Pobre ¡Sí! Pero honrado

Cuando uno de cada cinco españoles es declarado oficialmente “pobre” a instancias del INE, por no poder llegar a fin de mes sin deudas el 12,7% de las familias, por no poderse ir de vacaciones el 44,5% de los hogares, por estar hipotecadas el 29,8% de las viviendas…aunque todavía estemos lejos de alcanzar el famoso objetivo del 33% marcado por la Escuela de Chicago de Friedman, anhelado por dirigentes y empresarios criminales para mantener barata la mano de obra y sumisa a la ciudadanía, urge sin demora, revisar algunas desacertadas expresiones lingüísticas como la que encabeza estas líneas.

La exclamación “Pobre ¡sí! Pero honrado” es demasiado ambigua dado que permite colegir dos conclusiones diametralmente opuestas: superficialmente vendría a sugerir que la pobreza comporta honradez en contraposición a la riqueza siempre sospechosa en su consecución; empero, atendiendo a su estructura profunda, transmite la idea retratada en “Los miserables” de Victor Hugo de que, a la pobreza material le sobreviene la miseria espiritual de su embrutecimiento, de modo que, el sujeto profiriente de la expresión reconoce su condición de pobre, más con ánimo de diferenciarse de los de su clase continua con un “pero” que aclara que pese a ser pobre, es honrado. En cualquier caso, debe observarse que si bien parece ilógico que la pobreza conduzca a la honradez, lo contrario tiene visos de verosimilitud, o sea, que la honradez, si conduce a la pobreza.

Expresiones hermanas de la primera acepción serian sentencias populares como esa que establece “Nadie se hace rico trabajando” que induce a equívoco por cuanto está omitida del mensaje la parte que la hace sustancial, cuál es, la coletilla “Para otro” pues faltaría a la historia evolutiva del Hombre afirmar lo contrario “Nadie se hace rico trabajando para si mismo o haciendo trabajar a los demás para uno”. En términos generales, el trabajo que revierte en uno mismo enriquece al individuo o colectivo que lo ejecuta y el que se realiza para terceros, empobrece. De ahí que cuanto más se esfuerza en salir la clase trabajadora de su condición esclava metiendo horas extra, más aumenta su pobreza y cuanto más larga es su jornada laboral, menor es su nómina. Es de esta parcial observación que se concluyó que trabajando, nadie se hace rico.

El acompañamiento plañidero conformista de la segunda perspectiva apuntada lo constituirían desafortunados aforismos como “El trabajo realiza a la persona” “La riqueza no da la felicidad” “Los ricos también lloran” “No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita” y estupideces de las que hasta los Nazis se mofaron cuando colocaron a la entrada del Campo de Exterminio de Auschwitz lo de “El trabajo os hará libres”.

A Dios ¡Gracias! además de anestesistas sociales disfrazados de moralistas, contamos con humoristas que contrarrestan el daño intelectual de estas expresiones llevándolas al absurdo como por ejemplo esa que subraya que “lo malo de ser pobre es que te ocupa todo el tiempo”, si bien, “en el fondo, si tienes dinero, la pobreza no es un problema”, que se burlan de todas las anteriores.

Las clases dirigentes, conscientes de la fuerte impresión que ejerce en las masas la compensación moral a la desdicha material, la reforzó ligando el salario al trabajo libre. La medida caló tan profundamente en la muchedumbre que pasó a autoproclamarse con orgullo “clase trabajadora” – a mi me daría vergüenza – constituyéndose así el trabajo en un bien moral y material a preservar entre los pobres.

Para bien o para mal, en la tierra de pícaros que es España, la honradez abunda tanto como las ganas de trabajar, por lo que expresiones como las comentadas, aún nocivas para los individuos y nuestra comunidad, no están en capacidad de desarrollar todo su peligroso potencial entre la población, la cual en su sabiduría ancestral se ha dotado de un sistema improductivo que le garantiza por generaciones la escasez de puestos de trabajo, con lo que la expresión que nos ocupa podría entenderse mejor con unos puntos suspensivos “Pobre ¡Sí! Pero honrado…”

De las intenciones

http://www.youtube.com/watch?v=D1sErzyh1Z0

La rotundidad con que Rajoy se pronunciaba sobre un particular o con la que se dejaba de pronunciar, parece haberse también sumado a los recortes gubernamentales, por aquello de que, su autoproclamada predecibilidad, ya era vox populi, operaba a la inversa de lo deseable, o sea que, a cualquier suya afirmación, el Decodificador civil del Discurso popular (DcDp) podía traducir en negativo sacando a la luz el mensaje adecuado al entendimiento; así cuando decía ¡No subiré los impuestos! todos pudimos tener la certeza de que los subiría.

