New York! New York!

https://www.youtube.com/watch?v=CST7XOxw4Dk

En una columna interior del diario El Mundo, donde si te descuidas el pliegue hace que pase desapercibida, descubro una crónica, firmada por el corresponsal Eduardo Suarez, quien se hace eco de un extenso artículo sobre los escándalos de la Casa Real aparecido en el prestigioso New York Times, donde se denuncia que el Rey, con sus más directos colaboradores y los Servicios Secretos españoles, han ejercido fuertes presiones sobre los responsables de algunos medios de comunicación para rebajar el tono de la cobertura del “Caso Urdangarín” que amenaza con implicar a la Infanta Cristina y al propio Jefe del Estado. El texto está firmado por la periodista Doreen Carvajal, quien también firmara hace unos meses un interesantísimo reportaje sobre la fortuna y las amistades peligrosas del Monarca.

No sé qué devoré más rápido, si la noticia del periódico o la madalena de chocolate que tenía en la otra mano. El caso es que, de pronto, me entraron unas ganas terribles de recuperar mi indecente inglés para ir directamente a la fuente original. En un ¡pis pas! Me encontraba frente al ordenador dispuesto a pichar en Google los datos necesarios para leer con detalle sobre el tema, mientras con los cascos, escuchaba en You Tube todos los motivos melódicos sobre esa Babilonia de la Luz espiritual; desde el New York! New York! de Frank Sinatra, hasta el no menos glamuroso de Nina Hagen, sin olvidar a Mecano y su guiño pop a Federico García Lorca.

Pero antes, engullendo la madalena de Proust, me vinieron a la mente varias ideas: este sutil modo de informarnos en diferido gracias a la prensa extranjera por una parte me recuerda mucho el método que emplea Amnistía Internacional -con la que colaboro desde hace 25 años- cuyos miembros se abstienen de actuar directamente en sus países de residencia para no sufrir represalias dedicándose únicamente a pasar información sobre los abusos cometidos por la autoridad allí donde trabajan, empero se implican enérgicamente en asuntos de terceros Estados, para desde fuera, ejercer libremente la presión debida sobre aquellos que cometen tropelías contra la humanidad; y por otra, a las Matrioskas rusas donde uno debe ir abriendo una tras otra las distintas capas de muñecas para llegar a encontrar lo que se halla encerradas en ellas. Y es que hay motivo para curarse en salud.

Hemos mantenido durante muchos años un peligroso kéfir que ha ido, primero absorbiendo, y luego exigiendo alabanzas mediáticas de todo género, como que es un gran Demócrata, persona campechana, etc, títulos y reconocimientos institucionales para él y sus familiares como Doctor Honoris causa, protector de la Fauna Ibérica, patrones de museo, abanderados del equipo olímpico, etc, puestos de honor en Fundaciones e instituciones, la de Noos sin ir más lejos, no menos cargos excelentemente remunerados en empresas españolas como Marichalar en Maphre o Urdangarín en Telefónica, regalos de toda clase como viajes, yates, joyas…siendo su actual tamaño mastodóntico en poder y número. No hay Partido político, Sindicato, ni Multinacional que se atreva a enfrentarse al Rey de España; De ahí la inquebrantable lealtad que todos gritan en voz alta para que su amo y Señor le oiga, escenario no muy distinto al cortijo del Señorito descrito por Delibes en los Santos Inocentes.

Con sólo una suya mirada, nuestros representantes democráticos se echan a temblar. Sólo mencionar su nombre basta para que las instituciones y las empresas otorguen subvenciones. Una sola llamada suya desencadena tal cadena de favores internacional que en breve la comunidad científica se ha planteado rebautizar al efecto Mariposa como “Efecto Borbón” pues son muchos los que afirman que mientras va de cacería consigue contratos millonarios en Arabia Saudi al tiempo que conoce a Wittgenstein mejor que cuantos hemos dedicado nuestra vida al estudio de su Filosofía, a caso porque él siempre la haya despreciado.

