Off the record

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La propuesta de prohibir la grabación de imágenes de miembros de las Fuerzas de Seguridad durante las manifestaciones, anunciada por Cosidó el pasado Jueves, se trataría según se ha visto obligado a aclarar el Ministro del Interior Jorge Fernández Díaz ante la alarma social provocada, de una medida circunscrita a dos supuestos: de existir un riesgo personal para los policías, o cuando la difusión de las imágenes puedan poner en peligro el dispositivo policial. En cualquier caso – aseveró – “se hará con absoluto respeto al principio fundamental de la libertad de expresión y el derecho a la información”.

Sin embargo, a mí, más que alarma, me ha provocado indignación, escuchar al Jefe de la Policía esgrimir a modo de excusa que la medida persigue salvaguardar el honor de los agentes. ¡Muy bien! Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid ¿por qué no acordarse de subirles el sueldo? Lo suyo era haberse expresado con mayor contundencia llamando al pan ¡pan! y al vino ¡vino! dejándose de monsergas propias del politiqueo.

Siempre he mantenido que se debe dejar trabajar a la Policía, que en su caso, significa no estar encima de ellos a cada paso que dan como si se tratara de un Reality Show y menos aún, sabotear su paciente esfuerzo comunicando a bombo y platillo las próximas detenciones como le gusta hacer al Ministro. Porque, como dice un proverbio gitano “A todos nos gusta que nos miren, pero a nadie agrada que lo observen”.

Es posible que los obreros de la construcción no se resientan del permanente escudriño al que son sometidos por la brigada de mirones congregada cada vez que se abre una zanja en el asfalto o se eleva una grúa en el horizonte de la ciudad. Pero la actuación policial, no puede permitirse el lujo de estar pendiente de qué imagen darán por televisión, como tampoco parecería apropiado que hubiera público. De hecho, recuerdo que en el transcurso de las protestas por el cierre de Euskalduna allá por los años Ochenta, los universitarios, antes de entrar a la Facultad, acudíamos al Puente de Deusto a las 8:00 h. para no perdernos la batalla campal en la que se enzarzaban los trabajadores con la Policía. El espectáculo no defraudaba a nadie: Pelotas de goma, cohetes, botes de humo, tornillos por los aires…Pues bien, más de una vez, el gentio que observaba la refriega a distancia prudencial de los astilleros, fue debidamente dispersado, toda vez se escucharon aplausos provenientes de la grada cuando un Coctel Molotov impactó en una furgona. ¡Qué tiempos!

Entre unos y otros se van a cargar la espontaneidad que implica una manifestación: primero con esa idea de alejar las protestas ciudadanas al extrarradio de la delegada del Gobierno de Madrid y de otra, los periodistas que se toman su tarea como críticos de cine. La Democracia necesita de las manifestaciones para que la gente se pueda desahogar libremente y las manifestaciones precisan de la presencia policial para ser bonitas y excitantes. Una manifestación sin intervención policial, no es una manifestación. Será una reunión de amigos, una asamblea de vecinos, la Banda de música… pero ¡no! una manifestación. Por eso, las personas que tenemos costumbre de acudir a estos actos callejeros, nos gusta que la Policía haga acto de presencia y actúen como sea menester ¡Nunca me verán quejarme de una actuación policial! Pero si cada vez que disuelven una manifestación han de soportar que los disueltos les pongan denuncias en sus mismas comisarias, los tertulianos les pongan a parir en los medios de comunicación y quienes les mandan se sumen al circo demagógico de confundir mantener el orden con violencia…¡Van a dejar de venir! Y entonces…¿Qué será de las manifestaciones? ¿Qué será de la Democracia? Es a los políticos a los que deberíamos seguir a todas partes con las cámaras y no a los policías que ya hay suficiente video vigilancia en nuestras calles como para que aparezcan periodistas.

Móvil y Tumores cerebrales

http://www.youtube.com/watch?v=vVK_yu2C68w

Muchos han sido esta vez los medios de comunicación que han hecho honor a la profesión de informar de un inusual despacho de la Agencia Reuters por el cual se nos da a conocer ¡nada más y nada menos! que “el Tribunal Supremo italiano – no un grupo ecologista de esos que exagera – ha respaldado jurídicamente la existencia de una inequívoca conexión ente el cáncer de Innocenzo Marcolini, un alto ejecutivo que desarrolló un tumor cerebral en el lado izquierdo de la cabeza, con su extenso uso del teléfono móvil por motivos laborales, lo que podría abrir la puerta a futuras demandas en todo el mundo.