Por eso, ahora lo que toca es introducir la intención como amortiguador mental que permite al mandatario mantener un perfil agradable en las palabras frente al ciudadano sin cuidado de que los hechos contradigan sus declaraciones y las hemerotecas le avergüencen a posteriori. De esta guisa, Don Mariano ha trufado sus últimas intervenciones públicas de intencionalidad; la última tras entrevistarse con la Dama de Acero la Presidente Merkel, cuando ha salido al paso diciendo eso de que “No tengo intención de modificar el statu quo de las pensiones en este momento como tampoco lo tenía cuando llegué al poder”. Analicemos la frase que no tiene desperdicio:

Si el Presidente del Gobierno hubiera declarado a los micrófonos simplemente “No voy a modificar el status quo de las pensiones” entonces todos sabríamos con certeza gracias a su predecibilidad que precisamente haría lo contrario, o sea, que cambiará el sistema de pensiones a la baja. Pero al introducir la “intención”, el DcDp tiene dificultades técnicas para realizar la traducción simultánea adecuada provenientes del significado sincrónico que no diacrónico, que introduce la palabra, complicación de mayor envergadura que la aparición del acto perilocutivo de “la promesa” que contextualizado en un acto de cariz político remite siempre al conjunto vacio de significado permitiendo su elipsis de cara a su des encriptación del contenido general. Por si esto fuera poco, al hacer alusión a la intención presente y pasada, pero no futura, horizonte mental objeto de toda intención, la duda cartesiana se convierte en desesperación kierkegaardiana, porque enfatizar el pasado y presente dejando en el aire su posterior mantenimiento emocional en el futuro, nada bueno dice de la voluntad que la debiera acompañar, por lo que el DcDp empieza a detectar incongruencias en el mensaje siéndole muy difícil capturar el mensaje implícito que comporta tan extraño modo de hablar. Pero para eso estamos aquí…

Seguramente Rajoy que ha asistido a un seminario nocturno en la “International Draghi´s School” para pronunciarse con verdad sobre la falsedad de lo que dice, está convencido de que el temperamental pueblo español sabrá perdonarle la diferencia palmaria entre sus dichos y sus hechos por aquello de que “la intención es lo que cuenta”. Pero con lo que no cuenta el Señor Presidente, es que en el refranero hay un certero aviso que nos pone en guardia al recordarnos que “de buenas intenciones está empedrado el camino hacia el infierno y de buenas obras el del cielo” y es evidente que por aquí buenas obras, brillan por su ausencia desde mucho antes de que estallara la buebuja inmobiliaria.

La última declaración de intenciones de Don Mariano es un modo subrepticio de poner la venda antes de la herida; Su estrategia consiste en evitar las afirmaciones o negaciones rotundas así como los sospechosos silencios o desapariciones públicas del mandatario que no atreviéndose a ser sincero, busca el modo de no verse en franca contradicción entre sus actos y sus palabras. Por ejemplo, si dentro de unos meses, durante el encuentro del Real Madrid y el Barca, tras la pertinente reunión del Gabinete de Ministros se publica en el BOE la reducción de las jubilaciones, un cambio drástico en el acceso a las pensiones, etc, nadie podrá echarle en cara haber dicho lo contrario, pues nadie salvo él sabe a ciencia cierta cuál es su intención en el momento mismo de pronunciar la frase. Por consiguiente, siempre podrá exclamar eso de “Yo no quería” “Me obligaron a hacerlo” “Las circunstancias han cambiado” y demás conocidas excusas aprendidas en el patio del colegio.
Sin miedo a equivocarme estoy convencido de que Rajoy tiene intención de cambiar de intención tan pronto como su voluntad se lo permita. Y para que ustedes aprecien lo canalla de dirigirse de esta sinvergoncil impostura a la audiencia que lo atiende, baste que yo les diga que “no tengo la intención de pegarle fuego al Congreso de los Diputados y de paso a la Moncloa y la Zarzuela”, para que perciban la fuerza amenazadora de tan indigno modo de expresión.