El regusto de la madalena perduró todo el día; resulta que en la Manhattan de Woody Allen, los medios de comunicación hablan del Rey de España, nuestro mejor embajador, como los medios españoles lo hacen de Obian el Presidente de Guinea ecuatorial.

Si Hitler cuenta un chiste ¿Nos podemos reir?

Según profundizamos en el conocimiento de la comunicación lingüística, observamos cómo el ideal de que las palabras signifiquen lo que significan, se complica por momentos, pues no siempre a cada voz le corresponde un único significado ni a cada significado le corresponde una única voz, es el problema de la homonimia y sinonimia cuyos nombres, a pulso se tienen ganado sonar a enfermedad, aunque de ello vivan los poetas. No es de extrañar entonces que desde la antigüedad algunos filósofos declarasen la imposibilidad de la comunicación humana más allá de un marco convencional.

Entre muchas otras trabas añadidas al acto comunicativo, encontramos la debida contextualización que el receptor ha de practicar al mensaje y de entre las múltiples circunstancias a ponderar en su correcta codificación ulterior, hemos de anteponer las características propias del interlocutor. Así, atendiendo a su relación con nosotros estaremos en mejor disposición de captar partes implícitas del contenido que precisan de experiencias comunes, según lo consideremos digno de confianza le prestaremos mayor credibilidad a la conversación, su apariencia física activará los prejuicios, etc, de cuya importancia, no siempre somos del todo conscientes.

El asunto, no por corriente, es baladí para el testimonio de un testigo cuya simple imagen o trayectoria vital, a falta de más pruebas puede invalidarlo por completo. Ahora bien, ¿hasta qué extremo las características de un emisor pueden incidir en el contenido de un mensaje?

Ciertamente, si un niño de cuatro años se dirige a nosotros alertándonos sobre la presencia de una tarántula en su habitación o un borracho nos narra con todo lujo de detalles cómo los extraterrestres le han abducido, haríamos bien en no llevarnos un susto por lo que seguramente será una araña en el primer caso, ni dignarnos a llamar a Iker Jiménez por un vulgar delirium tremens del Sábado noche. No obstante, por muy niño que fuera el primero y cogorza que llevara el segundo, si ambos hubieran afirmado que “dos más dos son cuatro” ¿Sería ello motivo para no tomar en consideración su resultado? Evidentemente no. A la matemática no parece afectarle las características personales de quienes operan con ellas para asignarles valor de acierto o error a las operaciones.

Pero no todas las materias de conversación son capaces de disociarse tan fácilmente de su emisor, como tampoco sucede con el resto de actos humanos donde la ética se entromete en la técnica. Por ejemplo, el dinero. Cuando nos llega una moneda al bolsillo, en principio lo único que nos interesa de ella es su valor técnico de cambio y no su valor moral. ¿Qué valor moral puede tener un Euro a parte del conferido por Adam Smith respecto al trabajo del que emana toda riqueza de toda nación? Mas, todo se complica cuando estimamos la procedencia de dicho Euro. Supongamos que alguien nos paga por un trabajo honrado como es dar clase de filosofía a su hijo, empero, he aquí una posible dificultad, conocemos que ese individuo se gana la vida practicando abortos. La mente humana en estos casos tiene infinidad de recursos para eludir el problema de su conciencia, sin los cuales, nada en nuestra sociedad podría funcionar, porque no nos engañemos: el que no es un asesino, es un ladrón, violador, estafador, proxeneta, traficante, pedófilo, defraudador, explotador, banquero…En cambio, ello resulta poco menos que imposible en el acto comunicativo cuando tenemos presente quién profiere el mensaje.

