Horror sin error

El pasado día de difuntos, como de costumbre, encendí la radio y lo primero que escuché fue “la actuación del SAMUR y la Policía Municipal ha sido magnífica” “El recinto reúne todas las condiciones de seguridad” etc. Durante un buen rato, la información ofrecida por los tertulianos no pasaba de ahí, por lo que sin saber muy bien a qué se debía mayor alabanza de la habitual en los medios de propaganda Institucional, sentí cierta euforia contenida. Pero algo me decía, que tras tan elogiosas palabras, subyacía una oculta realidad que todavía no afloraba para mi en antena. ¿Habría llegado hasta aquí los efectos del huracán neoyorkino y yo que había permanecido dormido hasta el mediodía no me habría enterado? Porque fue esa y no otra la noticia con la que me acosté como corresponde a un ciudadano de segunda que vive en la periferia del Imperio.

Con esa patriótica incertidumbre, aguardé cerca de tres interminables minutos esperando que alguno de los intervinientes aportara algún dato sobre lo ocurrido para ponerme en situación. Pero como sucede en la radio cuando sin reloj al que mirar, paciente atiendes a que el locutor de turno diga la hora…¡nada! Que si “se ha actuado con rapidez” que si “el aforo estaba controlado” que el desalojo se ha efectuado con profesionalidad”… Así que, empecé a zapear entre las ondas buscando el rastro original de la información; pero la contraprogramación ha debido llegar hasta a los temas y argumentos a tratar en las tertulias, porque no había manera: todo eran elogios por aquí y congratulaciones por allá. Finalmente, me enteré de la desgracia y sentí un profundo desprecio.

Imagínense ustedes, que sus niños van al circo, sitio que se supone seguro para ellos dado que el Exmo. Ayto. le ha concedido licencia para actuar en la localidad. De pronto, no se sabe todavía cómo ni por qué, tres pequeños mueren aplastados habiendo varios heridos más de gravedad. ¿Qué hacen los periodistas y medios de comunicación? ¡Qué celeridad del servicio de urgencias de la Comunidad! ¡Qué cuerpo de policía municipal más servicial! ¡No se escatimaron ambulancias! ¡Los gobernantes apuestan por los servicios públicos! ¿Has visto qué buenos hospitales tenemos aquí?…ya puestos a hacer afirmaciones en vez de preguntas como sería su obligación de periodistas, podrían haber continuado con ¡Las funerarias, excelentes! ¡Los coches fúnebres, impecables! ¡Qué lápidas! ¡Que flores! ¡Qué funerales! ¡Cuántas condolencias institucionales! ¿Os habéis fijado en el sentido pésame del telegrama enviado por Vuestras Majestades los Reyes? ¿Y el enterrador? ¡Oh el enterrador! El enterrador ¡De muerte!

Pasada la euforia general por la brillante actuación dentro de la desgracia, los tertulianos ahora también todos a una parecieron coincidir en que esto se veía venir “en un recinto cerrado, 10.000 jóvenes ingiriendo alcohol con la música a todo volumen” era algo anunciado. ¡Pues qué bien! Los periodistas se han debido contagiar de sus colegas deportivos cuyos análisis van en función de los resultados y pocas veces hablan del desarrollo del juego.

Pero no es cuestión de matar al mensajero, por muy cómplice que sea por estar a sueldo. Hay que centrarse en quienes les pagan. Y estos no son otros que los empresarios que lo hacen a través de la publicidad – sería interesante investigar qué medios han publicitado el acto provocando el efecto llamada del público joven – y los criminales que nos gobiernan por medio de la subvención continua.

