nuevo saludo Navideño: ¡Para ti!

Pertenezco a ese, cada vez más amplio, sector de la población que preferiría ver eliminados del calendario los días comprendidos entre el 23 de diciembre y el 7 de enero y a cuantos durante estas odiosas fechas se nos pone en un brete al felicitarnos la navidad, las fiestas, el año nuevo, deseándonos felicidad, prosperidad y que lo pasemos bien, pues se nos sitúa ante la tesitura de tener que sacar fuerzas de flaqueza para corresponder hipócritamente a tan desbordante alegría del interlocutor como corresponde, aunque ello suponga clavarnos una aguja en el corazón o ser enormemente sinceros vomitándoles a la primera de cambio cuanto pensamos sobre el asunto, opción esta nada adecuada, por cuanto las personas ignorantes de nuestro padecimiento que con toda su buena voluntad así se nos dirigen, nada malo han hecho como para que les amarguemos su alegría con nuestras tribulaciones. De este modo, el único modo de escapar a los dos extremos hasta ahora, ha sido utilizar como saludo los lacónicos “lo mismo digo” o “igualmente”, que devuelven a la otra persona lo que te ha dado, sin revelarle tu recóndito secreto y menos aún, sin mentirle, pues cierto es que, si bien nosotros no podemos ser felices precisamente estos asquerosos días, no es menos cierto que, sí deseamos la felicidad del resto y que gocen por todos nosotros.

Por supuesto, cuando un niño se nos dirige deseándonos ¡Feliz Navidad! no somos quienes para desacelerarles su ilusión, ya se ocuparan sus padres, la escuela, el trabajo y la vida, de que deseen no haber nacido y no va excesivamente contra nuestro principio moral de no colaborar con la farsa, no descubrir el engaño a personitas que todavía confunden fantasía con realidad. Sin embargo, entre los adultos ya podemos empezar a discernir entre felices e infelices que te desean felicidad. A los infelices de nada sirve andarse con florituras modales, pues los pobres no se enteran de la fiesta; En cambio, a las personas felices que te desean felicidad, a ellos sí se les puede ir desvelando tu drama interior para que en lo sucesivo se ahorren desearte explícitamente ¡Feliz Navidad!, pues si son personas felices de verdad, evitaran ahondar en tu sufrimiento íntimo.

Cuando una persona le responde a otra “Igualmente” le está diciendo que “de igual…¡nada!” La asimetría que media entre “ ¡Feliz Navidad! y ¡Próspero Año Nuevo! y el escueto ¡Igualmente!, debería evidenciar que al interlocutor no le interesa demasiado el asunto, casi, casi, podría traducirse como ¡métetelas donde te quepa!. Si ustedes como yo, participan de la idea de que para ser feliz es necesario ser inteligente, lo lógico es que las inteligencias empaticen entre si para entenderse y sobreentenderse sin necesidad de explicitar verdades que puedan molestar, evitando con ello dolorosas hipocresías y dañinas sinceridades, pues dado que la situación es falsa en su totalidad, nada puede evitar el error de partida y en ocasiones puede resultar más correcto corresponder a un error con otro error, en lugar de corregirlo, pues esta es una de las veces en que como dice el refrán, el remedio es peor que la enfermedad.

Ahora bien, tras varios años sin celebrar la Navidad y respondiendo a adultos felices e infelices un lacónico “igualmente”, he comprobado que la situación no tiene remedio desde mi perspectiva individual y aunque socialmente detecto con alborozo como cada vez hay menos adornos navideños y las salutaciones a nivel personal disminuyen considerablemente, todavía hay empecinados que se resisten a comprender y entender que algunos como yo ¡odiamos la navidad!, y con los años hemos empezado a generar animadversión hacia quienes periódicamente revuelven sin pudor en nuestras íntimas contradicciones. Me estoy refiriendo a esas malas compañías como Coca Cola, Campsa, BBVA, La Caixa, Iberdrola, o los distintos mandatarios…, que con recochineo nos tratan como a niños durante casi mes y medio después de habernos chuleado durante todo el año como a tontos, en todos sus anuncios nos desean ¡Felices Fiestas! o lo que es peor, interrumpen nuestro mayor tesoro cuál es, la paz y la tranquilidad de nuestras casas, enviándonos horribles postales en las que dicen desearnos ¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!, ante lo que solo me cabe exclamar ¡Para vosotros! ¡Malditos!. Y va a ser verdad eso de que no hay mal que por bien no venga, porque, de esta exclamación dirigida a las malas compañías he resuelto el problema antes apuntado.

