El arte de la promesa política

Para que Jonathan Swift pudiera escribir su célebre ensayo sobre «El arte de la mentira política» fue menester que ya en su época, la denominada por Enrique de Diego «Casta parasitaria» se destacase principalmente por una habilidad que hasta entonces le estaba reservada al comerciante, cuál es, la de engatusar, embaucar, engañar, estafar y sucesivos en la cadena idiomática fronteriza con la ciencia de la impostura y el disimulo, en tiempos predemocráticos para vender gato por liebre en el mercado y en democracia para hacerse con los votos que dan acceso al libre manejo de los caudales públicos, que no otra cosa interesa a esos piquitos de oro. Sin embargo, actualmente si por algo distinguimos a un especimen de esta clase chupoptera, no es tanto por las mentiras en las que les pillamos, cuanto por el número de promesas que son capaces de emitir en campaña electoral y de incumplir durante el resto de la legislatura. Podría decirse entonces que es necesario reflexionar sobre esta otra vertiente de su quehacer y plantearnos como trabajan el arte de la promesa política.

Una promesa, se fundamenta en la intención sincera por parte de quien la profiere de darle cumplimiento. De ahí, que seamos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras y que los políticos hilen cada vez más fino para evitar comprometerse utilizando toda suerte de frasología tautológica y terminología ambigua rimbombante. Porque, como bien sabemos todos, la promesa a diferencia de un deseo, está sujeta a verificación en la realidad, de modo que, si la misma no se realiza positivamente, el interlocutor tiene todo el derecho del hablante a buscar una explicación cuando menos o a emitir en su vagancia una acusación de fraude con la esperanza de que en su defensa se la ofrezca quien ha efectuado la promesa. Ante una promesa que no se cumple, pueden ofrecerse varias explicaciones: la más socorrida es la que todavía usan los cristianos para justificar que aún se siga esperando el regreso victoriosos de nuestro señor Jesucristo, cuando su vuelta parecía inminente, a saber: «Que no se haya cumplido hasta ahora, no significa que no se cumplirá» Por eso nuestros políticos ya no emiten promesas a plazo fijo, para evitar entramparse con el calendario. Una segunda explicación a tan extendido fenómeno la hallamos, en el famoso cambio de escenario; Según parece, el contexto en el que se emite una promesa justifica que esta no se cumpla cuando cambia la circunstancia en que fue proferida. Esta red psicológica, permite a todo político decir una cosa en la oposición y la contraria gobernando, pues no hay mayor contexto para un hablante que promete, que su propia condición y evidentemente para un sujeto que promete fuera del poder y después ha de cumplir su promesa en el Gobierno, ciertamente ha cambiado su contexto. Una tercera
excusa muy esgrimida a la hora de dar cuenta de una promesa no cumplida consiste en reconocer la dificultad técnica de su cumplimiento. El prometedor, no renuncia a su promesa e incluso la mantiene con más fuerza si cabe, sólo necesita más tiempo para poderla sacar adelante, cosa que normalmente a un gobernante le vale para su reelección, pues la gente reacciona como cuando ha llegado a la mitad del paso de peatones y este se pone en rojo, o sea, ¡Tira para adelante! Y por último, para no aburrir con esta disección mental, una cuarta manera de dar razón del no cumplimiento de una promesa, consiste en reconocer la propia ignorancia del prometiente cuando se efectuó la promesa de que la misma era imposible de cumplir. Cuando un político llega a este extremo, suele dar también excelentes réditos electorales, pues le hace más humano ante su gente e incluso levanta admiración entre sus adversarios por su sinceridad, no faltando quien le tenga por ingenuo, impresión que resulta fatal para conocer la auténtica verdad que se esconde tras una promesa electoral:Que la mentira vuela, mientras la verdad se arrastra.