La empresa organizadora de estas macromierdas DivertT a tenor de lo que se va descubriendo en las últimas horas, no parce trigo limpio: de una parte tiene pufos económicos, de otra sus dueños lo son también de otros establecimientos problemáticos en la capital, subcontrataron servicios de seguridad a empresas poco fiables para la ocasión como Kontrol 34 que carece de licencia como Empresa de Seguridad y sus empleados no poseen ni formación ni experiencia en el manejo de aglomeraciones… Pese a ello, obtuvieron los permisos del Ayuntamiento tan tiquismiquis a la hora de permitir concentraciones de jóvenes en las plazas de la ciudad para protestar por sus derechos civiles. ¡Es más! El Vicealcalde madrileño Miguel Ángel Villanueva, actuó rápidamente casi como portavoz de la Empresa presuntamente responsable del acto, dando a los medios de comunicación los datos por ella ofrecidos sin la menor cautela de que provenían de fuente más que interesada en decir que “ No se ha superado el aforo” “ Se ha actuado conforme a la legalidad vigente” “Todo está en regla” “ Ha habido un estricto control de entradas” “ Se ha impedido la entrada de menores al recinto” “Lo sucedido es fruto del pánico a raíz de una bengala encendida por un desaprensivo”…palabras que aminaban al coro contratado de papagayos de siempre para continuar con su moralina habitual de que la juventud de hoy no sabe divertirse, no saben beber. ¡Un poco más! y en algunas emisoras la desgracia es culpa, primero de los padres por consentir que sus hijos salgan tan tarde y luego, de los propios chavales que han ido al lugar, porque como dijo alguna locotorra, si no hubieran ido esto no habría pasado.

Al final, la Alcaldesa de Madrid Ana Botella, recuperando su mejor cara de compungimiento, aquella que luciera al lado de su marido después del atentado de Atocha a tres días de las elecciones, comprobando una vez más que la gente todavía sabe distinguir la verdad entre la manipulación, se ha decidido a prohibir desde ahora mismo, más botellones oficiales en los recintos públicos municipales mientras ella siga siendo Alcaldesa. ¡Eso sí! Negando cualquier error o responsabilidad suya o de su corporación en el horror al que hemos asistido, solemne pronunciamiento oficial que nos hace ver la botella medio hundida.

Off the record

http://www.youtube.com/watch?v=BTx7py5MAlQ

La propuesta de prohibir la grabación de imágenes de miembros de las Fuerzas de Seguridad durante las manifestaciones, anunciada por Cosidó el pasado Jueves, se trataría según se ha visto obligado a aclarar el Ministro del Interior Jorge Fernández Díaz ante la alarma social provocada, de una medida circunscrita a dos supuestos: de existir un riesgo personal para los policías, o cuando la difusión de las imágenes puedan poner en peligro el dispositivo policial. En cualquier caso – aseveró – “se hará con absoluto respeto al principio fundamental de la libertad de expresión y el derecho a la información”.

Sin embargo, a mí, más que alarma, me ha provocado indignación, escuchar al Jefe de la Policía esgrimir a modo de excusa que la medida persigue salvaguardar el honor de los agentes. ¡Muy bien! Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid ¿por qué no acordarse de subirles el sueldo? Lo suyo era haberse expresado con mayor contundencia llamando al pan ¡pan! y al vino ¡vino! dejándose de monsergas propias del politiqueo.

Siempre he mantenido que se debe dejar trabajar a la Policía, que en su caso, significa no estar encima de ellos a cada paso que dan como si se tratara de un Reality Show y menos aún, sabotear su paciente esfuerzo comunicando a bombo y platillo las próximas detenciones como le gusta hacer al Ministro. Porque, como dice un proverbio gitano “A todos nos gusta que nos miren, pero a nadie agrada que lo observen”.

Es posible que los obreros de la construcción no se resientan del permanente escudriño al que son sometidos por la brigada de mirones congregada cada vez que se abre una zanja en el asfalto o se eleva una grúa en el horizonte de la ciudad. Pero la actuación policial, no puede permitirse el lujo de estar pendiente de qué imagen darán por televisión, como tampoco parecería apropiado que hubiera público. De hecho, recuerdo que en el transcurso de las protestas por el cierre de Euskalduna allá por los años Ochenta, los universitarios, antes de entrar a la Facultad, acudíamos al Puente de Deusto a las 8:00 h. para no perdernos la batalla campal en la que se enzarzaban los trabajadores con la Policía. El espectáculo no defraudaba a nadie: Pelotas de goma, cohetes, botes de humo, tornillos por los aires…Pues bien, más de una vez, el gentio que observaba la refriega a distancia prudencial de los astilleros, fue debidamente dispersado, toda vez se escucharon aplausos provenientes de la grada cuando un Coctel Molotov impactó en una furgona. ¡Qué tiempos!

