particular de una mujer mestiza e ilustrada…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

CAMINOS, REDES Y CONEXIONES ( las Jornadas Europeas de Patrimonio 2024)

Con esta nueva iniciativa, articulada en los espacios vividos, se abre una nueva oportunidad para combinar la experiencia directa, personal y colectiva, con la reflexión que desde hace ya unos cuantos años se ha ido desarrollando reafirmando, como en el caso de O.F. Bollnow, la importancia de los senderos y los caminos como una de las dimensiones clave de la naturaleza humana.

A lo largo de este mes de octubre se vienen celebrando de la mano de la Diputación Foral de Bizkaia y bajo la coordinación de Aintzane Eguilior Mancisidor, las Jornadas Europeas de Patrimonio 2024 cuya primera edición data de 2001.

En esta ocasión las Jornadas, tituladas «El Patrimonio de los caminos, redes y conexiones», están dedicadas a la difusión del patrimonio cultural vinculado mayormente a la movilidad, recordando que «las huellas de las rutas físicas que atraviesan paisajes y fronteras son un recordatorio de que las sociedades siempre han estado en movimiento» ya que «los pueblos han viajado, en épocas de paz y de guerra, para peregrinar, cultivar, conquistar, comerciar y descubrir».

Sin obviar que la reciente evolución electrónica ha supuesto un cambio cualitativo en el diseño y práctica cotidiana de la movilidad, las actividades programadas -visitas guiadas, rutas e itinerarios, exposiciones , conferencias y conciertos – pretenden abrir un amplio abanico proactivo que en su variedad puede satisfacer diferente sensibilidades.

Se abre, además, con esta nueva iniciativa articulada en los espacios vividos, una nueva oportunidad para combinar la experiencia directa, personal y colectiva, con la reflexión que desde hace ya unos cuantos años han ido desarrollando pensadores como E. Minkowski, E. Cassirer , H. Lassen , G. Bachelard o el mismo O. Friedrich Bollnow que en su ya clásica obra Hombre y espacio se reafirmaba en la importancia de los senderos y los caminos para profundizar en una de las dimensiones clave de la naturaleza humana.

(c) by Vicente Huici Urmeneta

INFORMACIÓN(es)

También desde este ya ángulo oscuro del salón, acaso ya no quede sino el perfeccionamiento progresivo del espíritu crítico, incluyendo programáticamente aquel estudio de la sensibilidad formal que reclamaba Paul Valery frente a toda forma de lenguaje y que desemboca necesariamente en la vieja pregunta «cui prodest», es decir a quién beneficia que aquí y ahora recibamos esta o aquella información.

«¿Conoce usted a alguien que crea en las palabras escritas?» Esta pregunta se la hace el inspector Serrano a Pepe Carvalho en el transcurso de El Balneario, una novela de Manuel Vázquez Montalbán publicada en 1986.

Y sin entrar en mayores, he recordado la frase al recordar – ¡ Ah misterios sinápticos!- que en una reciente tertulia de esas que tanto le gustaban a Lin Yutang, alguien comentó que más valía fiarse de lo que puede llegar a través de Tik-tok o de Instagram que por las diferentes cadenas televisivas y, por supuesto, de la prensa escrita en papel o en su versión electrónica, pues las redes sociales, por ahora, «son incontrolables».

Dejando de lado la profesionalidad de quienes se desempeñan en el mundo periodístico , pues se les debe suponer el honor como el valor al soldado en la milicia, los análisis científico-sociales desdicen una vez más lo que afirma una intuición poco cultivada, ya que las redes sociales exhiben sus contenidos no según y como son recibidos sino al pairo de su fundamento algorítmico– D. Cardon. 2018. Con qué sueñan los Algoritmos— hasta el punto de generar una recepción «kairológica «– Bucher, T. 2020 «The right-time web: Theorizing the kairologic of algorithmic media» — es decir, adecuada a la ocasión de lo que se quiere recibir como información.

Pero acaso , lo más importante de esta constatación es, desde la Sociología del Conocimiento, que la información así recibida tan oportunamente genera una imagen conformativa de muchos aspectos de la realidad , ahora, por ejemplo, desde el conflicto de Gaza- ya también del Líbano- hasta el de Ucrania, pasando por todos los dimes y diretes más o menos locales, que por lo general alimenta disquisiciones sin tregua, y en los casos más agudos derivaciones brevemente electorales en las que se vota o, en formato más breve, se bota en calles y avenidas.