Como he dicho, no está bien incordiar a la gente con tus melancolías, hipocondrías, angustias existenciales, si no te dan pie para ello. Claro que, si ello supone tener que soportar una tortura continúa, bien estaría que los causantes de tu sufrimiento mental no se les evitasen oir y ver tus padecimientos, ya que soplar y sorber no puede ser. Las débiles sutilezas de la respuesta “igualmente” parecen del todo insuficientes como estímulo para hacer mella en una sensibilidad inflacionaria que requiere una mayor dosis de explicitación en la indirecta. Hasta hace unos días, que me salió del alma, exclamar eso de ¡para vosotros! ¡malditos! ante un letrero luminoso de El Corte Inglés, no daba con la fórmula exacta para hacerme entender sin cruzar esa frontera moral de no abrir los ojos y los oídos a quién los tiene cerrados o desea mantenerlos así, que no hay más ciego que el que no quiere ver y sordo que el que no quiere oír. Pero ahora, creo que he hallado una respuesta adecuada a tal menester, que ya he ensayado con probado éxito, cuál es, a la típica ¡Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo! responder un contundente ¡Para ti!. Ante el que sólo los más infelices de entre los infelices, queda indiferente dándome ocasión con su extrañeza y requerimientos explicativos de darle a conocer lo que realmente pienso de la Feliz Navidad y del Próspero Año Nuevo.

Siete estratagemas para evitar la Navidad

Llevo casi toda mi vida procurando evitar las Navidades por el profundo daño emocional que me producen y el que puedo llegar a ocasionar a otras personas con mi comportamiento asocial durante este aberrante periodo del año. Por ello, me considero todo un experto en la materia y creo poder servir con mi experiencia a cuantos a semejanza mía, desean pasar estos días como los de Semana Santa, o sea, ¡sin pena ni gloria! sin sentir otra cosa más allá de lo que pueda ofrecernos unos momentos de asueto y jolgorio colectivo como los que nos aportan por ejemplo el Puente de la Constitución, que ni nos llena de gozo por dotarnos de un texto de Derecho-ficción, ni nos embarga una sensación de enorme angustia por ver diariamente incumplidos sus artículos y disposiciones. Pues bien, a continuación les presento mis siete mejores estratagemas para evitar la Navidad de forma incruenta, al margen de otras fórmulas más estrambóticas, como montar el pitote durante comidas y cenas al objeto de que infructuosamente no te inviten al año siguiente, acudir borracho a la Noche Buena, romper la vajilla de la abuela el día de año nuevo, llegar tarde a la cena de Noche Vieja, hablar de la muerte y otros problemas existenciales a los mayores, revelar la verdad a los pequeños de la casa sobre los Reyes Magos…

Primera estratagema, trabajar mucho esos días: decía mi profesor de textos Apocalípticos, Jáuregui, que “lo contrario de una verdad profunda, a veces, puede ser otra verdad profunda”, reflexión de la que extraje que es posible combatir un gran error con otro gran error, máxime cuando la lógica formal nos permite deducir del condicional, verdad de la falsedad. Así, para rebajar los nocivos efectos de la Navidad, nada mejor para los espíritus vagos y perezosos como el mío, que trabajar a destajo durante estos días como no se ha hecho en todo el año. Ello requiere de planificación desde el verano, hablando con los amigos para que te cedan sus horas extras esas jornadas y ofrecerte al jefe para hacer los turnos de noche en las fechas señaladas, por supuesto sin que lo sepa tu familia para poder presentarte ante ellos afligido por la circunstancia y recibir todo el amor misericordioso del que son capaces; Mas, si usted como yo, no tiene la suerte de tener jefes a los que poder echar la culpa de su ausencia, entonces, ha de aplazar el máximo de compromisos laborales o tareas domesticas para llenar todas las horas de su agenda entre el 23 de diciembre y el 7 de enero. De este modo, el estrés hiperactivo, no deja hueco al estrés navideño y usted podrá reducir los estúpidos tiempos de felicidad y prosperidad colectiva a su mínima expresión, entiéndase, la justa duración de las comidas y cenas programadas en el calendario. Además, ello le proporcionará un esplendido tema de conversación continuo sobre lo que tiene pendiente, por estar allí presente, de modo que si lo desea, podrá abandonar la mesa con la escusa de tener que hablar por el móvil para atender cualquier asunto urgente.