Entre unos y otros se van a cargar la espontaneidad que implica una manifestación: primero con esa idea de alejar las protestas ciudadanas al extrarradio de la delegada del Gobierno de Madrid y de otra, los periodistas que se toman su tarea como críticos de cine. La Democracia necesita de las manifestaciones para que la gente se pueda desahogar libremente y las manifestaciones precisan de la presencia policial para ser bonitas y excitantes. Una manifestación sin intervención policial, no es una manifestación. Será una reunión de amigos, una asamblea de vecinos, la Banda de música… pero ¡no! una manifestación. Por eso, las personas que tenemos costumbre de acudir a estos actos callejeros, nos gusta que la Policía haga acto de presencia y actúen como sea menester ¡Nunca me verán quejarme de una actuación policial! Pero si cada vez que disuelven una manifestación han de soportar que los disueltos les pongan denuncias en sus mismas comisarias, los tertulianos les pongan a parir en los medios de comunicación y quienes les mandan se sumen al circo demagógico de confundir mantener el orden con violencia…¡Van a dejar de venir! Y entonces…¿Qué será de las manifestaciones? ¿Qué será de la Democracia? Es a los políticos a los que deberíamos seguir a todas partes con las cámaras y no a los policías que ya hay suficiente video vigilancia en nuestras calles como para que aparezcan periodistas.

Del uso de niños en la promoción de la monarquía

Con la venida al mundo de Froilán, como articulista tuve que afrontar el dilema de, mantenerme fiel en la crítica a la monárquica aunque ello supusiera en ocasiones situar en el centro de mis opiniones a personitas inocentes cuya posición en el árbol genealógico de la dinastía les convierte, de facto, en una seria amenaza para la causa republicana, o por el contrario, anteponer mis convicciones morales en favor de los derechos humanos, sobre todo los de la infancia, absteniéndome de escribir cualquier comentario negativo sobre los nietos del monarca, a pesar de que tan noble ventaja seguramente juegue en contra a la larga, por motivos emocionales, de la postura política que propugno.

No faltaron los motivos externos que bogaban por la primera opción, o sea, la de no renunciar a combatir la Monarquía por la presencia de niños en el teatro de operaciones dialécticas: desde las desafortunadas palabras que dijera su propio padre sobre su parecido con la madre al poco de nacer, hasta la imposibilidad por Ley de diferenciar la persona física de su utilidad biopolítica consistente en encarnar la institución misma y algún día la del Estado. Seguramente, tan facilona elección, activaría el sentimiento de piedad para con los más desamparados empujándome a decantar por la segunda opción, es decir, por evitar valerme de cualquier chance que los infantes pudieran brindar, al menos hasta que alcanzasen los 30 kilos en las hembras y los 35 en los machos.

Es por ello, que durante estos años he guardado un respetuoso silencio sobre los maltratos psicológicos que gente de esta ralea inflinge protocolariamente de continuo a sus propios vástagos según sea su situación de salida en la línea sucesoria, en recepciones, fiestas, viajes, apariciones públicas, etc. Me tuve que morder la lengua cuando el Rey obligó a su nieta Victoria Federica a contemplar el desfile de la Hispanidad a ras de acera como el resto de la chusma asistente denegándole el acceso al palco de autoridades donde sí estaban sus dos primitas Leonor y Sofia para que comprendiera ante todo el mundo, cuál es su puesto dentro de la familia ¡se me cayó el alma al suelo! O cuando Zarzuela – no se sabe a ciencia cierta si la orden provino de su abuelo, de su tío o a iniciativa del Jefe de la Casa Real – se impidió que Froilán y Federica aparecieran en la foto oficial con la Selección recién proclamada Campeona del Mundo. Hacen eso a mis hijos…¡Y los cuelgo! De ahí mi extraña reacción aparecida bajo el título “Froilan, legítimo heredero al trono” donde me proclamé partidario de devolver sus legítimos derechos a Doña Helena a través del reconocimiento de su primogénito como primer heredero al trono a la muerte de Don Juan Carlos, donde además denunciaba la estrategia de desgaste que sobre Froilán se estaba tejiendo durante estos años cuando su indefensión como menor es absoluta, clave que podría despejar muchos flecos sueltos que hay detrás de la mala prensa que se proyectara sobre Don Jaime de Marichalar quien como buen padre intentara defender los derechos de sus hijos pequeños, pero sin demasiado éxito, toda vez le viera las orejas a los servicios secretos; por no citar el exilio forzoso educativo al que fuera enviado quien supone una adolescente aspiración a la Corona cuyos partidarios en aumento, cada vez tenemos más clara la injusticia para con él y su madre cometida.

