«Charada» o volviendo del Festival de Cine de San Sebastián

 

Resultado de imagen de bar basque san sebastian

Día  donostiarra, por aquello de acompañarle a Mikel  al Festival de Cine. No le ha gustado nada de lo que hemos visto y es que el colega se ha quedado  en las películas de Sidney Lumet  o  Stanley Done.

Ya apenas si ve cine  ( le voy a presentar un día de estos a Patxi que sólo lo ve para despotricar) y me comenta mientras tomamos un café en el Basque que lleva varios días necesitando tener algo así como un libro, una obra de cabecera, un buen tocho repleto de palabras, imágenes e ideas, en el que sumergirse de vez en cuando como quien se sumerge en el agua de una piscina. Añade que no le importa que sea una narración larga larguísima – una novela a lo Stendhal-  o  un texto filosófico de los casi impenetrables- como la Fenomenología de Hegel- porque lo que le pide es   continuidad, ese ir y venir de la natación intelectual.

Le comento que tampoco se trata de  hacerse con libros como para  hacer pesas- que diría Baltasar Gracián- y menos si, como suele hacer, se los merca en idiomas ajenos a sus lenguas maternas  por aquello de que el esfuerzo natatorio sea en aguas profundas.

Pero Mikel niega con la cabeza mientras se pide un Capitán Morgan como si tuviera treinta tacos. Lo comparto inmediatamente  porque, si no , no estoy muy seguro de que volvamos a Bilbao ( En una de nuestras excursiones cuando precisamente teníamos treinta años, en yendo a Bayona   tuvimos que dar la vuelta tras ver un cartel que decía «Bourdeaux 25 KM»).

Ya más calmado por ese ron tan profundo, le prometo buscar en mi casa el mamotreto más denso que pueda haberse escrito ( estoy pensando en algo del nouveau roman, tipo Alain Robbe-Grillet, pero no sé si le dará a su vida la continuidad discursiva que necesita o si se morirá de aburrrimiento).

P.D. Empeñado en  buscar rutas nuevas, en vez de salir  por el Antiguo, como habíamos entrado, nos hemos dedicado a dar unas cuantas chirivueltas por los nuevos accesos/descensos de la capital guipuzcoana – ¡Por favor, pongan de vez en cuando «BILBAO»! – por aquello de la continuidad vial…

 

De bombas y gaviotas.

Excelentísimos cadáveres

Como la tarde está fría- cosas  de setiembre- me he quedado en casa y he estado viendo una  película de Francesco  Rosi: Excelentísimos cadáveres, de 1975. La fecha no es para menos – menores de cincuenta que miren en internet- y el título hace honor a la sorna siciliana que es un par de puntos mas alta que la propiamente italiana. Excelentísimos cadáveres está inspirada en un obra del escritor Leonardo Sciascia- El contexto– y narra la investigación del asesinato de una serie de magistrados en los que  está implicada la Mafia y,  por activa o por pasiva, desde la Democracia Cristiana hasta el Partido Comunista…pero que se quieren atribuir a un loco o a los jóvenes alocados herederos de mayo del 68.

De lo primero ( y algo de lo segundo y lo tercero) está saturada la saga del comisario Salvo Montalbano, tan hábilmente pergeñada por Andrea Camilleri y mejor protagonizada por Luca Zingaretti, y , a su lado, Lino Ventura o Fernando Rey parecen hasta demasiado rígidos en gestos y miradas.

Pero lo más curioso del film es ese deseo político de atribuir los asesinatos  a un loco o a unos jóvenes que no son precisamente de las Brigadas Rojas sino de esa izquierda discrepante que tanto ha molestado siempre a la izquierda razonable: de hecho sólo se les ve protagonizando manifestaciones tan multitudinarias como las que había por estos lares en aquellos años.

Por otro lado, este afán  político es mas viejo que maricastaña: ya cuenta Benito Pérez Galdós- en su La Fontana de Oro–  que los liberales  montaban clandestinamente grupúsculos radicales carlistas para luego acusar a estos últimos de todos los desmanes. Y hasta el petainista-resistente Miterrand se montó su propio atentado  en 1959 para legitimar su política de guerra en Argelia.

