200 ( y poética de bolsillo)

Resultado de imagen de paseante

Con esta se cumplen 200 entradas en EL PASEANTE. Lo cierto es que nunca pensé que podría llegar hasta aquí. Pues al principio me propuse escribir unas 50,luego celebré las 100…y después me solté la melena (todavía puedo.

Los escritos han seguido su curso propio como un destino natural, a partir de un  paseo, una mirada, una conversación o un olor imprevisto. Y ya no he podido parar. Casi nunca me he planteado, pues , un » porqué» o un «para qué» y ya sé que esto puede ser discutible. Por otro lado , me resultaría muy difícil dejar huérfanos a Mikel y a Patxi, a Marta y a Laura,  y,cómo no, a Itzi,que acaba de llegar,  pues me quedaría yo mismamente y también huérfano.

Por lo demás, continúan llegándome comentarios de  agudos lectores y avisadas lectoras, indicándome la imposibilidad de que me  encontrara tal día en tal lugar o de la inverosimilitud de un  diálogo o, incluso, de la inexistencia empírica de un determinado libro.

Y todo lo acepto, metodológicamente. Pero también reitero que lo que se cuenta en esta página sólo ocurre en ella, en cuanto que ocurrencias y ocurridos. O, si se prefiere, que todo esto es ficción y que, repito, si tiene algo que ver con la realidad , es culpa de la realidad ( como decía, cita no requerida, mi tío y mentor Julio Manegat.

Mientras tanto, MNEMOSINE , mi Summa Theologica ( la Summa Theologica de El Peli o STP) yace ahí,  en mi mesa y en el ordenador, como un «ser-ahí» que opera como una «causa final»,  reclamando desde lejos mi atención y recordándome que ahora, sí, tengo un plazo de entrega que finaliza con el año ( los yankis no perdonan, I´m sorry, Mike.

Gracias y muchas a quienes me seguís en estas caminatas tan variopintas y más por las glosas   animosas que en ocasiones suelo recibir. Nada de todo esto sería posibles sin vosostros y vosotras ( ni sin este medio que me soporta- en todos los sentidos.Pero, en fin, como en esto del escribir soy más de la copa corta que del trago largo, tengo que avisar que la tabarra puede durar bastante, salvo que el tiempo o la autoridad competente lo impidan…

Publicado por

Vicente Huici

Sociólogo, neuropsicólogo y escritor.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *