Dramatis personae o «Ese chico pelirrojo a quien veo cada día»

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Como de vez en cuando alguien me pregunta por los colegas que suelen aparecer entre estas líneas, acompañándome en mis largos o cortos paseos, se me ha ocurrido hacer una breve reseña de cada uno de ellos. Eso que antes se llamaba Dramatis Personae.

1.-MIKEL (1951) Estado civil:monógamo sucesivo. Un hijo, informático,  viviendo en Nueva York. Grande y fuerte – en los viejos tiempos su nombre de guerra era «Tanke»- ha militado en casi todo el espectro de la izquierda.Ahora se desempeña como profesor de Sociología. Euskaldun aunque no fededun.

2.-PATXI (1955) Estado civil :adoptado por su hermana. Melena y barba blanca. Realizador de cine – no le gusta nada lo de director. Ha hecho cuatro largos y ha estrenado dos que han pasado bastante desapercibidos. Dice que vive de los bolos y de una Escuela de Cine,  pero todos sospechamos que su hermana le administra una herencia familiar consolidada al calor del ladrillo de los sesenta.

3.- KOLDO (1959) Estado civil: casado. Con una hija enamorada de su papi. Un gran simio dominante aunque él no lo sabe. Psiquiatra anti-psiquiatra , adscrito en otros tiempos a  la Txori-Herri Medical Association. Es sardónico  hasta la incomprensión y muy divertido.Todavía bebe.

4.- LAURA ( 1965) Estado civil: bien-casada.Un hijo guapísimo.Un marido ideal de la muerte. Morena , alta y fibrosa ( ex-jugadora de baloncesto). Con su brillante expediente de La Comercial de Deusto, al finalizar la carrera entró directamente en la HGK, donde conoció al hombre de su vida. Aunque debería ser  la más pragmática tiene emergencias metafísicas periódicas.

5. MARTA ( 1963) Estado civil: arrejuntada.Un hijo de un anterior arrejuntamiento.  Subespecie de hada madrina , rubia y de ojos muy azules. De la cuadra de Zorroaga, cuando en la Facu de FICE de Donostia estaban Fernando Savater, Félix de Azúa y Jesús Arpal. Profesora de filosofía en un instituto.  Defensora de un pragmatismo radical.

6.- ITZIAR ( o ITZI) ( 1964) .Estado civil: se desconoce. No se maquilla y continua usando dos trenzas largas. Ecologista y anti-nuclear de primera generación. Lider feminista. Periodo breve de lesbianismo ideológico.Internacionalismo ya en fase un tanto light ( Está muy desesperada con lo que está pasando en Nicaragua). Ahora se ha vuelto vegana y experta en aceites esenciales. Trabaja como psicopedagoga.

7.- AMANDA ( 1973). Estado civil: Soltera. Partidaria de la Quinta Enmienda, por lo que se desconoce todo lo relativo a su vida amorosa. Abogada de profesión y vocación. Estricta con la terminología y con la longitud de su flequillo. Se dice que cuando no viene, bebe compulsivamente . ( Anexo num. 1, validado por el Secretario Perpetuo, ante diem VI, Idus Iun.Anno DCCXVIII ad Bilbao urbe condita.)

Y ,por supuesto, y como ya he dicho en otras ocasiones, estos colegas , aún » basados en hechos reales», viven mientras salen aquí, así que ellos y ellas son yo y viceversa. Como yo podría ser Vicente o Vicenta, a tenor de aquella obra que escribió Ana María Moix y que se titulaba Ese chico pelirrojo a quien veo cada día

Un breve viaggio in Sicilia

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Esta mañana, todavía entre sombras, el avión que me traía desde Bilbao, vía Milan, ha aterrizado  suavemente en el Aeropuerto de Punta Raisi.

En la puerta de desembarco me estaba esperando Paola, somñolienta (y guapísisma) acompañada de Carlo , su marido. Tras los besos  y abrazos  de rigor, me han acercado hasta esta  casa desde la que escribo, una antigua propiedad de los Florio en Cefalú.