Todo empezó hace algunos años, cuando el afectado exigió una indemnización financiera de la Autoridad de Compensación de Trabajadores Italianos, INAIL, la cual rechazó su solicitud aduciendo la consigna con la que las Compañías de telefonía para pobres, suelen acompañar los millonarios aguinaldos enviados a los expertos universitarios que las defienden “que no había pruebas suficientes de que su enfermedad estuviera causada por el uso del teléfono móvil”. Sin embargo, un tribunal de Brescia sentenció después que hay un vínculo causal entre el uso de teléfonos móviles e inalámbricos y los tumores cerebrales, dictamen que ahora ratifica el Supremo italiano.
El veredicto redactado en tono muy serio señala que, en contra de lo que dicen los famosos expertos pagados por las Compañías de telefonía y otras empresas tapadera intermediarias de las mismas que con la colaboración de distintos medios y publicaciones de prestigio mantienen engañada a la ciudadanía, las pruebas científicas presentadas en apoyo de esa postura son abrumadoramente fiables aportadas, esta vez, por sólidos estudios realizados entre 2005 y 2009 por un grupo independiente dirigido por Lennart Hardell, especialista en cáncer del Hospital Universitario de Orebro, en Suecia.

Hace tiempo que el Gobierno de Francia y de otros Estados cuyos mandatarios no sucumben a las suculentas cantidades ofrecidas generosamente por la Industria de la Telefonía móvil para que hagan la vista gorda, han prohibido el uso de móviles en escuelas, bibliotecas, casas de cultura y resto de espacios institucionales públicos donde pueda ponerse en riesgo la salud de sus ciudadanos, especialmente la de los más pequeños en quienes se ha comprobado que su exposición a los sistemas WI-FI por un periodo de una hora diaria provoca excitación, hiperactividad, insomnio, amén de otros síntomas todavía por detectar. La cuestión es, ¿Qué pasa con nuestros Gobiernos y Tribunales? ¿O es que aquí las ondas electromagnéticas al lado del oído y envolviéndonos por todas partes se comportan de manera más benigna y el aumento del cáncer es una bala perdida?
Ya sé…Ustedes, ahora revisarán su particular videoteca mental y de ella extraerán miles de imágenes de políticos, jueces, fiscales, ministros de sanidad, científicos…hablando por el móvil y contrastarán toda esa propaganda pagada con mis palabras. Pues ya va siendo hora de que se enteren que nuestros enemigos públicos no nos quieren bien. ¡Y obran en consecuencia! Es vox populi que famosos, actores, toreros, cantantes y deportistas están a sueldo como esbirros de las distintas casas comerciales para lucir sus productos en público, sean relojes, zapatillas, refrescos, maldad por la que perciben ingentes cantidades de dinero bajo férreos contratos donde se estipula hasta cuánto mide el logotipo que ha de lucir Ronaldo en el calzoncillo y durante cuánto tiempo se lo tiene que dejar ver. Aunque menos conocido, también es sabido que los guionistas de teleseries y películas cobran bien por introducir subliminalmente en las historias marcas y modas como en su día hizo el oscuro payaso de Emilio Aragón cuando en su famosa serie de comienzos de los noventa parecía que todo el mundo en España vivía en Chaletes adosados y usábamos móvil.
Pues tres cuartos de lo mismo no duden ustedes que sucede con los más altos cargos institucionales, quienes como nuestros médicos de cabecera que reciben visitas de los representantes de las empresas farmacéuticas con regalos que pasan de unas manos a otras en forma egipcia por la consulta, en tácito pacto o entente pronto entienden las ventajas de salir por el Telediario bajándose de un Mercedes, que se les vea de vacaciones en la playa usando un Ipad o un Ipod, haciendo pipi o haciendo popo, con tal de que llegue al ciudadano la imagen que conviene proyectar pactada con las empresas del ramo correspondiente y que le reportará seguros beneficios personales y entre sus cometidos comerciales figura que se les vea hablar por el móvil.
Sé que es difícil de demostrar. Pero llevo años estudiando el comportamiento criminal de los sinvergüenzas Públicos y sólo cuanto acabo de escribir ¡Y más! Puede justificar que nuestros representantes no actúen en asuntos tan graves. ¡Están sobornados! Yo no soy un purista que pretende que un demócrata sea además de demócrata, honrado, limpio en su aseo personal y puntual en las citas. ¡Es más! Estoy convencido de que la corrupción es la grasa imprescindible para que funcione el sistema democrático; Por eso, no exijo la dimisión de nadie por haber permitido durante lustros la popularización entre la masa de estos artefactos tan dañinos para la salud de la población. Lo que sí demando, es que se presione a nuestros representantes para que empiecen a velar por nuestra seguridad y perciban que pueden perder el cargo y los privilegios, de continuar amparando los intereses de las Grandes empresas en lugar de los de sus votantes que estamos dispuestos a disculpar su corrupción, pero no la traición a la confianza en ellos depositada.

