La bolsa o la vida

El pasado fin de semana, cientos de miles de personas en todo el mundo, secundaron la convocatoria efectuada vía Internet del Movimiento Anarquista Internacional “Adbusters” acampando frente a las Bolsas de Wall Street, Fráncfort, Milán, Londres, Tokio…sobre todo, para denunciar las tragedias humanas y sociales que comporta la economía especulativa de los productos financieros, las dañinas recetas neoliberales impuestas por el FMI a los pueblos y la cobardía de los gobiernos democráticos ante la tiranía de los mercados, asunto este último explicitado en el clamor popular que se interroga “Si no los hemos votado…¿Por qué mandan los mercados?” a los que abiertamente se acusa de dar un Golpe de estado. Pero ya que la situación lo demanda y a la gente se le ha tocado la moral lo suficiente como para protestar durante su tiempo de ocio, se ha aprovechado la inercia de la masa para demandar con mayor energía una economía al servicio de las personas, la regulación de los mercados financieros, la limitación de su influencia sobre la vida política, la creación de una Banca pública y un reparto equitativo y justo de la riqueza. Es lo que pasa, cuando la plebe se anima a exigir sus derechos, que como dice el refrán “al pobre que pide pan, carne no rechaza si se la dan”, aunque como en el caso de España, no parece haber cundido el ejemplo de las grandes fortunas que atendiendo a la historia no han esperado a ver las barbas del vecino pelar para entregar generosamente lo que a buen seguro les sería despojado a la primera que se descuidasen, sucede que parece más apropiado recordar que “ comer y rascar, todo es empezar”.
En España, donde la iniciativa anarquista ha sido apoyada con entusiasmo en Madrid, Barcelona, Bilbao, Santander, Valencia, Las Palmas, etc, la Jornada de protesta bautizada como ‘Toma la Bolsa’, se ha planteado principalmente como «un foro social de aprendizaje y de reivindicación» en cuyo transcurso han intervenido decenas de profesores universitarios y expertos críticos con el actual sistema financiero, al objeto de divulgar el verdadero funcionamiento de la Bolsa y la auténtica naturaleza perniciosa para la sociedad de los productos financieros; poner de manifiesto la cada vez más asesina relación del hambre con la especulación y el criminal comportamiento de las multinacionales de la alimentación, con las que hasta la propia ONU ha decidido recientemente desligarse para salvaguardar su imagen; dejar patente la enorme diferencia entre la economía real que produce bienes y alimentos beneficiando con su crecimiento a la comunidad y la especulativa que sólo enriquece económicamente a las élites monetarias; exponer como las grandes fortunas evitan contribuir a la sociedad que les enriquece por medio de la evasión fiscal, los paraísos fiscales, las SICAV, las Fundaciones y tantas otras cosas de las que nos hablan sonrientes los presentadores del Tontodiario sin que nos enteremos de nada que para algo se nos hace entender de Fórmula 1 y brillan por su ausencia en la programación televisiva, magistrales lecciones como las impartidas este fin de semana al aire libre – lo de libre, es un decir, dada la fuerte presencia policial que protegía por todo el orbe las nuevas fortalezas de los malvados.
Ya era hora de dejar de patalear ante los representantes democráticos que no son más que gerentes títeres del Sistema y dirigir nuestros pasos no a las reuniones del G-8, sino a estos casinos de muerte y destrucción en los que como suele decirse ¡La Banca siempre gana! El problema es…- haber como lo digo para que se entienda lo que quiero decir y ello no me suponga una denuncia del Fiscal General del Estado por apología del terrorismo – que ni las murallas de Jericó cayeron únicamente por el sonido de las trompetas y de nadie se supo que por peligroso que fuera el camino, aflojara la bolsa si antes algún pedagógico voluntario al asalto le ayudaba a elegir entre esa posesión y su vida, para hacerle caer en la cuenta de que, únicamente el necio confunde valor y precio, o sea, que no merece mostrar valor por algo que no tiene precio, pues no crean ustedes que entre ellos y nosotros nos estamos jugando otra cosa que ¡la bolsa o la vida!
Por eso, vengo clamando desde hace tiempo por la instauración – iba a decir Pena de Muerte para delitos económicos superiores a cien millones de euros, pero suena mal y espanta a la gente – de la eliminación física sostenible por vía ejecutiva liberal de los elementos socioeconómicos nocivos que atacan nuestros más fundamentales derechos impidiendo la libre circulación del Capital humano por el sendero de la paz y la libertad global que constituyen el marco ideal de convivencia que nos hemos dado en el Estado del Bienestar, imperativo moral que habrá de llevarse a término con todas las garantías democráticas, aunque no estaría del todo mal que previamente, nos planteásemos una sumarísima acometida cultural Maoísta para asegurarnos de su éxito.