Hemos desayunado y ellos se han retirado después de acordar que nos volveríamos a ver a eso de las doce y media para ir a comer juntos. Por la tarde iremos a Capo d´Orlando donde debo intervenir en un ciclo sobre la novela histórica organizado por la Fondazione Famiglia Piccolo de Calanovella. El título de mi ponencia es «Avatar del romanzo storico nella costruzione dell’identità nazionale dei Paesi Baschi» y voy a hablar , sobre todo, de la importancia de la literatura fuerista en el primer diseño nacional vasco, para lo cual he desempolvado viejos apuntes sobre  Iturralde y Suit ,Hermilio de Oloriz y otros miembros de la Asociación Euskara de Navarra. Y es que Paola continúa convencida de que  al desarrollo histórico análogo ( Sicilia y  el País Vasco se incorporaron a Italia y España respectivamente  por los mismos años y tras conflictos bélicos similares) se le podría sumar un paralelismo literario. Algo así como comparar a Arturo Campión con Federico de Roberto.

Yo no lo tengo muy claro, pero siempre me gusta volver a Sicilia. Me gusta su mar tan azul y bravío. Sus altas montañas culminadas por el  siempre humeante Etna. Sus  torres normandas y los innúmeros palacios barrocos. Sus pueblos impenetrables, escondidos en largas  y profundas  cárcavas, Su lengua oscura y misteriosa…y ¡’como no,  su café  , su chocolate, sus helados y sus cannoli y esa obra maestra de la gastronomía que es, para mí, la caponata.

Pero la estancia será breve. Después de la sesión de la tarde, habrá, seguro , una buena cena y hasta me tomaré una copita de limoncello. Aún así, nos iremos pronto a la cama , porque por la mañana Paola y Carlo quieren llevarme de excursión hasta el parque natural de Le Madonnie ( donde, por cierto, espero que hayan controlado las piaras de jabalíes que tanto nos asustaron , a mi y a mis chicas , hace un par de años ). Y luego, al mediodía, otra vez al aeropuerto, de vuelta a casa, eso sí con las consabidas botellas de vino de Marsala que Paola me suele pasar de la bodega familiar.

Bueno, creo que voy a domir  un poco…¡Hasta más ver!

He recibido un e-mail ( de Marta)

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Acabo de recibir un email de Marta, la filósofa. Dice lo siguiente:

«Querido Peli: Como bien sabes,sigo  con interés tu blog de EL PASEANTE. Unas veces me gusta más y otras menos, pero ya me imagino que debe ser difícil mantener una cierta regularidad cuando además no te pagan por escribirlo. Si no llevo las cuentas mal has pasado ya muy de largo  de la centena en las entradas. (Aquí vienen unas líneas recordando temas íntimos que no vienen al caso).En las tertulias apenas si  hablamos de tus tochitos sociológicos, o de tus haikus o de aquellas columnas que tenías en Espacioluke que nunca nos has dicho porqué abandonaste. Pero todos y todas sabemos que tienes muchos archivos con originales de esa  obra que en un momento te planteaste como un Doctorat d´État, esa que tu llamas MNEMÓSINE (Un tratado sobre la memoria) y que nosotros hemos apodado  «La Summa Theologica».Así que ahora te voy a decir lo que no me atrevo a decirte a la cara como cuando ( aquí de nuevo alusiones íntimas): ¿Por qué no te metes  de una vez por todas con la LSTh y dejas de desangrarte en esas pseudo-columnillas que sólo leemos amiguetes, ex-alumnos y ex novias? Ya no eres tan joven como piensas y  tenemos que aprovechar el tiempo mientras haya luz, como decía San Juan y repetía Roland Barthes.En fin, espero que estas  líneas no te hayan molestado. Por mi parte acudiré a nuestro desayuno de los martes como si no te las hubiera enviado. Un beso de aquellos. Marta».