Ante semejante desprecio familiar, mediático, institucional y legal recibido por los niños de la familia Real, los validos y cortesanos del Reino de Borbonia, guardan el debido silencio típico de los estómagos agradecidos. Al Defensor de la Infancia, al Defensor del Pueblo, a los políticos y sobre todo a los periodistas y medios de comunicación me refiero, porque no se entiende que por mucho menos, las autoridades se han permitido separar a los hijos de sus padres y retirar a estos la custodia para preservar los derechos de los más indefensos y hasta el más anónimo chaval que aparece en la tele, lo hace con el rostro desdibujado o cuando menos con la correspondiente sombra negra sobre los ojos de tratarse de una fotografía en los periódicos.

Pues bien, resulta que, si el uso de los niños siempre ha sido consustancial a la pervivencia de la Institución monárquica con la excusa de preservar la dinastía, con la bendición de la Iglesia, la misma que condena la concepción de un hijo para curar a su hermanito mayor por aquel malinterpretado precepto kantiano de que “el hombre ha de ser un fin en su mismo”, con la crisis para la moral convencional – que no la mía – en que se ha visto sumida la Familia Real de Orbajosa al completo, con los Reyes separados, queridas y amantes desfilando por la alcoba de palacio, una Infanta divorciada, un yerno procesado, etc, el uso y abuso de menores en la promoción de la monarquía se ha visto acentuada, al extremo de verme en la necesidad de reclamar la urgente intervención de la UNICEF y del Comité ético por una publicidad responsable en los medios de comunicación.

En los últimos tiempos, hemos asistido a una proliferación de imágenes dignas de ser escaneadas al objeto de sustraer todo el significado subliminal que en ellas se esconde, verbigracia la foto del abuelo, el padre y la primogénita donde se transmite la impresión de sucesión garantizada, estabilidad, juventud, futuro…ideas todas gratas al inconsciente colectivo de una sociedad que como la nuestra atraviesa un momento de zozobra, mas en la que quedan fuera tanto la abuela, como la madre y la hermana, contundencia iconográfica políticamente incorrecta cuya conveniencia, empero, radica en fijar muy oportunamente, cuál es la esencia de la Familia Real, sin necesidad de expulsar de la página Web al Yernísimo caído en desgracia del que no es tan sencillo desembarazarse, sin fiarlo a la providencia. La confirmación, la hallamos en la foto de consolación aparecida inmediatamente después, donde podemos contemplar una escena familiar que cualquier etólogo podría clasificar como prototípica de la especie humana de una pareja joven jugando en el hogar con sus cachorros. Huelga enumerar los efectos psicotrópicos que disparan en nuestros cerebros tan enternecedora estampa, los mismos que actúan en las propagandas en que aparecen niños o incluso únicamente voces infantiles.

En este orden de cosas, no es el caso de que no diga, que comprendo mejor a cuantos debiéndose ganar la vida contando la vida de los demás, no han tenido remilgos profesionales a la hora de tratar temas de dudosa importancia informativa bajo el paraguas del periodismo que todo lo permite, sobre los asuntos íntimos de los distintos miembros de la familia Real, aspecto en el que yo mismo me autocensuro por respeto a las personas, aunque estas mismas personas, reconozco, se lo ponen muy fácil o muy difícil, según se mire. En consecuencia, pese a que es la propia Casa Real la que sitúa en la línea de fuego a sus inocentes hijos usándolos sin escrúpulo alguno como auténticos escudos humanos, yo me abstendré de disparar los dardos de mis palabras. No obstante, espero con ilusión el día en que Leonor y Sofía acepten ser fotografiadas de arriba abajo para un desplegable, como se ha prestado a hacerlo muy tardíamente Letizia posando a lo Ana Belén en su cuarentena.

Cuando el bueno es el que más mata

Dos cosas aumentan inevitablemente con la edad en el universo mental particular de la bestia humana que todos llevamos dentro: el número de potenciales parejas sexuales hacia las que se dirige el deseo y la cantidad de familiares, vecinos y allegados a los que nos gustaría ver muertos. Así, Eros y Tánatos, se disputan las pasiones con ventaja del segundo sobre el primero en la tradición judeocristiana por aquello de que la muerte de Jesús más que su corta vida de amor a los demás fuera la que en definitiva redimió nuestros pecados.