En fin, que ,como han demostrado una y otra vez Graham Green y John Le Carré, nunca tendremos manera de saber qué hay detrás de algunas bombas.

Así que, a pesar del frío, he decidido salir a tomar el aire y a contemplar las gaviotas.

 

 

De pochas , chuletillas y caperucitas encarnadas

 

Resultado de imagen de caperucita encarnada

Estamos comiendo con unos amigos catalanes en  Casa Cañas , en Arnedillo. El termómetro apenas si llega a los quince grados  y cae un tenue sirimiri por lo que hemos renunciado  a bañarnos en las pozas termales. Si acaso luego iremos al balneario.

Mientras doy cuenta de unas pochas  excelentes, Pep y yo , siguiendo un antiguo ritual, charlamos un poco sobre política. Pep  comenta que en realidad la CUP es una reverberación anarquista con poca vocación de hacer país o nación si eso significa más Estado. Su destino, dice, es popular, municipal, comunal, y por ello, por la inmediatez que destila, ha recibido tanto apoyo. Él , que es un politólogo de altura, ve en esta agrupación electoral el germen de algo verdaderamente nuevo a diferencia  de los llamados partidos emergentes que califica de «más de lo mismo».

Me dice también que está preocupado por el descenso electoral de Bildu en los próximos comicios vascos y no tanto porque comulgue con ellos sino por el desasosiego que pueda ocasionar ante la evidencia de que las vías políticas son lentas y complicadas.»Nada más oportuno», dice, «para adoptar medidas extraordinarias en Cataluña que una llamada al monte en Euskadi». A mí no se me había ocurrido.

Llegan las chuletillas de cordero y, cambiando de tercio, Pep , que se fija mucho en estas cosas, me comenta lo curioso de las señalizaciones de la autopista por la que han venido. Se trata de la AP-68 y se supone que es la Vasco-Aragonesa , o sea, la Bilbao-Zaragoza. Pues bien, según Pep en las carteles aparecen todos los destinos posibles: Tudela, Logroño…hasta Burgos, pero no llegan ni a los dedos de una mano las indicaciones sobre Bilbao. De hecho, si se toma  la entrada de Calahorra se ha de deducir que Bilbao está entre Logroño y Santander. Sonreímos porque sabemos que la elusión es  para la sonrisa  mientras que la edulcoración es para la carcajada: le recuerdo que en mis primeras lecturas infantiles Caperucita Roja se llamaba Caperucita Encarnada y que , incluso cuando hice la mili, la ensaladilla  rusa recibía en el menú del cuartel el nombre de «Ensaladilla Imperial» para conjurar todo atisbo de ateísmo y comunismo.

Renunciamos al postre y pedimos un café ( lo de «copa y puro» lo dejamos hasta la próxima reencarnación).Ya es hora de volver. Nos despedimos con la garantía  de que de ser necesario obtendremos los visados correspondientes.

N.B. He comprobado que el Pep tenía razón respecto de las indicaciones de la AP-68: hay  que deducir que Bilbao está entre Logroño y Santander…

Iosu Eskorbuto

Resultado de imagen de iosu eskorbuto

Hace  ya  veinticuatro años que murió Iosu Expósito, el guitarra y cantante de Eskorbuto, uno de los  máximos exponentes del  punk vasco. Estoy paseando con Marta, una de sus seguidoras,  por Santurtzi, recordando aquellos años ochenta en los que , en plena reconversión industrial, se clamaba en los conciertos «Mucha policía, poca diversión».

Iosu murió de SIDA, tras un largo viaje con la heroína. Fue, en  este sentido, causa y efecto, pues mientras denunciaba   a gritos los engaños  a que nos mantenía sometidos la sociedad post-industrial, él mismo estaba sucumbiendo ante sus embates.

Marta, que ahora es profesora de filosofía en un instituto, comenta que desde la caverna de Platón, sabemos que nos engañan y que nos engañamos, pero que ese es el precio de nuestra supervivencia como individuos. Y que de esto ya dieron cumplida cuenta Freud o Durkheim en forma de  neurosis colectiva o hecho coercitivo. Liberarnos de lo social es destruirnos, por mucho que se pueda hacer de ello una apología de heroicidad o  de militancia artística… que es lo que terminó por hacer Iosu.