Estoy tanto un confuso. Por un lado creo que Marta tiene toda la razón ,que debería unificar mis esfuerzos y así dejar algo que mereciera la pena. Pero también soy consciente de que escribo lo que me apetece y cuando me apetece, pues , en efecto, no me pagan y ya ni siquiera tengo que hacer mano. Y me apetece  a menudo.No sé, quizá me basta con saber que algún colega se ha reído, que otro ha tenido una breve ensoñación, o  que, como decía ayer la Sandino, le había venido bien para enfrentarse al día…del día a día.

Patxi me da una lección de cine: John Frankenheimer

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» Cuando el cine pretendía algo más que entretener, cuando había guionistas, cuando los actores y las actrices actuaban y pronunciaban palabras comprensibles, cuando tres tomas por plano ya era una lujo, se hacían películas cómo Plan diábolico» dice Patxi mientras pasamos por debajo del Zubi Zuri.

«¿Y qué película es esa?»  «Una de 1966, de John Frankenheimer. Trata de un maduro hombre de negocios que vive  con su mujer en un respetuoso celibato y que tienen una hija mayor edad y bien casada.El hombre se ve envuelto en una extraña conspiración que al cabo acepta y que consiste en  su muerte simulada, una operación de cirugía estética para cambiarle el rostro y otros rasgos personales y en la obtención de un nuevo nombre y de una nueva forma de vida, a la que se supone siempre habría aspirado. Luego todo sale mal  e intenta huir de este laberinto hasta que es ejecutado».

«Si me la cuentas toda…» «En eso radica el cine de verdad, como la literatura de verdad, en que aunque te cuenten una trama, lo importante es  cómo te la cuenten,y así incluso puedes  ver o leer algo muchas veces aunque te sepas lo que ocurre de memoria» .

«Eso suena un poco a un arte para iniciados en el que la forma es más importante que el contenido» .» Es que sino sería una simple crónica.Y no te creas, Leonardo Sciascia tiene recogido este dicho de una  narradora popular siciliana: “Lu cuntu è menti, tuttu sta comu si porta”, o sea, el tema del cuento no es nada, todo está en cómo se cuenta».

Y, en efecto, yo he recordado la de veces que le pedía a mi madre que me leyera  «El flautista de Hamelín» al borde de la cama  , a la luz de la lámpara de la mesita de noche, hasta quedarme dormido…

Estamos llegando  a la explanada del Palacio Euskalduna. La ría fluye lenta y plateada y se pierde en la curva de Zorroza, siempre la misma, siempre distinta, como esas películas de las que me habla Patxi y que , aunque quisiera, ni siquiera él las podría ya hacer.

El hada madrina

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Hoy he ido al dentista. Como la cosa iba para largo, el colega me ha puesto tres  inyecciones de anestesia y me ha dicho que me diera una vuelta hasta que me hiciera efecto, y que , por supuesto, no me comiera mi tortilla de patatas habitual para no hacerme la típica escabechina indolora.

He salido notando ya que se me bloqueaba media cara y como no me apetecía caminar, he entrado en una pequeña librería que no conocía.

No había muchos libros, pero enseguida me he dado cuenta de que todos eran de esos que se llaman de fondo de librería: clásicos griegos y romanos; obras fundamentales de la tradición oriental; una colección completísima de literatura inglesa y francesa; otra más de literatura española y tres baldas de textos en euskera.

No había ninguna sección de novedades y el mínimo y máximo común denominador de autores y autoras era que estaban muertos… En ocasiones hacía muchos siglos.

Desde el fondo, refugiada en una especie de cubículo, rodeada de libros y papeles, una joven muy delgada de rizos rubios  me observaba atentamente. Parecía que le había sorprendido mi presencia.

Por decir algo, me he acercado hasta ella, y le he preguntado dificultosamente por El oráculo manual de Baltasar Gracián. Ha sonreído y ha dirigido su mirada hacia la izquierda. He encontrado el pequeño volumen fácilmente y he estado repasando un texto que casi me sé  de memoria  : la cuestión era ganar tiempo y ver si pillaba un perfil, un escorzo…Pero nada. No se ha movido y ha estado siguiendo mis movimientos con una mirada reposada.