Mi solución a la crisis

Gracias a lo acontecido en la industria del Automóvil que un poco más y pasa a denominarse del Autoinmóvil debido al súbito parón de la demanda acontecido en lo que llevamos de ejercicio en el que los concesionarios han estado más vacíos que los confesionarios pero a la vista de todos cuantos aguardaban como agua de Mayo una nueva tromba de millones en forma de Plan para ricos que se hacía de rogar para cambiar de utilitario, he comprendido algo mejor en qué consiste la Ley de la Oferta y la Demanda y cuál es el camino para reactivar nuestra particular economía de bolsillo.
Resulta que, como quiera que los automovilistas se dieran cuenta de que ante la caída de ventas de vehículos la industria del ramo presiona al Ejecutivo de turno al objeto que anime su consumo mediante ingentes subvenciones para la adquisición de utilitarios, los actuales potenciales clientes han sabido esperar a que este gobierno incitara de nuevo su compra por medio de otro Plan para ricos que en esta ocasión se llama Programa de Incentivo al Vehículo Eficiente (PIVE), con ánimo de ahorrarse el correspondiente desembolso de la subvención del gobierno y el descuento que añaden las propias casas comerciales, cantidad que en conjunto supera los 5.000 euros por adquisición y en su totalidad ronda los 75 millones de euros salidos de nuestros impuestos, de momento. En Principio ello podría ser malo para el resto de ciudadanos que no adquirimos un coche. Pero según han comentado los expertos del Ministerio y los de la Industria, el Estado recibirá 3 euros por cada euro invertido en el Plan, gracias al consiguiente aumento de la facturación, gastos de matriculación, consumo de gasolina, etc, de modo que, lejos de hundir aún más al país en la deuda, le ayudará a salir de ella a la vez que reactivará el consumo, el consumo reactivará el mercado, el mercado reactivará el empleo, el empleo reactivará el gasto, el gasto reactivará las ganas de vivir de la gente, la alegría, la felicidad y hasta la democracia que se está perdiendo con tanto recorte.

Así, al menos, lo promete el impacto del Programa que en los quince primeros días de su implantación, ha generado un incremento del 150 % de los pedidos y un volumen de visitas a los concesionarios de casi 70.000 personas, cifras que no se conocían desde comienzos de la crisis.
Y si esto es así, si verdaderamente es así…¿A qué esperamos los consumidores de los demás sectores para contenernos en el gasto con la mirada puesta en que suceda la misma secuencia de acontecimientos? Ya veo a las empresas presionando al gobierno para que lance planes, ya me imagino al Ministerio frotándose las manos porque por cada euro invertido en planes Renove de vestido, muebles, o electrodomésticos, recaudará el triple de lo puesto y en todos los ramos se activará la demanda y con ello la actividad industrial se disparará por las nubes, bajará la deuda, bajará la prima de riesgo, mejorará el nivel de vida del ciudadano y a Rajoy le nominarán para el Premio Nobel de Economía, de la Paz y hasta el de Matemáticas.
Yo mismo, ya he dejado de ir a las librerías con la esperanza de que las editoriales bajen los precios de los volúmenes de Metafísica.