Pues bien, el hecho de que en política, la tardanza en el cumplimiento de una promesa no le suponga al responsable de la misma ninguna merma en sus ingresos como le sucede a todo proveedor que no entrega a tiempo su mercancia, a todo transportista que no llega a tiempo a su lugar de descarga, a todo autónomo que no se pone al día con hacienda…la negligencia de no haber previsto un cambio de escenario en un terreno en constante evolución como son los asuntos sociales, no les supongan a quienes emiten constantemente promesas sobre los mismos, ser sancionados o despedidos como ocurre con los médicos que han hecho un mal diagnóstico, los gerentes de hotel que no tuvieron en cuenta las fiestas en Alemania, el chofer de autobús que ante un trayecto largo no puso suficiente combustible…la falta de preparación para el cargo al que se postulan no les lleve ante los tribunales por intromisión profesional ni se les acuse o multe por imprudencia o temeridad como se hace con los dentistas sin título, los conductores borrachos, los policias que sacan su pistola en via pública atestada de gente persiguiendo a un peatón infractor…Y la ignorancia no les desprestigia ante la sociedad que les ha elegido precisamente porque confiaba en que sí sabian…contribuye sobremanera a que en nuestra democracia, se reedite el problema Malthusiano que preconizaba que mientras la producción de alimentos crecería de modo aritmétrico, el número de bocas a alimentar lo haría de modo geométrico, sólo que en nuestro caso, sucede a la inversa, pues mientras los electores somos capaces sólo de creernos sus promesas de modo aritmétrico, ellos, los políticos, continuan emitiéndolas de modo geométrico. Y como muestra compárense los dos millones de puestos de trabajo ofrecidos por Felipe González en las elecciones del 82 y los Tres millones y medio de empleos prometidos por Rajoy para los comicios del 20-N.

Me equivoqué de estudios

En la certeza de que el trabajo no garantiza la riqueza, de que la riqueza no da la felicidad y de que la felicidad no exime del trabajo, de muy joven tuve claro que el único modo de salir de dicho círculo vicioso era estudiar algo tan súmamente inutil hoy en día como puede ser la Filosofía cuyo requerimiento social casi nulo me permitiría mantenerme enteramente al margen de todo empleo. ¡Craso error! Resulta que como los cazadores de dragones eruditos en su tipología, huellas,hábitat,alimentación y costumbres, todavía nos queda la posibilidad de enseñar nuestro improductivo conocimiento a las generaciones venideras. Por ello mismo, aposté de nuevo por algo más inutil y absurdo todavia en la Era Contemporánea, o sea, cursar la carrera de Teología en la creencia de que no habría demanda y sólo servía para ser cura. ¡Me equivoqué de estudios! Es verdad que hago lo que quiero, que me lo pagan bien y que soy feliz, más por lo primero que por lo segundo. Pero con todo, me considero un fracasado…Yo tenía que haberme dedicado a hacer los estudios de Urdangarín.

Hasta ahora, he estado ennamorado secretamente de Helena de Borbón. Me parece una persona encantadora, impresión a lo mejor inmerecida, debida únicamente al duro contraste con el resto de la familia; Perdí mi oportunidad con veinte primaveras cuando un amigo de ajedrez que trabajaba en la Federación de Hípica conocedor de mi sincera inclinación afectiva hacia la infanta que despectivamente catalogó de parafilia, se aprestó a presentármela, advirtiéndome que montaba muy bien. Pero lo que son los amores platónicos…rehusé y acabó con Marichalar que no ha sabido luchar por sus derechos dinásticos ni los de su hijo Froilán como yo lo hubiera sabido hacer.

Todo esto viene a colación de la noticia publicada ayer por un periódico nacional donde se nos informa de que, durante el 2003, nuestra queridísima SGAE haciendo de Dooh Nibor, escogió a dedo al Instituto Nóos Consultaría Estratégica S.L, presidida por el Duque de Palma, Iñaki Urdangarín, para «mejorar su imagen» en detrimento otros ofrecimientos de prestigiosas firmas del ramo. Según fuentes de la SGAE, fue el propio Bautista quien se reunió con el marido de la Infanta Cristina. El contrato rubricado entre ambas partes se prolongó durante tres años, en los que la empresa del Duque cobró más de 300.000 euros. En este tiempo, Nòos realizó una media de seis estudios de imagen al año, a razón de 15.000 euros cada uno, que, según fuentes cercanas a la consultora, «se centraron inicialmente en llevar a cabo un diagnóstico del estado de salud de su imagen y de su organización interna». En la actualidad, el Duque de Palma no preside Nòos, ya que tuvo que abandonarla en el 2006 cuando se descubrió que su entidad percibió 1,2 millones de euros públicos del Gobierno balear -presidido por Jaume Matas- a cambio de unas conferencias que apenas duraron dos días. ¿Me entienden ustedes ahora?