Luego he tenido que salir casi corriendo , para no perder mi cita. Mientras sonaban ruidos secos y  remotos y vibraba  toda mi cabeza, no he podido olvidarme de la librería y de su librera: la joven se me aparecía flotando entre nubes en cuanto cerraba los ojos.

Así que, una hora después, ya de nuevo en la calle, me he lanzado hacia el callejón  que tenía muy bien localizado.Para mi sorpresa, la librería en la que había estado no existía y en su lugar , sobre unos tablones, había un cartel hecho jirones. Decía : CONFECCIONES EL HADA MADRINA.

 

Yo tengo un tío en América…

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Patxi ha llegado hoy muy exaltado al desayuno de los martes. Al parecer ha recibido un e-mail escrito en inglés en el que un tal Georges McDonald, albacea de otro tal Michael Goicoechea, le comunica la muerte en accidente de este último. Y como sea que don Michael, residente en Reno, no tiene descendencia alguna pero sí unos diecisiete millones de dólares en un banco, deduciendo que Patxi, por la rama materna, puede ser uno de los herederos, le ruega que se ponga en contacto urgente para activar el procedimiento legal oportuno.

He esperado a que Patxi recobrara el aliento, pero no he podido evitar una sonrisita diabólica, de esas tipo Fu-Manchú: la cosa huele mal, bastante mal.

Aún así, a Patxi se le ha desatado la imaginación: «¿Qué podría hacer con tanta pasta? Producirme un par de pelis, por supuesto… Siempre he tenido ese problema. Pero claro, también tendría que repartir. Algo para mi madre y para mis hermanas. Comprar el estudio en el que vivo, una casita en la costa, viajes, algo para Batera Ibiliz …¡Vaya lío!»

Marta, que había llegado mientras tanto, ha seguido las meditaciones en voz alta de Patxi en silencio. «También podrías repartir los dólares entre los colegas  poniéndonos como condición que nunca te los devolviéramos, como hizo  Wittgenstein…Así te evitarías tantos problemas» ha dicho por fin  mientras echaba delicadamente un par de azucarillos en su café con leche.

El colega ha sonreído y su rostro se ha iluminado como si se hubiera caído del caballo de San Pablo. Luego ha negado con la cabeza. Yo le he tomado del hombro: «Ya sabes, nunca podemos renunciar a ese código aristocrático anidado en nuestro arqueo-cerebro y de vez en cuando nos vemos rentistas y jugamos a la lotería para intentar recuperar aquella posición mágica de la que habla el Príncipe Salina en El Gatopardo…»

Pero Patxi se ha subido de nuevo al caballo…»¿Y si fuera verdad? ¿ Y si tengo un tío en América?»

P.S. ¡Caramba! ¿Y si yo o tú, querido lector ( o lectora, of course) tenemos un tío en América?¿Qué haríamos?

Cosas que ocurren cuando entras por casualidad en una librería y resulta que están presentado un libro

(Foto:Maite Huici)

Una buena alumna, de esas que, con el tiempo, se convetirá en una guapa-lista (1), me ha enviado estas líneas relatando lo que le pareció la presentación de El olvido de Bruno, de Edgar Borges que celebramos el viernes por la tarde:

«No había estado nunca en una presentación de un libro. Es más, creía que estas cosas ya no se hacían. A mí me suele gustar más leer en el e-book y , por lo general nos pasamos archivos entre la cuadrilla. No sabía donde estaba la Librería FNAC, pues había entrado tan sólo a la primera planta para comprar un smartfone nuevo para el cumple de mi hermana.

