Una cosa es asumir los vicios que uno tiene y otra muy distinta es consumirse en ellos.
Un comentario en «Sobre el vicio. Ocurrencia»
Ahora la ciencia se inclina a pensar que no hay vicios. Antes el borracho era un vicioso;ahora es un enfermo alcohólico. Al jugador empedernido nos lo han convertido en ludópata; y al mujeriego, se le clasifica como adicto al sexo. Lo que los sacerdotes y moralistas no lograron en siglos pasados, lo han conseguido psicólogos y psiquiatras: acabar con los vicios, mediante el sencillo expediente de transformarlos en enfermedades. De esta manera se consigue aligerar la carga de remordimientos del enfermo y facilitar su recuperación, tarea tan difícil ahora como antes.
La ciencia nos descarga así de responsabilidades, pues convertirse en alcohólico o ludópata vendría a ser algo similar a padecer una enfermedad coronaria, siendo lo primero fruto de un determinado ambiente psicosocial y la segunda fruto de una alimentación excesivamente rica en colesterol y triglicéridos.
De todas formas, trátese de vicios o enfermedades, estoy de acuerdo con la reflexión que haces. Más aún, pienso que el asumir nuestros vicios es condición sine qua non para superarlos.
Deja una respuesta
This website uses cookies to improve your experience. We'll assume you're ok with this, but you can opt-out if you wish.AcceptRead More
Privacy & Cookies Policy
Privacy Overview
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
Ahora la ciencia se inclina a pensar que no hay vicios. Antes el borracho era un vicioso;ahora es un enfermo alcohólico. Al jugador empedernido nos lo han convertido en ludópata; y al mujeriego, se le clasifica como adicto al sexo. Lo que los sacerdotes y moralistas no lograron en siglos pasados, lo han conseguido psicólogos y psiquiatras: acabar con los vicios, mediante el sencillo expediente de transformarlos en enfermedades. De esta manera se consigue aligerar la carga de remordimientos del enfermo y facilitar su recuperación, tarea tan difícil ahora como antes.
La ciencia nos descarga así de responsabilidades, pues convertirse en alcohólico o ludópata vendría a ser algo similar a padecer una enfermedad coronaria, siendo lo primero fruto de un determinado ambiente psicosocial y la segunda fruto de una alimentación excesivamente rica en colesterol y triglicéridos.
De todas formas, trátese de vicios o enfermedades, estoy de acuerdo con la reflexión que haces. Más aún, pienso que el asumir nuestros vicios es condición sine qua non para superarlos.