Pues eso que llamamos el Sistema tiene formas muy poco sutiles de eliminar cuerpos,  y con ello cerebros, demasiado altivos y presuntuosos. A lo mejor habría que volver a leer a Marcuse y retormar aquello de la «desublimación represiva» que aparentando formar parte de la liberación no es sino otra ocasión para el encadenamiento  y, si fuera, necesario, la destrucción.

«Pero, si no hubiera sido  así» -continúa Marta- «¿ cómo podríamos haber tenido héroes en pleno siglo XX?

 

Seres de un día

 

 

Resultado de imagen de cúmulos nubes

Ha llegado la lluvia de la mano de un amplio frente que esta mañana avanzaba lentamente ocultando el sol radiante del amanecer.El espectáculo era muy hermoso pues la densidad opaca de las grandes y altas nubes compartía firmamento con una luz todavía rutilante y veraniega.

Un espectáculo por otro lado sobrecogedor al invertir el protagonismo de los seres humanos y convertirlos en efecto más que en causa. Mi paseo de hoy hubiera querido ser el de estos cúmulos y probablemente hubiera recordado aquellas palabras de Nietzsche  – en   su libro Sobre verdad y mentira en sentido extramoral– que siempre me han gustado y más cuanto más descontextualizadas: «En algún apartado rincón del universo centelleante, desparramado en innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue el minuto más altanero y falaz de la “Historia Universal”: pero, a fin de cuentas, sólo un minuto. Tras breves respiraciones de la naturaleza, el astro se heló y los animales inteligentes hubieron de perecer».

Sí, » seres de un día»  nos llamó Píndaro y también «sueño de una sombra», y por ello  necesitamos tanto el calor de una mano – y abrazos y besos-  porque la ocasión es fugitiva y el frío cósmico, eterno. Aprovechemos, pues, este breve tránsito…

N:B: (Trascendente que estoy hoy…I´m sorry)

El espacio y la revolución

 

Resultado de imagen de bollnow mensch und raum

Para aclararme un poco sobre las disputas territoriales que se cruzan  ahora más  abiertamente  en la pell del brau ,  y  apartarme un poco del ruido político- por otro lado, tan necesario- he cogido hoy del estante alto de  la biblioteca el  libro Hombre y Espacio, de O. F. Bollnow, regalo de mi maestro, el catedrático jubilado Jesús Arpal.

Ya desde el prólogo , he constatado una vez más cómo la reivindicación de lo espacial frente a lo temporal pertenece en principio, al ámbito ideológico conservador. Así, ante los avatares temporales – sobre todo ante la Revolución en todas sus modalidades – el espacio consuela y sirve de refugio, pues se puede huir del tiempo devorador, aislándose en el espacio. Esta apreciación coincide,  no por casualidad, con el tradicionalismo oriental y repele a la predominancia burguesa que se alimenta del tiempo histórico   siempre como tiempo de cambio.

Todos los conservadores que en mundo han sido, desde los junkers hasta los jauntxos, han intentado huir del cambio afianzándose en  un territorio o reivindicando un tiempo “muerto”  por espacializado como el de la Edad Media ( siempre suficientemente  idealizada).

El espíritu anti-burgués, como en otros ámbitos, tirará de este  conservadurismo hasta desdoblarse de sí mismo, y así, por ejemplo,  el carlismo fue anticapitalista desde el Antiguo Régimen para convertirse en anticapitalista desde el socialismo porque en el fondo, como bien apuntaba Arturo Campión, vivía en el espacio político español en el que tan sólo quería cambiar un rey por otro o un régimen por otro.

Pero en estos desdoblamientos que se consumen a sí mismos  se puede atisbar  también   una nota de lo que luego se ha  llamado  la postmodernidad. Como bien se adelantaron a  plantear , sin la menor alharaca cool  , Martin Heidegger o Ernst Jünger.

Cold case

 

Resultado de imagen

Ayer, como de costumbre, estuvimos viendo un Caso abierto antes de ir a dormir.Me gusta esta serie- aunque me consta que las hay mejores- sobre todo porque me gusta su protagonista femenina (Lily Rush/Kathryn Morris) física y moralmente.