La sala donde se hacía la presentación era pequeña o por lo menos  me ha parecido que se había quedado pequeña. He visto a unos cuantos colegas en las primeras filas, sentados en el suelo rodeando una pequeña tarima. En la parte de atrás unos cuantos profesores y profesoras y sesentones calvos o con unas melenas como las que llevaba mi padre en los setenta.Unos pocos sentados, la mayoría de pie.Yo me he sentado a la izquierda apoyada contra la pared.

Al poco han aparecido el Peli y un señor menudo de ojos muy vivos que era el que había escrito el libro que se presentaba: «El olvido de Bruno». El Peli  ha hecho una introducción en la que ha mencionado a varios autores. Yo me he quedado con un tal Vázquez Montalbán y con Horacio y algo de sus «pisotones»( esto lo tengo que revisar.Sin embargo,lo que más me ha sorprendido ha sido una frase que ha soltado en un momento y que la he apuntado palabra por palabra:» El fascismo no sólo reprime como cualquier otro  autoritarismo, sino que obliga a decir lo que no se quiere decir pretendiendo que se sienta lo que no se siente salvo ser tomado por anormal o pervertido. Es pues algo que activa…Y no en vano , en el Franquismo había un Ministerio de Movimiento»

Pues bien,yo pensaba que en la presentación de un libro, se hablaba fundamentalmente del libro. Pero no ha sido así. Pues a la primera pregunta que le ha hecho el Peli a Borges acerca de la concepción de El olvido de Bruno, el autor ha dejado ver que el libro ya estaba ahí para ser leido, y que prefería retomar la frase que he dicho y, a partir de ahí toda la conversación- que ellos llamaban «conversatorio»- ha ido circulando, si lo he entendido bien, acerca del valor de reafirmarse en las propias palabras y en aceptar los sentimiento aunque parezcan problemáticos. Y también en utilizar la imaginación frente a tanta «narrativa interesada» divulgada por los medios de comunicación (Esto, espero que lo retomaremos en clase).

Al final,una señora muy alta que se ha autodefinido como»canosa» me parece que nos ha pedido algo así como perdón por el mundo tan complicado que nos dejaban (los «canososos», supongo) y se ha llevado un gran aplauso. »

(1) Me acaba de llamar Laura, exigiéndome que , de una vez por todas, explique públicamente lo de las «guapas-listas». Le dedicaré una entrada completa.Pero, por ahora puedo adelantar que se trata de un concepto acuñado  partir de 1) la expresión masculina griega clásica «kalós k´agazós «( bello y bueno) puesta en femenino;2) la idea  de la «cousine d´alliance» de Montaigne; 3) algo de la » mujer con la que puede mantener una conversación » del ínclito Pío Baroja;4) un toque de la propuesta de «estupenda señora» de José Luis De Villalonga.

A day without a Mexican

En el año 2004, publiqué estas breves líneas…que, desgraciadamente, se han puesto de actualidad:

«En su colección de ensayos breves titulada En esto creo, cuenta Carlos Fuentes que, viajando por el estado mexicano de Morelos, perdido en un laberinto de montañas, arrozales y cañaverales, se detuvo para pedirle a un anciano campesino el nombre del lugar en el que se encontraba. “ Depende – contestó el viejo- . El pueblo se llama Santa María en tiempos de paz. Se llama Zapata en tiempos de guerra”.

Fuentes toma como excusa esta anécdota para divagar acerca del tiempo propio de las comunidades de culturas complejas como es el caso de la mexicana, dedicándole, página adelante y atrás, una serie de reflexiones de singular semejanza a las realizadas por Octavio Paz en su Laberinto de la soledad. México y lo mexicano aparecen aquí – y allá – como una mixtura de culturas indígenas e hispanas, de caciquismo y revuelta, de república partitocrática y militarismo civil.

Pero México también es mano de obra barata. Y no sólo internamente – la de los restos de los pueblos indígenas, como los mayas, respecto de los mestizos o de los criollos ( si es que todavía los hay) – como puede observarse en cualquiera de los resorts de la Riviera Maya, sino, y sobre todo, para los Estados Unidos de América: tan sólo en el estado de California viven doce millones de mexicanos, según Saúl Sebastián, crítico cultural de La Voz del Caribe.

