¿Feminismo político?

Chicago, 8 de marzo de 2018

He recibido un sugerente artículo  (1) escrito por dos conocidas colegas en el que se habla de las perspectivas abiertas por la exitosa jornada feminista del pasado 8 de marzo.

He respondido a  vuelta de correo felicitándolas y añadiendo dos temas que, me parece, en algún  momento se habrán de abordar: la definición de mujer a la vista del género y no del sexo , y la pregunta por el rol de los varones » concienciados» en este proceso.

Pero  aún así , la postulación  explícita  del artículo de convertir el malestar cotidiano en articulación política me ha sorprendido a pesar de que las autoras han tomado muchas e incluso delicadas precauciones .

Pues esta orientación  puede tener el inconveniente colateral de que , al menos hasta ahora, la política y en mayor medida la supuestamente tangencial o alternativa, ha contribuido más bien a abducir la capacidad de cambio de los movimientos sociales, desviándolos hacia la generación de plusvalías insólitas: así  la politización del movimiento estudiantil y juvenil del mayo del 68 , la radicalización  del movimiento obrero durante los años setenta con el fin de debilitar al PCE y fortalecer a un emergente PSOE o , más recientemente,  la resolución partidista del 15- M.

Y , al respecto, no estaría de más recordar que  frente a la politización del malestar  cotidiano siempre existe la posibilidad de manifestar cotidianamente el malestar de una política  enrrocada y autosatisfecha  …y hacerlo fomentando desde la escuela una base crítica  con una perspectiva estratégica  y no meramente táctica, algo que también aparece esbozado en el artículo mencionado.

Pero para ello habría que suscribir acaso más explícitamente esa pauta micro-física del poder que propuso en muchas de sus obras Michel Foucault, siendo como es la escuela uno de los lugares claves de la reproducción social.

(1) http://www.pikaramagazine.com/2018/04/8m_politizar_el_malestar/

 

Biclicletas rigurosamente vigiladas

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Unter den Linden ( Berlín)

Por la gran avenida de Unter den Linden las bicicletas  circulan por los carril- bici  rigurosamente vigiladas. Se respetan los pasos de cebra milimétricamente y a ningún conductor se le ocurre hacer sonar el claxon salvo peligro grave e inminente.

Dice E.T Hall en su célebre obra  La dimensión oculta,  que en  la cultura  alemana se muestra un gran aprecio por el espacio personal  generando una rígida proxemia, a diferencia por ejemplo de lo que ocurre en las culturas mediterráneas que lo son del amontonamiento. El problema , quizás ,haya surgido siempre que esa pauta socio-cultural se ha politizado y ha recurrido a las armas para su  consecución inmediata.

Pero aún así  estos comportamientos tan » cívicos »  y ordenados  llegan a hacerse extraños al viajero meridional, sobre todo si procede de una ciudad en la que  a pesar de haber tenido » el mejor alcalde del mundo» puede llegar a conseguir también el título de «el peor teniente de alcalde de movilidad del mundo » a la vista de la contaminación de ciclistas  que  invaden aceras y zonas peatonales ante la indiferencia sonriente  de la policía municipal .

Al parecer un juez ya ha puesto una primera y generosa multa ( 7.692 euros ) a uno de estos ciclistas desalmados, así que, por lo menos en este ámbito, debe funcionar la separación de poderes.

Pero la imagen de un bicicletero con casco,rodilleras y pinganillo  circulando a toda pastilla  por la acera  en Unter den Linden hubiera sido foto de portada en  Die Welt…por lo exótico del acontecimiento…

BERLINALE 4: Breves meditaciones reactivas y paradójicas ante las tumbas de los Hohenzoller

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Ayer estuvimos visitando la cripta de la Catedral de Berlín, en la que se agolpan los féretros de la familia Hohenzoller en una sucesión obsesiva de Federicos y Guillermos. Y por la tarde, en el hotel, escribí estas líneas, sin saber muy bien porqué:

«Ya sé que admitir el tiempo cronológico es admitir ese “ser-para-la-muerte” heideggeriano.Y que lo más puro, como un  animal cualquiera , sería abjurar de nuestra capacidad de abstracción y  sobrevivir a la caza  de la ocasión, del kairós, utilizando  las vías de escape al uso, bien por un «camino interno» – como la meditación, el deporte o el arte- o bien  por una implosión generada desde el exterior- del  alcohol hasta el LSD, pasando por la hiperactividad guerrera…en cualquier guerra. Además, teorías científicas y éticas, no faltan a la hora de legitimar estas opciones que, últimamente, se resumen a sí mismas en un narcisismo muy operativo y ya muy comercializado.