El de ayer era un caso  curioso. Un profesor universitario, casado y ligón, había sido acusado de asesinar a una alumna  con la que mantenía lo que se suele denominar «una aventura». Ante la falta de pruebas había sido absuelto pero había sido expulsado de la universidad. Pues bien,dicho profesor se presenta en la comisaría exhibiendo un caso similar reciente  y arguyendo su inocencia por medio de la teoría de la «construcción social de la realidad»: había habido un crimen, tenía que haber un culpable y  lo fue él para dar sentido a lo ocurrido y restablecer el orden social. Al final se descubre que ha sido el mismo profesor el que ha cometido el primer crimen y que ha inducido a un criminal profesional a llevar a cabo el segundo para exculparse definitivamente y volver a la universidad.

Uno, que se dedica a esto, no puede contemplar este episodio con inocencia.Y  no me refiero a la cuestión de los profesores ( y profesoras) ligones, sino al varapalo colateral a esa teoría de la construcción social de la realidad ( de  P. Berger y Th. Luckmann) que  genera una oportunidad de ser copartícipes de lo que llamamos realidad, no admitiendo que sólo haya una, ni siquiera un único  relato de la misma, ni por supuesto una verdad absoluta salvo que se disponga de los correspondientes guardaespaldas metafísicos.

Parece que, tras estos años de revoluciones y postrevoluciones,  de marxismo, nietzscheanismo y freudismo, desde el Imperio – que es el mas grande productor de series- nos van preparando poco a poco para una nueva era  hegeliana en la que el Estado volverá a ser el Dios en la Tierra, un Estado en el que el Individuo sólo lo será precisamente por medio del Estado…

Y eso a pesar de que, como se dice al comienzo de esta y otras series » The following story is fictional and does not depict any actual person or even».

Pithecanthropus Aizkorrisensis

Resultado de imagen de pithecanthropus

Hoy es el último día de playa razonable ya que  más adelante vienen las mareas vivas y la  mar está más de ver que de entrar. Hace buena temperatura gracias a una brisa ligeramente fresca y me entretengo siguiendo por medio de unos catalejos la regata de la Copa de Getxo.

De pronto un gran  tatuaje ocupa todo mi campo visual. Dejo los catalejos y me pongo las gafas. A paso ligero pasa ante nosotros un tipo  bastante alto, de figura triangular y músculos de muchas horas de gimnasio, coleta y perilla, tatuado hasta en sus partes pudendas que , por cierto, las lleva al aire en alegre biribilketa pues es esta playa semi-nudista municipalmente.

Y recuerdo cómo el nudismo se convirtió en algunos de mis pasados tiempos en un rito obligatorio de la progresía, como el porro ( de maría) , las camas redondas sin pasar por las cuadradas , el vegetarianismo radical ( todavía no había veganos)…y el kéfir. Vamos, que no había manera de ir con los amigos  concienciados  a la playa y mantener el bañador en su sitio, lo cual que a mí me producía un cierto desasosiego no moral sino físico al no saber como colocar cómodamente mis atributillos. Otro sí que algunas de las colegas que me parecían atractivas y atracativas dejaron de serlo ipso facto ante la contemplación natural de sus pilosidades. Pero por supuesto, yo no dije ni mú pues no quería dar a entender que había sucumbido a los proyectiles almibarados de la burguesía conservadora. Pero bueno , aquellos desnudos eran bastante «naturales» ( todo consistía en desnudarse) y no se parecían nada al de este tipo  que se lo curra y bien para ir desnudo ( supongo que por más ámbitos sociales que la playa).

Dice  el  discutido sinólogo François Jullien , en su obra De la esencia o del desnudo,  que la apología del desnudo que se hace en Occidente ( como canon o como contra-canon) tiene mucho que ver con una idea esencialista del ser humano que sería así más humano cuanto más desnudo, pero a la vista del andar del tipo  mencionado,  se podría llegar a pensar que cuanto más desnudo  se va  más Pithecanthropus erectus  uno parece.

 

HAL Serie 9000

 

Abro el ordenador, lo enciendo y una cálida nota en segunda persona me indica que se están llevando a cabo unas «actualizaciones». Al cabo de media hora desisto y apunto la anotación que quería hacer en el cuaderno que me suele acompañar.