Así que, según parece, lo tendrían difícil los gringos, si , por arte de birlibirloque desaparecieran del Imperio todo los mexicanos y mexicanas que limpian las calles, recogen la basura, sirven en los restaurantes, cuidan a los bebés y sacan a pasear a los ancianos. Esta es precisamente la tesis del film A day without a Mexican / Un día sin mexicanos , falso documental – o mocklumentary , como lo llaman por allí – de Sergio Arau que está batiendo records de taquilla equiparables a los de otro mocklumentary famoso: Farenheit 09/11 de Michael Moore.

En fin , que , en viéndolas venir, habría que preguntarse quiénes son los mexicanos que pululan por la piel de toro, esos de los que , sin darnos cuenta , ya no podemos prescindir y sobre los que algún día alguien hará su particular A day Without..»

Songs of Leonard Cohen

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Eran las cinco de la tarde de un verano tórrido. Estábamos sentados en la cama con las persianas bajadas  y El Oso, casi entre sombras, puso un disco que acababa de traer de Irlanda donde había estado pasando el último mes. Una voz grave ocupó por completo el dormitorio y algo muy profundo se despertó dentro de mí. Me levanté y me hice con la funda del LP. Era «Songs of Leonard Cohen» . A este disco siguieron otros como «Songs From a Room» o «Songs of Love and Hate» que fuimos escuchando hasta casi aprendernos las letras de las canciones de memoria ,en un acto íntimo de resistencia ante el  sórdido ambiente de la negra provincia que tan magníficamente ha descrito Miguel Sánchez-Ostiz.

Luego, durante la Transición, algunas de estas canciones, tarareadas por lo bajo, me sirvieron para conectar con algunos camaradas  que compartían celdas próximas en la comisaría de Pamplona. Después no acompañaron en las primeras cassettes, durante  los viajes clandestinos que hacíamos a Madrid, donde , por cierto, El Oso había ido a estudiar.

En los ochenta  descubrí que además era un original novelista y leí con fruición Los hermosos vencidos de la por entonces famosa Editorial Fundamentos. Y también  poeta (La energía de los esclavos), aunque esto ya nos lo habíamos imaginado, con sólo leer las letras de sus canciones.

El Oso murió en los noventa sin llegar a ver del todo en lo que se iba a convertir aquella Democracia por la que , se suponía, habíamos echado unas paladas. Hoy se ha muerto Cohen y no he podido evitar  volver a oír aquella canción que nos libró de tantas cosas y que nos dió fuerzas para otras tantas:

«Suzanne takes you down to her place near the river
You can hear the boats go by, you can spend the night forever
And you know that she’s half-crazy but that’s why you want to be there..

EL DÍA DE LA MEMORIA (Sobre «El olvido de Bruno», de Edgar Borges)

 

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Hoy se celebra «El Día de la Memoria» en estos lares y,como ya es habitual, las interpretaciones sobre lo que hay que recordar y lo que hay que  olvidar han resultado ser los aspectos más relevantes.

Decía el listísimo Manuel Vázquez Montalbán que en los años finales del franquismo, la literatura  sirvió para  prepararnos ante los trampatojos que se escondían tras una situación política que parecía meridianamente clara: el Régimen se descomponía tanto como su Caudillo y se preveía la Democracia. Hoy en día la situación política resulta confusa por impredecible. En USA acaba de obtener la presidencia Donald Trump y por aquí ya no se sabe si estamos ante el fin del bipartidismo o ante el comienzo de un nuevo Régimen monopartidista por defecto. Entre tanta  confusión la literatura, comercializada y vampirizada, asimilada a las series de la televisión que se ven en todo el planeta,  ha vuelto a ser más entretenimiento que otra cosa y ha redescubierto  lo que se suele descubrir en todas las épocas de crisis  y transición , que debe centrarse en lo criminal, sea en New York, Estocolmo o en el Baztán.