Este regusto cultural en la Pasión del Cristo muerto en contraposición de una ocultada pasión o pasiones del Cristo vivo que en cuanto hombre las hubo de satisfacer para ejercer como tal, tuvo su reflejo entre otros en la trayectoria artística jalonada de escenas sangrientas, a cada cual más espeluznante, que a la postre derivaría en un nada sutil afición sadomasoquista muy anterior a la forjada en literatura por el Marqués de Sade y Masoch quienes por su parte fueron dignos herederos de la misma.

Esta milenaria esquizofrenia de mensajes contradictorios emitidos desde nuestra querida Iglesia Católica donde de una parte se nos habla de un Evangelio de Amor y de otra se predica la muerte como forma de redención, posteriormente conjugadas mediante el artificio intelectual de la Resurrección, tiene su paralelo en nuestros días en el incesante bombardeo de la doctrina tontopacifista que padece el ciudadano medio – precisamente aquel que se dedica a trabajar y mantener a su familia – desde los más variados púlpitos institucionales, mientras la industria audiovisual, que cumple mejor que bien, la antigua función de la pintura o la escultura de transmitir la conveniente doctrina a las masas analfabetas, censura besos, desnudos, escenas de cama cuando sin embargo muestra con entero detalle ametrallamientos, explosiones, decapitaciones, ejecuciones y toda suerte de asesinatos a los más pequeños de la casa.

Los padres responsables suelen poner cuidado en que sus hijos no vean imágenes eróticas, en que no entren en páginas pornográficas de internet y paradójicamente pasan por alto con qué emoción atiende ojoplático cómo el Schwarzenegger de turno a la salida de un ascensor con un pistolón le pega un tiro en la frente al malo de la película esgrimiendo la frasecilla internacionalmente exclamada por nuestros retoños ¡Sayonara baby! Que arrancan de sus gargantas al unísono aplausos y carcajadas a modo de válvula de escape tras una trepidante secuencia de tiros y persecución que no voy a esconder que a mi mismo me gustaría ver cómo le pegan un tiro en mitad de su mandíbula al Ministro de la Risa, mientras su asesino le dice ¡Tómatelo como un retiro!

Lo sucedido en un cine de Colorado, es la consecuencia lógica de ver de continuo en la pantalla como los buenos son los que más matan, dado que, los malos cuando tienen la oportunidad de acabar con sus rivales bien les invade la mala suerte porque se les acaba las balas, bien porque sólo vacían el cargador cuando es difícil acertar…Si a ello le sumamos la Resurrección de los actores en otras películas, el surtido de ejemplos que integran la papilla iconográfica administrada al espectador reúne todos los elementos para ser vomitada a la sociedad que ha consentido en suministrarle, primero durante su tierna infancia y después a lo largo de toda su adolescencia, tan ingente cantidad de violencia gratuita y tan escasos motivos de darse placer y mostrase afecto.

Retransmisión desde el CIS

¡Estimados ciudadanos! Apenas faltan dos minutos para asistir a la solemene suelta de resultados de la encuesta de opinión correspondiente al mes de Junio efectuada con toda precisión por el CIS. Hay gran espectación por saber cuál de los problemas se hará con el primer puesto en la preocupación de los españoles, despistados como están con la Eurocopa y el inminente descubrimiento del Bosón de Higgs. Para anticiparnos a los resultados contamos con la inestimable colaboración del problemólogo el Dr. Gafe, a quien damos la bienvenida y le preguntamos ¿cuál cree usted que podrá ser el primer problema de los españoles?

-Bien, en principio la gente está muy preocupada por el asunto del falso 9 y la posible alopecia parcial bajonasal del expresidente Aznar. Sin embargo, todo apunta, que al final, lo que verdaderamente tiene angustiada a toda la población es el nuevo desnudo de verano de ana Obregón. Por consiguiente yo apostaría todos mis ahorros a esto último y para cubrirme quizá también por la proclamación de los toros como Patrimonio cultural de la humanidad.