Pero la negación de la capacidad de abstracción por cualquier vía no responde sino a una sumisión directa o indirecta a la naturaleza y, correspondientemente a la consideración de la sociedad como una forma más de la naturaleza, es decir, a su jerarquía: esto es evidente en todas las visiones del ser humano de matriz oriental que  en  desorientada traducción han servido  en nuestros lares para desengancharse  supuestamente de la presión individual y colectiva ejercida por el poder occidental,y , al cabo, para someterse  a un poder todavía mayor  y más arbitrario, carente de cualquier control garantista…

Pues , en efecto, dejarse llevar  con docilidad   de la mano del acontecer, es mucho más fácil  y sencillo que pretender ir a algún nuevo lugar asumiendo además  la caducidad del viaje. De manera que la conciencia de la muerte  puede llegar a ser paradójicamente una plena conciencia de la vida…»

Leído lo cual a un colega turista de ciertas ínfulas eruditas pero que va de rapidillo, me ha dicho: » Vamos, Peli, que  tú también te apuntas a lo de  < a follar, a follar…que  el mundo se va a acabar>  …». Y yo: » Bueno, no exactamente…»

BERLINALE 3: La II República y Weimar

Nada  hay más  desprestigiado  en los libros de Historia , en las páginas web y en las charlas de los guías turísticos de Berlín que la República  de Weimar que entre 1918 y 1933 recogió la derrota de Alemania en la I Guerra Mundial y acogió los primeros signos del nacional-socialismo .

Tildada de » República sin repúblicanos» por el supuesto carácter monárquico cuando no imperial alemán,  o «República débil» argumentando la inarticulación de la cultura alemana con la civilización occidental; o, incluso, «República imposible » intentando mostrar la incompatibilidad del feudalismo agregacionista prusiano  con el centralismo federal…

Y todo esto acaso por no aceptar que se había perdido la Gran Guerra, aceptacion de necesidad imperiosa para la reconstrucción según indicó Max Weber poco antes de morir,  y por anhelar una revancha  probablemente muy sentida que devolviera las tierras ocupadas y revirtiera las multas millonarias impuestas ,bajo la égida de un nuevo emperador …

Y este repaso rápido  y esquemático  se me ha ocurrido hoy, 14 de abril, aniversario de la proclamación de la II República Española, mientras  nuestro guía nos enseñaba el parking anodino bajo el que sin indicación alguna se oculta el bunker donde se suicidaron Adolf Hitler y Eva Braun… ¿ Fue también aquella II República una República sin republicanos, débil, imposible …?

LAS VÍCTIMAS Y LOS «VICTIMARIOS»

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La cita de Ernst Jünger con que finalizaba mi anterior columna ha provocado algunos comentarios polémicos tanto por su autor como por su contenido.

Sobre el autor poco más de lo mucho que ya se ha dicho se puede decir: a pesar  de sus ambigüedades Jünger fue un pensador de la importancia de Nietzsche  o de Heidegger por no citar al mismo Hegel.

En cuanto a la cita ,ha molestado su glosa  y sobre todo este comentario: » Y no sólo  el dolor de las víctimas, sino  también  el de los asimilados  por defecto a los victimarios». Y supongo que ha molestado por el eco que puede suscitar por aquí .

Recuerdo al respecto que, en los años de plomo cuando nadie se solidarizaba contra  el » todo es ETA», al comienzo de una visita institucional a un cargo del PP, se nos sugirió que los escoltas fueran a determinado bar a tomar un café …Y cuando se evidenció que no teníamos escolta, las miradas que recibimos nos colocaron inmediatamente y por defecto en el «eje del mal»…

Y es que de las víctimas se habla y se ha hablado mucho- y con razón- pero no haber sido víctima no implica haber sido victimario por defecto y sometido a una supuesta «omertá» que simplemente era una apuesta por la mera supervivencia.

Tener en cuenta lo anterior puede llegar a ser importante para retornar a la convivencia sin dejarse llevar por peticiones demasiado urgentes o por ficciones pretendidamente realistas que, por su exceso e intención ,acaban volviéndose convencionalmente esquemáticas .

Pues aquí nunca nadie ha tenido el monopolio del dolor por mucho que en algunos casos haya sido más explícito…Ni aquí ni en el «aquí-que-ahora-me -rodea» que es Berlín…

BERLINALE 2: entre Federico el Grande y la Conferencia de Wannsee

Nada más llegar a la estación Central de Potsdam nos ha salido al paso una estudiante sevillana que está haciendo su «erasmus» en Berlín  -¡ cuándo aprenderá la estudiantina de estos lares lo importante que es tener una trabajo de algunas horas para saber lo que cuesta ganar unos euros! Nos ha propuesto hacer el «Tour de Kaiser» y hemos aceptado.