Los ricos también se indignan

Experimentando con el lenguaje, de escolares, descubrimos como pronunciar reiteradamente ciertas palabras familiares verbigracia “pan” o “casa”, las mismas acaban perdiendo su significado volviéndose del todo insulsas a nuestras mentes, donde hasta iniciarse el proceso inflacionario de su repentino desgaste semántico, operaban como de costumbre con su denotación y connotación. El fenómeno tiene sencilla explicación: mientras las primeras veces el cerebro trabaja como de costumbre ofreciendo sus significados explícitos e implícitos, pronto deja de hacerlo inteligentemente dado que no hay información nueva que aportar ni por texto ni por contexto, de modo que se desactiva casi por entero su decodificación dejándonos sólo con su materialidad sonora que al final es de lo único que somos conscientes recibiendo del cerebro lo mismo que le damos, que no es tonto que digamos.

En principio, los integrantes del 15-M pueden sentirse muy orgullosos de haber rescatado para el vocabulario mediático el término nada usual de “Indignado” para hablar del malestar ciudadano al que se aludía como descontentos, alborotadores, radicales, incontrolados, antisistema…Pero que se anden con cuidado, que pueden morir de éxito. Nunca como hasta ahora, había oído en boca de periodistas, políticos o economistas, ni visto escrito en titulares tantas veces la palabra “Indignados” para describir problemas sociales, altercados urbanos, revueltas juveniles, protestas políticas internacionales y calificar como tales a estudiantes en huelga, ciudadanos en las calles de cualquier ciudad, pasajeros que se quedan en tierra por sobre-venta de billetes, Etc. De pronto, todo el mundo está indignado, los estudiantes chilenos, los gamberros ingleses, los jóvenes israelitas, los vecinos de Lloret de Mar, los futbolistas, los ateos con la Iglesia, la Iglesia con el Gobierno, el Gobierno con Merkel, Merkel con Europa y Europa consigo misma por ser incapaz de dar una respuesta común cuando hace falta.

La singular marcha triunfal del vocablo se empezó a detectar cuando el Presidente de la CEOE declaró sorpresivamente en rueda de prensa, que los empresarios también estaban indignados; Un poco más y casi se anima el banquero Botin durante una entrevista, quien sin embargo, se debió morder la lengua para quedarse sólo en su comprensión para con los Indignados, aunque para entonces ya se escuchaban rumores de indignados con los “Indignados”…Desde aquel conmovedor instante, la licencia de la indignación nunca ha estado tan barata. Me extraña que Gadafi no esté indignado con los rebeldes y que los rebeldes conserven tan arcaica denominación cuando los tiempos imponen la etiqueta de “Indignados libios”

En este orden de cosas, creo que la “Indignación” ha alcanzado su cenit a propósito del arranque de sinceridad, no exento de mérito moral y reconocimiento filantrópico a manos del segundo hombre más rico del planeta según la revista Forbes – que no se entere Arguiñano – Warren Buffett quien ha declarado pagar en términos porcentuales, muchos menos impuestos que cualquiera de los miles de empleados que tiene en nómina, como paso previo para exigir de la administración Obama que suba los impuestos a las rentas más altas y dejen de mirar a los más ricos antes de tomar cualquier decisión como ha estado haciendo el Congreso desde la llegada de Ronald Reagan. En su opinión, la subida de impuestos a los ricos no desanima la inversión, pues tras sesenta años de tratar con inversores, no conoce a uno que deje de invertir por no pagar impuestos y si en cambio por dejar de ganar dinero. Pues bien, su inteligente discurso proveniente de un experto en finanzas a quien el éxito ha acompañado, en vez de calificarse como acertado, concluyente, meritorio, reconfortante, esclarecedor, aplaudido, diligente, resolutivo, factible, elocuente, varapalo para el Neoliberalismo…los medios de comunicación han elegido ¡Cómo no! el adjetivo de moda y lo han calificado de Indignado.