Pues ahora mismo comprobaremos si ha acertado en su pronóstico nuestro experto, porque justo en estos momentos se acerca a la rueda de prensa el responsable de comunicación de la entidad para soltar los problemas sobre la pantalla y ver como evolucionan en la carrera: En la calle número uno con verduguillo y txapela está el Terrorismo muy confiado en sus posibilidades pese a su falta de entrenamiento, en la calle número dos patrocinado por el INEM se halla el Paro muy crecido ultimamente, en la tres a lomos del FMI la Economía algo deprimida pero con fuerzas para hacerse con esta victoria, en la cuatro la Sanidad que corre con una indumentaria demasiado recortada para los jueces, en la cinco luciendo traje y corbata, la Clase Política muy metida en carnes, en la seis con bolsas de plástico a los lados la Corrupción siempre sospechosa de dopaje, en la siete la Educación como siempre lenta en tomar posiciones y por primera vez en competición entra en liza en la calle ocho, la Banca que recibe los abucheos desde la grada donde nos informan que se agolpa un nutrido grupo de protesta. Acerquémonos hasta allí para averiguar el motivo de su enfado.

-¡No hay derecho! Las pruebas de selección para correr en el CIS están más amañanadas que el incremento del IPC. Ya ve usted, yo, la programación televisiva, me he quedado fuera. Y ahí tiene al representante del tiempo meteorológico, al de los horóscopos…

3,2,1 Ya salen a toda velocidad los problemas. ¡Y salta la sorpresa! El Terrorismo se queda clavado en la mismísima linea de salida. Un clamoroso ¡OOOOOOH! recorre la grada de periodistas que echan de menos su garra. Mientras, el resto de problemas avanzan vigilándose muy de cerca. El público aplaude a rabiar: los más de cinco millones de parados dan su aliento a su Campeón; La Deuda de riesgo venida de todas partes con destacada representación griega no se anda a la zaga en su apoyo a los problemas económicos; Los políticos tampoco es que se encuentren solos con más de un 70% de votontos reunidos en el lugar para reafirmarles su confianza en que se pueden hacer con el liderato; Tampoco se puede quejar la Sanidad en cuanto a entusiasmo de su afición llegada de todos los ambulatorios agitando receta en mano y aunque menos, vestidos de verde los docentes y familiares hacen la ola para empujar a la Educación hacia la meta. Aparentemente, nadie se muestra partidario de la Corrupción, pero esta tiene la convicción moral de que todos están con ella de corazón. Pero ¡Atentos! Entra en primer lugar el Paro, seguido de cerca por los asuntos económicos, en tercer lugar los Políticos, en cuarto lugar la Corrupción, en quinto puesto llega la Sanidad, en un honroso sexto lugar aparece la Banca y por último la Educacción en séptima posición. El Terrorismo ha sido descalificado. ¿Qué le han parecido los resultados Dr. Gafe?

-Bueno, ¡sí!, eran de prever. El Terrorismo con más de cincuenta años a sus espaldas hace tiempo que se debía haber retirado de las pistas. Por su parte, el Paro está muy fuerte y se le ve que tiene recorrido para toda la legislatura; La cuarta posición de la Corrupción tiene su mérito casi sin apoyos ni subvención; Problemas como la Sanidad y la Educación bastante hacen con mantenerse dentro de la final del CIS pero sin dormirse en los laureles, pues el peaje de las carreteras y la subida de la electricidad, el gas o los carburantes por un lado y la de los alimentos básicos como la leche y el pan por otro, les pueden desplazar de la carrera a final del verano; La Banca ha entrado con fuerza muy a su pesar. Hace tiempo que preocupaba mucho a los españoles pero por timidez, era incapaz de competir en el CIS. Pero se ve que puede hacer mucho más y en breve seguramente la veamos subida a lo más alto del podium. Para finalizar, deseo mostrar mi disconformidad con el subcampeonato logrado por los Asuntos Económicos, pues en mi opinión, no deberían competir como tales; en verdad, todos los problemas son “problemas económicos”, razón que puede estar detrás de mi error y de alguna de las protestas a las que hemos asistido, pues estoy seguro que de introducirse alguno de los temas habituales de la prensa del corazón, ninguno de estos aquí aplaudidos tendría tanta relevancia.

¡Muchas gracias! Dr.Gafe por sus análisis siempre certeros a posterior. Y a todos ustedes les invito a esperar con entusiasmo los emocionantes resultados de la siguiente encuesta del CIS.