Yo tenía que haber hecho los mismos estudios que Iñaki Urdangarín: Dossieres de imagen a 15.000 euros – no niego que la tarea de mejorar la imagen de la SGAE los valga – y conferencias de dos dias a 600.000 euros la jornada…Bueno, me queda de consuelo que como la Filosofía y la Teología a diferencia de la física, la química, la sociología o la matemática, no sirven para nada, es posible que me haya equivocado, pero al menos no soy un sirviente.

No se negocia con hambre

 

Nuestro quijotesco buen ciudadano que no merece Castro Urdiales, Jesús Domínguez se cuente entre sus vecinos, tras una semana en huelga de hambre en los soportales del Exmo. Ayto. ha dado por finalizada su protesta, toda vez, ha conseguido arrancar un compromiso del Alcalde Iván González para estudiar un “Plan de Empleo Municipal”, éxito que en principio sólo podría explicarme por la inexperiencia en el cargo del actual regidor al que posiblemente veremos evolucionar muy pronto en un galopante ninguneo de los viandantes conforme vayan pasando los años y las legislaturas, pues dónde se ha visto que porque un lugareño deje de comer cuatro bocadillos, todo un representante democrático se digne a recibirle y menos plegarse a su chantaje emocional no ya para satisfacer sus perentorias necesidades personales que bien pueden solventarse con un puesto a cargo del contribuyente para quitárnoslo de encima, sino para algo tan grave y enojoso como es solucionar los verdaderos problemas de la entera ciudadanía…pero que más adelante creo poder dar cuenta de modo más certero y convincente.

Todo empezó, cuando Jesús contempló como el nuevo consistorio desestimó recientemente una propuesta de reducción de los gastos políticos y sueldo de los concejales en unos tiempos de recortes para todos y en un municipio donde hay censadas más de 2.367 personas desempleadas. De haberse aprobado la medida, se hubieran ahorrado a lo largo del próximo ejercicio unos 480.000 euros con los que se podría haber ayudado a toda esa gente y sus familias que lo están pasando verdaderamente mal. Pero ¡No! A lo más que llegaron quienes hace unos meses prometieron velar por nuestros intereses y defender el Estado del Bienestar, fue a aprobar una medida que no supone ni 1.000 euros anuales de reducción en el presupuesto. Esto, que a cuantos conocemos la naturaleza humana sencillamente nos hubiera divertido – ¿A quién se le ocurre pedirle a la gente que se baje voluntariamente el sueldo? – a Jesús Domínguez, le indignó lo suficiente como para dejar de comer y vencer la vergüenza de salir en los medios de comunicación.

Así, ni corto ni perezoso, cargado de razones, no con menos emociones, muchísimas más intenciones, pero desprovisto de todo arma, si es que todavía la dignidad pasa por los controles sin ser detectada, apostose humildemente bajo el Consistorio, el pasado 26 de Agosto, para exigir a los grupos municipales que «piensen menos en subirse el sueldo o en pagar a los cargos de confianza, y más en la manera de ayudar a los parados a reinsertarse en el mercado laboral» pues en su opinión, los cursos ofrecidos por el almacén de parados, el INEM – la fábrica es la Universidad –son malos e insuficientes para una gente que ha entregado los mejores años de su vida a especializarse en su oficio sea este de la construcción, sea en la mar, y a los cincuenta ya no sabe hacer otra cosa que aquella para la que la sociedad le animó en su día dedicarse en cuerpo y alma.