Hemos subido a un autobús y,casi de inmediato, ha comenzado una  larga vuelta de dos horas con varias paradas, acompañados por un señor  de mostacho blanco y nuca heideggeriana que rondaba los setenta y bastantes y ha ejercido como guía ( a consecuencia, supongo de la austeridad  goda de Ánjela Merkel. Bajo su voz alemana incesante en sordina y algunas  rápidas aclaraciones en un inglés algo gangoso, hemos visitado, en primer lugar  el Palacio Nuevo y luego el monumental Sansoucci, de la época de Federico II el Grande de Prusia , amenizados por las explicaciones caballerescas de  nuestro guía. Por fin, hemos recalado en  el Palacio Cecilienhof donde se celebró en el verano de 1945  la famosa Conferencia de Potsdam en la  que  las potencias vencedoras de la II Guerra Mundial  ( con Stalin ,  Churchill y Truman a la cabeza ) se  repartieron y multaron a Alemania, una vez más, mientras el presidente norteamericano  ordenaba el bombardeo de Hirosima y Nagasaki.

Aún así, para el viajero avisado ,ni la grandiosidad prusiana de Federico el Grande manifiesta en sus palacios ha resultado comparable a la magnificiencia de Versalles o, por ejemplo, a la del Palacio de Verano de Beijing, ni  todas las explicaciones, que se han desarrollado con una equidistancia exquisita, han podido ocultar un a modo de culpa sorda  y tensa por haber participado en el delirio nazi.Y para confirmar todo lo anterior, ya de vuelta, hemos atisbado entre las lagunas circulares que rodean a la capital federal, el rótulo bamboleante de una estación de tren que decía » Berlin-Wannsee»…Wannsee, donde en enero de 1942, se decidió » la solución final» que condujo al holocausto…

Culpa, culpa, como si en Alemania se quisieran obviar las dos guerras mundiales y se quisiera pasar directamente del Reino de Prusia a la República Federal…Pero, ¿ y el dolor? Y no sólo  el dolor de las víctimas, sino  también  el de los asimilados  por defecto a los victimarios…Pues, como dice Ernst Jünger en su libro Sobre el dolor, » la suma del dolor no reclamado se acumula para formar un capital invisible que va aumentando con los intereses y con los intereses de los intereses…»

EMBOSCAD@S VASC@S

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Alfonso Sastre

En un reciente artículo el escritor y periodista Antonio Álvarez Solís más allá de su habitual crítica al «régimen español», comentaba que había abandonado  Madrid y se había instalado en  una pequeña casa de una pequeña aldea, rodeado de prados y bosques…y libros.

A primera vista este movimiento de enroque evocaba a Michel de Montaigne, enclaustrado en aquella torre  de su castillo y escribiendo los Ensayos entre libros y máximas pintadas en las paredes. Pero el tono de Álvarez  Solís recordaba luego más bien a la figura del «anarca emboscado» descrito por Ernst Jünger tanto en su ensayo  La emboscadura como en su novela Eumeswil ( Jünger, de quien por cierto es difícil encontrar algún libro en las escasas librerías de Berlín, porque acaso ya no sea  reivindicable ni por tirios ni por troyanos y sí odiable por todos…

Emboscados  por aquí ha habido pocos y quizás el más conocido haya sido Alfonso Sastre que se refugió en Fuenterrabía con su mujer Eva Forest. Pero desde luego nada parecido a la huída de  Heidegger a la Selva Negra o al mismo Jünger de Wilfingen, por no hablar de aquel japonés del Ampurdán que fue el Josep Pla  acantonado en su masía de  Llofriu .Y probablemente será porque el «anarca» es individualista ( en realidad  una subjetivación radical de la individuación social sistemática) a diferencia del anarquista que necesita de un grupo porque en ello le va la identidad, algo que cuadra más con los parametros socio-culturales de estos lares. Pero como «la emboscadura» es oculta y silenciosa…siempre puede aparecer sorpresivamente.

En fin,  ¿dónde están,  quienes son , qué están haciendo l@s emboscad@ vasc@s?

 

BERLINALE: «Follashoy/Feuerzeug»

Pablo, nuestro guía hiperactivo- interactivo, nos ha contado en la Gendarmenmark Platz que, al poco de llegar a Berlín, una compañera de su piso de estudiantes le preguntó lo que él entendió como «¿ follas hoy?».Ante su sorpresa física y metafisica, no supo qué responder…Más  tarde se enteró por un amigo de que en realidad  tan sólo le había preguntado si tenía un encendedor ( feuerzeug)…

Este pequeño lío anecdótico puede ser una buena metáfora de una ciudad que todavía se pretende imperial en competencia con Potsdam pero  que ha convertido  Rosenthaler en una sucesión de patios de boutiques muy caras, que se duele de un muro que sin embargo vende a cachitos  certificados en las tiendas para turistas de Unter den Linden, que mantiene calles con nombres de revolucionarios izquierdistas fusilados como Karl Liebknecht o Rosa Luxemburg mientras exhibe un lugar anodino bajo el que yace el bunker de Hitler no muy lejos de un tétrico y gigantesco monumento a los judíos asesinados , que, en fin , es la capital de un nuevo Estado que se presenta como la superación del socialismo realmente existente y que simultáneamente mantiene trabajando en mini-jobs a muchos abuelos y abuelas bajo el águila federal de Ángela Merkel…

Las metáforas , como las anécdotas, suelen sevir para comprender mejor los paisajes y los paisanajes…Y este de Berlín es un paisaje tintado de mucha culpa acumulada  y un paisanaje por lo general severo hasta el límite de la mala educación.