Dedicándome como me dedico al conocimiento, siempre he procurado disociar lo más posible al emisor de su mensaje. La vida de los distintos filósofos a cuya lectura he dedicado buena parte de la mía, aún reconociendo que las mismas además de fascinantes incidieron sobradamente en la génesis de su obra – la muerte de Sócrates dio pie a los Diálogos de Platón – nada me han interesado. Y es que, ya durante la adolescencia indagándome sobre estos asuntos me planteé íntimamente la cuestión de “si Hitler contara un chiste ¿Me reiría? La respuesta entonces fue ¡Sí! Y no he variado en nada mi posición al respecto, dato importante, pues a la cuestión de si ¿Hubiera pegado un tiro a Hitler de haber tenido la oportunidad en el 33? La respuesta fue ¡No!, y ahora, seguramente ¡Sí! Lo que refuerza considerablemente mi convicción de que la primera interpretación que hemos de hacer del mensaje ha de ceñirse al mensaje mismo.

Cada vez que los gobernantes intentan desacreditar las acusaciones de corrupción proferidas por sus adversarios políticos reprochándoles su pasado igual de corrupto con ¡Y tu más! como acaban de hacer los miembros del Partido Popular con Rubalcaba, lejos de convencer al auditorio sobre su inocencia, potencian el grado de verdad que pudiera contener su mensaje, pues, si un corrupto se atreve a levantar la voz contra otro corrupto en el país del Lazarillo de Tormes donde nadie reclama si se lleva lo suyo, es de suponer que será más cierto que si calla.

Es cierto que la actitud de Rurubalcaba, puede parecernos bochornosa, escandalosa, hipócrita, cínica, impostora y cuantos apelativos deseen, pero ello, no tendría por qué invalidar lo que dice en un momento dado. Según el criterio de que “un corrupto no puede denunciar a otro corrupto”, pocas voces autorizadas nos quedan en el país para acometer la tarea de señalar con el dedo la corrupción político-empresarial incrustada en nuestras Instituciones.

Veamos….no sé…quién podría contar con la autoridad moral suficiente y los medios necesarios para frenar a toda esta pandilla de canallas…¿Los intelectuales? No, la mayoría anda en el comercio de las subvenciones y no van a morder la mano que les da de comer. ¡Sigamos!…¿Los ídolos de la canción o el deporte quizá? Me da a mi que estos no les andan a la zaga en corrupción y debemos dar gracias que la SGAE no es un Partido político….A lo mejor si buscamos entre los empresarios ¡Mejor no!…¡Quién! ¡Quién! ¡Ah! Ya lo tengo…¡El Rey!

Aunque yo sea republicano, pueden reírse del chiste.

Elsa Pataky se corta el pelo

Ciertamente la publicidad ha desaparecido de RTVE. Pero no la propaganda y mucho menos la mierda de noticias que pasan por información a la ciudadanía.

El pasado Viernes, a eso de las 14:55h. esperando la llegada del Tontodiario al que soy tremendamente adicto desde la infancia, escuché de labios de la presentadora Anne Igartiburo en la despedida del programa, una primicia de ultimísima hora “Elsa Pataky se corta el pelo”. Hasta ese momento, no había prestado demasiada atención. Sin embargo, mi cerebro que procesa, según que datos, a la velocidad de la luz cuando algo le interesa, se puso en alerta por si sus palabras iban acompañadas de nuevos robaposados con los que adornar la llegada de los Reyes Magos y sobre todo, democratizaban, aunque sólo fuera iconográficamente un poco, el disfrute sexual de la belleza, en una sociedad tan injusta como es la nuestra al respecto, donde mucho se teoriza sobre la Democracia política, más todavía de la económica, aun de la cultural, cuando la que más importa al individuo y la especie pasa del todo desapercibida entre la mayor de las Tiranías, a saber: el determinismo genético. Como a un niño que pide un Scalextric y le dejan bajo el árbol unos calcetines ¡Así me quedé yo! No podía creérmelo. Según pasaban los segundos, mi indignación fue en aumento: Las imágenes eran acordes con la relevancia del comentario anunciado instantes antes ¡Elsa Pataky se corta el pelo! Y ¡sí! Aparecía con el pelo cortado…pero con la ropa muy larga.