No está mal. Pero creo que los verdaderos Indignados deberían ir pensándose muy seriamente la posibilidad de registrar en el derecho de propiedad intelectual el uso del término Indignado reservado únicamente para cuantos participen de sus movidas y si es necesario, hasta se podría hablar con los Cacos de la SGAE para proteger su imagen y manipulación.

¡Dios está con los indignados!

http://www.youtube.com/watch?v=eEuFooH1FIU

Aunque todavía nuestro bien amado Rouco Varela no lo sepa ¡Dios está con los indignados! Aunque los indignados no se lo crean ¡Rouco Varela está con Dios! Y aunque les repugne a las citadas partes, la lógica nos dice que el Obispo madrileño a la fuerza debe estar también con ellos, quieran o no quieran los indignados; quiera o no quiera el propio Rouco Varela. Al menos eso desprendo yo de la lectura actualizada del Sermón de la Montaña donde se recogen las Bienaventuranzas.

En verdad os digo, que todos los Obispos comparten espiritualmente la causa de los indignados y abrazan en Cristo sus justas reclamaciones; lo que ocurre, es que lo hacen al modo en que el Santo Varón Aznar hablaba catalán, o sea, en la intimidad de su alcoba emulando el desgarro existencial de “vivir sin vivir en mi y muero porque no muero” en el que subsiste el mensaje de nuestro Señor envuelto en los ungüentos momificadores de una institución que pese a todos sus humanos fallos lo ha preservado a lo largo de dos mil años, a ese amor por los pobres, por los perseguidos, los desahuciados, los enfermos, necesitados de salvifica misericordia derramada desde lo alto de la Cruz no sólo para los que en su palabra creyeron – apañados estaríamos desde la huida cobarde de sus discípulos – sino de todos cuantos desean el bien de sus hermanos, aman la justicia y buscan denodadamente la verdad, cosa que nadie les puede negar a cuantos estos meses se vienen manifestando pacíficamente en nuestras calles y plazas contra el Poder omnímodo el mismo con el que fuera tentado Jesús durante cuarenta días y noches en el desierto, con las mismas armas con que lo hicieran Profetas como Isaías o Juan Bautista, con la indignación y la palabra, me refiero. Mas ¡cuidado! Como advirtiera Jesús en Mt 5, 13 Ellos (Los Indignados) son la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

A caso por eso, la otra noche, después de ver las imágenes de lo que en tiempo real estaba sucediendo en la Plaza del Sol, hablé con Dios y precisamente me dijo de escribir esta verdad para que todo el mundo tenga conocimiento de que ¡Dios está con los indignados! Porque como expone Mt 5, 14-16 Vosotros ( Los indignados) sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte (Una Plaza) no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Es más, me dijo que Él también está indignado y para que me hiciera una idea, me envió como señal a la mañana siguiente el libro del Vallisoletano José L. Fernández Casado “Terrorismo contra Dios” donde viene excepcionalmente narrado el atentado que desde los distintos poderes como la Banca y los Gobiernos se vienen cometiendo contra el Orden Divino.

Me gustaría que a la Jerarquía de la Iglesia Católica española no le sucediera lo que le pasó a las letras de nuestro país reflejadas en un Cervantes que le fuera negado a Cela durante varias ediciones y que a todo corre corre para no quedar en vergüenza que sumar a su ya descrédito tuvieron que concederle de postre tras el plato principal del Nobel, es decir, que no tuvieran que explicitar su espiritual abrazo a la gente que indignada se manifiesta, después de que el Santo Padre otorgue públicamente su bendición al 15-M, pues hasta esto se me ha comunicado: que el Papa hará un guiño a quienes desde la más sana desesperación, sin liberados como los sindicatos, sin dinero público como los partidos, sin subvenciones como las Oenegés, con la más pura autogestión solidaria, totalmente anónima, como la caridad cristiana, ha sabido alzarse contra la injusticia que supone llevar a la miseria a personas trabajadoras, honradas familias que han creído en la virtud del sistema democrático cuan Epifanía celestial traicionada por las fuerzas demoníacas que nos gobiernan desde la más absoluta impunidad positiva.