No tengo sentimientos luditas. He aceptado la revolución cotidiana que ha supuesto la invasión del mundo electrónico como inevitable, pero es cierto que cada vez me sorprenden más las limitaciones que surgen junto a sus ventajas. El whatsapp me permite una comunicación fluida con la familia y los colegas y el uso de facebook ha sido la ocasión retomar el contacto con amigos y conocidos que hacía mucho tiempo que no veía.

Pero luego, de pronto, surgen las sorpresas: ahora resulta que se puede saber si tus mensajes han sido leidos o no  y  uno puede especular ( la mayor de las veces malévolamente ) sobre porqué han sido contestados o no;  o puede aparecer una foto tuya de cuando no te parecías en nada a lo que ahora  ( dices que )eres; o, tus alumnos  ya no atienden a las explicaciones que das a partir de un power point  ( ¡ caíste, Maciste!) pues lo que quieren es directamente una copia del  power point , o ,simplemente, si te atienes a la pizarra de tiza,  miran al techo hasta que terminas y luego va uno de ellos saca una foto del esquema y la distribuye entre todo los demás con un simple clik…

Dice  la psicóloga americana Sherry Turkle (1) que smartphones,tablets y ordenadores balizan nuestra vida hasta el punto   de que no solamente están cambiando nuestra manera de hacer, sino también nuestra manera de ser : vivimos para ellos y por ellos  , olvidándonos de que tienen que estar a nuestro servicio.

Pensando en sus palabras  me resulta inevitable recordar al super-ordenador HAL Serie 9000, uno de los protagonistas de Una Odisea del Espacio, de Stanley Kubrick,  que era el  encargado de controlar las funciones vitales del Discovery, y que, a pesar de  ser una computadora heurística (lo cual le hacía muy semejante al pensar humano) estaba configurado «fundamentalmente» para cumplir sin objeciones la programación y por ello para eliminar a los humanos que dudaban o eran escépticos, considerándolos «mecanismos fallidos»…

Por eso quizás me ha dado por dibujar y escribir  a mano de vez en cuando : retomar la elementalidad del lápiz me consuela y mucho ( y me evita las tendinitis de mis alumnos cuando cada uno o dos meses tienen que escribir sin teclear)

(1)/www.ted.com/talks/sherry_turkle_alone_together?language=es

Carmen Huici Casal

Esta mañana he estado desayunando con Carmen Huici Casal. Carmen es nieta de Serapio Huici, culto empresario navarro que todavía tiene una calle en Villaba, e hija de uno de los Huici que no fue fusilado en las primeras horas de la última guerra civil . Hemos estado hablando de todo esto, por supuesto, atisbando bisabuelos comunes, y descartando ligazones con, por ejemplo, Matilde Huici , abogada feminista que salió para el exilio o Ambrosio Huici, arabista al que se ocurrió la infeliz teoría – probada por cierto documentalmente- de que la participación de las tropas del rey navarro Sancho VII en la famosa batalla de las Navas de Tolosa no fue para tanto y que las  cadenas que trajeron  y que se  incorporaron al escudo de Navarra era más falsas que un amadeo.

Pero más allá de estas cuitas genealógicas, lo que más me ha sorprendido es el vigor y la fuerza de esta mujer. Pues Carmen es catedrática  de Psicología Social  y  una de las las mayores autoridades en psicología de grupos en el horizonte  internacional. Y viene a ser arrebatador que junto a una presencia física imponente, de una elegancia que le sale de lo más profundo, se manifieste un pensamiento matizadísimo y una capacidad de escucha sorprendente. Para mí es una maestra en el sentido más socrático de la palabra.

Enfín, siempre había pensado que la curiosidad intelectual irremediable, que me ha llevado en la vida a ir de aquí para allá tocando muchos palos, provenía de la rama Urmeneta ( todavía tengo guardado de mi abuelo Ataúlfo, de quien llevo su nombre, una primera edición de El origen de la familia , de Engels o su manual de sanscrito) pero ahora  espero- deseo- que algún gen de esta mujer, aunque haya viajado mucho por tierra , mar y aire, me mantenga tan activo como ella hasta que comience a hablar con una silla y se dé por terminada la película.