Segunda estratagema, irse de vacaciones a un lugar exótico no cristiano: cuando me enteré que varios escritores como Goytisolo tienen su residencia habitual en países musulmanes, descubrí la posibilidad de escapar por completo a la radiación navideña precisamente yéndome de vacaciones a lugares donde no se celebra esta fiesta. Esto era fácil de conseguir hace 25 años, cuando los vuelos eran caros y no estaba de moda escapar de la Navidad. Ahora, si se opta por esta segunda estratagema, se ha de poner mucho cuidado también en que el lugar escogido, a parte de ser no cristiano, no albergue una nutrida presencia de turistas de esta religión que puedan amargarte tu estancia, como sucede en el Estado Judío de Israel.

Tercera estratagema, retirarse a una zona de sol y playa: muy relacionada con la anterior, sin embargo, irse de fiesta a un lugar de sol y playa, posibilita diluir el espíritu navideño entre la arena y las altas temperaturas sin necesidad de abandonar el marco de referencia cristiano, dato no baladí, tal y como están las cosas fuera de Occidente donde cualquiera de nosotros, puede hacer de pavo de acción de gracias en manos de Al Qaeda. Las Navidades menos infelices que he pasado en mi vida han sido en las Islas Canarias, donde entre flotadores, sombrillas y hoteles de cinco estrellas, nada me recordaba la típica postal de este periodo invernal, sin abetos nevados, ni trineos, bufandas, renos, etc. Por supuesto, esta estrategia es del todo estéril para quienes viven en zonas cálidas y detestan la Navidad. A esta pobre gente, en cualquier caso, le puede venir bien cambiar de entorno, donde nada le recuerde que es Navidad. A tal efecto, ingresar en un asilo o si lo prefiere cometer algún delito para pasar la noche en un calabozo municipal, puede ser una buena opción.

Cuarta estratagema, entregarse a los demás: una de las formas de desbaratar un argumento falaz, es reduciéndolo al absurdo. Hete aquí que, una forma infalible de combatir la Navidad que rezuma solidaridad, amor y felicidad, consiste en dedicar todo tu tiempo del 23 de diciembre al 7 de enero a tareas humanitarias, ayuda a los pobres y socorro de marginados, indigentes y necesitados. Con la coartada de ser solidario, puedes evitar a los seres que más te hacen sufrir en esta vida, porque tienes que pasar la noche dando de comer a los mendigos o recogiendo de las calles a la noche a los pordioseros de los pordioseros para que no se mueran de frío ¡eso es lo que Jesús hubiera querido!. Esta cuarta estratagema, a diferencia de las anteriores que requieren de colaboración externa en el caso laboral o disponer de cierto capital para poder viajar, siempre está a disposición de uno en la medida que lo desee, pues siempre hay gente que está en la miseria material y a los que uno puede salir a ayudar desde las 6 de la mañana con un termo de café y bizcochos, hasta las 12 de la noche con un caldo y mantas. ¡La escusa perfecta para no ser feliz a la fuerza!. Si la primera estratagema te permitía hacerte el victima, la segunda y tercera elevarte al rango de viajero trotamundos y dar envidia a los demás, esta cuarta estratagema, te permite pasar por bueno y solidario, por lo que nadie te reprochará no pasar las navidades con ellos.

Quinta estratagema, vivir espiritualmente la Navidad: aunque tu sepas que lo que verdaderamente se festeja en la Navidad es el Solsticio de Invierno o el nacimiento del Sol, la renovación de la naturaleza, Mitra, y un largo etcétera mitológico, ¡cállatelo! y aprovecha su ignorancia para animarles a todos a festejar la Navidad de forma religiosa y espiritual. Ello consistiría en pasar esos días lo más silenciosamente posible, orando y rezando a todas horas, al despertar, antes y después de desayunar, antes y después de comer, antes y después de merendar, antes y después de cenar y antes de dormir, agradeciendo estar todos juntos, acordándote de los seres queridos fallecidos, pidiendo por los pobres que no tienen donde cobijarse ni de comer, a quienes no se debe ofender con copiosos banquetes y excesivos manjares, por lo que durante esas fechas debe primar el ascetismo culinario, pues el Niño Dios lloraría de pena de saber que somos capaces de tanto derroche con tanta miseria a nuestro alrededor. Evidentemente nadie a tu alrededor querrá festejar así la Navidad y tu tendrás la tapadera perfecta para vivir esas señaladas fechas en un retiro espiritual sincero, en algún paraje bucólico como el Monasterio de Silos o el de La Oliva.

Sexta estratagema, ponerse enfermo: en Invierno, es fácil los días previos a la Navidad, mientras los medios de comunicación no paran de dar la lata para que consumamos, coger algún resfriado o el virus de la gripe. Normalmente procuramos evitarlo en lo posible, pero a partir del día de la lotería, usted pude salir a la calle más descamisado que de costumbre o cumplir con el mandato cristiano de acompañar a los enfermos para ver si pilla la gripe y le tiene en cama al menos semana y media. Esta fórmula, no siempre funciona, por lo que, en más de una ocasión, es necesario saber fingirla adecuadamente para espantar a parientes y amigos plastas que deseen visitarte durante estos días. En casos extremos en los que usted corra el riesgo de verse encamado, rodeado de su familia todo el día y para colmo apartado de probar exquisitos bocados, siendo en su caso así peor la enfermedad que el remedio, le aconsejo ir a urgencias un viernes a la tarde, que por bueno que esté, no le darán el alta hasta el lunes por la mañana.

Séptima y última estratagema, rebajar al máximo tus deseos y expectativas de felicidad: El estoicismo es posible que no ayudara mucho al progreso de hominización, pero sí ha hecho mucho por la humanización del Hombre al abrirnos una salida por defecto a nuestras limitaciones. Así, el enorme disgusto que sentimos al intuir la gran brecha que separa nuestros deseos de felicidad de nuestras experiencias cotidianas, podemos evitarlo en parte, rebajando nuestros anhelos existenciales y resolviendo nuestras abstractas voliciones en áreas más concretas a las que dirigir nuestra intención. De este modo, en vez de desear ¡Feliz Navidad! Y ¡Próspero Año Nuevo! uno puede conformarse con tener algo de ¡Paz y Tranquilidad! Eso es lo que yo he buscado durante toda mi vida sin conseguirlo…Por eso, ahora me contento con desear estos días ¡Comer mucho! Y ¡Engordar poco! Lo de ser feliz…se lo dejo a otros.

Ego te absolvo

[Por los poderes que se me han confiado, siendo como soy desde el bautismo Cristiano, Católico, Apostólico y Romano, en ausencia de Sacerdotes autorizados que se entreguen a la tarea de ejercer el Magisterio y transmitir los Santos Sacramentos desde una óptica abierta y social, ocupados como están en practicarlo a escondidas en los confesionarios a modo particular reservando a las élites sus beneficiosos efectos salvíficos, cuando para sermonearnos y condenarnos por nuestros pecados públicamente desde los púlpitos y los medios de comunicación no tienen reparos…Yo, Nicola, paso a otorgaros mi perdón urbi et orbe.

A ti, padre, que al tanto de la mala calidad de la enseñanza has resuelto educar a tu hijo en casa pese a tener que aguantar las múltiples amenazas gubernamentales recibidas, los reproches de vecinos y compañeros, y las propias dudas que puedas albergar sobre si estás o no, en lo correcto, ego te absolvo.

A ti, pequeño comerciante, que por elegir ser autónomo, ves como te arruinan a impuestos mientras a otros les dan subvenciones y subsidios, has empezado a defraudar a Hacienda para poder subsistir, ego te absolvo.

A ti, empleado de hostelería que te pasas las horas junto a la plancha, de pies respirando los malos humos de la chusma sin educación que te trata a patada limpia, soportando a un jefe explotador que te niega días de descanso aprovechándose de tu condición ilegal, si has comenzado a desahogarte escupiendo en los cafés, mayonesa y hamburguesas y a sabotear los baños atuzándolos para así darles su merecido a quienes te tratan mal y de paso espantarle la clientela al amo, ego te absolvo.

A ti, obrero de la construcción, de fábrica o dependiente de grandes almacenes, que trabajas a destajo por horas, por un sueldo miserable, con un contrato basura en el mejor de los casos, si has empezado a sustraer piezas de la obra, material y maquinaria del taller o marcancia de los estantes, al objeto de trapichear con ello en el mercado paralelo familiar o del vecindario para cumplimentar lo que te escamotea la empresa en tu trabajo, ego te absolvo.

A ti, que por necesidad sea fruto del vicio o de la miseria en la que vives tu y los tuyos, te has visto obligada a prostituir tu cuerpo teniendo que soportar múltiples humillaciones públicas y privadas a manos de individuos e instituciones que te señalan como puta, cuando todo el resto prostituyen sus almas y en cambio pasan por grandes y respetables personas, ego te absolvo.

A ti, que en su día luchaste por la democracia, confiaste en las instituciones, votaste a los partidos y por ver ahora como todos esos instrumentos en vez de ayudar al pueblo le someten como haría la peor de las dictaduras, has optado por desentenderte de los asuntos sociales en un aparente pasotismo en lugar de trabajar por un militante abstencionismo o transformarte en un activista antisistema, ego te absolvo.

A ti, que has comprendido y aceptado que no hay más derecho que el que te puedes procurar por tus propios medios, y que harto de ver como pagan justos por pecadores en un sistema donde se condena la verdad y la mentira es constantemente premiada por los tribunales que se muestran más garantes con los delincuentes que con los buenos ciudadanos, finalmente te has tomado la justicia por tu mano, ego te absolvo.

A ti, que sabes que no existe otra propiedad que la que seas capaz de mantener, arrebatar o defender de los demás y que has empezado a robar para poder llegar a fin de mes, dar de comer a tu familia, pagar la hipoteca, garantizar a tus hijos un buen futuro, salud, educación, vacaciones y demás cosas que desea un buen padre para los suyos, ego te absolvo.

A ti, mujer, que habiendo sido humillada durante años dentro y fuera de tu casa, desamparada por unas Instituciones escrupulosamente garantes con vuestras asesinas parejas, has empezado a organizarte en brigadas femeninas de prevención del maltrato apaleando a presuntos maltratadores habituales cortándoles de cuajo los cojones, ego te absolvo.

A ti, que tras décadas de sangre, sudor y lágrimas a los cincuenta te ves en el paro, sin posibilidades de subsistencia, muerto de asco, con una cédula judicial de desahucio por embargo bancario al no haber podido hacer frente las últimas letras de la hipoteca, has decidido suicidarte en compañía del juez y el director de la sucursal, ego te absolvo.

A ti, que por desgracia ahora sabes que con la muerte de tu hijo, sea esta en carretera, por envenenamiento alimenticio continuado, en los centros de producción, etc, otros se lucran pudiéndolo evitar, has tomado la decisión de enviarles tu sufrimiento en forma de paquetes bomba a sus despachos y hogares para que les llegue por una vez toda tu angustia, temor, dolor y pena, ego te absolvo.