No crean ustedes que es mera coincidencia que el 15-M haya hecho de la Plaza del Sol su baluarte y que por ello mismo las fuerzas oscuras del mal pretendan eclipsar ahora su fuerza invicta irradiadora de Luz para las mentes dormidas y calor para quienes han perdido la esperanza. Este signo debería abrir los ojos a la Iglesia y guiar a sus fieles en apoyo de este Movimiento ciudadano de indudables raíces cristianas. Y no con menor ardor, las personas que acuden en cívicas manadas a las convocatorias indignadas deberían llenar los Templos donde sus reclamaciones serán escuchadas por el Rey de Reyes y aprovechar la visita del Santo Padre Benedicto XVI para acompañarle calurosamente durante la Jornada Mundial de la Juventud haciéndole llegar nuestras justas reivindicaciones que seguramente serán atendidas con todo el amor de su corazón y de su inteligencia que no es poca en su actual Santidad, pues si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña.

En cualquier caso, estoy autorizado por el Dios del Cristo vivo que no del Cristo muerto al que otros tanto veneran regocijados de verle crucificado, para enviaros su bendición creáis o no creáis en Dios, pues eso es del todo superfluo; Lo importante es que Dios, sí cree en vosotros.

15-Minutos con Stiglitz

El Nobel de Economía (2001), Joseph Stiglitz, uno de mis autores preferidos en la materia, acudió el pasado Lunes por sorpresa a la Asamblea del Movimiento 15-M que los ciudadanos estábamos celebrando en el Parque madrileño del Retiro.

En su intervención, afirmó que las malas ideas que hoy imperan en el terreno económico mundial, deben ser sustituidas con diálogo y liderazgo, aunque reconoció que el proceso de cambio «va a ser difícil porque llevamos 30 años inmersos en otros debates cuando
el futuro de todos, pasa por la solidaridad”.
Durante su breve discurso, le dio tiempo a repasar algunos de los problemas de EEUU como su quiebra financiera o la suspensión de pagos, de Europa como el paro o la deuda pública, y de ámbito mundial como el calentamiento global y la pobreza, pese a los recursos existentes en el planeta.

Stiglitz, además de todo un Premio Nobel comprometido con los desfavorecidos, es conocido por su visión pesimista de la globalización, combatir desde su filokeynesismo los planteamientos de los neoliberales a quienes ha bautizado «fundamentalistas de libre mercado” por anteponer la macroeconomía de los índices bursátiles a la vida real de la gente y ser uno de los más acérrimos críticos de criminales instituciones internacionales de crédito como el FMI o el BM, es un excelente divulgador de su saber económico. Así, a parte de publicar numerosas obras bien masticaditas para que puedan ser digeridas sin mayor dificultad por los novatos en estas lides como “Caída libre” “La guerra de los tres billones de dólares” “Cómo hacer que funcione la globalización” “ Los felices 90” “El malestar en la globalización” en 2000 este infatigable activista de la buena economía, fundó la Iniciativa para el diálogo político, ubicado en la Universidad de Columbia, actual referente para la izquierda inteligente, como en su día lo fuera la gangsteril “Escuela de Chicago” para los neoliberales…de ahí, el enorme valor simbólico de su visita; Sus escasos quince minutos han sido un espaldarazo moral al Movimiento 15-M y una clara bofetada para cuantos han intentado desprestigiarlo llamándonos perro-flautas, que por cierto, aprovecho para confesar que vi ¡por fin! entre los miles de personas venidas de toda España, a un ejemplar representante de dicha especie, quien para más señas, era ingeniero de telecomunicaciones cuya tesis investigaba las posibilidades de aplicar los avances cosechados en el desarrollo de la Inteligencia Artificial en las tareas de gestión gubernamental, tema sugerente a la fantasía, pero de corto recorrido en la realidad, pues hablar de inteligencia referida a los gobernantes del momento, rechina tanto como la paradójica expresión “Inteligencia militar” a la que ya ha superado en estupidez, tanto como la corbata en vagancia a la chaqueta de un guardia.

Hace lustros que no festejo ninguna fiesta del calendario, ni hago esfuerzos por sentirme alegre esos días que se supone debería estarlo como cumpleaños, santos, etc; Para compensar, celebro por todo lo alto situaciones tan efervescentes como la experiencia vivida durante las tres jornadas de democracia directa que duró la Asamblea del 15-M con sus decenas de comisiones en las que participamos miles de ciudadanos, de economía, política, medio ambiente, cultura, educación…donde se abordaron problemas como los desahucios, el futuro de la sanidad, pensiones, e infinidad de asuntos que preocupan a la gente, todo ello realizado al aire libre, entre los árboles del Retiro, con gran civismo entre personas que no nos conocíamos de nada, votando a mano alzada, coordinados por moderadores espontáneos que nada tienen que envidiar a Bono, con sorprendente puntualidad, asombrosa capacidad de trabajo y no digo más halagos para evitar que piensen que exagero. El haber estado a un metro a la izquierda de mi admirado Stiglitz escuchándole ese inolvidable cuarto de hora, haber podido intercambiar dos frases con él y hacerme una foto a su lado, sólo ha sido la última caricia intelectual que hizo estremecer todo mi ser, experimentando uno de esos tan apreciados orgasmos mentales a los que personas de Fe decimos éxtasis místico,

