Premio UNESCO-Obiang

¡Hay que pensar en positivo! ¡Hermano Obiang! ¿Por qué dices eso de que no te van a dar el premio por ser negro? ¡Fíjate en mi! Ya sé que vivir en la Casa Blanca ha ayudado, pero …tú tienes petróleo.

El Premio Internacional UNESCO-Obiang de Investigación en Ciencias de la Vida, fue creado en 2008 tras la donación de 3 millones de dólares por parte del Gobierno de Guinea Ecuatorial a dicho Organismo. Sin embargo, dos años después de haberse aprobado su concesión, el pasado junio, la Ejecutiva de UNESCO decidió aplazar su convocatoria.
La marcha atrás se tomó después de las fuertes protestas recibidas en su seno contra la iniciativa, de parte de destacadas figuras de África, profesionales del área de la salud, premios Nobel, varias personalidades premiadas anteriormente por la UNESCO, numerosas Organizaciones Internacionales, grupos de Derechos Humanos y Gobiernos que denunciaron que «Los antecedentes de violaciones graves a los Derechos Humanos del presidente Obiang y los altos niveles de corrupción de su Gobierno contradicen la misión y valores de la UNESCO (…) El dinero invertido para este premio debería beneficiar al pueblo de Guinea Ecuatorial en lugar de estar destinado a apoyar al dictador que está pisoteando sus libertades y medios de vida»
Yo, por supuesto, me sumo a la profunda indignación de la que nace esta protesta. No obstante, tras la aberrante concesión del Premio Nobel al Presidente de los EEUU sin mérito alguno previo, que hasta le hizo bacilar sobre su aceptación al galardonado, desearía abordar en esta líneas, la mala costumbre de bautizar premios, becas o espacios, artísticos, científicos o deportivos, con nombres de mandatarios indistintamente del comportamiento moral particular de cada uno de ellos, por cuanto el desempeño de un cargo, ya de por si deforma sustancialmente la perspectiva del individuo tanto suya, como del resto. Prefiero que en cada campo las distinciones, concursos, locales o cualquier otro bien material o intelectual susceptible de ser bautizado, lo sea en recuerdo, para la gloria y reconocimiento de personas que hayan destacado en dicha área, aun cuando coincidiera que la persona a la que se le hiciera dicho honor, hubiera sido un gobernante.
Dicho esto, creo que el dinero entregado por el Presidente de Guinea ecuatorial Teodoro Obiang, no está más sucio que el que reciben a diario por distintas vías, los científicos a sueldo de los laboratorios públicos y privados que trabajan para la industria armamentística, automovilística, farmacéutica, alimentaria, petrolera…que a su vez, viven de subvenciones públicas adscritas al I+D+i provenientes de Estados criminales explotadores, con los que colaboran codo con codo, precisamente para mantener dicho grado de opresión externa y de represión interna a través de sus ejércitos, multinacionales, sistemas de escucha y vigilancia, etc. Es en este sentido, que no veo motivo para escándalo. Es más, creo que la UNESCO todavía no ha renunciado con la que se ha montado, porque tras retirar el Premio Obiang, es posible que se viera forzada a retirar en coherencia muchos de sus otros premios bautizados con nombres de reyes árabes, príncipes saudíes, como habría de hacerlo la propia ONU con galardones que llevan nombres de mandatarios que a nada que e les investigue, pringarían la institución, más de lo que ya lo ha hecho la guerra de Afganistán.
Porque esa es otra…mucho se ha hablado del comportamiento recto de la personalidad que da nombre al premio y muy poco de la moral de quien lo concede. En ese caso, todos deberíamos replantearnos la cuestión de si es oportuno que las instituciones otorguen este tipo de galardones, empezando por aquellos premios que como el Príncipe de Asturias, aluden a una institución de dudosa reputación, al menos democrática, como Obiang.