Frente a todo lo cual, y también desde este ya ángulo oscuro del salón, acaso ya no quede sino el perfeccionamiento progresivo del espíritu crítico, incluyendo programáticamente aquel estudio de la sensibilidad formal que reclamaba Paul Valery frente a toda forma de lenguaje y que desemboca necesariamente en la vieja pregunta «cui prodest», es decir a quién beneficia que aquí y ahora recibamos esta o aquella información…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

CEINCE ( un archivo proactivo de la historia educativa)

Ya quisieran muchas ciudades y más de una universidad disponer de un centro semejante ,verdadero archivo proactivo de la historia educativa.

El pasado domingo pude por fin visitar la recoleta y preciosa ( a fuer de expoliada) ermita mozárabe de San Baudelio de Berlanga.

Era un plan aplazado tras unas jornadas de debate en las que participé como sociólogo en julio de 2021 en el CEINCE (Centro Internacional de la Cultura Escolar ) sito en la vecina Berlanga de Duero ( Soria).

Y, por supuesto, el sábado volví a visitar con unos amigos este Centro singular, en compañía de su fundador y director Agustín Escolano, ex- catedrático de la Universidad de Valladolid.

…Tras veinte años de actividad, su biblioteca ha reunido 60.000 volúmenes vinculados al mundo educativo , desde manuales pedagógicos hasta libros de texto en un arco temporal que abarca los últimos siglos , un fondo que ha sido consultado por mas de 800 investigadores de 56 países. Así mismo , en sus aulas se ha llevado a cabo largo un largo centenar de encuentros, congresos y jornadas del que su web da buena cuenta. Y sin olvidar varias exposiciones sobre temática docente que han acogido hasta 200.000 visitantes – la última titulada «De Flora a Diana» acerca del camino hacia la igualdad y la inclusión de las mujeres…

…De vuelta a mis tierras norteñas ,he pensado que ya quisieran muchas ciudades y más de una universidad disponer de un centro semejante ,verdadero archivo proactivo de la historia educativa…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

PAMIELA (o 40 años de una editorial)

Pamiela, la cajita embrujada, dejará salir de vez en cuando un nuevo libro y con él tantos otros mundos que están en este.

La editorial navarra Pamiela ha cumplido cuarenta años y me doy cuenta de que una gran parte de mi vida ha estado vinculada a ella directa o indirectamente.

Directamente porque participé en los primeros pasos de la revista literaria del mismo nombre en torno a la librería pamplonica Auzolan ,que luego dio paso a la editorial , con varios artículos – el más destacado de los cuales fue una reflexión sobre el polémico Milenarismo vasco , de Juan Aranzádi – y varios poemas.

Y también porque en 1985 tuve la buena suerte de que saliera a la luz en una de sus colecciones mi primer libro de haikus – Teoría del extraño movimiento– con ilustraciones de Pedro Salaberri y en compañía de amigos como Jesús Ferrero, Santiago Echandi o Ramón Eder.

E indirectamente porque siempre que he podido, y desde diferentes medios, he ido dado cuenta de las novedades de la editorial, siguiendo algunas derivas singulares como la de mi también viejo amigo Miguel Sánchez-Ostiz.

A este vínculo tan estrecho no ha sido en modo alguno ajeno la larga amistad con el desaparecido y bien querido Txema Larrea y, cómo no, con Txema Aranaz, alma mater de la editorial.

Así que ahora que se cumple este aniversario y que, según parece, una nueva generación va a tomar las riendas de Pamiela, no puedo sino sumarme a las felicitaciones y desearle muy buena suerte. Lo tendrán muy fácil y muy difícil.

Muy fácil porque la senda abierta por Pamiela con sus cuidadas y diversas colecciones será siempre una gran pista que seguir y , en la medida de lo posible, mejorar.

Y muy difícil porque lo anterior implicará una buena combinación de aquella sindéresis que prescribía Baltasar Gracián, eficacia y sentido de la oportunidad que no oportunismo.

Entre tanto, Pamiela, la cajita embrujada, dejará salir de vez en cuando un nuevo libro y con él tantos otros mundos que están en este, como ya ocurrió en 1984 con la publicación de Pequeña crónica, de Pablo Antoñana…

(c) by Vicente Huici Urmeneta