Y finalmente a ti, que tras muchos disgustos y frustraciones, tras combatir el Mal, viéndote abandonado, solo y traicionado por aquellos a los que deseabas defender, has perdido la fe en ti, en el Hombre, en el Mundo y en Dios, has terminado sucumbiendo a la corrupción que tanto odiabas, entregándote al pecado que aborrecías, convencido de que todos los demás hacen lo mismo, también ego te absolvo a peccatis tuis in nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti

Papa sin/con Don

http://www.youtube.com/watch?v=oNcEeL15jkc

Para ser una Institución que se anuncia como depositaria y transmisora de los Dones divinos espirituales, labrándose un buen mundanal terruño gracias a la Donación de Constantino, no deja de sorprender que, hasta hace unos días, a su máximo representante sólo se le pudiera mencionar por su nombre de pila acompañado de un número, práctica que suponemos remitía a la más humilde tradición iniciada por Jesús como aquella otra de lavar los pies una vez al año emulando la estampa recogida en los evangelios. Con todo, la costumbre no dejaba de extrañar cuando a cualquier cura de pueblo no le empachaba en absoluto que la feligresía usara con Don su nombre para mostrarle respeto; Bastaría recordar la famosa novela de Giovanni Guareschi Don Camilo para comprobar lo extendido del tratamiento.
No obstante, no sé hasta que punto es bueno para la figura del Papado a estas alturas, cambiarnos a todos el paso animándonos a usar con Don su Santo nombre asemejándolo con ello al tratamiento que pudiera recibir cualquier bachiller u hombre portador de corbata. Porque, guiados por el Espíritu Santo, sin pretenderlo, la humildad demostrada durante siglos por los Papas al permitir que la gente llana piense en ellos sólo por su austero nombre al modo en que se dirigirían a un hombre de campo, mientras para las más altas personalidades con las que a diario debía tratar disponía de un complejo protocolo al objeto de que pudieran mostrarse aunque sólo fuera una vez humildes, como la de hacerles besar la zapatilla a los Príncipes o como acabamos de enterarnos por los medios de comunicación durante su reciente visita, la de prohibirles vestir de tal o cual color ante su presencia a las más altos representantes de la Nobleza europea…ha conseguido dos efectos muy provechosos en las Almas católicas, a saber: primero que con lo grande que es la Santa Madre Iglesia, nadie se sienta sólo en su interior, pues en su intimidad reproduce alegóricamente la Santísima Trinidad de la conciencia de su Yo, el Amor de Jesús y la cercanía del Papa de turno y segundo, que al ser el único gran dignatario al que se le puede llamar por su nombre de pila simbólico, su sencillez lejos de degradar su condición, le eleva sobre aquellos que se hacen prologar de Excelencias, Altezas o Majestades.
Por todo lo anterior, yo recelo de usar con Don el nombre del Papa, porque miren por donde, Benedicto, está bien dicho y me parecería fatal que Benedicto XVI que está colmado de Dones como el de la Fe o la Infalibilidad, nos obligara a usar con Don al tener tratos con su persona. Igual de mal que me sentaría enterarme de que el cuerpo de Cristo ha sido mancillado durante la Transustanciación con Don Simón. Pues, si como dicen Doctores tiene la Iglesia, de usar con Don está sobrada.

Nuevo Credo Universal

http://www.youtube.com/watch?v=rkRIbUT6u7Q

Creo en el Dinero, Caballero Todopoderoso, Creador del negocio y el comercio. Creo en el Mercado, su único Hijo,
Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia
del capital, nació del liberalismo Virgen;
padeció bajo el poder Comunista, fue prohibido, muerto y vilipendiado, descendió a los infiernos de la Socialdemocracia                      resucitó de entre la inflación, subió a Wall Street
y está sentado a la derecha del Gobierno,
 USA todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar
a los vivos y a los muertos.
Creo en la ONU, la UNESCO, en la Cruz Roja, en su fiel valedora la OTAN, en la buena voluntad de las Oenegés y en los proyectos I+D+i

Creo en el Trabajo remunerado, los tipos bajos de interés, la santa Banca, la comunión de las democracias, el perdón de la Deuda Externa, la resurrección de los mercados y el consumo eterno. Amén.


(Reflexiona cada línea
para conocer a Dios y tu fe )