Mientras el hemisferio izquierdo se reponía de las heridas emocionales provocadas por la frustración descrita, el derecho reflexionaba sobre lo indecente que resulta que nuestro Ente público más preciado, el único superviviente del antiguo Estado de Bienestar, le dedicase a semejante desperdicio mediático, más de cinco minutos ¡que se dice pronto!

En esto, sin salir todavía del asombro, en pleno estado de indignación, dio inicio el Telediario con el anuncio de la entrevista de vuestro Rey y Señor, Don Juan Carlos I, por si el lavado de cerebro colectivo programado de toda una semana hablando de ello mañana tarde y noche, nos había pasado desapercibida su familiar presencia campechana en la privacidad del salón de casa, donde como el peor de los parientes se ha sentado a la mesa justo a la hora de comer o cenar para contarnos sus chochadas y batallitas que todos sabemos son pura construcción de la memoria histórica; o sea, ¡Mentiras!

Mierda intelectiva y propaganda Goebbelsiana es lo que nos ofrece la programación televisiva. La primera la cuelan como entretenimiento y la segunda la pasan por información. No es preciso estar al corriente de los experimentos de control mental de “MK-Ultra”, ni de las investigaciones de Rogers para la persuasión y manipulación en masa de poblaciones enteras e individuos, ni de las técnicas que emplean las sectas destructivas para menguar considerablemente la capacidad cerebral de sus miembros, para entender que ni lo uno ni lo otro opera en nuestro beneficio personal ni en el de la comunidad de la que formamos parte.

Los programas de entretenimiento buscan precisamente eso ¡tenernos entre-tenidos! Las cadenas privadas mientras nos entretienen manteniendo baja nuestra capacidad de resistencia mental, aprovechan para llenarnos la cabeza de basura comercial a través de anuncios y técnicas subliminales que ni se imaginan. Pero, RTVE que se supone ha de prestar un servicio público, hace algo peor: aprovecha la programación de nuestro entretenimiento, precisamente para programarnos ideológicamente a todos los niveles de pensamiento y acción embotando nuestra sensibilidad durante todo un fin de semana sobre una matanza a miles de kilómetros de nuestras calles, activando nuestros miedos y fobias sobre el cambio climático, o provocándonos la curiosidad por temas tan irrelevantes como el aquí traído, porque una vez que conocemos que “Elsa Pataky se corta el pelo”, empezamos a preguntarnos si sólo se trata del de la cabeza.