En principio, Jesús declaró a los medios de comunicación, que no dejaría la huelga de hambre hasta tener garantías de que sus demandas se cumplen, pues aunque entendía que las cosas requieren de tiempo, necesitaba al menos, ver algo que le demostrara que se está trabajando en ello. En consecuencia, las mentes optimistas deducen de su retirada más feliz que una lombriz, que lo ha conseguido. Pero, no nos dejemos llevar por el comprensible anhelo de ver reeditada la hazaña de un David frente a un Goliat y detengámonos un momento a analizar lo sucedido.

Que yo sepa, “estudiar un Plan de Empleo Municipal” para luchar con eficacia contra el paro de la localidad, es algo que, desgraciadamente, ya está fuera del alcance de un Alcalde por muy buenos propósitos que este tenga, de no ser, que como en ciertos centros públicos doblemos las plazas de bedeles y ordenanzas para que entre dos hagan la labor de uno y logrado lo anterior, un tercero les ayude, un cuarto les supervise y así hasta lograr el pleno empleo. Y es posible que vaya por aquí la fórmula secreta del Rodaballo socialista para acabar con la crisis, aunque como el edil castreño es Popular, a lo mejor cuenta con la destreza de Fraga para acabar con el problema en tres días.

A mi me da, que la embestida cívica de un generoso Jesús Domínguez, ha sido elegantemente paseada por el ruedo mediático por el nuevo diestro de la plaza, que por delante le ha puesto el capote del grandilocuente “Plan municipal” al que ha entrado a trapo, cuando lo que estaba en juego eran aquellos 480.000 euros que de ahorrarse en sueldos a los concejales y altos cargos, podrían haberse dedicado a paliar la miseria de los ciudadanos castreños. Y si alguna lección podemos sacar de todo este episodio local, es que, si se emprende una huelga de hambre para llamar la atención sobre un problema tan serio como el planteado, lo mejor para defender la causa, primero, es escoger bien el emplazamiento, que los bajos del Ayuntamiento se encuentran rodeados de mesones y restaurantes y segundo, es que negocie otro con el estómago lleno en tu lugar, que con las tripas vacías, uno está dispuesto a creen en cualquier cosa, de ahí que todas las religiones alaben el ascetismo, recomienden el ayuno y las sectas impongan la dieta vegetariana a sus adeptos.

