8 comentarios en «Diferencia entre Ser y Estar. Ocurrencia»

  1. Imagino que la contribución de ellas al 8 de marzo sustituirá esas frases´por estas otras, más o menos:

    «Los chicos que son malos me gustan menos que los que están buenos. Por eso, prefiero a las chicos que están buenos a los que son malos. Aguardo a uno que sea bueno y esté bueno pero si tarda mucho en llegar, pensaré en otra cosa; mejor sola que mal acompañada»

  2. Estoy instalado al respecto en un «preferiría».

    «Y es que en amores, las caricias soñadas son las mejores».
    (Lole y Manué).

  3. Estimada Io, de seguir a este ritmo, vas a hacerme olvidar a Anlinber, Cantábrico, Carlos y Jesús, que hasta llegar tú, eran los que me saturaban los mensajes.

  4. Como la ironía circula mal en los escritos,, no sé cómo he de tomarlo. ¿Invitación a escribir o a que me largue?

    Se verá.

    Varios blogs en Deia han adoptado la sana medida de cerrar sus comentarios y no voy a dar nombres, de momento.

    ¿Es una epidemia circunstancial o hay sugerencias desde algún punto no determinado con acceso al botón de «páralos ya»?

    Si vengo es porque me mola Nicola.

    😉

  5. Por supuesto amiga Io. Tus aportaciones además de destilar ingenio, deslizan mucho humor que es de lo más necesario.

  6. Tenemos pues que las chicas se clasifican en cuatro tipos:
    1. Chicas que son buenas y están bien. Se trata de perlas raras, que todos creemos haber encontrado cuando nos enamoramos.
    2. Chicas que son buenas y están mal. Si uno es de buen conformar suelen dar buen resultado como fieles esposas y madres.
    3. Chicas que son malas y están bien. Son las mujeres fatales; por las que en cierto momentos todos sentimos una atracción; pues a la atracción de la belleza se une la atracción del mal, a la que todos sucumbimos alguna vez. Los confesores siempre nos han puesto en guardia contra tales mujeres.
    4. Chicas que son malas y están mal. Para compensar su desventaja suelen ser muy inteligentes, capaces de elaborar planes diabólicos. Alguna de ellas tienen éxito en política.
    Pienso que esta diferencia de matiz entre ser y estar (izan y egon en eusquera) es una de las grandes aportaciones del pueblo vasco a la lengua castellana, la cual, después de todo, no es otra cosa que un latín vulgar con fonética vasca, según dicen los filólogos.

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