Mañana  tendré el gusto de presentar la última novela del escritor venezolano Edgar Borges, titulada El olvido de Bruno,  que retoma el fondo de algunas de las aparentes nuevas disputas, y entre ellas ese circuito profundo que une la memoria, el olvido, la identidad y la responsabilidad. Una novela sobre la que escribí en su momento las siguientes lineas:

BELLEZA Y CRUELDAD DE LA MEMORIA (Sobre El olvido de Bruno, de Edgar Borges)

Dice Fredric Jameson en su obra “El posmodernismo o la lógica cultural del capitalismo avanzado” que toda la panoplia post-estructuralista, desplegada desde Roland Barthes hasta Michel Foucault pasando por Jacques Derrida, no ha sido sino la respuesta ideológica del capitalismo avanzado a la ideología marxista. Así, el anti-humanismo de que hacían gala todos aquellos pensadores y que disolvía al “hombre” en prácticas lingüísticas y micro-poderes varios, disolvía, de paso, cualquier identidad colectiva activa, o, al menos, lo suficientemente activa como para poner en peligro el statu quo capitalista.

El diagnóstico puede ser acertado en el contexto del ensayo filosófico o, incluso científico (social) pues en tal ámbito se plantean problemas y se proponen soluciones. Pero, ¿qué ocurre cuando, por ejemplo, se disuelve deliberadamente a un ser humano concreto desde un punto de vista descriptivo? ¿Cuándo se da cuenta tan sólo de las manifestaciones de esta disolución sin proponer una interpretación, o, mejor, dejando abierta la interpretación en manos de un hipotético lector? Ocurre, ni más ni menos, que ya nos estamos moviendo en el ámbito de la narrativa de ficción, un género que suele plantear problemas, pero no tanto soluciones.

Y esto es exactamente lo que ha hecho Edgar Borges en su última novela, “El olvido de Bruno” (Ediciones Carena, 2016). Pues en ella, su protagonista, amparado en el diagnóstico de una supuesta enfermedad mental, se disuelve mostrando toda la belleza y la crueldad que supone despojarse de la condición de sujeto y sumirse en una individuación tan anónima como cautiva. Bruno, en efecto, un viejo librero, lleva ya un tiempo teniendo grandes lagunas de memoria que son puenteadas por su mujer Eliana, una escritora empeñada en enseñarle a unir retazos de narraciones para que su nombre, “Bruno”, tenga para él algún significado. Pero, de pronto, Eliana desaparece sin saber si ha muerto o, simplemente, le ha abandonado, y Bruno se inventa una niña que, al parecer, le acompaña en su ensueño Todo se desarrolla con la lógica siempre coherente del delirio hasta que una niña aparece muerta y algunas miradas reconocen en Bruno a un asesino. ¿Qué ha olvidado Bruno? Y ¿Por qué? ¿Ha sido un olvido selectivo, interesado? ¿Como el que se manifiesta particularmente en algunos dietarios y autobiografías?

La mirada, en este momento, se vuelve hacia nosotros, lectoras y lectores, hacia nuestros olvidos y nuestros recuerdos, hacia los yoes que ellos articulan y que se manifiestan en nuestros nombres de pila. Sin ser diagnosticados, ¿acaso estamos enfermos? ¿Acaso nuestra vida no consiste sino en evitar constantemente esa disolución cercenando todo lo inconveniente y hasta inventando lo conveniente, mientras aspiramos, por otro lado, a algo así como una disolución superior? ¿A aquella disolución de la que hablaban (y aún hablan) los místicos y las visionarias y que tan sólo alcanzamos brevemente entre las revueltas de los sueños?

Una reflexión literaria sobre la belleza y la crueldad del olvido y la memoria, sí, es lo que, una vez más con gran maestría, nos ofrece Edgar Borges en su nueva novela.

N.B.  Patxi, Mikel, Laura, Marta, Koldo…¡Os quiero en primera fila!