Libros Pretexto

Si ya me parecía absurdo traer y llevar todos los días, todos los libros de clase a casa y de casa a clase, que vamos a decir ahora que todo cabe en un Lápiz de memoria o si se desea en un libro electrónico….Detrás de esta estupidez, están los fabricantes de mochilas, los masajistas de espalda, y las grandes editoriales que untan a todos los escalafones del sistema indocente, como hacen las farmacéuticas con el sistema de insalud. Además he comprobado que aunque todos los años, curso sí, curso también, el profesorado cómplice impone comprar los libros de texto de su materia de una determinada editorial contraviniendo las leyes del libre mercado, estos se usan poco o nada en el aula durante el periodo lectivo, porque por lo general son tan sumamente malos que no sirven ni al alumno ni al profesor, únicamente al que se forra vendiéndolos. Y los que por desidia o negligencia del educador, lamentablemente se acaban usando, son perjudiciales para la formación dado que tienen los resúmenes hechos, las palabras clave en negrita, etc, contribuyendo con ello a idiotizar más si cabe al alumnado por si alguno salía indemne de Primaria. Por lo que haríamos bien en dejar de llamarlos “Libros de texto” y empezar a conocerlos como “Libros Pretexto”, en el sentido de que sirven de pretexto para el enriquecimiento de pocos y el adoctrinamiento de muchos.
Si la capacitación profesional del docente se mide en relación inversamente proporcional al número de ejercicios que manda a sus alumnos de tarea para casa, la calidad educativa de los colegios depende igualmente del número de “libros pretexto” que el alumnado ha de adquirir por su cuenta, pues ello es síntoma de su deficiencia a ese respecto, dado que un centro educativo bien equipado para dar clase prescindirá en lo posible de endosar un gasto innecesario a su alumnado y preferirá que las familias dediquen su presupuesto a la formación extra académica de sus vástagos.
Pero como la gente es tonta en las cuatro terceras partes del total, pese a la queja generalizada por el gasto que ello supone, en su fuero interno se mantiene la creencia de que, con cuantos más libros de texto entre en contacto su chaval, más sabio les sale el niño ¡o al menos lo aparenta! en una sociedad que compra los ejemplares a peso, los lee de oídas y los respeta según el número de páginas que contiene, de modo que ¡Por libros que no quede! De ahí que todos tengamos la Biblia y la Guía telefónica en casa. Menos mal, que la mayoría democrática del país, nunca ha tenido en sus manos el texto constitucional, pues si a la grandilocuencia del nombre le sumamos como su solemne pronunciamiento llena la boca de los representantes públicos, lo suyo sería que ocupara en la estantería un espacio no menor que El Quijote, cuando la realidad es que no da ni para fumarse un buen puro, duro contraste que a más de uno le haría desconfiar de sus virtuales ventajas sociales por no caber en sus escasas hojas.
Sea como fuere, el caso es que de un tiempo a esta parte, los conocimientos humanos varían a una velocidad que lo aprendido por el hermano mayor ya no le aprovecha al menor y menos aún al vecino. En consecuencia, el libro de matemáticas necesita ponerse al día para que su aprendizaje no quede obsoleto, no vaya a ser que se descubra el último decimal de Pi durante el curso; el Atlas de Geografía precisa también su revisión como lo demuestra la película de aquel hombre que subió una colina y bajó de una montaña, pues así como en astronomía Plutón ha dejado de ser un planeta del sistema solar, ¿quién nos asegura que durante la tercera evaluación el Everest no encoje o aparece un nuevo lago en mitad del Sahara? Tampoco los libros de ciencia se libran pese a presentar su sabiduría como atemporal y repleta de constantes universales; ya vimos que la Relatividad de Einstein dejó en la cuneta a Newton y la Mecánica Cuántica hizo lo mismo con Einstein. Y eso puede ocurrir ahora mismo y sin previo aviso por lo que vuestros hijos han de estar al día de lo que se está investigando en el CERN y el LHT; En este orden de cosas, la Historia avanza hacia el pasado que es una barbaridad y está en constante cambio. Por ejemplo, hace unos años, Hitler era malísimo, ahora ya es uno más, en dos décadas se le asimilará a Napoleón y quién sabe si acabará siendo venerado por Israel, o América se descubre que fue descubierta por los americanos; Y por supuesto, ¡cómo olvidarnos! Lo que siempre necesita una actualización vital, es el diccionario, ese libro gordo ordenado alfabéticamente como la Guía telefónica, pero sin números. Imagínense que antes, los hindúes eran para mi los practicantes del Hinduismo y ahora resulta que son todos los nacidos en la India que para mi asombro, sigue donde la dejé hace treinta años.

Transplantes y granjas humanas

http://www.youtube.com/watch?v=t-1YvaVdprY

En mi testamento vital – tiene gracia el nombrecito – he dejado escrito que cedo para transplantes cualquier parte de mi cuerpo si es que puede servir a alguien todavía; En su defecto, aprovecho la ocasión para dar a conocer públicamente que me gustaría que alguna cadena de comida basura como Mc Donalds se hiciera cargo de mi última voluntad, cuál es, confeccionar con mis mundanos despojos algún suculento producto de los suyos y lo diera a ingerir a su clientela para igualarme en su ingesta a Cristo para que en su digestión les repita como lo hace el empacho mediático de la pasada JMJ, de la cual, esta mia extravagancia sólo es un efecto colateral tras escuchar la llamada evangelizadora de Kiko Argüelles.