Recuperemos el Ágora

En nuestra jungla de asfalto, la plaza poco más representa un claro en el bosque, espacio abierto algo más amplio que un patio interior rodeado de edificios que sirve para transitar de un lado a otro de los mismos comunicando calles adyacentes al más puro estilo de una rotonda para facilitar a los viandantes ir a trabajar o de compras; Con suerte, si es de construcción antigua, hasta es posible que albergue en su interior cómodos bancos para sentarse o dormir a las personas sin hogar, en cuyo caso también sirve para el descanso de personas mayores y la cháchara por parejas de madres con sus retoños merodeando por las inmediaciones. Cierto es que, en ocasiones, la plaza es aprovechada por las autoridades para el festejo organizado o la realización de mítines en épocas de elecciones, pero por lo general, todos, comercios, autoridades, instituciones y por qué no reconocerlo, los mismos vecinos del lugar, prefieren que las plazas, como las aceras, estén lo más despejadas posible por motivos comerciales, de orden público y tranquilidad respectivamente, de ahí que esté prohibido en ellas jugar a cualquier cosa, sentarse en el suelo, estar parado charlando, dejar sueltas a las mascotas…y dentro de poco hacer algo que no esté estrechamente relacionado con la productividad o el consumo.

Me gusta definirme como una persona tradicional-conservadora, pero no del conservar por conservar y menos de cualquier Tradición. A mi entender, nunca se debió perder aquella remota función de concurrencia para el debate público que los griegos imprimieron al ágora, mas como quiera que ello ha desaparecido de entre nosotros y no es cuestión de forzar la realidad actual a la arqueología connotativa de la palabra, así como para mantener e incluso potencial su función de mercado, la ciudad separó de la plaza en edificios específicos dicha actividad; así como al objeto de satisfacer el esparcimiento de la mente y el cuerpo la urbe desahogó a la plaza de tal menester a favor de parques y jardines; así debería hacerse igualmente con la apuntada necesaria función que antiguamente prestaba el ágora al extremo que hoy a nuestro ignorante oído se le hace sinónima de debate, precisamente como último reducto de su perdido recuerdo social.

Aunque la racionalidad clásica y dieciochesca consideró conveniente llevar el arte a los museos, el deporte a los gimnasios, la política a los parlamentos, como a los locos al frenopático, los delincuentes a la cárcel, los ancianos al asilo, los enfermos al hospital y los niños al colegio, para una mejor atención de sus específicas necesidades, dejarlos allí encerrados para siempre fue un error que muy poco a poco – sobresaltados a mediados del siglo XX del Sueño de la Razón – hemos empezado a corregir, primero con los procesos de desenclaustración institucional en psiquiatría, docencia, orfandad, ámbitos eclesial, militar…apostando por una sociedad menos compartimentada en la que preferentemente los pacientes vivan en su entorno, los ancianos con sus familiares, los niños no tengan que ir a un internado, etc, y segundo practicando de nuevo en la calle, todas esas actividades que antaño se realizaban bajo el sol, como correr entre los árboles, jugar a las cartas con los amigos, pero no todavía del todo.

Creo necesario devolver a la ciudad un espacio al raso donde la gente pueda ir libremente a escuchar a quien tenga algo que decir y a decir lo que desee a quien le quiera escuchar que tenga por asiento una grada, escenario el suelo, por paredes el aire que circula y techo el cielo – no es mucho pedir: a los escaladores se les concede rocódromos y a los perros arenales en los parques – o sea…un teatro al aire libre, para dar salida a la necesidad de un ágora civil permanente, a parte de bares y cafeterías, pues los parlamentos si bien en su día deslindaron parte de su función de la plaza, cuál es, la representatividad social en la discusión, no así lo hicieron con la que aquí comento, a saber: la de un foro donde las personas podamos ejercer nuestra libertad de expresión oral sobre asuntos sociales como el bien común y el interés general. Claro que ello, va en contra de algunos intereses particulares muy arraigados en el Poder, contra la Democracia.