La Gran inocentada de Rajoy

http://www.youtube.com/watch?v=BtSkxZOJ524

Mariano Rajoy, en un sopesado discurso minuciosamente calculado para la persuasión general, ha hecho balance no negativo de su primer año de gestión al frente del Gobierno. Como todo buen criminal, nada de cuanto ha dicho se puede entender adecuadamente sin conocer la jerigonza que maneja la casta política, cuya riqueza expresiva va mucho más allá del uso frecuente de términos sobresdrújulos como “implementación” o “transversalidad”, más aún, cuando el mismo se ha pronunciado el 28 de Diciembre, día de los Santos Inocentes. De ahí, la necesidad urgente de aplicar el traductor a lo más granado de su intervención antes de que alguien se la crea:
Sobre los ajustes el Presidente ha reconocido que “Las circunstancias nos han obligado (…) Hemos intentado ser equitativos” Y nosotros hemos de entender que – no nos ha dado la gana tratar a funcionarios, pensionistas, trabajadores, desempleados e hipotecados como a Bankia y resto de entidades financieras.
Sobre los sacrificios el Presidente ha expresado “Hemos pedido un esfuerzo a los españoles. Pero era necesario para asegurar la eficiencia y eficacia en la prestación de los servicios de sanidad y educación” Y nosotros hemos de entender que – Hemos impuesto sacrificios al conjunto de los ciudadanos, sobre todo a los más desfavorecidos para mantener el fraude fiscal de los privilegiados que a fin de cuentas son quienes nos ponen en el Gobierno o al menos no nos derrocan, aunque ello suponga socavar la eficiencia y eficacia de la sanidad y educación de todos para varias generaciones.
Sobre el descontento de la población con su gestión el Presidente ha dicho “Sabemos que mucha gente se está dejando llevar por el escepticismo cuando no por la decepción. Pero estamos haciendo lo que es necesario e inevitable hacer”. Y nosotros hemos de entender – Vuestra es la culpa por dejaros arrastrar por el escepticismo y la decepción. Debéis aceptar de buena gana lo que os vamos a imponer sí o sí. Si no lo hacemos nosotros, lo harán otros. Es la nueva Democracia; se elige quien manda, pero no lo que manda. Así que ¡Ajo y agua!
Sobre las Pensiones el Presidente ha confesado que “Hemos pedido grandes sacrificios a los pensionistas, a los que no hemos podido actualizar las pensiones en la medida en que hubiéramos deseado. Pero esta política está dando sus frutos” Y nosotros hemos de entender que – Hemos impuesto grandes sacrificios a los pensionistas a los que no hemos querido actualizar las pensiones. La medida está dando sus frutos para otros.
Sobre la Reforma del sector Financiero y Laboral el presidente ha comentado “Quiero llamar la atención sobre la reestructuración del sector financiero y la reforma laboral” que traducido significa – el primero ni lo voy a tocar y del otro ¡Os vais a enterar!
Sobre la reforma Constitucional el Presidente ha dicho “En estos momentos lo prioritario en España no es reformar la Constitución” en otras palabras – En la Nueva Democracia, sólo reformamos la Constitución al dictado del mercado que es donde descansa la soberanía popular del consumidor, como hiciéramos el PPSOE para imponer a las cuentas públicas el déficit cero.
Sobre el Euro por receta el Presidente ha mantenido que: “El Gobierno ya lo ha recurrido en el caso de Cataluña y sería impensable que tomara una decisión diferente en el caso de la Comunidad de Madrid” Y nosotros hemos de entender – dejaremos que la lentitud de la justicia se pronuncie. Entre tanto lo aplicaremos en todo el territorio gradualmente según la gente deje de protestar.
Sobre ley de huelga el Presidente ha aventurado que: “No tenemos pensado hacer una ley para el derecho a huelga, porque hay una sentencia del TC del año 1981 que la regula” Y nosotros hemos de entender – sabemos que con lo acojonados que os tenemos y el desempleo que hay, la clase trabajadora es más dócil que nunca, por lo cual, no hace falta regular huelgas. Otra cosa son las manifestaciones y actos de desobediencia civil donde aplicaremos medidas excepcionales a situaciones excepcionales.
Ley de tasas en Justicia el Presidente ha sentenciado que: “Es equilibrada y razonable […] La justicia no es gratis, la pagamos todos los contribuyentes, ahora se ha pretendido que el 10% de la justicia la paguen quienes litiguen” Y nosotros hemos de entender – La Justicia nunca ha sido justa. De lo que se trata ahora es que los ciudadanos no podáis recurrir nuestras decisiones ni a las empresas, ni a los bancos…con la que os tenemos preparada, sería inviable que pudierais colapsar el sistema en los juzgados y tribunales.
Sobre los Impuestos el Presidente ha aseverado: “Mi intención hoy es no subir el IVA, regresar el IRPF a la situación anterior y llevar al pacto de Toledo un debate sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones” Que traducido viene a decir que – El camino al infierno está sembrado de buenas intenciones. Subiré el IVA al 23% como en Portugal, el IRPF no volverá al estado anterior y el Pacto de Toledo será más que sostenible. ¡Será Impuesto!
El discurso del Rey el Presidente ha dicho: “El discurso que ha hecho el Rey es el discurso del Rey. Me ha gustado.” Y nosotros hemos de entender – Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir.