Pero no sé hasta que punto el materialismo católico que no acepta el Matrimonio con amor si no ha habido coito de por medio, estaría dispuesto a renegar de la resurrección de los muertos con sus mismos cuerpos – es uno de los grandes defectos de su doctrina, porque ya de prometer, a mi me gustaría resucitar en el cuerpo Danone de alguna Top Model que haya muerto jovencita que a estas alturas sería un error de cálculo por mi parte soñar con el de Kim Basinger – este es el motivo que se esgrime a favor del enterramiento y en contra de la incineración, por ejemplo. Mas como a estas alturas la ciencia ha demostrado que de Cervantes y hasta del mismo Nazareno, todos y cada uno de nosotros tiene en sus futuros sacos de gusanos varios miles de los mismos átomos que en su día constituyeran sus carnes, como que me persuade sobremanera participar de esta resurrección anticipada por medio de mis órganos vitales en los pellejos de otras personas, y no pienso únicamente en el corazón o los riñones…

Supongo que con más seriedad que la por mi mostrada, la sociedad española muy merecido tiene ser reconocida por la comunidad internacional como un referente en el que fijarse por el eficaz sistema médico-legal favorecedor del altruismo ciudadano en un momento tan delicado como es el fallecimiento propio o de un familiar para que los órganos que puedan ser de utilidad en otros cuerpos sean inmediatamente rescatados del último viaje al que en principio sólo está llamada el alma inmortal, haciendo realidad el sabio consejo de ir ligero de equipaje.

Si durante la vida el Hilemorfismo aristotélico que nos divide en materia y forma, o lo que vulgarmente entenderíamos como cuerpo y alma, justifica el abandono del placer, la renuncia a la belleza, la abstinencia de todo goce, la castidad sexual y cualquier otra forma que pudiera dar gusto al cuerpo para salvaguardar la pureza de de su prisionera, llamada a retornar al mundo verdadero de la ideas platónicas en cuanto aquel se derrumbe por la corrupción intrínseca que por naturaleza le corresponde, al menos, en el momento de su muerte, habría igualmente de ofrecer la justificación para su aprovechamiento dado que nada en sus órganos remite a lo que entendemos por valioso espiritualmente de su superficial aspecto.

Ahora, lo curioso del asunto, es que la cesión de los órganos del cuerpo participan de la misma excepcionalidad del mercado que nuestra capacidad de votar, o sea, que ha de realizarse gratis por ley; Si usted tiene terrenos, acciones en un banco, un automóvil o cualquier otra propiedad, la puede dejar en herencia a sus descendientes y que luego estos decidan si quedarse con ello o venderlo e incluso, usted mismo puede dejar establecido que se ha de hacer con ello, entre cuyas opciones que duda cabe puede disponer de su venta y reparto, verbigracia, a los pobres como tenemos noticia se hace en ocasiones con fortunas de desconocidos filántropos que han esperado a morirse para ser generosos con lo que no se pueden llevar al otro barrio. Pues bien, miren por donde, esto mismo, está prohibido para nuestro bien más preciado e íntimo como es el cuerpo, obligándose a que personas que no tenían donde caerse muertas y que solo contaban con su cuerpo como única herencia, deban cederlo sin percibir gratificación alguna para ellos ni para sus herederos, cosa que suena muy solidario en caso de personas de clase media y forrados hasta las cejas, pero que sinceramente, me parece una auténtica putada, cuando se trata de gente pobre, quienes después de haber entregado su tiempo, sangre y sudor en vida trabajando para alguien que ha vivido confortablemente gracias a su esfuerzo por un sueldo miserable, encima ahora pueda ocurrir que por azar también después de muerto, le entregue lo poco que dios le ha dado, sin nada a cambio.

La reflexión anterior hace que muchas personas prefieran vender en vida parte de sus órganos, antes de que el Estado se apropie de ellos y los entregue a cualquiera, sobre todo los que tienen doblados como ojos, riñones, pulmones…práctica que también está prohibida en nuestro país, pero no fuera de él, de modo que, así como en los años setenta las clases pudientes iban a abortar a Londres para desembarazarse del problema sin renunciar a sus convicciones cristianas, ahora los hay que visitan las clínicas flotantes que por todo el globo navegan en aguas internacionales para hacer el intercambio comercial sin riesgo de incurrir en delito.

