
Una lectora anónima me comentaba a propósito de la crónica de ayer,que se sentía muy confusa. Le respondí que no era de extrañar pues por fin nos íbamos a dar cuenta del camino que se había iniciado con el programa «Vaya semanita» y del ridículo que habíamos estado haciendo.
Y, en efecto, hace ya algunos años, a algún programador del Ente Público Vasco de Radiotelevisión ( EiTB) se le ocurrió poner en antena el programa mencionado, en el que se contaban en clave de humor ciertos episodios de la vida vasca.El objetivo, confeso, era desdramatizar la transición que se estaba produciendo, es decir el paso de los tiros a los tiros largos. La serie tuvo su éxito, pero al intentar trasladarla a los madriles («Made in China») cosechó , como se suele decir, «un sonoro fracaso». Aquello era una advertencia, pero nadie se percató de ello. Y el boomerang ( ese arma que vuelve con fuerza al lugar desde donde ha sido arrojada si no impacta) estaba ya lanzado.
Posteriormente apareció aquel engendró que se tituló 8 apellidos vascos. Algunos nos sobresaltamos y yo mismo escribí una crónica en la que veía la película de marras como » una actualización de los coros y danzas de la Sección Femenina de la Falange «. Hasta a mi compañera le pareció una exageración y lo cierto es que una revista cultural electrónica de cierto prestigio en la que colaboraba desde hacía diez años, la vetó. Así que la guardé en un pendrive y, luego, tiempo después, la reproduje en una de estas entradas.
Pasaron unos meses y, mientras por aquí, en perfecta lógica delirante, nos dedicábamos a «ir pal sur»( ¿Será acaso Andalucía el disco duro de lo español?) y a traer a otros «pal norte» en alegre biribilketa, desde la españolidad audiovisual manifiesta- y , por supuesto, con toda su legitimidad- comenzó la producción y exhibición de una serie de series en las que se glosaba la vida de varios Reyes y Reinas que coadyudaron a que España sea lo que hoy es ( sea lo que sea) a pesar de sus limitaciones personales y de sus frustraciones políticas . El tono de estas series no era precisamente desdramatizador sino muy dramático , incluso podría decirse que excesivamente dramático. Por supuesto, una vez más por aquí el personal o no se enteró o no le dió mayor importancia, dirigida la mirada hacia el ombligo partidista o hacia las siguientes elecciones. Pero el boomerang ya había iniciado su retorno.
El último aviso de que se acercaba con mucha fuerza apareció hace poco en una revista del grupo PRISA en la que se mencionaba a Dani Rovira como «la persona que más ha hecho por la unidad de España». Pero ni por esas.
Ahora el boomerang, convertido en un misil de crucero bajo la forma del film in pectore «Patria» basada en la novela de Fernado Aramburu, está a punto de impactar en nuestros lares.Y por aquí todo sigue prácticamente igual (¿o no?) y nos va a pillar, además, muy cansados ( y cansadas, of course) :la prueba han sido las últimas elecciones.
Es de esperar que el nuevo patrón de la nave de EiTB sepa virar rápidamente y con decisión, y para ello, nada mejor que soltar cuanto antes todo el lastre de memez y bobería acumulado en la bodega. Ya veremos.