Serendipia lingüística

Hoy Lunes, me ha dado por leer de corrido las palabras clave de presentación para que la gente recién llegada pueda hacerse una idea rápida de qué va el contenido de mi blog “Inútil Manual” por si a caso las mismas no se correspondieran con la imagen que deseo transmitir. Pues bien, ha sido al leerlas todas de un tirón, que he apreciado una sorprendente correspondencia en su orden alfabético para con las ideas que las entrelazan. Antes de proseguir, les ruego hagan ustedes mismos la prueba con la secuencia que aquí les traigo, copia literal de la que aparece en mi blog:

Alimentación, Antropología, Arte, Banca, Capitalismo, Ciencia, Consumo, Corrupción, Crisis, Democracia, Derecho, Ecología, Economía, Educación, Elecciones, Epc, Feminismo, Gobierno, Guerra, Historia, Iglesia, Impuestos, Infancia, Justicia, Lenguaje, Libertad, Manipulación, Monarquía, Muerte, Música, Paz, Pedagogía, Pobreza, Política, Publicidad, Rajoy, Razón, Religión, Resistencia, salud, Sexo, Sociedad, Terrorismo, Violencia.

Ahora parcelemos su contenido y podrán observar como las tres primeras palabras no pueden estar mejor dispuestas: el alimento que representa la satisfacción de las necesidades vitales del Hombre y el Arte que cubre su hambre y sed de espiritualidad, se hallan flanqueando la Antropología por aquello de que “No sólo de pan vive el hombre”; Proseguimos con “Banca y Capitalismo” que no precisan de mayor comentario respecto a su ligazón; Como tampoco precisan explicación la relación entre los dos siguientes términos “ciencia y consumo” o la “crisis con la corrupción” o “Democracia y Derecho”; Sin embargo si merece comentario que “Ecología y Economía” vayan de la mano en la cadena, pues no es casual que ambas palabras empiecen con “Eco” que remite etimológicamente a “Casa” así como cada vez se vea más interrelación entre la una y la otra disciplina en el desarrollo humano y su repercusión en el medio ambiente y a la inversa; También es curiosa la coincidencia entre “Educación, Elecciones y EpC” sabido lo importante que es el dominio de la educación en la prefiguración futura de la mentalidad de los votantes; Obviado el término “Feminismo”, a continuación llega otro trio bien reconocible cuál es, “ Gobierno, Guerra e Historia” que a nadie escapa están del todo asociados en los acontecimientos; como está de actualidad la relación de la “Iglesia con los Impuestos” que son las dos voces siguientes; Tras ellas, sucede un hecho bien distinto, por primera vez en la secuencia aparecen dos términos concomitantes difícil de casar entre si como son “Infancia con Justicia” y no me digan ustedes que no representa ello la realidad; Tras este paréntesis negativo vuelve con fuerza otro trio representado por “Lenguaje, Libertad y Manipulación” que nos habla de la relación existente entre el lenguaje, la manipulación y el concepto que tengamos de libertad; Luego “Monarquía y Muerte” van una tras la otra como ha sido en la historia y a lo mejor va siendo hora de que desaparezca la monarquía como forma institucional; “Música, Paz y Pedagogía” nos remite al dicho conocido de “La música amansa a las fieras” y a que por medio de la revolución pedagógica se podrá llegar a la paz mundial; Un cuarteto de palabras “Pobreza Política Publicidad Rajoy” nos habla de que hoy en día el discurso político en poco se diferencia en contenido pobre de significado del de la publicidad, y es casualidad que salga Rajoy a relucir”; Por su parte el trio de erres “Razón Religión, Resistencia” vendría a sugerir que la religión tiene razones para resistir entre nosotros o que pese a la pugna aparente de ambas, razón y religión resisten mientras estén una junto a la otra; También es casualidad que al lado de la religión la siguiente terna “Salud, Sexo, Sociedad” ponga de relieve lo saludable que es para la sociedad el sexo; Por último, “Terrorismo y Violencia” culminan el cúmulo de coincidencias.
Esta increíble concatenación de casualidades y coincidencia ha adquirido para mi el rango de serendipia lingüística que por si sola me hace sospechar que hay algo en el vocabulario que de modo inconsciente nos hace ir de unos conceptos a otros hasta el punto de acuñarlos vecinos alfabéticamente para tenerlos bien ordenados en nuestra mente.

