Aquel calentador de butano que de niño me parecía un dragón; giraba una y otra vez el grifo rojo para contemplar, maravillado, la llamarada. El frigorífico Edesa que funcionaba a 125 y que con un transformador antediluviano encima y ni sé cuántas capas de pintura plástica aguantó hasta que terminé la universidad. La primera lavadora superautomática que guarda mi memoria, aunque fuera en la casa de una vecina porque en la mía no había posibles para esos lujos. Una gorra que decían que había llevado Txomin Perurena clavada con chinchetas en la grasienta pared de un bar de barrio… Fagor no es solo la enésima empresa que se va a pique dejando a verlas venir a miles de trabajadores. Es, además, un trozo de la historia sentimental de las generaciones que asistimos a la entrada en las casas de comodidades impensables para nuestros abuelos y a los albores de lo que luego supimos que se llamaba consumismo. Y, de propina, cuando tuvimos edad para comprender la diferencia entre una compañía convencional y una cooperativa, el descubrimiento de que había otro modo de salir al mercado y triunfar.
Seguramente por todo ese bagaje vital, cuando hace unos meses empezamos a recibir noticias sobre las dificultades por las que atravesaba, dimos por supuesto que se encontraría cómo volver a levantar cabeza. ¿No se habían sorteado antes tres, cuatro, cinco crisis? Pues esta, también. Pero hoy los titulares demuestran que estábamos equivocados, al tiempo que nos hacen poner en barbecho algunos de los principios básicos que nos dan a comer como potitos de un tiempo a esta parte. Por lo visto, no siempre es mano de santo lo de la inversión en I+D, la internacionalización ni la competitividad obtenida tocando las nóminas. Hay ocasiones —y esto debería servir de enseñanza para todo tipo de empresas y trabajadores, por doloroso e injusto que suene— en las que hacer las cosas bien no garantiza el futuro.
Ayer dijiste en Gabon algo muy interesante o que a mí me parece una gran verdad. A saber, que aunque lo llamen internacionalización, la verdad es que las empresas se llevan la producción a otros países donde la gente trabaja casi como esclavos,por ejemplo China y eso es una deslocalización en toda regla, amén de que se parece cada vez más a lo que hicieron los alemanes , empresas como la Bayern o Schering (creo) tuvieron trabajo gratuito por parte de los prisioneros (parte del milagro alemán viene de ahí). Si tenemos que trabajar y cobrar como chinos para ser «competitivos», casi mejor nos vamos al campo a plantar lechugas.
Segundo, por muy buen producto que hagamos, será caro y ya no hay suficiente gente que tenga dinero para gastar en calidad, así que la I+D y sus productos maravillosos no tienen suficientes compradores….En fin, que los chinos y los indios están emergiendo y cogiendo su lugar en el mundo y nosotros nos hundimos. Espero que pongan ONGs por allí para ayudar a la pobre Europa.
Bien, bien, lo que se dice bien, no es que lo hayan hecho (me refiero a la directiva, esa que cuando la caga asciende a la MCC o Lagun Aro o otra de las grandes) y seguro que esos que tomaron las decisiones (erroneas en muchos casos y los trabajadores flipaban con dichas decisiones) ni dimitiran ni veran su sueldo mermado ni su puesto en peligo. A si que esa moto que no nos la vendan.
http://www.mondraberri.com/mondraberri/contenidos.item.action?id=6183596&menuId=6640453&onlypath=true Esa es la opinion de muchos trabajadores, los que si hicieron las cosas bien y todo lo que estuvo en sus manos, los que pagaran el pato, la deuda y los errores de los que no son responsables.
Javier, no se por que dices estableces categoricamente que las cosas se han hecho bien, cuando los indicios nos llevan a pensar todo lo contrario. Si la internacionalizacion, por mucho que la hagas, no la haces bien, acabas en el agujero.
No
No se han hecho bien las cosas
Hay otras empresas de Mondragón en donde se están haciendo mal las cosas (¿qué pasa en Eroski? ¿El clan corporativo de Elorrio se quedó sin ideas?) y que se olvidan de que solo se sale a flote con la cuenta de la vieja: vendes por más dinero que lo que te suponen tus costes. Si no puedes vender a los precios de antes y debes rebajarlo, habrás de bajar los costes. No hay más.
Todo el mundo habla del famoso 7% o similar de bajada de sueldos. Pocos se acuerdan de Irizar, ese caso de estudio con bajadas salvajes de salario liderados por Saratxaga….. echando más horas que un reloj, y de estar hundidos remontaron como un misil. ejemplo en todas las escuelas de negocios (hoy la situación es verdad que ha cambiado respecto a aquellos años)
No hablamos de trabajadores, sino de socios…………. son dueños. Si ellos no se sacrifican a saco, es muy difícil.
No hay duda de que la estrategia era errónea y de que se han tomado malas decisiones… Suena a ventajista, pero algunos venimos diciéndolo desde hace muchos años… Pero que ahora los socios reclamen a los directivos es de chiste. A dónde han estado mirando durante todos estos años? A dónde miraban cuando exigían seguir cobrando intereses o incrementar los sueldos? La decisión de nombrar al equipo directivo es de los socios, así que ahora les toca apechugar. Ellos son tristemente los máximos responsables. Fagor es una cooperativa, señores socios trabajadores!
Por cierto, hoy en día Koldo Saratxaga no es ejemplo de nada. Los que lo conocemos demasiado bien por haber compartido miles de horas con él sabemos la realidad. Es cierto que hace casi 20 años dio la vuelta a la situación de Irizar (con ayuda de MCC, aunque él niega la mayor), pero hace ya 10 años que su ego (superlativo) le ha ganado la batalla a su capacidad (discutible) como empresario.
Creo que puede ser injusto, poner todo el peso del fracaso sobre una sola persona.
Las causas, una sola causa ,suelen ser debidos a multiples factores, factores intra y extra empresariales.
Lo que importa es la situación de esos trabajadores, ahora y mañana.Y de otros futuros parados, para que no lo sean.