Morir de frío

He tenido la suerte de nacer a tiempo de presenciar estampas que ahora sólo pueden ser contadas por los abuelos entre las que se halla haber conocido el ambiente del antiguo Hotel de Portugalete donde pasé tardes enteras jugando al ajedrez entre la humareda azulada de los puros habanos y el aroma a chocolate con churros de las señoras que se disputaban los cuartos a la brisca en aquella especie de casino popular, Casa de Cultura y local de encuentros furtivos que nada tenía que envidiar al café de postguerra retratado por Cela en “La Colmena”.
De entre la distinta fauna que por allí pululábamos, había un ajedrecista entrado en canas, callado que vestía siempre abrigo, bufanda y sombrero con quien pese a la diferencia de edad, sin apenas conversación había trabado cierta amistad sobre el tablero, hasta que cierto día dejo de aparecer por el lugar.
Eran los Ochenta, tiempos de reconversión en la Margen Izquierda donde irrumpieran con fuerza los GRAPO y los Comandos Autónomos Anticapitalistas. No había fecha en que los periódicos no informaran en primera página de los atentados de ETA mientras en Barakaldo la juventud caía como moscas por sobredosis los fines de semana, los obreros se suicidaban en Santurce y los ancianos morían solos congelados en sus propios domicilios en Sestao olvidados de todos por no alcanzarles la pensión para la calefacción. Sus muertes eran despachos de agencia a los que no se les dedicaba más que tres o cuatro líneas en la sección de sucesos.
Cierto Domingo de primavera, con el sol entrando cálido por el ventanal sorteando el humo de la fritanga de las rabas, oí comentar que aquel personaje, había muerto durante el invierno. Al parecer fue uno de aquellas personas mayores que pereció de frío. Así fue como tomé conciencia de lo fácil que es caer silenciosamente en la miseria y cómo esta puede atraparte en la más absoluta invisibilidad. ¿Pero cómo era posible? Aquel hombre no parecía ser un vagabundo…
No fui el único en sorprenderme. Nadie se explicaba lo sucedido ¿Se ha muerto de frio? Pero si parecía vivir bien. ¿No vivía de la pensión? ¿Y su familia? Según se sucedían las preguntas sin respuesta, fuimos constatando lo poco o nada que sabíamos de aquella persona entrañable que nunca daba motivo de queja y siempre parecía dispuesto a echar partidas desde primeras horas de la tarde hasta que cerraban el local a eso de las 22 horas. Así rememorando hechos como ese descubrimos los detalles que se nos habían pasado por alto como que casi nunca tomaba nada o que iba andando a su edad desde Portugalete a Sestao por todo Carlos VII lloviera o hiciera calor “para dar un paseo” como le gustaba decir. Nunca olvidaré a aquel hombre.
Desde entonces, cada vez que el Tontodiario anuncia una “Ola de frio” pienso en esos pobres desgraciados que dibujaran a la mañana siguiente una engañosa sonrisa de felicidad sobrevenida por criogénesis forzosa, y maldigo los actos de caridad de los que somos capaces de alardear públicamente sin la menor vergüenza como esa piadosa medida de las grandes capitales de no cerrar las bocas de Metro durante las noches de duro invierno o citar a todos los indigentes a una hora en la periferia para dispensarles una bebida caliente con el colaboracionismo de las Oenegés locales con la Cruz Roja a la cabeza. Me arde la sangre al punto de exclamar ¡Tora tera tili tarra! que en swasvhali viene a decir algo así como ¡Que poca vergüenza!
Ya no queda nada del ambiente de los antiguos cafés, amplios lugares de encuentro y recogimiento donde jóvenes y mayores podíamos intercambiar impresiones generacionales. Ahora lo que se lleva son gigantescos tanatorios disfrazados de hogares del jubilado y macro-guarderías donde la juventud va a tomar el biberón. Pero el frío, ese frío insistente, ese frío que cala hasta los huesos, recuerda que el poeta tenía razón al advertirnos que “Volverán las oscuras golondrinas a sus nidos a anidar”. Pero no volverán solas.