¡Que se jodan!

Tras la supresión de el Debate de la Nación, fuente inagotable de anécdotas que en cascada excitan las musas de tertulianos y articulistas capaces de realizar la debida traducción simultánea del castellano inculto de sus Señorías al lenguaje coloquial de sus parroquias respectivas, las cuales a su vez se convierten ellas mismas en objeto de la debida exégesis, réplica y contra réplica, aparte de matizaciones y desmentidos a lo largo del verano, como que quien les habla, bajó la guardia en las postrimerías del presente curso por entender que la Casta Parasitaria, en esta ocasión, no estaba por la labor de ofrecernos material con el que recrearnos, cual canto de cigarra en tiempo estival.

Así de confiado, ¡yo! que me despierto y duermo oyendo el parte de guerra en la radio, ¡yo! que leo todos los días los periódicos durante el desayuno, ¡yo! que como viendo el tontodiario, ¡yo! que me meto en internet al objeto de buscar por mi cuanta la información que se nos filtra en los medios de manipulación, ¡yo! ¡Precisamente yo! me voy cuatro días de vacaciones al hermoso valle de Benasque para desconectar en medio de la naturaleza de tanta inmundicia y ¡Zas! La chusma del Congreso aprovecha el descuido para editar durante mi breve ausencia la que está llamada a ser una de las mejores perlas proferida por gentuza alguna en tan deshonroso lugar. Y es que ¡no se les puede dejar solos!

El genial Alex Grijelmo en una de sus formidables obras, no recuerdo en cual, expuso con la claridad que le caracteriza lo que muchos de nosotros pensamos sobre tan extraña expresión como es “¡Que te jodan!” porque bien entendido es un placer, de no ser, que lo que se quiera decir sea “Que te jodan contra tu voluntad” en cuyo caso, lo suyo sería sustituir la expresión por “¡Que te violen!” tanto es así, que todavía resuena en mis oídos con agrado aquella canción picarona de “Las cabras de María” donde los chicos a un lado de la mesa al unísono exclamábamos “ ¡María! Como se escapen las cabras, subo y te jodo” y ellas desde el otro lado respondían a coro sin el más mínimo rubor “ ¡Ojala! Se escapen todas, para que subas y me jodas” cuya continuación no me atrevo a reproducir, no por miedo a la SGAE, cuanto porque espante al magnánimo censor de esta sección, que enfermo le tengo al pobre con los sustos que le doy. Aunque esta vez, no por causa mía.

Es en este sentido que imprime magistralmente el autor de “El genio de la lengua” o “La seducción de las palabras” que deseo fervientemente ¡que se joda! ¡pero bien jodida! a su Señoría la Congresista Andrea Fabra; Porque a mi parecer, esta individua, no debe acudir a su trabajo como Dios manda, o sea ¡Bien follada! para proferir desde su escaño ante las cámaras para toda España un ¡Que se jodan! cuyo inequívoco significado no es, lamentablemente, el por mi referido hacia su persona, sino aquel que se denuncia por inapropiado y que dicho en finolis algunos lo sustituyen por ¡Que se chinchen! o ¡Que se fastidien!

Si la malfollada hubiera abierto los brazos y los hubiera alzado al cielo al modo en como encomendaban su virginidad las sacerdotisas romanas conocidas como Vestales, seguramente las conciencias liberales del país entre las que me cuento, estaríamos alabando su intervención, por cuanto la gente está muy necesitada de joderse entre sí con el poco tiempo que resta para la conciliación familiar – y menos que va a quedar ahora que vamos a tener que trabajar y hacer las compras los días de descanso – y las pocas ganas que les quedan a quienes deben reservar sus energías para sobrevivir con la pensión, la prestación o en el muy jodido paro.

