Lo “Absoluto” como adjetivo o sustantivo, tiene que ver con la completud de lo inteligible, plenitud espacio-temporal de infinitud y eternidad, totalidad sustancial, éxtasis emotivo-sensorial, culminación del desarrollo y con cuantas nociones declaren tomar el asunto del que se trate como un Todo, sin dejar nada suelto, interpretación plausible desprendida de su etimología latina; No obstante, cabe también considerarlo en su original uso de Participio del verbo “Absolvere” en cuyo caso, permite traducirlo como “Libre de toda sujeción, independiente de toda limitación”.
Efectivamente, la Mayoría democrática sólo puede ser “Absoluta” en este sentido de Independiente, por cuanto se opone a aquella otra “Mayoría Relativa” requerida de apoyos externos para sacar adelante la legislatura, pues, por muy mayoritaria que sea una elección en Democracia, la unanimidad capaz de garantizar el monopolio político al que aspira todo Partido que se precie, en poco se diferenciaría de un Absolutismo Totalitario de corte Fascista o Comunista – que no digo yo que sean malos. Sin embargo, tan sutil frontera no parece suficiente para coartar al Mandatario llamado a ser Caudillo de su Pueblo en tiempos de zozobra, donde la decisión del Tirano es acogida con alivio por las masas asustadas cuyo silencio aclama las medidas que se están tomando “por su bien” en la más oscura de las pedagogías posibles de Alice Miller.
Con todo, aun cuando la Mayoría fuera Absoluta para ejercer sin miramientos durante cuatro largos años el dispongo y mando sin dar pie a la más mínima objeción en la calle por cuanto se supone hay un Parlamento, ni el menor caso a la Oposición en el Parlamento, por cuanto la calle ya se pronunciara en las urnas, existe la posibilidad de cometer el mayor absoluto de los errores en la tarea de Gobierno, por lo que es preciso blindarse de cara a no ser linchados en plaza pública por la misma plebe por cuyo bien declaraban entre sonrisas estar trabajando.
Es por ello, que el Presidente del Gobierno, Don Mariano Rajoy, entiende la “Mayoría Absoluta” en su acepción más refinada, cuál es, aquella que incorpora la idea de “Absuelta, libre de toda culpa o responsabilidad”. De ahí, que nada más coger los bártulos hablara de la herencia recibida, y ahora, pasado un año de su mandato, no deja de referirse a Europa, Merkel, los mercados y hasta a los italianos, como posibles actores de sus decisiones de subir los impuestos, decretar los recortes, no subir las pensiones…
Mas, la comunidad de los hablantes, dueños de la lengua, mal que le pese a la RAE, ha sido capaz de imprimir otro sentido a la expresión Tardofranquista de “Mayoría Absoluta” ante la desfachatez mostrada por tan frágil Absolutismo escudado en el pueril ¡Yo no he sido! pues, no encuentro mejor modo de etiquetar la respuesta civil que está cosechando el Gobierno de Rajoy en todos los ámbitos de la sociedad donde intenta imponernos sus criterios sin debate ni haber figurado en el programa con el que el PP se presentara a las elecciones: en Educación con todas las Asociaciones de Madres, Profesores, Alumnos e incluso Rectores, en contra de los planes del Ministerio de Wert; en Sanidad con médicos y pacientes unidos en defensa de la red pública sanitaria contra los intentos del PP por privatizarla; en Justicia con Jueces, abogados, fiscales y los propios reos porque no les dejan en pie de guerra contra el Ministro Gallardón…que el de Mayoría Absoluta.
Esta otra Mayoría Absoluta social, resulta mucho más mayoritaria y absoluta que la de Rajoy en el Parlamento. Integrada por pensionistas a los que se les ha escamoteado de media 400 euros anuales, discapacitados a quienes se les ha quitado de un plumazo las prestaciones, seis millones de parados que no ven cerca la solución prometida, funcionarios sin extra de Navidad, y hasta las víctimas del terrorismo, etc, no puede ser obviada por más tiempo, aunque ello le suponga al Presidente aceptar el Despotismo Frustrado.