Pero, en fin, mientras haya buena cerveza , un buen codillo con chucrut y ganas de andar y de reírse…¿Follashoy? o Feuerzeug?

IANUCCI y «La muerte de Stalin»

Como a ninguna de sus otras películas a esta última de Armando Ianucci – La muerte de Stalin– no hay que ir en busca de ninguna «verdad» y menos » histórica.

Pues para este correoso director escocés  la hipotética verdad de la historia  no es sino una historia de la posible verdad y además siempre en clave humorística.

Así,  ya se regodeó – y a fondo- de los avatares de la política exterior  británica y norteamericana en su despiporrante In the loop contando  con la presencia de lo mejorcito de la escena inglesa y de un inenarrable James Galdofini haciendo de general  que jugaba a los soldaditos como si tuviera siete añitos.

En La muerte de Stalin, Ianucci da tal giro  al acontecimiento que da el título al filme que todo da en una farsa historicista que ha molestado hasta al mismo  Putin que de tan anti- soviética  la ha visto anti- gran-rusa – y algo sabrá el colega después de haber dirigido el KGB. Aún  así la farsa tiene un tono inferior y apenas si consigue levantar alguna carcajada ocasional y, además, entre tanta conspiración y votación, se hace demasiado larga…

Segundas partes, dicen, no son buenas. Así que yo me quedo  con la primera que todavía andará por ahí circulando en video. Y si se puede ver en versión original, mucho mejor para calibrar la dimensión escatológica – en los dos sentidos- de los retorcidos tacos que se sueltan a diestro y siniestro.

La democracia, la libertad de expresión, la policía aporreadora y los jueces juzgantes

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La situación que se está viviendo en Catalunya ha suscitado comentarios diversos como era de esperar. Y me parece muy bien  pues se trata siempre de manifestaciones de la libertad de expresión, una de las bases de la Democracia.

Ahora bien, si se hubieran publicado esos comentarios por ejemplo,en 1974,  habría tenido que ser en una revista clandestina pasada de mano en mano o quizás en un panfleto  repartido  antes de un «salto».

Se me ocurre todo esto porque  por las razones que sean – ausencia de transmisión familiar, incapacidad de los programas educativos , incultura generalizada…-  hay mucho personal que no tiene la menor idea de lo que fue el franquismo en la vida cotidiana y va por ahí  haciendo un totum revoltum y llamando «fascista» ( o » español «) a quien simplemente no comulga con sus ideas o que se extraña de que cualquier policía utilice sus porras o de que los jueces juzguen según las leyes. Y así por ejemplo, a la vista de lo que  en ocasiones oigo  a los portavoces de la CUP – a quienes respeto por mantener vivo el espíritu  de la utopía-  parece como si en la futura República Catalana no  fuera a haber   jueces juzgantes, o policía aporreadora, ese invento de la burguesía  para no desplegar el ejército ante cualquier situación problemática ( Repasen , por favor,  nuestra historia durante  los siglos  XIX y XX.

Desde el principio, es decir desde la Revolución Americana de 1776, la Democracia moderna lo ha sido en la medida en que ha sido un equilibrio de poderes que garantizaba unos derechos básicos individuales y colectivos, entre los que figuraba el ya mencionado de la libertad de expresión.

Así que todo lo que coarte o impida la libre expresión de ideas, opiniones, argumentarios o sentimientos, sea individual o colectivamente es anti-democrático y se corresponde a modos de gobierno autoritarios, por mucho que se vista de defensa de «sensibilidades» o de «creencias»…o peor, de intereses políticos  o sociales superiores. Se suele decir aquello de que » todas las ideas son respetables » , pero yo no lo creo así : las ideas no tienen porqué respetarse, de hecho deberían estar siempre sometidas a la posibilidad de la crítica.  Con lo que sí estoy de acuerdo es con que » todas las personas son respetables»…Y el problema surge cuando se confunden las ideas con las personas.

Y en esto como en tantas otras cosas, el buenismo complaciente no ha  conseguido sino dejar el campo abierto a las retrancas más radicalmente anti-democráticas y neo-conservadoras…