Pero, el dinero no lo puede comprar todo. Órganos vitales como el corazón, son difíciles de adquirir por venta voluntaria del donante. En estos casos, quienes tienen dinero suficiente para comprar voluntades, la moral de supervivencia les ampara en sobornar a los responsables sanitarios para colocar a sus familiares o ellos mismos en los primeros puestos de las listas de espera. Sólo en casos muy desesperados y gente sin escrúpulos – no sin ética – acude al denominado tráfico de órganos en el que participan desde hospitales oficiales, hasta vulgares sicarios, pasando por anestesistas y médicos llegados desde sus países de origen para hacer las intervenciones en lugares bien distantes donde la pobreza y la necesidad hacen estragos, porque a fin de cuentas, de qué le sirve un órgano sano a quien no lo va a poder disfrutar en vida…más o menos viene a ser lo mismo que la adopción de esos pobres niños que mejor están con nosotros los blancos occidentales que con sus familias, sus vecinos y su gente.

Pero las mafias que trafican con órganos humanos, se han percatado de que por las peculiares circunstancias del mercado, su urgencia, especialización y las implicaciones éticas cuya resolución en cada caso interfieren negativamente en toda la cadena de mando, son demasiadas para que el negocio de los transplantes genere los beneficios que otros tráficos como el de blancas, armas o droga ofrecen y en consecuencia, antes de renunciar han puesto en marcha una idea, verdaderamente interesante, a saber: La creación y mantenimiento de auténticos viveros de órganos y granjas humanas.

Cuando en perspectiva se tiene controlado un órgano de un potencial donante que lo es sin el concurso de su conocimiento y menos de su voluntad a través del banco de datos de los historiales clínicos informatizados y puestos al día en tiempo real, decimos que se halla en un “Vivero de órganos” a disposición de la clientela cuando haga falta en función de edad, compatibilidad sanguínea, salud del ejemplar y por supuesto dinero ofrecido por la mercancía. Si todo es conforme, se localiza al sujeto en posesión del órgano y se procede a su extracción. En los años ochenta, todavía las batas blancas que visitaban las favelas brasileñas les dejaban unos dólares en el bolsillo tras finalizar la intervención si se trataba de un órgano no vital para que se le alegrara el cuerpo tras la anestesia, o se dejaba a la familia una suma considerable – hasta mil dólares – si el órgano obtenido era vital.

Sin embargo, desde entonces el procedimiento se ha ido refinando y en la actualidad se prefiere la modalidad de la “Granja humana” consistente en que las personas con gran disponibilidad económica, suscriban un “Auténtico Seguro de Vida” que les garantiza la disposición inmediata de órganos vitales y no vitales procedentes de personas que a su vez se han comprometido a cederlos en cuanto le sean requeridos. ¿A cambio de qué? Pues muy sencillo: a cambio de vivir igual de bien que el sujeto que ha suscrito el “Auténtico Seguro de Vida” O sea, que de una parte la persona con poder y dinero comparte su riqueza con un tercero desconocido que a cambio comparte su salud. Puede parecer una idea descabellada, pero es otra forma de solidaridad interpersonal sin intermediarios que cada vez cuenta con más gente de una y otra parte dispuesta a rubricarlo.

Pues bien, a nuestro país no sólo se le reconoce la eficacia y eficiencia técnica del sistema público sanitario, también de poseer una legislación que busca evitar el tráfico de órganos ilegal y su compra-venta aunque sea de modo voluntario por las partes. Lucha por el altruismo y la solidaridad que ha podido mantenerse mientras la situación económica lo ha posibilitado; Pero cuando la necesidad es mucha y el hambre aprieta, tanto las leyes humanas como los mandamientos divinos se supeditan al dictado de la Naturaleza y en breve ya contaremos en nuestras fronteras con casos cada vez menos aislados por lo que si alguno desea curarse en salud, igual le conviene contraer la hepatitis b.