De piratas a pescadores

Deseo ardientemente pescar a ese botarate que quiere convertirme en un vulgar grumete para enseñarle mi destreza como barbero. Le voy a cantar de oreja a oreja «El Figaro cui, Figaro la»

El pasado 28 de Septiembre, la encarnación del Olímpico Coby, el Ministro de exterior Moratinos, asistió junto al Presidente de Somalia, Sheikh Ahmed, en rueda de prensa, para comunicar que España va a invertir en programas de formación en dicho país con el fin de convertir “piratas en pescadores” para contribuir a una mayor seguridad y estabilidad en la zona. Se trataría de repetir allí el modelo de colaboración pesquera que mantenemos desde hace años con países como Senegal, Mauritania o Gambia.¡ A buenas horas! ¡Mangas verdes!
Una vez más, la necesidad en lugar de la inteligencia, obliga a tomar la decisión adecuada, pero con mayor esfuerzo del que hubiera requerido la operación, de haberse hecho caso al Papa Juan XXIII, cuando aludiendo a Lao Tse, recordó aquello tantas veces repetido de “Dale un pez a un hombre y comerá un día. Dale una caña, y comerá siempre.” Porque en los problemas sociales rigen las mismas leyes que en física, en esta ocasión, la entropía, pues, si es fácil que los pescadores en determinadas condiciones dadas, se deslicen al contrabando, el tráfico de armas, drogas y personas, o acaben dedicándose a la piratería, no lo es tanto que una vez hechos piratas, desanden su trayectoria y cambien sus subidones de adrenalina combativa por la calma chicha esperando a que piquen los peces. Para entendernos, que en este caso, es más probable que un pescador se convierta en pirata a que un pirata se haga pescador, como es más sencillo que un Estado se transforme en terrorista como le ocurrió a España con los GAL, a que unos terroristas se transformen en Gobierno – a excepción del Estado de Israel por lo de Ben Gurión y compañía- de igual manera que es más probable que un Banco actúe como un ladrón, a que un ladrón, actúe como un Banco; Y no me vale el personaje de ficción Robin Hood, porque aquel repartía el botín sin necesidad de avales…
El mejor ejemplo de que nadie del Gobierno cree de verdad en semejante iniciativa, lo tenemos en las propias declaraciones del Ministro, que sin sonrojo anunció que España ¡La décima potencia económica del mundo! va a destinar la escandalosa cantidad de 3 Millones de Euros para la reconstrucción de infraestructuras y dotar a la población civil de servicios básicos como agua potable. Compromiso que ha sido contestado de inmediato por el representante de la ONU para Somalia A. Mahiga presente en la conferencia internacional celebrada en Madrid, quien ha solicitado para Somalia un esfuerzo no inferior económicamente al que se ha hecho con Irak y Afganistán. Pero me temo que lo de “económicamente” se lo van a pasar en su propia casa, por el forro de los cascos azules, porque ya andan pensando en enviar al teatro de operaciones una fuerza internacional de 20.000 soldados, seguramente por lo mucho que se aburren en el Congo.

El otro Fin de la pobreza

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Con sólo escucharlo por la radio, me he puesto a temblar. De nuevo la ONU se empeña sádicamente en darle Fin a la pobreza. En esta ocasión, según su Presidente Ban ki Moon, en menos de cinco años. Mucho más realista me pareció la propuesta de Jeffrey D. Sachs, defendida en su célebre obra “El fin de la pobreza” máxime, cunado los ocho objetivos del Milenio anunciados a bombo y platillo por esta organización intergubernamental a comienzos del 2000, pasada una década, parecen perseguir lo contrario si atendemos únicamente a los resultados y no a la propaganda.
Claro que, cuando esta gente se pone a hablar de “El Fin de la pobreza”, me temo que traten la cuestión en un sentido muy distinto al que le damos el resto de los mortales. Me explico: cuando cualquiera de nosotros nos referimos coloquialmente al Fin de la pobreza, lo hacemos pensando en su erradicación de la faz de la Tierra, en cambio, es posible que en estos foros intergubernamentales, el significado de la expresión “El Fin de la pobreza” indique veladamente cuál es el objetivo o la finalidad de la pobreza en un mundo global y cómo ha de redefinirse su condición, ahora que los pobres tienen ordenador y antenas parabólicas en sus chabolas.
Así entendido, el Fin de la pobreza, no puede ser otro que el de tener subyugada a la baja clase media en extinción por temor a caer en la pobreza, y a los pobres rendidos ante su situación, pues mal que bien sobreviven a los dramas del Telediario que les reafirma en su convicción ¡Pobres pero honrados! Y sobre todo les recuerda que todavía hay algo peor como la miseria.
Si alguna vez la ONU, la UE, los EEUU, la OTAN, y demás organismos intergubernamentales llegaran a plantearse el Fin de la pobreza en el sentido de acabar con ella, seguramente no emplearían esta fórmula idiomática, sino la de “Cómo acabar con los pobres” que ya habrán adivinado, gurda estrecha similitud con la “Solución final” dada a judíos y gitanos por el Tercer Reich.