Las chicas que son malas me gustan más que las que están mal. Por eso, prefiero a las chicas que están buenas a las que son buenas.
Las chicas que son malas me gustan más que las que están mal. Por eso, prefiero a las chicas que están buenas a las que son buenas.
Imagino que la contribución de ellas al 8 de marzo sustituirá esas frases´por estas otras, más o menos:
«Los chicos que son malos me gustan menos que los que están buenos. Por eso, prefiero a las chicos que están buenos a los que son malos. Aguardo a uno que sea bueno y esté bueno pero si tarda mucho en llegar, pensaré en otra cosa; mejor sola que mal acompañada»
Muchos no saben ni ser, ni estar.
Estoy instalado al respecto en un «preferiría».
«Y es que en amores, las caricias soñadas son las mejores».
(Lole y Manué).
Estimada Io, de seguir a este ritmo, vas a hacerme olvidar a Anlinber, Cantábrico, Carlos y Jesús, que hasta llegar tú, eran los que me saturaban los mensajes.
Como la ironía circula mal en los escritos,, no sé cómo he de tomarlo. ¿Invitación a escribir o a que me largue?
Se verá.
Varios blogs en Deia han adoptado la sana medida de cerrar sus comentarios y no voy a dar nombres, de momento.
¿Es una epidemia circunstancial o hay sugerencias desde algún punto no determinado con acceso al botón de «páralos ya»?
Si vengo es porque me mola Nicola.
😉
Por supuesto amiga Io. Tus aportaciones además de destilar ingenio, deslizan mucho humor que es de lo más necesario.
Tenemos pues que las chicas se clasifican en cuatro tipos:
1. Chicas que son buenas y están bien. Se trata de perlas raras, que todos creemos haber encontrado cuando nos enamoramos.
2. Chicas que son buenas y están mal. Si uno es de buen conformar suelen dar buen resultado como fieles esposas y madres.
3. Chicas que son malas y están bien. Son las mujeres fatales; por las que en cierto momentos todos sentimos una atracción; pues a la atracción de la belleza se une la atracción del mal, a la que todos sucumbimos alguna vez. Los confesores siempre nos han puesto en guardia contra tales mujeres.
4. Chicas que son malas y están mal. Para compensar su desventaja suelen ser muy inteligentes, capaces de elaborar planes diabólicos. Alguna de ellas tienen éxito en política.
Pienso que esta diferencia de matiz entre ser y estar (izan y egon en eusquera) es una de las grandes aportaciones del pueblo vasco a la lengua castellana, la cual, después de todo, no es otra cosa que un latín vulgar con fonética vasca, según dicen los filólogos.
Jesús…como siempre genial.