Pero no ha sido el caso. La muy jodida, puso cara de desprecio en el momento de gritar “¡Que se jodan!” dirigido sin lugar a dudas a esos parados que se quedan sin prestación, “¡Que se jodan!” a los funcionarios que ven esfumarse los días de libre disposición y la paga extra de Navidad, “¡Que se jodan!” a los jubilados que se les reduce de nuevo su pensión, “¡Que se jodan!” a los familiares de personas dependientes que ven eliminadas las ayudas, “¡Que se jodan!” los enfermos crónicos que han de pagar de nuevo las medicinas, “¡Que se jodan!” los transportistas que habrán de abonar en breve los peajes de las autovías construidas con nuestros impuestos, “¡Que se jodan!” los hijos de los asalariados en aulas hacinadas por reducir las plantillas docentes en Colegios e institutos públicos, “¡Que se jodan!” en definitiva todos los ciudadanos que desde el primero al último habrán de dedicar más de un quinto de su sueldo a pagar el IVA de los productos que diariamente necesita para subsistir. “¡Que se jodan!” “¡Que se jodan!” “¡Que se jodan!”

Llegados aquí, viene como anillo al dedo aquella sabia reacción de Don Camilo cuando tras ser amonestado durante una sesión del Senado por estar dormido, precisó que “No estoy dormido. Estoy durmiendo. Porque no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo” pues es evidente que mientras el pueblo está muy jodido, Congresista como Andrea Fabra, lo están jodiendo.

Mater tua mala burra est

En este país que oposita para tonto, actualmente el Latín es una materia opcional para los estudiantes de 4º de la ESO mientras la repugnante lengua inglesa que nos prepara para ejercer de criados, se imparte ya desde los tres años. ¡Así nos va! Algo habrán notado al respecto en el Misterio de Educación, cuando están meditando seriamente reimplantar su docencia obligatoria en la mal llamada “Enseñanzas Medias” por quedarle mejor lo de “Enseñanza a medias” aunque mucho me temo sea ad calendas grecas, o sea, sine die.

El aprendizaje del Latín, además de servir de excusa para vehicular conocimientos básicos de nuestra cultura clásica por medio de la traducción de textos de autores como Cesar, Virgilio o Cicerón y poder entender mejor la trama de los Asterix, ayuda no poco, al ulterior estudio de otras bellas lenguas como el portugués, el francés, el catalán, el italiano, el rumano o el mismísimo alemán, sin necesidad de meter más energía que la de tener presente una misma base léxica común a la que aplicar tres reglas fonéticas de transformación. Por eso, es una pena que la Santa Madre Iglesia haya enclaustrado su uso en el Vaticano, en vez de ofrecérsela a la Comunidad Europea como el mejor nexo de unión cuando se firmara a mediados del siglo pasado precisamente el Tratado de Roma. Porque vivimos una época en la que no caben vacilaciones y es más que probable que Occidente, entregado como está a la barbarie de la hamburguesa y el inglés, no sobrevivirá a la lenta pero implacable extensión de la mancha amarilla oriental. Sólo la pizza mediterránea y una lengua bien trabada como el Latín, estarían en condiciones de mirar de tú a tú sin complejos al arroz frito tres delicias y a una lengua tan bella y milenaria como el chino.

Prima facie, hemos de felicitar al alma mater rara avis que motu proprio ¡deo gratias! ex profeso groso modo in extremis considera habeas corpus stricto sensu per se el Latín conditio sine qua non para formar mens sana in corpore sano. No es baladí sin embargo preguntar Quo Vadis?

In ille tempore, in situ, es posible que hubiera quórum ad hoc porque era factible una especie de quid pro quo entre el esfuerzo de su estudio y el rendimiento social obtenido, pero es vox populi que al respecto alea jacta est! Porque el estudiante sui generis español prefiere el carpe diem que le ofrece la clasecita de inglés con música de los Beatles – quién sabe si con los recortes ya es de Macaco – al cogito ergo sum que le proporciona la lengua de Tito Livio, de modo que a priori, su propuesta será contemplada como casus belli por el auditórium que a buen seguro le declarará persona non grata y todo consummatum est.

Mejor así, que volver a dar motivos para la antología del disparate como fueron los célebres casos de “Caesar mandavit enemici ab porto Ostiae” cuya traducción libre fue “El César de una ostia arrojó a los enemigos del
puerto, y la todavía menos excusable “Ave Caesar, morituri te salutant.” cuya auténtica traición a manos del alumno fue “Las aves del César morían por falta de salud.” En cualquier caso, siempre podremos decirle al Presidente del Gobierno eso de “Mater tua mala burra est” sin miedo a una querella del fiscal. Aunque por si las moscas, yo no me atrevería con la Familia Real, que a la vista está, saben latín.